El artista italiano explora en sus cuadros el tiempo, el espacio, la identidad y la rutina
Es fácil identificarse con la temática que ha elegido Dario Maglionico para sus últimas obras. Jóvenes adultos trabajando en sus ordenadores, moviéndose por sus casas, tomándose café o una copa vino. La rutina misma o quizás algunas horas del día son condensadas en tan solo una imagen.
Maglionico consigue su representación gráfica del tiempo de una de manera muy especial: a través de la superposición de sus personajes en la escena, y la supresión y transparencia de algunas partes de sus cuerpos. Así crea figuras casi fantasmagóricas, incluso sin rostro o cabeza, y situaciones a veces desconcertantes. No por ello traen una sensación terrorífica, al revés, dejan el rastro de su comportamiento y de las múltiples posibilidades de movimiento.
Las escenas las elige él mismo en base a fotografías de sus conocidos. El proceso pasa por la pantalla del ordenador antes de ir al lienzo a través de un collage fotográfico. El resultado final, dice, casi nunca tiene que ver con el contenido original estas imágenes.
Por increíble que parezca, Dario Maglionico es pintor autodidacta. Si te ha gustado su trabajo, pásate también por su página web o su perfil de Instagram.