
Juan de la Rica: «Me gusta la posibilidad de geometrizar lo orgánico»
El artista nos habla de su carrera, sus influencias y sus motivaciones
Con los pinceles cargados de humor, Juan de la Rica (Bilbao, 1979) nos acerca a una estética Pop donde el reflejo de la sociedad que lo rodea toma protagonismo entre campos planos de color.
A lo largo de su carrera, el artista ha ido universalizando un imaginario que tuvo como inspiración inicial la cultura vasca. La tauromaquia, la mitología y la geometrización de las formas orgánicas son otros de los puntos claves de su iconografía.
El trabajo que desarrolla Juan de la Rica suma imágenes muy poderosas al imaginario de los espectadores de manera que, a través del deleite en sus geometrías y cromatismos saturados, nos hacemos una idea de quienes somos en realidad.
De la Rica es uno de los artistas más destacados dentro del Pop español, no solo por la factura de su trabajo sino porque plasmando lo local logra universalizar toda una serie de cuestiones, estéticas y morales, que nos atañen a todos.
De la Rica se licenció en Bellas Artes por la UPV/EHU y ha expuesto su trabajo en territorio nacional e internacional. Hablamos con él sobre su trabajo.

Juan de la Rica, Leda y el cisne, 2019. Cortesía del artista
P. En tus obras captas muchos de los matices de la cultura vasca, ¿crees que esto cierra puertas a tu trabajo o que, por el contrario, lo universaliza?
R. No sé si el tema vasco lo sigo teniendo presente en la actualidad de manera consciente o fue una etapa de hace unos años. La verdad es que mi planteamiento era hacerlo universal. Me encontré con los pintores regionalistas vascos de principios de siglo XX y fue muy revelador. Me pareció una temática y una estética muy contemporánea y lo incorporé a mi lenguaje de manera natural. Pero yo creo que ahora está más difuminado, igual es una cosa que permanece en mi inconsciente y aflora de vez en cuando. Pero sí, en general me gusta pensar en señores con boina, me parece que dan mucho juego. No considero que me haya cerrado puertas, ni todo lo contrario. Además, creo que no trato la temática vasca desde un punto de vista político o de identidad. Siempre lo hago desde un punto de vista irónico o humorístico. Claro, que esto puede ser peor a veces [risas].

Juan de la Rica, Aitor, 2018. Cortesía del artista
P. ¿Qué importancia le das al mito dentro de tu trabajo?
R. Mucha, pero no sabría explicarte por qué. Yo creo que son las imágenes de la historia del arte y cómo nos han explicado las historias mitológicas, tanto de la mitología griega, como la cristiana, ojo. Son imágenes narrativas, que cuentan historias fantásticas sin palabras y sin tiempo, y tienen una fuerza muy bestia por sí solas, al margen de lo que cuentan. Un poco es como el paradigma del tópico de una imagen vale más que mil palabras.

Juan de la Rica, Magdalena penitente, 2019. Cortesía del artista
P. ¿Buscas algún peso emocional en la elección de tu paleta de colores?
R. El tratamiento del color es algo que lo voy improvisando bastante sobre la marcha. El dibujo y la composición trato de tenerlos bastante claros, pero el color me parece bastante ingobernable e imprevisible, así que me abandono un poco al azar. No busco la emoción de manera consciente, aunque sí es verdad que son colores muy fuertes, muy saturados y generan bastante impacto en el espectador. A mí mismo, como pintor, me provocan bastantes cosas a medida que voy pintando, en general cosas muy guais. Hay contrastes o armonías que surgen de repente, cuando menos te lo esperas, porque ya te digo que es bastante improvisado y son momentos en los que te das cuenta de que la pintura consiste en eso. Ves un poco la luz.

Juan de la Rica, Outsiders, 2019. Cortesía del artista
P. ¿Qué tiene que tener un paisaje para que sea objeto de tu pintura?
R. Cualquier paisaje, en principio, puede ser objeto de mi pintura. Me gustan las arquitecturas, los elementos muy geométricos y la posibilidad de geometrizar lo orgánico.

Juan de la Rica, Paisaje con dos árboles, 2019. Cortesía del artista
P. Goya tiene su Tauromaquia donde, frente a lo que se puede pensar, critica esta forma de tortura. Cuando tú trabajas sobre el tema de los toros, ¿te posicionas a favor o en contra de esta práctica aberrante?
P. Sí, es interesante el tema de Goya y la tauromaquia. A mí sobre todo me interesa el toro como animal mitológico. Me gusta la estética de la lucha. Empecé con el tema de los toros en una época en la que me interesaban bastante las figuras cayéndose o en escorzos violentos y el tema de las cogidas a toreros fue perfecto porque aparte de la figura humana se introducía el elemento del toro. El tratamiento es bastante irónico, como pasaba con los vascos. Siempre gana el toro, aunque la muerte y la sangre están reprimidas.

Juan de la Rica, Ío y el tábano, 2019. Cortesía del artista
P. ¿A qué se debe tu evolución del acrílico al óleo?
R. Llegué a un callejón sin salida con el acrílico. Una crisis creativa dura que me hizo replantearme toda mi carrera. Pintaba sin ganas y sin emoción, mientras alcanzaba un dominio técnico que me aburría sobremanera. Más que evolución fue ruptura con todo lo anterior. Hay muchos cuadros de mi época con acrílico a los que les tengo mucho cariño y que han envejecido muy bien, pero todavía hoy recuerdo al acrílico con bastante antipatía. Desde entonces alguna vez he vuelto a trabajar con acrílico y no me convence. En la facultad había trabajado siempre con óleo, creo que coincide terminar la carrera y pasarme al acrílico. Recuerdo la primera pincelada que di con óleo después de cinco años sin tocarlo. Era como que cualquier cosa que pintaba quedaba súper guay, fue muy emocionante. Y esa emoción sigue creciendo todavía.

