Teresa Ferreiro: “La cultura también es una necesidad básica”

María von Touceda Por María von Touceda
25 Min lectura
La ilustradora nos habla de su trabajo, de cómics y feminismo

El imaginario de Teresa Ferreiro (Santiago de Compostela, 1989) mezcla con una habilidad pasmosa lo siniestro con lo amable.

Sus cómics e ilustraciones tienen un aura de delirio que, en realidad, son todo un manifiesto de la mentalidad actual.

El valor del trabajo de Teresa Ferreiro no sólo reside en el carácter tan personal e identitario de sus dibujos, sino que existe una base pensamiento que traspasa el papel y cala en cada uno de sus lectores.

Ferreiro aúna todos los rasgos que definen a un buen dibujante de cómics: estilo y filosofía propios, y la voluntad y el talento para trasladar lo que le ocurre o le perturba alimentando el interés de los lectores por su modo de ver el mundo desde su mesa de trabajo.

Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Vigo, compagina su trabajo como ilustradora con su faceta de DJ mientras realiza su tesis doctoral sobre cómics y estudios de género.

 

 

Teresa Ferreiro, The Duck. Cortesía de la artista

 

 

P. Muchos de tus dibujos tienen un aura perturbadora, ¿cuál es el porqué de esta sensación que generas?

R. La verdad no lo sé muy bien, pero siempre me han atraído cosas con un poco perturbadoras, con una estética siniestra, pero a la vez dulce. Esto me lo contaron mis padres, que siempre les sorprendían mis elecciones con los libros que quería (de pequeña compraba muchos libros de terror) o en el videoclub (por ejemplo, les pedía que alquilasen repetidamente El Laberinto o Beetlejuice). Luego leí que en realidad le pasa a mucha gente, especialmente a la gente joven. Ver imágenes que despiertan ciertos sentimientos de inseguridad o peligro resulta excitante y nos hace pensar rápidamente en el significado de las mismas. Supongo que terminé creando imágenes que me resultasen curiosas a mí misma.

 

 

Teresa Ferreiro, The Palace. Cortesía de la artista

 

 

P. Coming of age in Samil (I y II) son dos cómics que están escritos en inglés, ¿por qué?

R. También hay Coming of Age in Samil III (C.O.A.S escrito en la portada) que está en español. Pues porque viví en Inglaterra mucho tiempo y quería hacer cómics pero también quería ser capaz de participar en las ferias de autoedición de allí y que la gente pudiera entenderlos. Fue una buena decisión porque a partir de esas ferias conocí a mucha gente y también era un extra de dinero importante. En Londres D.I.Y Market se hacía cada mes o cada dos meses. Aquí en Galicia tenemos unas tres o cuatro al año. No se ubican en Vigo, se supone que el personaje es de Samil, pero casi no hay referencias de lugares reales. De hecho, el personaje principal sigue un poco mi vida y a partir del segundo se puede ver que vive en otro país.

 

 

Teresa Ferreiro, Panel de ‘Coming of Age in Samil 3’, 2018. Cortesía de la artista

 

 

P. ¿Cómics o ilustración? ¿En qué prefieres trabajar?

R. Me gustan los dos pero admiro muchísimo a la gente que hace cómics. Hacer un cómic es un trabajo extenso, que requiere paciencia y dedicación por periodos largos de tiempo y debes saber no sólo cómo dibujar o cómo expresar a través del dibujo, pero también sobre narración y escritura. Realmente es un arte complicado y en general, se le da poco crédito.

 

 

 

 

Teresa Ferreiro, Portada de EP de Laura Montagne y mix de Teresa Ferreiro, 2020. Cortesía de la artista

 

 

P. ¿Con qué técnica te encuentras más cómoda?

R. Con papel y tinta. Me gusta colorear y pintar pero si soy sincera en mi trabajo son cosas secundarias. Siento que necesito plasmar una imagen, o si es en un cómic, una idea, y mi intención es hacerlo lo más rápido posible para poder continuar con la narración. Dibujo muy rápido y uso pocos recursos, por eso normalmente doy color en Photoshop, si lo necesita y si no, lo dejo en blanco y negro.

 

 

Teresa Ferreiro, Having a fancy lunch. Cortesía de la artista

 

 

P. Sueles usar colores bastante potentes, ¿existe alguna intención emocional o simbólica en la elección de tu paleta cromática?

R. Creo que se debe a haber crecido viendo dibujos animados que obviamente me influenciaron bastante. Claro que depende de la animación; no todas usan la misma técnica o colores, pero, por ejemplo, veía mucho Dragon Ball de pequeña, o Ranma ½, animes en los que los colores sí que son vibrantes, se usan colores flúor y al mismo tiempo se mezclan con colores pastel en escenas más dulces. Me gusta mucho eso.

