‘Crash’: Lee Bul en retrospectiva en Berlín

Danielle Cruz Por Danielle Cruz
8 Min lectura
Su primera exposición solo en Alemania abre sus puertas hasta el 13 de enero en el Gropius Bau

En el marco de la semana del arte de Berlín, la Berlin Art Week y comisariada por Stephanie Rosenthal, se inauguró la primera retrospectiva de Lee Bul en Alemania.

Crash reúne desde las primeras obras de de la artista hasta las más actuales. Instalaciones, esculturas, dibujos y pinturas materializan su perspectiva política e histórica y sus peculiares paisajes de ensueño.

Nacida en Corea del Sur en 1964, Lee Bul ha crecido bajo la dictadura de Park Chung-hee. Esto ha influenciado su trabajo de manera determinante, tanto en la extensa investigación sobre la naturaleza de los cuerpos, buscando una nueva idea de feminidad, como a través de la reflexión sobre las consecuencias de los grandes cambios que ha sufrido el país.

Crash hace referencia a la obra de J. G. Ballard, publicada por primera vez en 1973. El encuentro con la tecnología es parte de esta inspiración, así como la mezcla inusual y provocativa de materiales y texturas que caracteriza la obra de Lee Bul: cuentas, nácar, cuero, terciopelo, cables, cristales, entre otros. Otras influencias literarias y filosóficas se han hecho visibles en la formación de la artista: Jean Baudrillard, por sus escritos sobre la posmodernidad, la representación y significación desde el punto de vista político y económico; Mijaíl Bajtín, en la língüística y la semiótica; o William Gibson, considerado el padre del cyberpunk.

En las veinte salas que distribuyen las obras más significativas de la artista surcoreana no se nos ahorran las sorpresas. En el largo recorrido también nos damos también con maquetas y sketches de sus principales obras e instalaciones. Es bastante completo. El deseo es de que no se acaben tan pronto.

Aquí he seleccionado algunas de la piezas que podrás ver en el Gropius Bau.

‘Willing To Be Vulnerable – Metalized Balloon’ (2015-16)

 

Lee Bul, Willing To Be Vulnerable – Metalized Balloon, 2015-16. Foto: Mathias Völzke

 

Colgada en el techo de la galería, la escultura de 17 metros es lo primero que nos encontramos cuando nos acercamos a las salas de exposición. La instalación con forma de Zeppelin impresiona por el tamaño y también nos da pistas de lo que vendrá: la creencia en la tecnología y su gran potencial para fallarnos.

‘Civitas Solis II’ (2014) y ‘Infinite Starburst of Your Cold Dark Eyes’ (2009)

 

Lee Bul, Civitas Solis II, 2014, Infinite Starbust of Your Cold Dark Eyes, 2009. Foto: Mathias Völzke

 

Inspirada en la Ciudad del Sol de Tomasso Campanella, la utopia de Lee Bul se configura como un laberinto de espejos y leds produciendo un efecto de desorientación y de desestabilidad. La escultura colgada, Infinite Starbust of Your Cold Dark Eyes, está hecha de espejos, acero, aluminio, cobre, cables, madera, plástico, cristales y acrílico. Si por un lado nos habla de una desintegración del cuerpo, por otro podemos inferir una estética de implantación de prótesis: la maquinaria tecnológica nos invade por completo.

‘Untitled (Cravings)’ (2011)

 

Lee Bul, Untitled (Cravings), 2011. Foto: Danielle Cruz

 

Los trajes colgados han sido utilizados performances por las calles de Corea del Sur y Japón en 1989. Hechos de tejidos suaves, resaltan las las distorsiones casi monstruosas de sus muchas extremidades. En 2011 han sido transformados en esculturas.

‘Cyborg W1-W4’ (1998)

 

Lee Bul, Cyborg W1-W4, 1998. Foto: ArcDog

 

Blancas como si se trataran de estatuas de la antigüedad colgadas del techo, las piezas de la serie Cyborg nos hablan de la relación entre lo ideal y lo real. Son formas femeninas incompletas con aires futuristas, y con influencias de ciencia ficción y de la estética del anime. Evocan los deseos del imaginario pero también infieren su imposibilidad. Están hechas de silicona y poliuretano.

‘Mon grand récit: Weep into stones…’ (2005)

 

Lee Bul, Mon grand récit: Weep into stones.., 2005

 

Con esta obra Lee Bul empieza una fase de búsqueda de paisajes futurísticos y perfección arquitectónica. Esta “gran narrativa” a la que el título de la obra alude, se representa por construcciones donde abunda la combinación eclética de materiales: poliuretano, arcilla sintética, acero, paneles acrílicos, hojas de madera… Frases de Hydriotaphia de Thomas Browne, obra del siglo XVII, aparecen iluminadas. Son una meditación sobre la vida y la muerte. Encontramos también un modelo a escala e invertido de la Hagia Sophia, además de una réplica del estudio que la artista ocupó en Seúl en los años 80.

Otras instalaciones con gran enfásis en lo arquitectónico hacen que Crash sea casi como visitar un parque de atracciones. Es el caso de Via Negativa II (2002) y Bunker (M. Bakhtin) (2007). La primera es un laberinto de espejos por donde el visitante camina en la ilusión de un espacio infinito hasta se encuentra alguna sorpresa. En la parte de fuera hay textos del psicólogo americano Julian Jaynes que hablan de sobre el origen de la conciencia humana.

 

Lee Bul, Via Negativa II, 2002. Foto: Mathias Völzke

 

La segunda es una montaña negra de fibra de vidrio cuyo interior está hecho de trozos de espejos y alberga una instalación sonora. En ella se homenajea al fantasma de Yi Gu, heredero de la familia imperial coreana fallecido en 2005, y con una vida difícil por la dictadura militar. La instalación combina el sonido de los pasos de los visitantes con las vibraciones de lugares que eran importantes en la vida de Yi Gu.

El nombre de la obra hace mención al filósofo Mijaíl Bajtín, importante por sus investigaciones en lingüística y semiótica en oposición al formalismo ruso. Su mensaje es que la lengua está siempre en evolución, en entornos polifónicos y de diálogo.

 

Lee Bul, Bunker (M. Bakhtin), 2007

 

En definitiva, Crash es un recopilatorio de lo mejor de Lee Bul, y cómo ella mira el pasado y el presente a través del diálogo constante con autores y artistas de diferentes ámbitos y épocas. Sus instalaciones nos invitan a no olvidar que puntos decisivos de la historia de Asia vinieron marcados por la represión política, la industrialización masiva, la innegable fe en la ciencia y la ascensión de un imaginario tecnológico que repercute en los cuerpos individuales de las más diversas maneras. Una buena lección.

 

Lee Bul, Monster Black, 1998-2001, Monster Pink, 1998-2001. Foto: Danielle Cruz




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Es editora de elemmental. Doctoranda en Comunicación. Estudió Edición y Filosofía. Amante del arte y los nuevos medios. Estuvo antes en el Cultura/s del diario La Vanguardia.