
Movilización total: la militarización en las nuevas tecnologías
El reciente ensayo de Maurizio Ferraris analiza el nuevo paradigma social en el que nos encontramos
Hace unas semanas he tenido la maravillosa idea de apagar el móvil por 24 horas. No era un experimento, estaba agotada, quería dormir, leer, disfrutar del sábado como me diese la gana, eso sí, sin Internet. El resultado, como se podía esperar, ha sido catastrófico.
Si bien he podido acabar el libro de turno, el teléfono casi se me explota con las notificaciones y las llamadas de los familiares responsables por viralizar mi indisponibilidad al otro lado del Atlántico, lo que me hizo sentir francamente culpable.
Me pregunto cómo lo hacíamos hace una década y la respuesta es sencilla. No lo hacíamos. Era la época de los sms, con suerte alguna videoconferencia por Skype, y con mala suerte, los powerpoints por email. Nadie hacía un escándalo porque no los abrías creyendo que te había pasado algo. ¿Éramos felices y no lo sabíamos?
El inmediatismo está a la orden del día. La completa disponibilidad a la que estamos sometidos es el objeto de estudio del filósofo italiano Maurizio Ferraris (Universidad de Turín) en su ensayo Movilización Total, publicado en España por la editorial Herder. Ferraris centra su investigación en el Neorrealismo (Manifiesto del Nuevo Realismo) y el paradigma de la documentalidad como ontología social.
“Cuantos más registros, más responsabilidad”
Nos encuentran a deshoras, enviamos y nos envían cientos de mensajes a los que nos vemos obligados a contestar. Si es trabajo, puede que estemos trabajando a tiempo integral sin ni siquiera cotizar. La llamada lleva consigo una carga de responsabilidad; representa, como dice Ferraris, un mandato individual. Va dirigida a ti, te alcanza. Ese bombardeo de información puede generar frustración y cuando no, culpabilidad.
No obstante los sentimientos que suscita esta dinámica son tan solo la punta del iceberg de la movilización total. El análisis de Ferraris intenta contestar a la pregunta “¿quién me manda hacerlo?”
Disciplina militar. Internet está en centro del paradigma de la documentalidad funcionando como un gran acelerador de registros. El filósofo pone énfasis en el hecho de que los registros, como órdenes escritas, se anteponen a la constitución de normas y valores imponiéndonos de esta manera su ley aún en contra de nuestra voluntad. Bajo este protocolo se empieza a desplegar lo que él considera el enigma de la movilización.
La técnica, cada vez más acelerada, explica el tono militar de este proceso. Aspectos como la gratificación y el reconocimiento también entran en la dinámica de las intencionalidades individuales en el juego del aparatto, además, claro, de la alienación.
Para Ferraris no nos movemos por necesidad sino por puro deseo. Esto explica en parte nuestra disposición compulsiva a lo que él llama los ARMI (Aparatos de Registro y Movilización de la Intencionalidad).
Los necesitamos porque nos sentimos inermes. Al contrario de Foucault, el filósofo no considera la naturaleza humana disociada de la técnica, por lo que para él lo que hay son registros y documentos que se manifiestan a través de los ARMI y son así capaces de movilizar la intencionalidad.
En diálogo con diversos autores y con su terminología desglosada al final del ensayo, la lectura de Movilización Total se hace amena, pero sobre todo, clarificadora y de difícil desacuerdo en lo que a las nuevas tecnologías se refiere. La militarización de la respuesta no viene sin la urgencia de las órdenes de la llamada. Reflexionar sobre nuestra manera de encarar los medios es, pues, el mayor objetivo.
Algo he aprendido. La segunda vez que decidí apagar el móvil por muchas horas a modo de desintoxicación electrónica tomé la molestia de avisar a mis familiares. La contestación, como no, no ha tardado en venir: «¿cuándo lo volverás a encender?»
Maurizio Ferraris, Movilización Total, Herder, 2017.