 

 

Teresa Ferreiro, Leonora Carrington. Cortesía de la artista

 

 

P. ¿Cómo plasmas la tercera ola del feminismo en tus trabajos?

R. No es que tenga una agenda política planificada cuando empiezo a hacer algo, pero supongo que a mí es un movimiento que me ha influido (y salvado) y se debe a que soy millennial y he tenido la suerte de haber estado expuesta a debates en torno a temas que forman parte de las preocupaciones de los últimos movimientos feministas y que van más allá del género y del derecho a decidir (sin que dejen de ser esenciales). Como el clasismo, la discriminación basada en etnias o en religión, la ecología y el trabajo sexual.

Normalmente para mi trabajo, tomo referencias del día a día, de las cosas que me preocupan y de las cosas que he experimentado o que le han ocurrido a gente conocida. Y así acaba plasmándose. Es como en el libro Manifesta de Jennifer Baumgardner y Amy Richards. El feminismo hoy en día es como “flúor en el agua” simplemente está ahí, gracias a predecesoras que han luchado para que existiese y a la gente que mantiene esta resistencia. Esto no quiere decir que es un tipo de conocimiento que simplemente llega a ti sin esfuerzo, es más sencillo que en los años 50, pero creo que todavía hay que luchar contra muchos niveles sistemáticos de adoctrinamiento que hacen que no nos planteemos si existe discriminación o no en el sistema, muchas veces porque esta discriminación está naturalizada. Lo que quiero decir es que habrá muchas mujeres que hagan su obra basándose en sus experiencias sin intentar previamente que sea una obra feminista. Pero reflejar tus experiencias a veces termina siendo una forma de reivindicación.

 

 

Teresa Ferreiro, Bulma, 2016. Cortesía de la artista

 

 

P. ¿En qué medida crees que han ayudado las redes sociales a dar a conocer tu trabajo?

R. Pues la verdad es que a mí se me da muy, muy mal promover mi propio trabajo. Trato de estar presente online y sé que ayuda mucho. Sin embargo, promoverte y estar en redes es un trabajo extra que nada tiene que ver con la carrera artística, en el sentido de que he crecido aprendiendo a dibujar, sin plantearme que también debía aprender a tener una presencia online y explotarla (supongo que también se debe a que yo crecí sin internet). Hoy en día dependes mucho de esto. Eso es algo que me consterna muchísimo. Porque lo que hago bien es hacer cosas creativas, pero si tengo que ganar contactos por redes ya es un entrar en un ámbito que me hace sufrir bastante sólo de planteármelo.

Es verdad que la mayoría de clientes que he tenido me encontraron online, pero al mismo tiempo puedo ver en mis estadísticas de Instagram, por ejemplo, como de 2500 seguidoras que tengo (la mayoría son mujeres) el contenido les llega a veces a sólo unas 300. Tienes que estar posteando todo el tiempo para que esto cambie y yo, la verdad, tengo otras cosas que hacer. Tengo que dibujar, terminar mi tesis, tengo otros trabajos. Pero bueno, también es culpa mía que en todos estos años jamás he mandado un portfolio a una agencia. Así que aprovecho esta entrevista para poner un anuncio: si alguna agencia está interesada o alguna persona quiere representarme o llevar mis redes artísticas, por favor, sí, gracias, líbrenme de este infierno.

 

 

Teresa Ferreiro, Chica. Cortesía de la artista

 

 

P. ¿Qué es para ti la belleza y dónde crees que reside?

R. Menuda pregunta más filosófica, a ver si llego al nivel con la respuesta: la belleza se puede encontrar en todas partes. Está en la forma de ver y entender las cosas de la persona que mira. Es así como Dios, que te lo encuentras debajo de una piedra y al partir un tronco. Literalmente, te lo encuentras ahí, que lo sé yo. Y te dice “¡hola!”, con una voz muy aguda.

 

 

Teresa Ferreiro, Ice Cream Gurl, 2015. Cortesía de la artista

 

 

P. ¿Sigues alguna rutina para trabajar?

R. Como estoy haciendo diferentes proyectos, no sólo de ilustración y cómic, realmente, a veces depende de qué tenga que entregar primero. La parte de pensar la hago por las mañanas, a partir de las 6 de la tarde ya se me pierde el fuelle, mi coeficiente intelectual baja escaños. Por eso siempre voy a votar bien temprano cuando toca. Pero todavía puedo hacer actividades más técnicas (estas pueden ser entintar o colorear) y también actividades que dependan más de mi subconsciente y no de seguir un plan marcado, como dibujar o pinchar música.

