Jilgueros y realismo sucio cantabrón

Begoña R. Orbezua Por Begoña R. Orbezua
6 Min lectura
Raúl Real presenta doce relatos en un estilo fresco y cinematográfico

Bajo el sugerente título La Inteligencia de los Jilgueros, se asoman doce originales relatos, con fuerte sabor a realismo sucio, del santanderino Raúl Real. El autor, graduado en Filología Inglesa por la UNED, proviene de una trayectoria de veinte años en el mundo del rock, con bandas como Los Tupper y Soul Gestapo, ha publicado más de una decena de discos y ha tocado por España, Francia y Reino Unido. Además colabora escribiendo para magazines y otros medios (Ruta 66, eldiario.es Cantabria, Amberes, Drugstore Magazine).

Como él mismo cuenta en una nota al final de su primer libro, comienza a escribir estos relatos sin pretensiones en la primavera de 2015, coincidiendo con un descenso en su actividad musical y el nacimiento de su hija, a quien dedica el libro. Varios de estos textos van viendo la luz en fanzines, tienen buena acogida y animan a Raúl Real a crear su blog, Desayuno Camboyano, que dejó de lado un tiempo después, pero supuso su salto a la publicación por primera vez con una editorial, Los Libros Portátiles. Se trata de una editorial independiente y “andergraún”, tal y como apunta en su Facebook, que hasta el momento cuenta sólo con otro título más, el poemario Si Puta Por Los Rincones. Poemas y cuentos, de Alejandro Caja, poeta que firma la atípica sinopsis de la contraportada de Real y quien es además el fundador de la editorial.

Son estos relatos inquietantes en sus curiosos y logrados personajes: un vikingo con muñones en lugar de piernas, un gorila perdidamente enamorado de su cuidadora, una pareja que ha de enfrentarse al entierro de su conejo en mitad de su crisis sentimental, un aristócrata decapitado en Los Alpes, pájaros de madera, mariachis, poetas, yonquis, borrachos, enajenados…

Construida la trama alrededor y en función de ellos, el autor nos invita a sumergirnos en la psiquis de personajes marginados y marginales. Esos que habitan cualquier ciudad, a la manera del realismo sucio y otros movimientos norteamericanos (novela negra y literatura sureña) o de clara influencia norteamericana, de quien, no en vano, Real se declara deudor: Raymond Carver, Richard Ford, Fante, Bukowski (“—¿Qué pasa, Chinaski? —me dijo, conocedor de mi debilidad juvenil por Bukowski”), Jon Bilbao, Thompson, Carver y Flannery O’Connor. Aunque se cuelan por las rendijas los clásicos rusos, en especial, cómo no, Antón Chéjov.

En cualquier caso, es un estilo propio, fresco y al mismo tiempo oscuro, a menudo cinematográfico, que salta con facilidad de un registro a otro. También ofrece dosis considerables de un claro humor cítrico y resulta una lectura agradable además por lo nada predecible de las historias, que mantienen al lector atento hasta el final.

Historias que, en la estela ya de grandes escritores, crean un microcosmos con pocos, pero bien seleccionados, elementos, que cuentan mucho más de lo que aparentemente podría parecerle a un lector poco atento y superficial. Sin embargo, el lector avezado puede sumergirse cómodamente en otros niveles de lectura que representan un rico mundo para la imaginación y otorgan una profundidad considerable a los temas expuestos por Real.

Aunque el espacio es fácilmente reconocible como Santander y otros lugares de Cantabria, por ejemplo, las paradisíacas dunas de Liencres, pasando por EEUU, lo cierto es que lo que cuenta este libro podría transcurrir en cualquier ciudad. Por más bonita que sea una ciudad, desde luego Santander es una ciudad bellísima en un entorno privilegiado, siempre existe un arrabal, un lado menos hermoso, barrios menos relucientes (“El patio del parvulario limitaba al norte con uno de los muros de la prisión provincial”). Lugares marginales y marginados que acogen a personajes marginales y marginados a su vez (“aparte de su amplio conocimiento de lo que él mismo llamaba la cultural marginal, era su afición por el caballo”).

Personajes extraños, algunos freaks al estilo del gótico sureño; sin embargo, personajes verosímiles, bien elaborados, de cuya mano Real explorará temas universales en la literatura, como las huidas hacia adelante (“En aquel momento consideré seriamente la idea de salir pitando de allí, sin importarme las consecuencias. Mi instinto me gritaba con todas sus fuerzas”), la oscuridad de ciertas regiones del alma humana, la violencia, el sexo, la locura, pero también algo parecido a la ternura, la amistad, el amor y la compasión.

Estas páginas traducen en palabras la mirada de Raúl Real sobre el mundo que le rodea, una mirada crítica, feroz, ácida a veces y otras agridulce, pero siempre una mirada atenta, capaz de encontrar y exponer al lector el lado sorprendente de las historias. Historias que provocan extrañeza en el lector, que le mueven a la emoción y a la reflexión, pero que también le entretienen. Las características que, en definitiva, se esperan de la buena literatura, aunque quizás un tipo de literatura no apto para pieles finas en exceso.

 

Raúl Real, La Inteligencia de los Jilgueros, Los Libros Portátiles, 2019. 190 páginas. 12€

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Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Deusto y licenciada en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la Universidad de Granada. Es profesora de Literatura, dinamiza clubes de lectura y talleres de escritura.