La fotógrafa, ganadora del premio de Fotografía Joven Fundación ENAIRE en la feria JustMAD 2021, nos habla de su proceso creativo
Hay fotógrafos que consiguen captar, a través de sus cámaras, un magnetismo salvaje que no te deja apartar los ojos de su obra hasta que consigues desentrañar lo que allí se muestra.
Lograr esto no es fácil, se necesita una mirada certera como la de Alejandra Glez (La Habana, 1996), fotógrafa que, pese a su juventud, posee una obra madura en la que la técnica se complementa con un sólido discurso sobre la mujer en la sociedad, consiguiendo en potentes y arrolladoras imágenes.
Su trabajo, realizado en múltiples formatos como instalaciones, collage, performance y videoarte, plantea cuestiones sobre lo corpóreo, lo antropológico y la identidad femenina en clave autorreferencial.
Más allá del feminismo, la artista se adentra en temas existenciales como la vida y la muerte, con referentes como la artista también cubana Ana Mendieta (La Habana, 1948, Nueva York, 1985), a la que rindió homenaje en la exposición ‘La vida es inmortal cuando se acaba’ en la galería La Acacia de La Habana en 2020.
Alejandra se ha formado como fotógrafa desde el 2004 en diversas escuelas de fotografía de La Habana entre las que destacan Rubén Martínez Villena, The Active School of Photography in Mexico Workshop, School of Creative Photography, Havana, National Geographic Photography Camp Workshop. Entre 2017 y 2018 ha trabajado en el estudio del fotógrafo José María Mellado en Madrid.
Glez ha expuesto de manera individual y colectiva en numerosos lugares del territorio español y cubano, y en ciudades como Lima y Ciudad de México, entre otras.
Ha sido galardonada en varias ocasiones. Recientemente ha ganado el Premio de Fotografía Joven Fundación ENAIRE en la feria JustMAD 2021.
P. ¿Qué peso tiene tu experiencia vital en tus fotografías?
R. Mi fotografía carga con el peso de mi vida, de mis experiencias, de cómo hago catarsis a través del arte; mi arte conlleva maneras de expresar mis miedos y traumas personales, vivencias que necesito comunicar.
P. ¿Por qué incides en la figura femenina en tu trabajo?
R. Mi obra es autorreferencial y responde a intereses personales sobre la mujer como sujeto dentro de la sociedad. Me motiva ahondar en cómo nos vemos, cómo nos sentimos y la forma en que la propia sociedad influye en nosotras. Para mí es muy importante tener una obra que respalde y apoye a la mujer y también se autodefina feminista.
P. ¿Qué importancia tiene para ti la desnudez?
R. Realmente la importancia que tiene para mí la desnudez es nula. Intento en mis obras acercar al espectador a una reflexión sobre esto, mostrar el desnudo como un acto natural y socavar con un modelo de representación que presenta a la mujer como objeto sexual.
P. ¿Cómo de necesario crees que es reflexionar sobre la muerte?
R. A muy temprana edad me di cuenta de que debía interiorizar y ver la muerte como una etapa más de la vida. En obras de catarsis me acerco a la muerte y hablo sobre ella y reflexiono sobre ella. En varias ocasiones cuando he tenido la sensación de sentirla cerca he cambiado la perspectiva y la percibo desde otra mirada, alejada completamente del miedo.
P. ¿Cuánto dirías que ha influido la obra de Ana Mendieta en la tuya?
R. No es secreto que la obra de Ana Mendieta es uno de mis principales referentes. Su obra me trajo de nuevo a la vida, literalmente, como mismo se hace referencia en la exposición. Ana Mendieta me cautivó con la frase “la vida es inmortal cuando se acaba”, en consecuencia, realicé una exposición en su homenaje bajo ese mismo título. Como punto culminante de la exhibición hice un performance nombrado Estar cerca de la muerte, inmortaliza el deseo de vivir, y es mi manera de responder a su obra. Cuando estuve en el peor momento, la obra de Ana me dio el respiro que necesitaba para vivir.
P. ¿Qué opinión te merece la censura de los cuerpos desnudos en las redes sociales?
R. Como ya he manifestado anteriormente el desnudo está sobrevalorado, en ámbitos sociales y por ende en las plataformas digitales; a su vez este fenómeno de la censura a los cuerpos desnudos en las redes sociales conlleva censura en el arte y en temas de igualdad de género. Están frenando la exposición de conceptos válidos por estar mediados por la desnudez.
P. ¿Qué aporta el arte a tu vida?
R. Sinceramente, el arte es mi vida. Si no hago arte estaría demente o internada. Para mí es la fuente de luz de mi existencia.
P. ¿Cómo ves el panorama artístico en Cuba?
R. Siempre he dicho que Cuba es una mina de arte, los artistas cubanos son increíbles y tienen un potencial inmenso. En Cuba siempre te vas a enriquecer porque hay una comunidad bella de artistas, muchos jóvenes, donde todos se nutren recíprocamente y comparten su arte haciéndolo uno.
P. ¿Cuál crees que es la mejor estrategia para combatir el machismo en el mundo arte?
R. Sería muy arriesgado desde mí emitir un juicio, pero desde mi humilde opinión una estrategia para combatir el machismo en la esfera artística sería intentar darles igualdad a las mujeres artistas frente a los hombres, proporcionar la misma visibilidad y acceso a oportunidades semejantes. A través de la historia los artistas hombres han tenido una mayor validación en el medio, por eso pienso que es el momento para equilibrar la balanza en cuanto a géneros dentro del arte.
P. ¿En qué estás trabajando ahora?
R. Actualmente trabajo en la serie fotográfica Lilith’s, que hace alusión a Lilith la primera mujer en habitar el paraíso junto a Adán, pero a la vez, la primera en rebelarse ante el hombre, y levantar su voz con un criterio diferente. Puedo anticipar que viene una obra muy comprometida, que carga con mucha fuerza y trata de destruir un mito creado alrededor de Lilith, asociado a una femme fatale o mujer demoníaca y maligna. El propósito es desvincular esta imagen, ya creada en el imaginario social, y moralizar a un cuerpo femenino que ha sido estigmatizado patriarcalmente.
Puedes ver más obras de Alejandra Glez en su página web y perfil de Instagram.
