El artista belga nos habla de su proceso creativo y del carácter psicológico de sus personajes
Las caras y bocas exageradas de los cuadros de Yves Decamps (Amberes, 1976) hablan por sí mismas y acabamos por confesarnos que ya las hemos visto en algún lugar. El artista hace más que caricaturas: son caricaturas psicológicas trasladadas al lienzo y también a los cómics. Con el añadido de que él nos enseña las expresiones más inquietantes en tonos muy agradables.
Todo está calculado. Decamps empieza su carrera en el ámbito de la fotografía –medio que sigue influenciando su proceso de trabajo– y afirma la importancia de planear el montaje eligiendo muy bien las piezas de su puzzle. Viviendo en Perú, descubrió la fuerza de las caretas en la cultura latinoamericana y saca de ellas su mayor inspiración.
Si por un lado nos identificamos con estas expresiones y nos reímos con la literalidad de sus chistes, por otro nos encontramos con una fuerte sensación rechazo. Como dice Mark Fisher en su libro Lo raro y lo espeluznante, lo raro nos da sensación de que hay algo erróneo, que no debería estar ahí compartiendo espacio con otros elementos perfectamente familiares.
Yves Decamps nos invita a pensar en todo eso y nos cuenta cómo es su proceso de trabajo.
P. Antes te dedicabas a la fotografía documental. ¿Cómo acabaste finalmente en la pintura?
R. En Bélgica en el 2011 he podido publicar un librito de fotos documentales que he hecho aquí en el Perú. Básicamente un documental irónico sobre sitios y objetos no estéticos al borde de las zonas turísticas. En sí, he hecho estas imágenes en el mismo espíritu que las pinturas que estoy haciendo ahora. Pero después la publicación me sentía un poco limitado con el medio fotográfico.
Estuve viviendo un tiempo en Bruselas y tampoco tenía el tiempo y los medios para salir a hacer fotografías. Entonces decidí aprender a dibujar, porque lo podía hacer tranquilo por las noches en mi casa. La pintura en sí ha venido mucho más tarde, en el 2017 para ser preciso.
P. ¿Cómo ha influenciado el cambio de país en tu trabajo?
R. No creo que mi trabajo iba ser muy distinto. El tema de mi obra es universal, no está ligado a un país en particular aunque es más que todo un reflejo del mundo occidental. La diferencia puede ser que veo las cosas desde la distancia o desde otro ángulo. Por el otro lado, en el Perú estoy más limitado en mi elección de materiales. Eso me ha obligado de experimentar con diferentes materiales, métodos, etc. He aprendido mucho de eso.
P. Tus personajes tienen un importante componente psicológico y, sin duda, político. ¿En quiénes te inspiras y por qué?
R. Psicológico sin duda, político ni tanto, aunque hay algunas caricaturas están basadas en figuras políticas. Estas caricaturas empiezo hacerlas cuando tengo cero inspiración, es una manera de continuar trabajar hasta que algo más interesante llegue a mi mente. En realidad, no quiero bajarme al nivel de la política. Me interesa mucho la psicología, especialmente cuando empieza desviarse.
Mis retratos siguen el sistema de la caricatura, pero no son caricaturas faciales, son caricaturas mentales. En la caricatura tradicional se busca uno o más características típicas de una cara y las amplificas. Yo intento ser lo mismo pero a un nivel mental. Eso es un parte de la obra. Por otro lado, el título también es muy importante. Siempre intento hacer un juego entre la imagen y la palabra. No me inspiro en una cara o una persona en particular. El resultado final es un montaje de varias imágenes que sirven de idea inicial.
P. Me parece que hay una saturación de la gilipollez en el mundo político en general, en lo que se refiere al discurso público. La impresión que tengo es que tu obra sabe reflejar este mundo en el que estamos atrapados, donde las personas y sobre todo los políticos ya no piensan antes de hablar o insultar. ¿Puede ser este uno de los significados de la boca (y los dientes) en tus imágenes?
R. No. Para funcionar en una sociedad, siempre tienes que mantener cierto formalismo. En una fiesta tienes que ser feliz, en un entierro te vistes de negro, las vacaciones tienes que ser divertido, en el trabajo… Todas estas actitudes, las veo como máscaras. Maneras de esconder tu verdadero estado. Aquí en Perú y en básicamente en toda América Latina el uso de las máscaras siempre ha sido muy importante durante las fiestas y rituales. Esas bocas grandes y acentuadas son inspiradas por esas máscaras.
