La fotógrafa holandesa explora los paisajes más remotos del mundo
No hay límites para Scarlett Hooft Graafland (Maarn, 1973). Desde el desierto salado de Bolivia hasta el ártico canadiense pasando por Madagascar, Yemen o la China rural, la artista consigue una simbiosis magnífica entre sus locaciones y los habitantes, y conquista museos y galerías de todo el mundo.
La autenticidad y la cultura local son importantes, según cuenta, para lograr semejante poesía visual. Los viajes a los lugares remotos suceden después de buscar contactos entre amigos y conocidos, e incluso directamente cuando llega allí. Al llevarse con artistas de la zona que piensan más o menos como ella el trabajo fluye con tranquilidad. Su obra está hecha con cameras analógicas y hace que todo sea impredecible pero no menos excitante.
Inspirada por los árboles, la curiosidad antropológica y los viajes del explorador británico James Cook, Scarlett logra reimaginar las mitologías locales con el uso fuera de contexto de objetos cotidianos. Desafía así las barreras de la performance, la fotografía y la escultura creando imágenes capaces de despertar los relatos más apasionantes.
Puedes ver otras obras de Scarlett Hooft Graafland en su página web.