Beatriz Lobo: “Lo que más me gusta del sistema del arte actual es que hay espacio para salir de él”

María von Touceda Por María von Touceda
14 Min lectura
Una vuelta por los diferentes proyectos y el prolífico imaginario de la artista

Beatriz Lobo (Vigo, 1985) es una artista gallega que traspasa las esferas de lo corriente para adentrarnos en un mundo íntimo y particular que se nos presenta como un nuevo Jardín de las Delicias del chóped.

Su trabajo, además de innovador, tiñe de humor un colorido y ácido lenguaje personal que no deja indiferente a nadie. O a amas o la amas más. No hay cabida al odio.

Licenciada en Bellas Artes, la innovación que se plasma en su obra es de carácter trascendental, va mucho más allá de lo que podemos captar en un primer momento. Si hubiese cinco tortugas ninja, sin duda, una llevaría su nombre.

 

 

Beatriz Lobo, Un amigo, 2016. Cortesía de la artista

 

 

P. Pitis, lonchas de embutido, mascarillas faciales, objetos sobre los que pintas caritas… tu imaginario se compone de una serie de elementos que conforman un estilo muy personal. ¿Qué te lleva a fijarte en ellos para convertirlos en objetos de culto?

R. No sé si tendrá que ver con la cultura de lo precario, ni sé lo que eso significa, cultura de lo precario… pero de alguna manera encuentro algún tipo de salvación a través del “criterio” que es algo que no cuesta dinero. Quiero decir que de entre lo salchichero, me da mucho gusto pescar y transformar basurillas en tesoros personales. De estudiante me identifiqué pronto con El buen mal gusto de John Waters, aplicado al terruño, claro, esto no es Baltimore.

 

 

Beatriz Lobo
Beatriz Lobo, Dirty Diana. Cortesía de la artista

 

 

P. Cuando propuse tu trabajo a la dirección de la revista dije que Beatriz Lobo era lo más moderno que nos podíamos echar a la cara. Moderna sí, modernísima pero ¿en qué movimiento artístico encuadrarías tu obra?

R. ¡Oh! ¡Caramba! Me halaga muchísimo eso, muchas gracias. Pues yo diría que en el románico erótico del medievo español. [risas]

 

 

Beatriz Lobo, Merendeiro, 2018

 

 

P. Realizas ilustraciones, pintura, escultura, cómic, performance, gifs… si tuvieses que elegir, ¿con qué medio te quedarías?

R. A mí lo que me gusta es pensar cosas y hacerlas y al final me da un poco igual de qué manera. Es verdad que me tiro muchas horas pintando al óleo y durante un tiempo creí que era mi cosa, mi habilidad especial, pero a la larga me di cuenta de que era un vicio. Me gusta imaginar algo que no existe y hacerlo. Es lo que más me divierte. El año pasado me emocionó mucho ver cómo movían un excel mío de granito prado arriba, en la Cidade da Cultura, ese templo del chorizo que hay en Santiago de Compostela, y pensé: “Qué suerte tengo de que me paguen por algo que he pensado”, vaya milagro, encima no comparten mi opinión y me pagan igual.

 

 

 

Es verdad que me tiro muchas horas pintando al óleo y durante un tiempo creí que era mi cosa, mi habilidad especial, pero a la larga me di cuenta de que era un vicio

 

 

P. Has ilustrado varias portadas de discos para Anntona, Aaron Rux, La estrella de David… ¿Cómo es el proceso creativo para estas ocasiones? ¿Difiere del resto de tu trabajo?

R. Buah, últimamente estoy haciendo muchas y me encanta. El proceso creativo de las portadas es muy emocionante porque es algo importante de verdad para el que te la pide, y a mí me gusta trabajar así, es un lujo. Esa cosa chunga que sucede cuando trabajas con instituciones, la sensación de que a todo el mundo le da igual lo que hagas con tal de cumplir, es lo opuesto a trabajar de portadista. Difiere del resto de mi trabajo en cuanto a que pongo mis ideas al servicio de otro, y mi objetivo es que el músico se sienta identificado y feliz con la imagen que le devuelvo de su propio proyecto. A veces sale rápido y otras se tarda muchísimo, es siempre muy intenso. Bueno yo es que soy un poco intensa con esas cosas.

 

 

 

 

P. Has impartido clases de gifs a lápiz para niños en La Casa Encendida y tú misma has realizado varios para distintos medios. ¿Qué crees que resulta tan atractivo de este “nuevo” formato?

R. Sí, en La Casa Encendida y para Intermediae en centros culturales anduve este verano. Lo de los gifs… Es divertidísimo trabajar con niños animando porque no tienen filtro y van a trescientos por hora. Una vez tuve uno que me hizo un gif abstracto y casi lo rapto. Ahora estoy pensando en hacer esos cursos con personas mayores y me apetece un montón. Yo creo que la gracia de los gifs es que es un formato que no se toma nada en serio a sí mismo y es apunkarrado por definición. Son siempre muchas risas porque no inviertes ni mucho tiempo ni mucho espacio en el disco duro ni nada, sólo risas.

 

 

Beatriz Lobo, Magic Horror. Cortesía de la artista

 

 

P. ¿Cómo te preparas para trabajar?

R. Fumo todo el rato, es una desgracia. Trabajo en una especie de cenicero que es mi ruina. Mi taller es mi casa. Tengo una mesa sucia para pintar y otra menos sucia para el escáner y el ordenador y me alimento de sándwiches.

Normalmente trabajo de diez de la mañana a ocho de la tarde, sola, escuchando podcasts de misterio, con alguna changa de Candy Crush. Hablo mucho sola y si pinto normalmente se me sube el aguarrás a la cabeza y luego salgo de la cueva en pijama desesperada por hablar con cualquiera.

