Cerámica, realidad aumentada y realidad virtual, tecnología para niños, animaciones y arte urbano han sido las técnicas protagonistas del primer día de conferencias del festival
Un auditorio lleno y una tarde calurosa. Sorpresas, emociones y risas han marcado el primer encuentro de artistas del Pictoplasma 2018: Charlotte Mei, Jim Stoten, Alex Jenkins, Tartaruga Feliz, Darren Dubicki, Alberto Vázquez y Smithe. Distintas técnicas, mucha experiencia compartida y sobre todo muchos consejos. Así hemos vivido la tarde del 3 de mayo.
Charlotte Mei
La jornada del Pictoplasma 2018 ha empezado con una tímida, pero no menos divertida, Charlotte Mei. La artista británica nos ha contado como su carrera ha despegado después que decidió endeudarse y lanzarse a la piscina. Le apasionaba los talleres de cerámica de su escuela de arte, por lo que se ha dedicado a hacer bonitas esculturas, figuras y todo tipo de objetos cuquis y venderlos a diferentes tiendas.
La pintura la practica desde niña y, según cuenta, no ha cambiado el estilo desde entonces; eso sí, trata de pintar cada día, separando su agenda del trabajo administrativo. Mei trata de plasmar sus ideas en imágenes por más complicado que eso parazca, y es muy importante para ella que la pintura sea gestual y de trazos gruesos. Entre sus principales clientes se encuentran Penguin Books, Hermes o Sony.
Jim Stoten
Jim Stoten ha sido sin duda uno de los ponentes más divertidos. Acostumbrado a las charlas pues es docente en la Universidad de Brighton, ha arrancado carcajadas al auditorio en más de una ocasión. Su colores, complejidad y estilo –desde luego fascinantes– hacen que su obra sea muy atractiva también para el mundo editorial. Ha hecho fanzines, ilustraciones para la editorial británica Nobrow, o clientes como MTV o Levi’s. Ha publicado también la serie de libros infantiles Mr. Tweed.
Para Stoten una gran dificultad ha sido empezar a digitalizar su trabajo. Una vez pasado ese mal trago ha empezado a trabajar con diferentes medios y también con la animación y la música. El artista resalta que lo más importante para él es conseguir compaginar los encargos con la satisfacción de los proyectos personales. Conseguir divertirse a través del trabajo es, según él, una meta en sí misma.
Alex Jenkins
A mitad de la tarde hemos entrado de lleno en la realidad aumentada de mano de los proyectos de Alex Jenkins y Tartaruga Feliz. Jenkins, de Nexus Studios, presentó las posibilidades que han encontrado en HotStepper, un asistente en AR que nos acompaña mientras seguimos una ruta por GPS. Habló de la importancia de la concepción del personaje y las diferentes posibilidades de interacciones tanto del personaje con nosotros como sus con los diferentes lugares de la ciudad. Si pasamos delante de una peluquería, por ejemplo, el personaje gana un nuevo corte de pelo. Tiene su gracia.
“Si la tecnología crea mejores ilusiones, los personajes crean mejores conexiones”, Alex Jenkins
Hay que prepararse para un mundo plagado de personajes virtuales, qué duda cabe. Los personajes, dice Jenkins, tienen la capacidad de generar empatía y la ilusión de que están presentes con nosotros en este preciso momento. La experiencia del usuario debe ser intuitiva: los gestos, el movimiento de los ojos, la voz y el mapeamento facial están a la orden del día; al fin y al cabo, los botones, según él, son una especie de muro entre el usuario y el personaje.
Tartaruga Feliz
Entrar en la dinámica del personaje en sí es lo que hemos aprendido del maravilloso trabajo de Deborah Rodrigues, aka Tartaruga Feliz, recibido con gran entusiasmo en el festival. La artista brasileña tiene proyectos en diferentes países dedicados a introducir a los niños al arte, la tecnología y la creación de personajes a través de distintos talleres. Crean robots, crean sus propios personajes y básicamente hacen lo que les apetece. En algunos ella misma encarna algún personaje y cuenta que de esta manera la actitud de los niños cambia, juzgan menos y entran en el juego, por lo que la dinámica es sorprendentemente diferente.
Los objetivos de Deborah son varios: que los niños tengan la experiencia de aprender jugando, que disfruten con sus logros –que a veces son muy distintos de lo esperado– aunque también se de el caso de que tengan que enfrentarse y superar los sentimientos de frustración, lo que es muy positivo. Tartaruga Feliz ha empezado su carrera como ilustradora infantil. Hoy, además de impartir talleres, es investigadora en temas de realidad virtual para niños con la Universidad de Sheffield. Sus proyectos han enseñado la cara humana de diseño de personajes. Ha emocionado al auditorio sin dudas. Over The Cloud es la instalación de realidad aumentada presentada en el marco del festival.
Darren Dubicki
La inmersión en los proyectos de realidad virtual vinieron de mano de Darren Dubick, director y designer de Aardman Animations. We Wait, proyecto comisionado por la BBC presentado por él, está basado en diferentes entrevistas a los refugiados de Siria que hicieron el trayecto en patera hacia Grecia en 2015. El trabajo busca que nos metamos en esta patera junto con una familia siria en su segundo intento de hacer el viaje. Eso sí, nuestro papel no es el personaje principal sino de testigos de esta brutal experiencia.
La preparación de los personajes tanto como la planificación del proyecto han supuesto diversos desafíos técnicos. Para lograr una completa inmersión y a la vez contar una buena historia en este soporte, el equipo ha utilizado lego, plastilina como también un buen sistema de audio para dar el sentido de espacio, y muchas horas de grabación de captura de movimiento de los personajes. El proyecto también se puede ver en formato de video 360.
Alberto Vázquez
Alberto Vázquez ha contado su trayectoria en el mundo de la ilustración, los libros infantiles y los cómics hasta transformar sus proyectos en animaciones. Algunos de sus trabajos han derivado en largo metrajes, como es el caso de Psiconautas, que le valió el Goya a mejor animación en 2017, o cortos como es el caso de Birdboy, que también ha ganado el Goya en 2012 al mejor corto de animación.
“El dibujo es un lenguaje en sí mismo”, Alberto Vázquez
Vázquez se inspira en Galicia, su tierra natal, pero también las contradicciones de la religión son un tema recurrente. Afirma que la estética clásica y medieval le fascinan. Dibujar, dice, es un modo de meditación y autoconocimiento. Una manera de volver a ser niño.
Smithe
Rematamos la jornada con este artistazo mexicano. A los trece años Smithe empieza a pintar paredes y desde entonces no ha parado. El trabajo del artista combina el arte urbano con las ilustraciones, la moda y la música. En su charla hemos podido ver la evolución de su trabajo autodidacta: la primera pintada, las noches de juerga, hasta la customización de camisetas hechas en casa que más adelante pudo convertir en la marca de street wear Tony Delfino.
El director artístico maneja diferentes técnicas, soportes y materiales. Una de las características de sus obras es la complejidad que consigue a través de las fragmentaciones. Smithe cuenta que eso se le ocurrió mirando libros de ensamblaje. Dan este toque de máquina con interiores visibles, de objeto, a sus representaciones humanas. Un trabajo espectacular y que le lleva a exponer por todo el mundo.
