Julio Falagán: «La cultura popular como soporte es una forma de eliminar la barrera con el gran público»

María von Touceda Por María von Touceda
14 Min lectura
El artista nos habla de su trayectoria, su visión del arte y sus últimos proyectos

Julio Falagán (Valladolid, 1979) es un artista que plantea un discurso muy crítico contra el poder, canalizándolo a través del humor. En muchos de sus trabajos parte de otras obras recicladas para convertirlas en algo totalmente contemporáneo.

Con una estética, tan personal como implacable, materializa proyectos que van más allá del lienzo y la instalación para reflexionar sobre lo que está pasando en una actualidad que nada tiene que ver con la amabilidad de sus resultados.

 

Julio Falagán, Real galería de retratos de gente que no existe, 2017

 

P. Durante la crisis, muchas facultades de Bellas Artes han puesto a sus alumnos a rebuscar materiales en la basura. Siempre he pensado que este insistir en el reciclaje había hecho bastante daño al arte contemporáneo español pero, en tu caso, es todo lo contrario. ¿Qué interés te suscita el deshecho que no te lo da un lienzo a estrenar?

R. La verdad es que en mi caso el interés también comenzó en la Universidad. La facultad estaba a las afueras y yo vivía junto al vertedero, así que muchos materiales los cogíamos de allí. Nos gustaba ir a rebuscar, a investigar. Creamos un grupo que se llamaba GRUPO RANCIO. Nos gustaba encontrar objetos viejos, jugar con su poesía e inventarnos su historia. Bueno, reinventarnos. Imaginarnos, jugar. Lo rancio del pasado mezclado con lo contemporáneo. No solo flúor y esas cosas que se llevaban de moda. Ahora utilizo como soporte la cultura popular, me ayuda a que todo el mundo se sienta cómodo en lo contemporáneo, es una forma de eliminar la barrera con el gran público.

 

Julio Falagán, Virgen del Lourdes, 2009

 

P. En uno de tus primeros proyectos, Grupo Empresa Falagán, incluyes tu apellido en cartelas de negocios abandonados hasta crear un emporio del fracaso que va desde una churrasquería a la venta de melones pasando por otros una sastrería y demás. Con estas obras criticas la precariedad por la que pasan los artistas. ¿En qué pozo de trabajos precarios has tenido que sumergirte para poder mantenerte en paralelo como artista?

R. He hecho de todo en la vida, vengo del pueblo, de una familia humilde, así que he pasado por multitud de trabajos. Desde la vendimia, escardar, recoger patatas, repartir propaganda electoral, caricaturista, etc. Pero también he tenido buenos trabajos, no me gusta ser lastimero. Siempre he tenido buena suerte. He trabajado en la docencia o en publicidad, pero este tipo de trabajos deja poco margen de tiempo para desarrollar proyectos artísticos. Incluso tuve un proyecto, que aún no he terminado, que se titulaba Otros trabajos de artista y que consistía en documentar en la cantidad de trabajos que te metes para poder equilibrar tiempo y dinero y poder seguir produciendo arte.

 

Julio Falagán, Grupo Empresa Falagán, Tintorería Falagán, 2009

 

P. El humor, la ironía y el sarcasmo son unos de los hilos conductores de tus trabajos ¿Qué valor les confieres dentro de las obras y en la construcción de las mismas?

R. Me parece una buena estrategia para sobrepasar los márgenes sin que duela. Pero no es sencillo, puedes caer en lo burdo con facilidad. Un problema de trabajar con el humor y la ironía es que no te suelen tomar en serio. Y en el arte es una exigencia.

P. En varios de tus proyectos criticas el dinero, incluso tienes una obra en la que subastas un billete firmado por ti u otra donde «blanqueas» billetes. Todos sabemos que tal como está montada esta sociedad el dinero es necesario para vivir pero que también tiene su lado muy oscuro. ¿Qué es lo más horrible que te sugieres este capitalismo salvaje al que estamos sometidos?

R. La esclavitud.

P. ¿No lo quieres desarrollar más?

R. [Risas] No, me gusta responder con dos palabras a una pregunta tan larga.

 

Julio Falagán, Subasta de billete firmado, 2012. Al acabar la exposición se vendió por 102,50€

 

P. El collage es una de las técnicas que junto con la pintura y la instalación utilizas para lanzar tu mensaje. ¿Qué valores estéticos aporta esta forma de trabajar a lo que tú quieres decir?

R. Siempre suelo trabajar con el collage de una forma u otra, mezclando conceptos o materiales. Cambiando de sentido lo preestablecido. No me gustan las verdades absolutas, es una estrategia más para romper las normas. También es un reto, ponerte en contextos autoimpuestos, que no controlas, plantearte problemas.

 

Julio Falagán, Banquero de incógnito, 2011

 

P. Trabajas mucho sobre el arte Barroco llevándolo a tu terrero hasta convertirlo en muy contemporáneo. ¿Crees que el Barroco y sus máximas siguen estando muy vigentes?

R. ¡Barroco a muerte! ¡Rococó caca! [Risas] Creo que el Barroco está más vivo que nunca. Me encantan los mementos mori, el misterio, las cosas ocultas en las sombras, las lindes, los límites… Contar cosas sin decirlas, lo narrativo.

P. Los títulos de tus trabajos son otra obra en sí mismos. ¿Qué importancia le das a un buen título ante una obra que, como las tuyas, ya tiene mucho valor per se?

R. Buena pregunta. A veces hay obras que no necesitan título, pero otras el propio título es el que da sentido a la obra. Lo que veo absurdo es poner títulos magníficos para convencernos del valor de obras mediocres.

