Lu Yang: el pop ‘neurocore’

Danielle Cruz Por Danielle Cruz
11 Min lectura
Las animaciones en 3D y la estética del anime se encuentran con la neurociencia y la religión

Las obras de Lu Yang (Shanghai, 1984) son una sobredosis de información en todos los niveles. Hacen que nos preguntemos si no se tratan en realidad de un test de resistencia, de cuánto tardamos en comprender de qué van y hasta dónde pueden llegar. Pero valen la pena.

En un primer momento, nos dejamos llevar por el desvarío de colores, las incontables referencias a la cultura pop, en especial al anime, los videojuegos y la música japonesa. Luego nos damos cuenta de que en este turbión de música, baile y dioses hay componentes técnicos importantes que se traducen tanto en la realización en sí como en los obsesivos discursos explicativos que acompañan sus videos. Son impactos de extremos.

 

Lu Yang, Electromagnetic Brainology, 2017

 

La introspección artística puede alcanzar grados elevadísimos de estridencia. Temáticas muy concretas como la biología, la neurología, la religión y las cuestiones de género juegan un papel central en su producción y, por supuesto, compiten en desventaja con la extravagancia de su puesta en escena. Eso no quiere decir que sean discursos tímidos ni mucho menos, sino más bien que es fácil distraerse y ahogarse en la propia perplejidad.

Y no es para menos. Uno de sus primeros trabajos, el video Reanimation! Underwater Zombie Frog Ballet (2011), realizado con el apoyo del Fukuoka Asian Art Museum de Japón, consiste en ocho ranas disecadas y animadas con electrodos en un tanque, “bailando” al ritmo de una batería electrónica conectada a un ordenador.

Lu Yang es para los fuertes. El video roza la barrera de la ética y no es su única obra controvertida. En este límite también se encuentran Cancer Baby (2014) y TMS Exorcism (2018), este último dedicado a los tratamientos de estimulación magnética transcraneal y las enfermedades culturalmente entendidas como posesiones demoníacas.

 

 

La religión aparece con frecuencia, en especial las referencias al budismo. Ya al principio de su carrera en 2011, la artista realiza Wrathful King Kong Core, un video de animación en 3D dedicado a analizar una deidad budista, Vajrasattva, en su versión colérica través de la objetividad propia del quehacer científico.

La elección de trabajar con animaciones 3D vino de la constatación de que muy pocos artistas en China lo hacían y ella quería salir de lo habitual. Lu Yang comenta que por aquellos años la neurología ya le parecía un tema fascinante así como el estudio de las emociones. De modo que decide juntar la narrativa religiosa con la científica en una explicación detallada sobre la morfología cerebral. La fe, en el fondo, viene acompañada de una gran fe en la razón.

 

 

Otra propuesta mucho más mainstream e irónica ha sido Uterus Man (2013), en la que Yang colaboró con otros músicos e ilustradores para hacer la animación y posteriormente un videojuego.

Uterus Man es un superhéroe al estilo manga, asexual, y que se mueve tanto un “coche pélvico” como en un “skate compresa”. El personaje gana su energía ingiriendo suplementos de placenta, cuenta con una serie de ataques, como los ataques de ADN, óvulos y cromosomas, y armas como el “bebé bestia” y los cordones umbilicales. No le falta imaginación.

Las semejanzas entre la forma del útero y la figura humana fue una de sus inspiraciones. El video no ahorra las explicaciones fisiológicas, las capturas de ultrasonido, cómics y otras imágenes más viscerales.

No menos curiosa ha sido otra de las influencias para la creación este personaje tan peculiar. Según ella, se dio al saber de la historia del ilustrador japonés Mao Sugiyama, conocido por cortar sus genitales, cocinarlos y servirlos como cena. Al entrar en contacto con él, empezó a entender otras maneras de encarar la cuestión de género y buscar otros modos de expresarlo. Es resultado es muy interesante.

 

 

Al año siguiente Lu Yang tuvo su primera exposición solo, Kimo Kawa Cancer Baby, en la Rén Space de Shanghai en 2014. La video-instalación estaba dedicada, según la galería, a provocar el diálogo de cómo la sociedad se enfrenta a esta enfermedad. O provocar el malestar. En todo caso, la exposición reunía otras piezas como paneles de videos, esculturas y pinturas. A partir de allí, sus siguientes shows ganaron un carácter espectacular e hiperbólico.