Juan de la Rica, Marcel Proust se toma un frigopié en el Ritz, 2019. Cortesía del artista
P. ¿Qué te ha llevado a terminar trabajando dentro del «costumbrismo pop» en el que algunos te encuadran?
R. [Risas] Me hace gracia esa etiqueta, no sé si me identifico demasiado. Aunque en cierta manera sí puede ser. Hombre, el Pop Art, así, grosso modo, es bastante costumbrista en sí mismo, es un poco de lo que se trata. Introducir elementos populares en el Arte, así con mayúsculas, es costumbrismo. Puede ser que «costumbrismo pop» sea una redundancia.

Juan de la Rica, Salomé con la cabeza de San Juan Bautista, 2019. Cortesía del artista
P. ¿Qué le dirías a alguien que opina que el Pop es superficial?
R. Que cuál es el problema. A mí me parece magnífico. No hay que infravalorar la superficie. En la superficie de un lienzo es donde ocurre la magia de la pintura.

Juan de la Rica, El paraguas azul, 2019. Cortesía del artista
P. Aunque te enmarques dentro de este movimiento contemporáneo tus obras también hacen guiños al barroco a través de las vanitas. ¿Crees que reflexionar sobre la muerte es un tema que será necesario siempre?
R. Sí, las temáticas barrocas son acojonantes (perdón). Lo decía antes con el tema de la mitología, pero claro, el bodegón y, en concreto, las vanitas, son temas que siempre tengo presentes. El tema de la muerte, el memento mori, el tempus fugit, forma parte de la condición humana, claro que va a estar siempre presente. En mis vanitas trato de que esa reflexión tenga un enfoque más desenfadado, menos lúgubre.

Juan de la Rica, Vanitas, 2018. Cortesía del artista
P. ¿A quiénes señalarías como tus referentes más directos?
R. Un referente bastante atemporal para mí sería Alex Katz. Considero a David Hockney como el mejor pintor vivo. En España, Eduardo Arroyo es imprescindible. En cuanto a pintores jóvenes: Grace Weaver, Danielle Orchard, Jonathan Gardner…

Juan de la Rica, El retratista, 2020. Cortesía del artista
P. ¿Recuerdas qué exposición, de todas las que has visitado, fue la que más te impactó?
R. Pues, así de las más recientes, una expo de retratos de David Salle en la Galería Javier López y Fer Francés en Madrid. Todavía sigue unos días más, así que os animo a verla si estáis por ahí.

Juan de la Rica, El mitin, 2019. Cortesía del artista
P. ¿Qué papel crees que juega el Guggenheim dentro del movimiento artístico bilbaíno?
R. Montar algunas expos muy guais, poco más, creo yo. ¡Qué no es poco! Pero en cuanto a los artistas de Bilbao bastante poco papel, por no decir ninguno.

Juan de la Rica, El rapto de la sabina, 2018. Cortesía del artista
P. ¿Cómo te preparas para trabajar?
R. Tengo mi estudio en Bolueta, un barrio de Bilbao, y voy ahí todos los días. Antes tenía un horario bastante fijo, igual llegaba a las 7.30 de la mañana y volvía a casa a sobre las 15.30. Ahora los horarios son flexibles, así que un día puedo llegar al estudio a las 12 del mediodía, pero siempre cumplo las ocho horas de trabajo. El estudio es una nave industrial a pie de calle, con bastante luz natural. Trabajo solo y siempre con música. A veces me pongo música aleatoria que tengo en el ordenador, pero normalmente escucho discografías. Un día me pongo la discografía de Aretha Franklin, otro día la de los Beatles. Ahora me ha dado por Mozart, no sé por qué, porque en general soy bastante popero, pero estoy encantado escuchando el Réquiem, por ejemplo. Me gusta estar muy concentrado en mi trabajo, a veces me llevo un sándwich para comer, pero es bastante normal que se me pase y no coma. No me gusta salirme de lo que estoy haciendo.

Juan de la Rica, Artemisa, 2018. Cortesía del artista
P. ¿Cuál crees que es la mejor estrategia para combatir al machismo en el ámbito artístico?
R. No ser machistas y tratar a hombres y mujeres en igualdad de condiciones. Parece de cajón de madera de pino, aunque a veces a la gente le cuesta entenderlo. Pero vamos, en el ámbito artístico y en el no artístico. También valorar el trabajo del artista, exclusivamente por el propio trabajo, independientemente de si el artista es hombre o mujer.

Juan de la Rica, Andrómeda y el dragón, 2019. Cortesía del artista
P. ¿Cómo evalúas tu relación con el mercado del arte?
R. Mi relación con el mercado del arte es bastante nula. He conseguido vivir de mi trabajo, pero de manera bastante ajena al «mercado del arte».

Juan de la Rica, Naturaleza muerta con pájaro rosa, 2019. Cortesía del artista
P. ¿En qué estás trabajando ahora?
R. Ahora mismo estoy trabajando en una serie de cuadros a partir de unos bocetos que he estado haciendo en navidades. También preparo un par de expos para este año, aunque todavía poco más puedo decir al respecto.
Puedes ver otras obras de Juan de la Rica en su página web y su perfil de Instagram.