Oscar Seco, Little Nemo in Secoland, 2011-2017

Oscar Seco: “El arte tiene que funcionar como una voz crítica”

Danielle Cruz Por Danielle Cruz
11 Min lectura
El pintor madrileño reescribe la historia en paisajes distópicos y surrealistas

En tiempos de intensas discusiones políticas, del auge mediáticamente inducido de la extrema-derecha y de una circulación hiperveloz de imágenes, visitar las obras de Oscar Seco (Madrid, 1964) es todo un gusto. Eso es así porque nos recuerdan el poder de la cultura visual, el impacto que ha tenido a lo largo de los años con el desarrollo de la globalización, y sobre todo no nos deja olvidar que ciertas imágenes siempre regresarán. La estética es a la vez arma y refugio.

La obra de Oscar Seco está íntimamente vinculada a su propia consecución de imágenes. Las que marcaron la historia, las que antes de Internet eran difíciles de conseguir y por ello era un placer coleccionarlas y, por supuesto, las que poblaron su infancia y le hicieron soñar. Sus narrativas, plagadas de referencias literarias, del cine, del pop, de los cómics, de la historia del arte y de la política, nos invitan a paisajes tan idílicos como desoladores.

Personajes como Little Nemo o Superman comparten su perplejidad y sus infortúnios en una guerra de los mundos con vistas neoclásicas de fondo. Imágenes catastróficas en blanco y negro ganan un aire fotográfico y documental. La combinación surrealista de personajes y referencias artísticas atraviesa subversivamente la historia de la cultura visual pero también la historia de España. Y es que la mera presentación de estos elementos en conjunto pone de manifiesto su humor e desparpajo a la hora expresar la importancia y la fuerza simbólica y mobilizadora que hayan podido tener en su día.

Curiosa por entender mejor sus propósitos e influencias he hablado con Oscar y ha sido muy amable en contestarme algunas preguntas.

 

 

 

Oscar Seco, Little Nemo in Secoland, 2011-2017. Cortesía del artista

 

 

 

P. Oscar, es impresionante como en tu trabajo algunos elementos como los animales, los tanques de guerra, los submarinos, las raíces y los laberintos están presentes desde un principio. La impresión que tengo es que pasas de una etapa más abstracta a una más figurativa y apocalíptica. ¿Cómo ha sido ese proceso?

R. La imaginería bélica y el mundo animal siempre han estado presente en mi obra, como bien indicas. La parte de la naturaleza proviene de mi pasión por la biología y en especial por la paleontología. He de remitirme a otra época donde no existía Internet y se coleccionaban álbumes de cromos de zoología, botánica, armas o vestidos del mundo; donde las enciclopedias estaban llenas de multitud de imágenes fascinantes.

Son referencias constantes a una infancia olvidada, a una infancia compartida, ubicada temporalmente en la última mitad del siglo pasado. Esa época más abstracta a la que te refieres, son escenarios de mundos paralelos, visiones apocalípticas, universos sobrepuestos conectados por trazos arborescentes o intestinales que unen la naturaleza con máquinas de destrucción. Mi interés por el cine en general, y en especial por todo lo que sea serie B, la literatura fantástica desde Borges a Philip K. Dick, el cartelismo o el diseño gráfico, intenta ser reflejada en una obra donde no existe la corrección política. El arte tiene que funcionar como una voz crítica, dura pero sin acritud, como oponente a este aire de complacencia que nos rodea y nos arrastra.

En mi trabajo confluyen ecos surrealistas y del pop, ironía, eclecticismo, apropiación, referencias a la historia reciente, con especial incidencia a los conflictos bélicos. Todo esto se refleja tanto en mi obra pictórica como en los montajes de maquetas, donde también se funden el animal y la tecnología.

 

 

 

Oscar Seco, Laberinto español, 2006. Cortesía del artista

 

 

 

P. La Guerra Civil es un tema recurrente en tus obras y que mucha gente prefiere olvidarlo. ¿Cuál es la importancia, desde tu punto de vista, de refigurar un tema como ese?

R. Sobre el tema de la Guerra Civil, quería dar una visión muy particular del mismo, me apetecía reivindicar nuestra historia “a mi manera”. Es una España alternativa con un marcado aire pop, inspirada en los carteles tanto republicanos como nacionales, donde se mezclan símbolos comunistas y fascistas, combatientes de ambos bandos, superhéroes, personajes manga, maquetas cuidadas hasta el extremo donde convive el horror de la guerra con el Halcón Milenario o monstruos radiactivos. Intenté desmitificar un hecho crucial de la historia de España siempre con un punto de vista ecléctico e irónico, pero con un alto grado de respeto.

