‘Iluminada’: un ejercicio de perdón y exhibicionismo

Begoña R. Orbezua Por Begoña R. Orbezua
6 Min lectura
Mary Karr se analiza a sí misma sin escrúpulos, con humor y una prosa visceral

Después de la bomba editorial que supuso El club de los mentirosos, publicado por Periférica & Errata Naturae en 2017, y a la espera de la publicación de Cherry (sus dos libros de memorias correspondientes a la infancia y juventud), hemos devorado con inmenso placer las 584 páginas de Iluminada, donde Mary Karr (Groves, Texas, 1955) sigue compartiendo con los lectores su vida, sus recuerdos, miedos y reflexiones.

Esta vez se aleja de su niñez en un pueblo petrolero en Texas y de su familia nuclear desestructurada y disfuncional (aunque por supuesto estarán muy presentes durante toda la obra, de forma particular su madre), centrándose en ella misma al inicio de su vida de adulta, como total protagonista de la historia.

Trata en esta ocasión temas propios de una primera madurez, como lo son la maternidad, su caída a los infiernos por un más que predecible alcoholismo (a juzgar por todo aquello que ya había relatado previamente en la primera parte de sus memorias), su abrazo a la fe y el proceso que la llevó a convertirse en escritora, entre otras muchas e interesantes cosas.

Lo hace de nuevo con el estilo que le caracteriza, con un uso exquisito del sarcasmo y del humor, con una prosa tremendamente directa y sincera, visceral, que, de vez en cuando, abre un resquicio por el que se cuelan luminosos destellos de lirismo, propios de la poeta que es en verdad Mary Karr. Recordemos que en prosa tan sólo tiene estos tres libros de memorias, el resto de su producción es poética.

La poeta narra desde las entrañas, en un proceso que parece doloroso y liberador a partes iguales, recorre página a página el camino de su construcción como mujer adulta, madre y escritora, repasa la que fue la dura búsqueda y conformación absoluta de su identidad.

Da la impresión de que Karr no solamente ha escrito sus memorias, sino que ha intentado dejar constancia también de sus olvidos, esas lagunas provocadas por el alcohol u otros excesos, o quizás por la propia mente, como mecanismo para protegerla del dolor de los recuerdos y permitirle continuar.

Entiende la autora texana la literatura como una forma de hacer las paces consigo misma, una reconciliación con sus padres, con su complicada infancia, la escritura como manera de cerrar la herida del divorcio, de la precariedad, de la agotadora vocación poética, de todas esas vivencias que lastran su entrada al mundo de los adultos.

Mary Karr es implacable, sabe lo que quiere contar y lo hace de la mejor de las formas, por duro, trágico o sórdido que pueda ser lo narrado, sin caer nunca en el sentimentalismo lacrimógeno, huye de los reproches, y no demuestra resentimiento alguno.

Iluminada es, como ya lo fue El club de los mentirosos, un ejercicio de perdón, pero también de exhibicionismo. Sin pudor, se desnuda para mostrarnos lo más feo de su matrimonio y posterior divorcio, su adicción, sus dudas y miedos como madre divorciada que intenta escribir mientras trabaja y mantiene a raya sus fantasmas. Algo que podrá hacer gracias a las reuniones de alcohólicos anónimos, que funcionan como terapia y que le abren las puertas a la fe. Iluminada es el relato de una mujer intoxicada que se salva gracias a dos cosas: la literatura y Dios.

Una vez más hemos visto y disfrutado de la potente voz de Karr, de su frescura a la hora de exhibir sus miserias y sus triunfos, de la herencia brutal que hay en su discurso de las voces de su padre, ese gran mentiroso, su maestro en el arte de narrar, y de su madre.

Puede que el estilo no llame tanto la atención en este caso, como ocurría con El club de los mentirosos. Ya nos hemos acostumbrado a la forma de narrar de la autora. No cabe duda de que es una magnífica narradora, una gran cuentista y sigue siendo fascinante su uso del lenguaje, su capacidad para enhebrar registros, su dominio indiscutible sobre la atención del lector desde la primera a la última frase del libro.

Desde luego sorprende la publicación de Iluminada, dejando el segundo tomo para el final, por lo que esperamos aún con más ganas leer Cherry en la traducción de Regina López Muñoz, quien ha vuelto a hacer un estupendo trabajo con el tercer volumen de las memorias de Mary Karr. Deseamos que en breve Periférica & Errata Naturae anuncien la publicación de Cherry para completar el lapso entre El club de los mentirosos e Iluminada, para conocer a la Mary adolescente y escuchar todas sus historias.

 

Mary Karr, Iluminada, Periférica & Errata Naturae, 2019. 584 páginas. 24,50€

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Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Deusto y licenciada en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la Universidad de Granada. Es profesora de Literatura, dinamiza clubes de lectura y talleres de escritura.