Fue el caso de Welcome to LuYang Hell presentada en la Société Berlin en 2017. Su infierno personal constaba de tres instalaciones con video, escultura, paneles de led y música en colaboración con diferentes músicos. Techno, ópera y death metal se combinan con videos en 3D que indagan sobre la tecnología, el misticismo religioso y la cultura pop.

La artista era ella misma la gran protagonista. En Lu Yang Delusional Crime and Punishment (2016), Yang escaneó su cabeza y la puso en un cuerpo en CGI. El viaje empieza con su cuerpo impreso en 3D y empaquetado con la etiqueta “Hecho por Dios” descendiendo en razón de sus pecados al averno. Es torturado, mutilado, en un gimnasio, todo a la vez y al sonido de música electrónica. Hay que verlo.

 

 

En otra de las instalaciones, Lu Yang Delusional Mandala (2015), la artista se refiere al concepto de Dios y consciencia a través de la estimulación cerebral. Ella, como personaje sin género, se realiza la estimulación cerebral, con bailes, música electrónica y mucha retórica descriptiva. Puro autoconocimiento.

La tercera instalación de ests exposición de Lu Yang consistía en un globo hinchable gigante con su cara impresa. Realmente todo un infierno.

 

 

Pero no todo son pesadillas del ego, aunque seguramente después de eso la música pop japonesa caiga como un bálsamo. Lu Yang, que se confiesa una verdadera otaku, también utiliza esta estética, sobre todo en sus videos más recientes, para tratar las intersecciones entre la religión, la ciencia y las emociones.

En Electromagnetic Brainology (2017), por ejemplo, los cuatro elementos del budismo y del hinduísmo (tierra, fuego, aire, agua) son trasladados a las cuatro deidades –sus personajes, que se refieren a cuatro enfermedades del sistema nervioso– que ganan sus poderes a través de la estimulación cerebral profunda.

Según ella se trata de un experimento mental, una “religión imaginaria” en donde los seres, ayudados por las tecnologías neurocientíficas, pueden llegar a ser lo que las religiones han imaginado como dioses. La siguiente es una de las animaciones de la serie.

 

 

La lista de videos sigue y sorprende por su grado de extravagancia y complejidad. Y parece raro viniendo de China pero sus obras no tienen ninguna intención de hablar de política, aunque obviamente sí se puede extrapolar alguna interpretación de lo que se encuentra en los límites de la ética.

Cuanto a eso, Lu Yang afirma que trata de hacer sus obras para sí misma, y que la relación explícita con el discurso político, más evidente en las generaciones anteriores de artistas, es a la vez “una manera de limitar los métodos creativos”. Es imposible para ella ignorar lo que es propio de su generación como el consumo de la cultura pop, Internet y la música.

Desde que salió de la Academia China de Arte de Hangzhou en el año 2000, Yang se ha dedicado a buscar nuevos medios menos tradicionales para la consecución de su trabajo. Quizás por eso, para esta chica aparentemente introvertida, la red se ha convertido tanto en un refugio como en fuente de inspiración. “Viviendo en Internet puedes abandonar tu identidad, nacionalidad, género y incluso tu existencia como ser humano. Prefiero este sentimiento”, dijo al The New York Times.

Lu Yang vive y trabaja en Shanghai y Beijing. Sus obras han sido expuestas en las Bienales de Moscú (2016), Venecia (2015), Shanghai (2012), y más recientemente en Art Basel Hong Kong 2019.

 

Referencias:

Lu Yang: página web, Instagram.

“Pleasure principle: Meet the Chinese artist breaking taboos for fun, not politics”, CNN, 23 de marzo de 2018.

“Lu Yang: Welcome to LuYang Hell”, Société Berlin, 2017

“Neurocore: Lu Yang”, Mousse 62, febrero-marzo de 2018.

“Q. and A.: Lu Yang on Art, ‘Uterus Man’ and Living Life on the Web”, The New York Times, 27 de noviembre de 2015.

“Kimo Kawa Cancer Baby | Lu Yang Solo Exhibition”, Rén Space, 2014.

“Exhibition Review: Lu Yang – Lu Yang Arcade and Lu Yang Videoroom”, Beyond Chinatown, 9 de noviembre de 2014.

“Japanese man, 22, cooks his own genitals and serves them up to paying guests at a dinner party”, Daily Mail, 25 de mayo de 2012




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Es editora de elemmental. Doctoranda en Comunicación. Estudió Edición y Filosofía. Amante del arte y los nuevos medios. Estuvo antes en el Cultura/s del diario La Vanguardia.