P. Las expresiones faciales que trabajas son de cierta manera muy familiares. Es casi como si pudiéramos escuchar sus sonidos mientras se ríen. ¿Planeas todas estas emociones que expresas antes de empezar? ¿Cómo es tu proceso creativo?
R. Sí, mi trabajo es totalmente planeado. Antes de empezar a pintar ya sé perfectamente cómo tiene que ser el resultado. Por eso no me considero un pintor. No pinto para pintar, la pintura es solamente una herramienta nada más. El procedimiento tiene dos partes, el montaje y la realización. Cuando tengo una idea, voy buscando caras, narices y bocas en Internet, casi como un casting. Desde allí empiezo hacer montajes con las imágenes hasta llegar a un collage que representa mi idea. En este momento empieza la segunda fase, la realización, en otras palabras, la pintura.
P. También haces una incursión en los cómics y alguna vez has pintado alguno en lienzo. ¿En qué medio te sientes más cómodo? ¿Qué te da uno que no te da el otro?
R. Trabajo casi siempre formatos pequeños, entonces el lienzo no me conviene por su textura. Prefiero mdf o paneles de madera, son más lisos y me permiten trabajar con más detalle. Me gusta mucho el panel, así trabajaban también en siglo XV y XVI, una de mis épocas favoritas en la historia de la pintura. La mayoría de mis pinturas son derivadas de los cómics que hacía hace unos años. Ahora más los considero como estudios para lo que estoy haciendo ahora.
P. Pese a que tus personajes sean en cierta medida bizarros, inquietantes y cómicos, eliges unos colores muy agradables que nos lleva a disfrutarlos en su aspecto formal. ¿Cómo funciona la elección de los colores para ti?
R. Sí, es verdad, los colores son muy importantes en mis pinturas. A veces los elijo en una manera instintiva pero no siempre funciona y allí me dejo guiar por las teorías de colores. El uso de colores alegres en combinación con las caras inquietantes aumenta todavía más el ambiente de alienación.
P. En pintura, ¿cuáles son tus mayores influencias?
R. Los Flamencos primitivos como Van Eyck, Pieter Brueghel, el Bosco, etc. Pero también fotógrafos como William Eggleston, Diane Arbus. Directores como Almodóvar, David Lynch y David Cronenberg. Músicos como Captain Beefheart y John Lee Hooker. Para mí hay una infinidad de influencias.
P. ¿Cómo ves el mundo del arte en Perú?
R. La mayoría de los peruanos tiene como prioridad sobrevivir. El arte contemporáneo como lo conocemos en Europa, EEUU y otros países occidentales todavía está en desarrollo. Lo que es más interesante aquí es la artesanía y el arte folclórico. Cada región tiene sus cosas, los retablos de Ayacucho, la cerámica y el textil de las tribus amazónicas, las máscaras de Cusco y Puno, etc. Perú también tiene una herencia de arte precolombino increíble. Entonces hay mucho que descubrir todavía.
P. ¿Cómo es un día normal de trabajo en la vida de Yves Decamps?
R. Levantarme a las 6 de la mañana, desayunar con mi familia y llevar a mis hijas al colegio. Hasta ahora no puedo vivir de mi arte entonces hay que hacer todavía otras cosas para vivir. Mi esposa y yo tenemos un negocio. Ahí trabajamos hasta las 3 de la tarde, almorzamos con la familia y después empiezo trabajar en mi arte. Básicamente somos una familia tranquila, intentamos no estresarnos mucho y ya…
P. ¿Qué es lo normal para ti?
R. Lo normal es lo que hace la vida aburrida, es el enemigo de la creatividad. La normalidad te constipa. Está bien que existan normas, pero hay desviarse de ellas, es la única manera de avanzar y llegar a otro nivel. Quedarse en la normalidad provoca un falso sentimiento de seguridad, porque no hay seguridad, vivimos en un mundo de azar.
P. Y ¿qué es lo raro?
R. Para mí lo raro es el opuesto de lo normal, es más interesante. Lo raro expande tu horizonte, te estimula, te hace reflexionar. Lo raro trae más riesgos. A mí más que todo me hace reír. Lo raro también es más caótico, tal vez por eso me gusta vivir en el Perú porque este país es un caos de mierda. En unos años puede ser que volvamos otra vez a Europa por la educación de mis hijas. Para mí es un desastre porque creo que ya no podré acostumbrarme a esa “normalidad”.
P. Por último, ¿cuáles son tus próximos proyectos?
R. Continuar con lo que estoy haciendo e intentar encontrar una galería o alguien que pueda representarme.
Puedes ver más obras de Yves Decamps en su página web y en su perfil de Instagram.