Por las mañanas, puedo trabajar en la tesis, escribo artículos o diseño la narración del cómic. Trabajo desde casa, en mi salón donde tengo una mesa muy grande de trabajo y bastante luz. Vivo sola con mi perro. Y mi perro me observa. Me gusta esa presión extra. También pongo películas o series de fondo cuando estoy dibujando y las escucho. Sé que es un poco raro, pero estoy acostumbrada a hacer eso desde que soy pequeña. No suelo escuchar música cuando trabajo porque la música me entretiene demasiado. Suelo poner toda mi atención cuando escucho música. A veces he empezado haciendo eso y he terminado surfeando youtube por ocho horas como una loca y dejándome dinero en Bandcamp. Necesito tiempo a parte para escuchar música. A veces echo de menos tener compañeros de piso (he compartido casa desde que tengo 18 años) pero luego digo: “nah” y se me pasa.

 

 

Teresa Ferreiro, Delia Derbyshire, 2018. Cortesía de la artista

 

 

P. ¿A quiénes señalarías como tus principales referentes?

R. Se está abriendo la caja de Pandora. Hay muchísimas personas a las que admiro pero creo que quienes más me ha empujado a mejorar y a crear sin parar han sido mis compañeras de la universidad. Iba en clase con Begoña García-Alén que me inspiraba mucho. También había más gente del mundo del fanzine como Andrés Magán y Santiago Paredes. Y, ya en el instituto, la persona con la que tenía ese tipo de competencia sana era con Roberta Vázquez (¡Socorro!), estábamos sentadas al lado en clase y nos pasábamos dibujos y notitas con historias que continuábamos la una de la otra. También Pepa Prieto (Sara) aunque ella iba a otra clase distinta. Pero son la gente creativa que te rodea las que hacen que explores tus límites, al menos para mí. En esa línea, la de primeras influencias, creo que me ha influenciado mucho el dibujo manga, especialmente Rumiko Takahashi (Ranma ½), Ai Yazawa (Paradise Kiss, Nana) y Wataru Yoshizumi (Marmalade Boy). Y para bien y para mal, las películas de Disney.

Los Hermanos Hernández, Jaime (saga de Locas) y Beto (saga de Palomar), son maestros del cómic. Han sido capaces de crear su propio universo en el que personajes toman vida propia y son capaces de desarrollar historias simplemente pensando en qué haría el personaje en determinada situación. Para mí, esta es la forma que más me gusta de trabajo.

Otros referentes que tengo son Peter Bagge (Odio, Fire!) Daniel Clowes (Like a Velvet Glove Cast in Iron, Ghost World, David Boring), David Lapham (Balas Perdidas) Alberto Vázquez (El Evangelio de Judas, Psiconautas) y cuando era pequeña me encantaba Franka de Henk Kuijpers. También hay toda una escena de autoras con las que, hablando de feminismo, he aprendido mucho más que con cualquier ensayo académico, me refiero a Liv Strömquist (El Fruto Prohibido), Phoebe Gloeckner (Vida de Una Niña), Una (Becoming/Unbecoming), Rosalind. B. Penfold (Draggonslippers) y Debbie Dreschler (La Muñequita de Papá).

También me gusta mucho Ludovic Debeurme (Lucille), y admiro especialmente aquellos cómics basados en hechos reales, tanto si están relatando su propia vida como si se debe a un trabajo de investigación, como es el caso de Chester Brown (La biografía de Louis Riel, Pagando Por Ello) o mezclando investigación y ficción: Álvaro Ortiz (Rituales, Murderabilia).

 

 

Teresa Ferreiro, Coming of Age in Samil 3, 2018. Cortesía de la artista

 

 

P. ¿Cómo ves el panorama fanzinero en Galicia?

R. Pues lo veo como un paraíso terrenal (risas). Es un poco difícil ver esto objetivamente ya que yo me inicié en el fanzine, todavía voy a mercados y lo mismo para casi toda la gente que conozco que se dedican al cómic y a la ilustración. Creo que es una escena cultural y que engloba también cierta actitud filosófica y política (o esa es mi experiencia). Especialmente en España y otros países del Mediterráneo.

En concreto en Galicia creo que algo que dificulta la difusión de esta escena es que no haya un transporte público que nos comunique mejor entre ciudades o que este sea tan caro, porque en Galicia pasan muchas cosas. Hay mucho movimiento y mucha gente con talento que, desgraciadamente, se están yendo a capitales grandes para ganarse el pan.

La verdad, si en España fuese fácil ser autónoma y pagases sólo en proporción a lo que ganas (como en otros países) creo que el mundo de la autoedición, de la música y la ilustración y de creación de eventos culturales iba a florecer como en pocos lugares, especialmente en Galicia. Pero así estamos, ahogadas por un sistema que intenta explotar económicamente las necesidades más básicas. Porque la cultura también es una necesidad básica.

