Sus ilustraciones surrealistas hablan de las relaciones humanas y la tecnología
Manos que se repiten y sujetan todo tipo de objetos pero, sobre todo, se empeñan en hacerse un selfie. Personajes que son tragados y tragan sus objetos de deseo. La sobrecarga de información en las ilustraciones de Johanna Walderdorff nos exige algunos minutos para procesarla correctamente.
La artista alemana hace uso de un imaginario complejo, con referencias constantes al mundo digital y las relaciones humanas. Así, aparecen frecuentemente las parejas, las reuniones de amigos, los personajes híbridos y partes desmembradas del cuerpo humano. Para quiénes no aguantan que todo esté en su sitio, es perfecta.
Con un trazo fino y un uso inteligente de los colores, sus ilustraciones dan un paso más allá de lo grotesco y logran expresar situaciones mundanas de una manera exótica y estimulante. El surrealismo es marca de la casa y el movimiento está siempre presente.
Entre sus influencias, además de la música clásica y el cine experimental, se encuentran la fotografía, el pop art de los años sesenta y las obras coloristas de Eduardo Paolozzi. A diferencia de él, el gran objetivo de Johanna, según comenta, es contar historias. Y, desde luego, lo hace genial. Por aquí esperamos con ganas su primer cómic.
Johanna Walderdorff estudió Ilustración en la Universidad de Middlesex, en Londres, y vive y trabaja en Berlín. Sus obras han sido vistas en publicaciones como The New York Times, Bloomberg Businessweek, Medium, Zeit Magazin, Spiegel, NBC News, entre muchas otras.
Puedes ver más ilustraciones suyas en su página web y en su perfil de Instagram.