 

 

Beatriz Lobo
Beatriz Lobo, The joy of painting I, 2014. Cortesía de la artista

 

 

P. A mi parecer, tus obras Un amigo realizada con cientos de chicles de cerámica o Sin bling bling no hay gloria un altar hecho con lonchas de embutido, también de cerámica, las dos expuestas en Vigo, han derramado más luz sobre la ciudad que las luces de navidad de Abel Caballero. Resides en Madrid pero ¿cómo ves el circuito del arte contemporáneo en tu ciudad?

R. Pues mira, yo creo que Abel es un artista total, un loco, una broma, un peligro, una maravilla de ficción que por desgracia maneja presupuestos reales. Lo del MARCO es una auténtica cochambre. Lo único a favor es que está pellizcándole tanto el culo a los artistas locales que con el cabreo estamos espabilando rapidísimo. Hace un montón que no trabajo en Vigo porque me da pereza tanta desolación y por eso admiro tanto a los militantes. Hay buenos festis de autoedición, grupazos, colectivos organizados de artistas de nivelón y lo están haciendo solos. Creo que tienen mucho más futuro que el alcalde.

 

 

Beatriz Lobo, Sin bling bling no hay gloria. Instalación en el Museo de Arte Contemporáneo de Vigo, 2013. Cortesía de la artista

 

 

P. ¿Qué es lo que más te gusta y lo que más detestas del sistema sobre el que gravita el arte actual?

R. Lo que más me gusta del sistema del arte actual es que hay espacio para salir del sistema del arte actual y estamos preparados para entenderlo. Lo que más detesto es el circuito oficial, las expos de artistas emergentes sin pagar, las dinámicas cutrongas de poder, los comisarios señoros que van perdonando vidas, los artistas farloperos de los noventa, y los palos contra la pared que por suerte ya están pasando de moda. Me encanta cuando veo becados trabajos honestos de compañeros y compañeras y me da pereza cuando veo al típico funcionario de convocatorias echando sin ton ni son proyectos precocinados que son una pena.

 

 

Beatriz Lobo
Beatriz Lobo, Colorful nightmares. Cortesía de la artista

 

 

P. ¿Qué opinión te merecen las exposiciones solo de mujeres artistas?

R. TODO UN TEMA. Al responder a esto me doy cuenta de que aún siendo yo feminista, he rechazado participar en alguna. La mayoría de estas iniciativas consideran el género como único criterio curatorial y me parece una cutrez, como de liga especial. Luego hay propuestas como el She Makes Noise (que no es pintura, pero son mujeres y electrónica) de Natalia Piñuel que me parecen una maravilla, porque sigue una línea coherente y de calidad.

 

 

Beatriz Lobo
Beatriz Lobo, I’m your private dancer, dancing for money. Cortesía de la artista

 

 

P. Has estudiado Bellas Artes entre Pontevedra y Rumanía. ¿Cuáles son las diferencias más grandes entre los dos sistemas educativos?

R. La facultad de Pontevedra es de corte conceptual, no agarré un pincel en serio en los cinco años que estuve allí. Tenía que pensar cubos, máquinas para medir montañas, tardar más en titular la obra que en hacerla, fliparlo con Duchamp (por eso hay palos contra la pared en las galerías en 2018). Aprendí un montón de cosas, creo que es difícil que me la den con queso porque eso aprendí, a colarla de forma elegante. En la facultad de Iasi, Rumanía, todos los estudiantes salían con trabajo en alguna iglesia ortodoxa, así que era todo muy técnico: mosaicos, pan de oro, retablillos realistas… Creo que la diferencia más grande entre ambas es lo que se entiende por “oficio”.

 

 

En la facultad de Iasi, Rumanía, todos los estudiantes salían con trabajo en alguna iglesia ortodoxa, así que era todo muy técnico: mosaicos, pan de oro, retablillos realistas… Creo que la diferencia más grande entre ambas es lo que se entiende por “oficio”

 

 

P: ¿Cuáles son tus principales referentes?

R. Velázquez, Goya, Joseba Muruzábal, Tina Turner, Gómez de la Serna, Dalila Virgolini, mi amigo José Luis Pérez Santiago que es un dandy y un pintor.

 

 

Beatriz Lobo
Beatriz Lobo, Detente, eres tan bello. Cortesía de la artista

 

 

P. ¿Qué nuevos proyectos te va a traer el 2019?

R. Tengo un par de portadas más de discos y estoy metida en líos de cine, pero nunca se sabe si saldrán. Si sale, ojalá, pintaré cuadros con sangre menstrual para una película. Estoy haciendo la imagen para El Nuevo Candilejas, un antiguo cine en el que se proyectan pelis raras españolas, y tengo encargos de particulares. Ni idea de lo que traerá 2019, siempre me llegan las historias por sorpresa, espero que vengan muchas.

 

 

Tengo un par de portadas más de discos y estoy metida en líos de cine, pero nunca se sabe si saldrán. Si sale, ojalá, pintaré cuadros con sangre menstrual para una película

 

 

P. Y por último, ¿crees que hay algún artista español que tenga actualizada su web?

R. Sí, Blanca Gracia, que es siempre la única española que mola en ARCO, y Nuria Güell, que lo acabo de comprobar.

 

Podrás encontrar más obras de Beatriz Lobo en su página web y también en su perfil de Instagram.

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Crítica de arte contemporáneo y escritora. Es autora de las novelas 'Crítica del vicio' (2016) y 'Coito Ergo Sum' (2019), ambas publicadas por La Marca Negra Ediciones.