 

 

Teresa Ferreiro, Panel de ‘Coming of Age in Samil 3’, 2018. Cortesía de la artista

 

 

P. ¿Recuerdas qué cómic, de todos los que has leído, te ha impactado más?

R. Pues hay muchos por razones muy distintas. Pero creo que Becoming/Unbecoming de Una me impactó mucho por el nivel de análisis social que realiza a través de sus propias experiencias, de sus sentimientos y también de estadísticas. En España se publicó como Una Entre Muchas (Astiberri, 2016). Es una novela gráfica no ficticia, basada en la historia autobiográfica de la autora. La obra está ambientada en la década de 1970 y principios de 1980 y es un inteligente ensayo analítico sobre los patrones sociales que perpetúan la violencia misógina. Este libro hace una reflexión sobre como los violadores no son los únicos responsables del acoso, sufrimiento y victimización de las mujeres, sino que el problema nace en nuestra cultura. Para ello, Una narra de forma paralela sucesos personales experimentados durante su pubertad y niñez y el terror social vivido durante las violaciones y asesinatos contra las mujeres del Destripador de Yorkshire, donde ella vivía. Lo recomiendo.

 

 

Teresa Ferreiro, Cisne. Cortesía de la artista

 

 

P. Si sólo pudieses comprar una obra de un artista coetáneo, ¿de quién sería?

R. Sería ¡Socorro! de Roberta Vázquez, porque le debo dinero. [Risas] No, porque me ha inspirado desde que no sabía lo que quería hacer de mi vida (o sea que me sigue inspirando porque tampoco lo tengo muy claro ahora mismo) y esta última obra creo que la define bastante.

 

 

 

 

Teresa Ferreiro, Playa Valentine, 2017. Cortesía de la artista

 

 

P. ¿Cuál crees que es la mejor estrategia para combatir el machismo en el mundo de la ilustración?

R. Creo que más que una estrategia es algo que es necesario que ocurra ya, y sé que es difícil, porque a todas se nos ha educado (aunque no sea en casa, sino a nivel social) para asumir que hay un techo de cristal. Que hay un nivel en tu carrera donde te vas a ver cómoda dónde estás y es natural no aspirar a más. Las mujeres necesitamos abrir el camino a nuestro género y a otros grupos discriminados. Necesitamos a más directoras creativas, necesitamos a más directoras en editoriales, necesitamos a más mujeres que lleven la dirección de concursos, proyectos, publicaciones y que cuando vean una obra gráfica, la aprecien porque se identifican con ella, porque saben qué significa y qué valor tiene y que no la definan como el trabajo de “una mujer” sino como un gran trabajo.

 

 

Teresa Ferreiro, Saying bye to my problems, 2018. Cortesía de la artista

 

 

P. ¿Qué significa para ti el éxito?

R. El éxito para mí es irme de este mundo pensando que he sido querida y que he hecho algo por la comunidad o sociedad que me rodea para mejorarla y para ayudar a su felicidad. Sería dejar atrás un proyecto del que enorgullecerme y que, si es posible, no termine conmigo.

 

 

Teresa Ferreiro, Panel de ‘Coming of Age in Samil 3’, 2018

 

 

P. ¿Cómo valoras tu relación con el mercado de cómics, fanzines e ilustraciones?

R. Pues como he dicho no soy la mejor en ponerme en el mercado a mí misma, se me da mejor promocionar trabajos de otras personas. Por eso a parte de hacer mi propio trabajo de ilustración y cómic también participo estudiando estas obras académicamente: estoy realizando una tesis sobre el medio del cómic y los estudios de género. Todo este campo es relativamente nuevo, pero ya hay muchas revistas publicando estos trabajos, vamos a congresos y se realizan millones de reseñas, artículos y entrevistas sobre los mismos.

 

 

Teresa Ferreiro, Venus, 2019

 

 

P. ¿En qué estás trabajando ahora?

R. Estoy haciendo una comisión para una chica sobre un viaje de DMT que tuvo, me encanta que me manden comisiones así. También, este es mi último año de tesis y tengo que realizar más publicaciones que debería ir mandando ya a revistas. Y he empezado con amigos un colectivo llamado Ruido de Fondo, para promocionar eventos culturales relacionados con la música y a nuevas artistas. Además, sigo pinchando y estoy empezando a producir. Cuando termine la tesis, quiero terminar un cómic largo que dejé en stand by porque estaba haciendo demasiadas cosas. Es una novela gráfica sobre la juventud de mis padres.

 

 

Teresa Ferreiro, Siren

 

 

P. El mundo sin arte sería…

R. Un vacío.

 

 

Puedes ver otras obras de Teresa Ferreiro en su página web y su perfil de Instagram.

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Crítica de arte contemporáneo y escritora. Es autora de las novelas 'Crítica del vicio' (2016) y 'Coito Ergo Sum' (2019), ambas publicadas por La Marca Negra Ediciones.