 

Julio Falagán, El purgatorio, 2015

 

P. Como, por poner un ejemplo al azar, Contingencia #2

R. [Risas] Había una aplicación que te ponía títulos magníficos de manera aleatoria. Era sublime.

P. En ese camino que llevas de subvertirlo todo llegas a su culmen en tu exposición Hacer en lo cotidiano donde colocas tus obras en el techo de la galería, cosa que podría ser la pesadilla de cualquier comisario de manual. ¿Por qué crees que en ti ha funcionado tan bien?

R. Subvertir es una estrategia muy fácil, como la de provocar. En mi caso son consecuencias de otra forma de trabajar. Hacer lo contrario a algo es a más b y ser provocador es simplemente desnudarse. Lo bonito es llegar a provocar o a ser no normativo justificadamente. Como por ejemplo en la obra Croce Capovolta que realicé en Roma. La provocación es un efecto secundario, lo importante es la reflexión que lleva a eso.

 

Julio Falagán, Hacer en lo cotidiano, 2013

 

P. ¿Cómo se prepara Julio Falagán para trabajar?

R. La verdad es que soy todo lo contrario a un oficinista. No tengo horarios. Pero siempre me ha gustado más trabajar de noche, cuando no hay nada que te moleste. Tengo un estudio en Oporto, Carabanchel, desde hace diez años, compartido con otros artistas. La verdad es que no voy mucho, pero cuando voy suelo producir considerablemente. Me gusta dejar pasar tiempo entre sesiones, para no acomodare a una rutina. Voy trabajando en proyectos, tardo tiempo en saber lo que quiero hacer, le dedico mucho tiempo a esta fase de investigar fuera del estudio. El taller al final es el lugar donde lo ejecuto, pero no es lo más importante. Para mí el campo de batalla está en la calle, en las almonedas, en las noticias, en los rincones, ahí es donde surgen las obras. Si no el estudio se convierte en una cárcel.

 

Julio Falagán, Real galería de retratos de gente que no existe, 2017

 

P. ¿Cuáles son tus referentes dentro y fuera de la Historia del Arte?

R. Siempre que me preguntan esto cortocircuito. No tengo referentes como tal del mundo del arte, no soy de esos artistas que le deben todo a una corriente artística o a un artista. La verdad es que me gusta tanto el Ayuwoki o Momo como Goya, Charles Burns o Ignatius. Todo lo bueno tiene algo. Me gusta estar abierto a todo. Y no quedarme con nada para siempre. No tengo tatuajes.

 

Julio Falagán, Controlatrón, 2011

 

P. ¿Para qué crees que no os preparan (y deberían) en la facultad de Bellas Artes?

R. En mi caso, en la Universidad de Salamanca, nos enseñaban los cánones y técnicas, que es algo muy necesario, pero en los cursos superiores me encontré que no fomentaban la creatividad sino que la mayor parte de los profesores te enseñaban a ser como ellos. A mí me vino genial para curtirme en la búsqueda dentro de uno mismo, en autoevaluarse. Y en hacer lo que te dé la gana, siempre. En ser fiel a unos principios, los tuyos. Pero no todos los profesores eran malos. Tengo muy buenos recuerdos de muchos de ellos a os que les debo mucho, por ejemplo Darío Corbeira o Víctor de Río. Lo que pasa es que vives en una burbuja que nada tiene que ver con el arte ni con el mercado del arte, la única profesionalización que se enseña en la carrera es a perpetuar la enseñanza de la educación.

 

Julio Falagán, Sois todos iguales, 2010

 

P. ¿Qué te traes ahora entre manos?

R. Ahora mismo estoy trabajando en tres proyectos paralelamente. Uno es el resultado de una residencia que hice en Senegal hace unos meses, Transversia, de la Fundación Ankaria. Estoy realizando una serie de cuadros e instalaciones con materiales e imágenes recolectados allí. Realicé una investigación sobre la rotulación de peluquerías, tiendas, cayucos y autobuses. Es fascinante su estilo. Allí trabajé también con algún artista local haciendo colaboraciones y trueques. Ahora tengo el estudio lleno de telas con estampados loquísimos, trozos de cayucos, rótulos de peluquerías y objetos con los que jugar.

A la vez estoy desarrollando otros dos proyectos, uno que tiene que ver con escenas de caza y otro sobre el bosque como refugio para los rebeldes. El proyecto de Senegal se expondrá en Madrid, junto con la obra de los otros artistas que participaron en la residencia, los españoles Paula Anta y Avelino Sala y los senegaleses Abdoulaye Armine Kane, Fally Sene Sow y Caroline Gueye.

P. Y, para terminar, dime, ¿qué sería del mundo sin Arte?

R. El infierno, un triste y predecible yermo donde 1+1 siempre es 2.

 

Julio Falagán es uno de los artistas más necesarios del panorama español. Con sus trabajos nos traslada a la duda y a la reflexión sin que ésta se perciba como una acción aburrida, en la que pensadores de nociones abigarradas dejen atrás a la mayoría de los espectadores que no saben de pedanterías ni de absurdas locuciones.

El artista que es universal demuestra en cada una de sus obras que, aunque con varios niveles de lectura, el Arte que merece la pena de verdad está hecho a la medida de todas las mujeres y hombres.

 

Puedes ver más obras de Julio Falagán en su página web.
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Crítica de arte contemporáneo y escritora. Es autora de las novelas 'Crítica del vicio' (2016) y 'Coito Ergo Sum' (2019), ambas publicadas por La Marca Negra Ediciones.