Colin Raff: «El sentido del humor es esencial en un artista, incluso cuando el arte no tiene por qué ser gracioso»

Danielle Cruz Por Danielle Cruz
13 Min lectura
El artista y escritor americano nos cuenta qué inspira su trabajo, cómo lo hace y como ve el collage digital actual

El collage no es tan solo un trabajo de yuxtaposición. Para tener gracia, sentido y revelar una historia hace falta buscar este encuentro fortuito que solo la poesía es capaz de proporcionar. Esto es lo que persigue Colin Raff.

Formado en literatura y escritura, el autor y artista digital es originario de Seattle y reside en Berlín. Aprendió diseño gráfico, según nos conta, jugando con el Photoshop. Combinar las dos artes ha sido para él un paso natural para dar rienda suelta a una rica narrativa visual y literaria.

Aquí abundan los personajes surrealistas que recuerdan antiguas pelis de terror; objetos, animales y flora aparecen perfectamente descritos y retratados, como si de un libro de ilustraciones científicas del siglo XVIII se tratara. La diferencia es que los mundos de Colin Raff van más allá de la mera descripción: son una invitación muy convincente a que viajemos con él.

 

 

 

Colin Raff. Cortesía del artista

 

 

 

P. Tu estilo es único, se distingue a leguas. ¿Cómo es tu proceso creativo? ¿Trabajas mayoritariamente con collages o también diseñas los personajes desde cero?

R. Yo ya sé lo que quiero que la imagen sea antes de ensamblar el material de fuente necesario (la mayoría de ellas la repartiré en centenas de capas) para crearla. Esto es posible por la manipulación extrema que el proceso digital permite.

 

 

 

Colin Raff. Cortesía del artista

 

 

 

P. Tus GIFs y videos siempre tienen una narrativa por detrás. ¿Qué literatura y arte te han inspirado más y por qué?

R. ¡Un montón podría decir aquí! Hasta en la categoría de «más». Supongo que puedo decirte que Luis Buñuel es uno de mis directores de cine favorito y esto probablemente es observable por lo menos en el ritmo. Bruegel ha sido mi pintor favorito desde mi infancia. Tanto en la composición como en el detalle figurativo él debería ser considerado un ideal. Animadores: Starewitch, Zeman, y Lenica/Borowczyk, por razones obvias.

Estoy seguro de que si Edward Gibbon hubiera dibujado desde las historias de Ovidio hasta sinopsis de las novelas de collage de Max Ernst de memoria, el resultado sería algo que yo apreciaría inmediatamente por el enfoque irónico y muy medido a las secuencias incongruentes. Su influencia se extendería hasta esta respuesta, dado el tiempo absurdo que me tiré tratando de hacerla lo más concisa posible.

 

 

 

 

 

 

P. GIF es un formato excelente para presentar este tipo de arte. ¿Cuándo has decidido que era una buena idea intentarlo y por qué?

R. Yo vengo publicando GIFs de este tipo de manera consistente desde el principio de 2011. El formato no es conducente a los formatos largos que a mí me interesan, pero hacen el trabajo como un tipo de ilustración en movimiento (Euxinova, Torpid Slivers). La razón por la que no hice suficientes cortos (por no mencionar ningún largo) hasta ahora se debe básicamente a mis intereses literarios y el tiempo que paso combinando los GIFs com textos en diferentes proyectos.

Puedo añadir que los GIFs son una manera de ver tu arte en todas partes, sin ni siquiera mirarla, pero son difícilmente acreditadas y menos todavía compensadas financieramente. Es realmente increíble.

 

 

 

Colin Raff. Cortesía del artista

 

 

 

P. Pareces un gran fan de las películas de terror antiguas, sin embargo tu trabajo traduce esta oscuridad en humor y alegría. ¿Dónde está la magia? ¿Crees que esta percepción está relacionada con la manera con la que miramos la estética antigua en los días de hoy? ¿O quizás lo raro y lo bizarro abren esencialmente una brecha para hacernos reír?

R. Una gran parte de mi fuente de materiales viene de mi tesoro de fotografías antiguas vendidas en los mercados Antik und Trödel de Berlín, pero también de fotos que saco a mi alrededor (Berlín es genial para los ambos). Mi trabajo tiene que ver con la historia y la mutación de los relatos e ideas, pero la época y la estética dependen tan solo de las necesidades de cada proyecto y no son anticuadas de manera inherente.

Creo que el sentido del humor es esencial en un artista, incluso cuando el arte no tiene por qué ser especialmente gracioso. Yo seguramente hice muchas piezas de humor, pero en general no trato de atender a emociones específicas.

 

 

 

 

 

 

P. ¿Qué es lo “raro” para ti?

R. Una hashtag. Utilizarlas parece ser un juego necesario de Internet, pero preferiría no tener que invocar estos descriptores (“horripilante”, “bizarro”, etc.) para nada. “Grotesco” e “intrigante” (“unheimlich”, “de miedo”) pueden parecer apropiados, pero no me esfuerzo para acomodarlos. Una ficción bien arreglada está atada para producir estos efectos.