 

 

 

Oscar Seco, Malas companias, 2007. Cortesía del artista

 

 

 

P. La cultura americana invade de manera inevitable el paisaje bélico de España. ¿Cómo valoras este encuentro?

R. No solamente la cultura norteamericana. El auge creciente del fascismo por toda Europa nos recuerda a los mediados de los años treinta del siglo pasado. Siempre me gustaron mucho las películas de finales de los sesenta hasta finales de los setenta donde todo terminaba mal, desde las más puramente sci-fi como el El planeta de los Simios o Soylent Green, a visiones más de política-ficción como El candidato de Manchuria o Siete días de mayo, el mundo de las corporaciones, la corrupción a gran escala, la paranoia, el fantasma nazi o la amenaza roja. Compruebo que todo sigue igual.

 

 

 

Oscar Seco, Todos contra el fascismo, 2006. Cortesía del artista

 

 

 

P. En la serie Little Nemo in Secoland sueño y realidad irónicamente se confunden. Haces un contraste entre los paisajes idílicos del siglo XVIII y XIX con la cultura pop, y por supuesto, la ternura de Little Nemo que se despierta en ellos. Sin embargo, con el paso de los años, aparece una constatación de la distinción entre la representación y la cosa en Ceci n’est pas une pomme, ¿es posible que este niño haya aprendido a distinguir entre sueño y realidad?

R. Little Nemo fue creado en un mundo donde todavía no existían conflictos a nivel mundial, un mundo donde el sueño y la realidad tenían ciertos toques naif. Mi intención con esta serie era metaforizar con este personaje casi virginal y colocarlo en esas apropiaciones de paisajes holandeses del siglo XVIII, o paisajes norteamericanos del XIX y que realmente se sintiera atemorizado por todo lo que realmente sucedió a partir de principios del siglo XX hasta el día de hoy.

 

 

 

Oscar Seco, Little Nemo in Secoland, 2011-2017. Cortesía del artista

 

 

 

P. En tus cuadros lo orgánico se mezcla muchas veces con lo material y lo abstracto. Los animales se convierten en laberintos, los pájaros caen como bombas. Por cierto, ¿qué significa este choque de los pájaros con las ruinas?

R. En el caso de la serie Caídos del cielo, donde pájaros sobredimensionados caen en grandes urbes como misiles, intenté desmarcarme del caracter pop de series anteriores. Eliminé el uso de colores vivos para utilizar exclusivamente el blanco  y negro. El resultado es fotográfico y documentalista, imágenes descarnadas del desastre. En esta serie queda muy claras las referencias al cine de monstruos japoneses, o mis referencias literarias a las novelas apocalípticas de J. G. Ballard, a novelas como Los huevos fatales de Mijaíl Bulgákov o el Alimento de los dioses de H. G.Wells. Los desastres de la guerra, la política o la venganza de la naturaleza siguen siendo las obsesiones motoras en esta serie.

 

 

 

Oscar Seco, Caídos del cielo 4, 2013. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿Cuáles son tus artistas contemporáneos favoritos?

R. Son tantos mis artistas favoritos que prefiero no mencionar a nadie. Eso sí, últimamente apuesto por el arte español contemporáneo. Ya que no nos apoya nadie hay que hacer un poco de corporativismo.

 

 

 

Oscar Seco, Caídos del cielo ‘Beirut’, 2010. Cortesía del artista

 

 

 

P. Por último, ¿cómo ves el papel de las redes sociales en relación con el mundo del arte? ¿Logrará Internet democratizar el arte contemporáneo?

R. Realmente llevo muy poco en redes sociales. En Instagram apenas he cumplido un año pero he de reconocer que estoy encantado. Es una plataforma perfecta para volver a enseñar obra de una manera rápida y muy efectiva. Sobre la democratización del arte vía Internet, el tiempo lo dirá pero creo que cada vez esta más cerca.

 

 

 

Oscar Seco, Little Nemo in Secoland, 2011-2017. Cortesía del artista

 

 

 

Oscar Seco, Little Nemo in Secoland, 2011-2017. Cortesía del artista

 

 

 

Oscar Seco, La tierra permanece, 2001. Cortesía del artista

 

 

 

Oscar Seco, El terror, 2004. Cortesía del artista. Cortesía del artista

 

 

 

Puedes ver otras obras de Oscar Seco en su página web o perfil de Instagram.

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Es editora de elemmental. Doctoranda en Comunicación. Estudió Edición y Filosofía. Amante del arte y los nuevos medios. Estuvo antes en el Cultura/s del diario La Vanguardia.