 

 

 

Colin Raff. Cortesía del artista

 

 

 

P. No solo presentas un bestiario como lo examinas con imágenes anatómicas y descripciones. La ciencia vuelve a parecer fantástica. ¿Por qué esta mezcla entre la ciencia y la fantasía son tan atractivas para ti?

R. No lo pondría de esta manera. “Fantasía”, por lo menos en inglés, adquiere connotaciones que piden realización, lo que no tiene que ver con mi arte. Veo las descripciones como detalles ficticios que dan una materialidad necesaria a cosas ficticias. Un animal con tal base puede existir mejor en una historia más larga, puede convertirse en un manjar (con la receta incluida), parte de un ecosistema, o la base de un mito. Este es el mecanismo, por ejemplo, detrás de mi pieza Variations of Brandenburg Salamander. Pretensiones similares generan los textos compuestos para mis exposiciones, las cuales hasta el momento siempre incluyen algún tipo de folleto.

Yo prefiero que aún cuando la información es ocultada –cuando algo es estrictamente una aparición, o debe mantenerse ambiguo, alegórico, etc.– que esta base esté presente en algún sitio de la ficción, ofreciendo la seguridad de que tales aspectos se pueden manifestar a cualquier momento, aunque no lo hagan nunca. Hasta en sueños los objetos bajo escrutinio producen nuevos detalles, sugiriendo otro tipo de existencia. Para ser claro, hablo de los detalles que son integrales en una historia, no meramente presentes solo para aportar una textura de fondo para escenarios tediosos de fantasía.

 

 

 

Colin Raff. Cortesía del artista

 

 

 

P. Combinas tu bestiario y colección botánica con la literatura, lo que hacen que sean absolutamente disfrutables casi como un juego. ¿Puedes contarme más sobre la serie Torpid Slivers?

R. Torpid Slivers es una serie habitual que combina textos e imágenes, en colaboración con la revista literaria online Queen Mob’s Tea House. Me mantuvo activo escribiendo a lo largo de 2018, dado que el proyecto de Euxinova requiere mucho trabajo a cada entrega para seguir con ello regularmente (¡a pesar de que hace mucho tiempo se esperan nuevos capítulos!). Habrá por lo menos 52 entradas de Torpid Slivers. Creo que quedaría bien también como libro, si algún tomo se materializa incluiré también más contenido de lo que se puede ver online.

Algunas entradas aluden explícitamente algunos elementos comunes de mi trabajo como los países de Euxinova y Sulepawak, sus historias, negocios, flora, fauna, supersticiones, etc. Pero las que no lo hacen son todavía parte de la misma larga narrativa que podría ser divulgada a cualquier momento o dejada a oscuras.

 

 

 

Colin Raff. Cortesía del artista

 

 

 

P. Tengo la impresión de que has creado tu propio vocabulario de lo grotesco. Elementos como las partes del cuerpo humano, especialmente la boca y los ojos, o combinaciones de objetos como los juguetes e insectos son distorsionados para alcanzar este efecto fascinante y desconcertante a la vez. ¿Es simplemente el juego de desorganizar elementos familiares lo que nos hace tener este sentimiento de lo horripilante o piensas que hay más ahí en donde podemos profundizar?

R. Esa es una cuestión complicada para mí pues estas observaciones podrían ser aplicadas fácilmente a otros artistas. Además, no creo que un tema típico mío aparezca como una combinación de elementos familiares. Idealmente es una síntesis en las que los elementos que entran en esta creación ya no pueden ser identificados. Es verdad que algún tipo de aparato híbrido es común las presentaciones de mis relatos y tableaux, pero estos siempre contienen también componentes completamente imaginarios. La distorsión está siempre presente en algún grado, independientemente de la aparición fotográfica, hasta las figuras más naturalistas (los personajes más normales) son todavía montajes artificiales en capa. Qué efecto estas cosas producen debería depender del espectador, sea quien sea. Yo esperaría que no todos procesaran de la misma manera.

Simplemente combinar elementos encontrados para obtener un efecto puede ser muy fácil dada la facilidad de juntar imágenes digitalmente. Mi impresión después de ver una infinidad de collages tibios online es que este planteamiento va muy lejos de la “chance encounter” de Lautréamont, de la clara poesía que hace que estas yuxtaposiciones valgan la pena. Siempre habrá excepciones, pero creo que en la era de los mashups fáciles deberíamos intentar sintetizar nuestras fuentes e influencias más que solo regurgitarlas y reordenarlas.

 

 

 

Colin Raff, Puppenoptrids. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿Cuáles son tus creaciones favoritas? ¿Tienen alguna anécdota curiosa detrás?

R. Todo tiene una historia detrás y no podría nombrar una favorita. Sin embargo, Torpid Slivers #9 puede ser una buena pieza introductoria, viendo como los Puppenoptrids (Pupafurius hypervespa) continúan haciendo sus apariciones.

 

Encontrarás más información sobre Colin Raff en su canal de Youtube, Twitter y también en su perfil de Instagram.

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Es editora de elemmental. Doctoranda en Comunicación. Estudió Edición y Filosofía. Amante del arte y los nuevos medios. Estuvo antes en el Cultura/s del diario La Vanguardia.