Art Basel 2020: los ‘highlights’ de esta edición

Danielle Cruz Danielle Cruz
13 Min Lectura
Esculturas, instalaciones, pinturas y videoarte imperdibles

La edición virtual de Art Basel se ha mostrado un gran éxito como formato por la variedad de eventos virtuales y, por supuesto, las propuestas artísticas presentadas.

En este evento marcado por la pandemia de la Covid-19, no han faltado obras valientes que desafíen la manera convencional de mirar de nuestra cultura.

Desde el asesinato de George Floyd, pasando por el feminismo y la mirada femenina hasta la cultura de los videojuegos, hemos visto cientos de obras que aluden a las transformaciones culturales más urgentes de esta época. Aquí hemos seleccionado algunas imperdibles.

 

Laure Prouvost, Grand mas Laboratory, 2020. Galerie Nathalie Obadia

 

 

Kathryn Andrews, Chocolate Die, 2018. König Gallery

 

Con objetos sacados de la cultura popular, como una tableta de chocolate Hershey’s y los dados, Kathryn Andrews (EEUU, 1973) cuestiona valores estéticos y culturales dados por sentados en nuestra manera ver el mundo. Y lo hace a través de esculturas a gran escala. La pieza Chocolate Die (2018), está creada con una hoja de aluminio y acero inoxidable. En la primera hoja, las imágenes han sido impresas a través de serigrafías gigantes, con cada color extraído por separado con tintas personalizadas. La artista utiliza esta técnica como respuesta a su interés en sublimar la presencia del gesto, típicamente asociada a la identidad del autor del siglo XX.

A la vez, su obra, limitada a procesos industriales, nos invita a pensar en dónde reside la influencia del artista, mientras resalta la presencia del espectador en la hoja reflectante de acero inoxidable que vemos en la perpendicular.

 

Christina Quarles, Pilar Corrias

 

 

Christina Quarles, Innocence Lost In a Sense, Lost, 2020. Pilar Corrias

 

 

Innocence Lost/In a Sense, Lost (2020) ha sido pintada inmediatamente después del asesinato de George Floyd. Christina Quarles (EEUU, 1985), que trabaja sin bocetos o composiciones predeterminadas, comenta que el cuadro ha sido un reflejo del momento: «dos de las figuras en este trabajo están enterrando sus cabezas, lo que para mí es un gesto que resume la culpa y la vergüenza de mi blancura, así como el agotamiento y el dolor de mi negritud. La América blanca ya no puede mantenerse al margen».

 

Tala Madani, Pilar Corrias

 

Tala Madani, Shit Mom (Recess), 2019. Pilar Corrias

 

Con Shit Mom, Tala Madani (Irán, 1981) trata de concebir una nueva manera de vislumbrar la figura femenina fuera de lo idealizable.

La idea tabú de la madre imperfecta es representada por una substancia viscosa perfectamente formada y deformada por los niños, y parece incluso tolerarlo. Allí, tampoco los niños representan niños. Son la idea de lo nuevo, la nueva cultura, la nueva generación. Madani busca una contraposición entre lo viejo y lo nuevo con una obra de lo más peculiar.

 

Jamian Juliano-Villani, Massimo Di Carlo

 

Jamian Juliano-Villani, Corridor of Affection, 2017. Massimo Di Carlo

 

Las obras irreverentes de Jamian Juliano-Villani (EEUU, 1987) están pobladas por elementos ambiguos e incómodos: las imágenes y fragmentos robados de experiencias personales forman una narrativa armoniosa y a la vez angustiosa, en la que los colores brillantes contrastan con momentos sombríos e introvertidos.

Corridor of Affection (2017), obra presentada en Basel en una muestra centrada en la mirada femenina por parte de la galería Massimo Di Carlo, Jamian Juliano-Villani no tiene en cuenta el tiempo y el espacio. El imaginario ecléctico está formado por iconos que provienen de la televisión estadounidense y la cultura popular, creando un conjunto ruidoso de formas y figuras enigmáticas.

 

Thomas Hirschhorn, Galerie Chantal Crousel

 

 

Thomas Hirschhorn, Gravity and Grace (Chat-Poster), 2020. Galerie Chantal Crousel

 

 

Chat-Posters es una nueva serie de obras concebidas por Thomas Hirschhorn (Suiza, 1957) e inspiradas por la escritora, filósofa y activista francesa Simone Weil. A través de la estética ligera y alegre de un chat, el artista crea un diálogo imaginario con el pensamiento de Simone Weil.

Hirschhorn añade: «Me conmovió de inmediato su posición, su coraje, su determinación, su compromiso, su estilo: duro y directo, místico y lógico. Me encanta que sea una soldado, una sanadora, una santa, una santa profana, una extremista, una pensadora, una luz. La filosofía de Simone Weil es verdaderamente artística, es plástica, es física, está en movimiento, es una nueva forma. Actúa como una activista, en su trabajo y en su vida, y su plenitud –que admiro– le da su belleza a su pensamiento».

 

 

Patricia Piccinini, Cleaner, 2019. Hosfelt Gallery

 

El mundo es un sistema extraordinariamente complejo, y los cambios que hacemos a menudo pueden tener consecuencias no deseadas. Este es un tema que Patricia Piccinini (Sierra Leona, 1965) ha explorado ampliamente en su práctica. Cleaner (2019) imagina una criatura que ha sido genéticamente modificada para resolver un problema ecológico que tiene un origen humano. Los plásticos transportados por los océanos son un problema enorme para toda la vida marina. Las tortugas marinas a menudo confunden las bolsas de plástico con medusas, y los animales se ven gravemente afectados por comer toda la basura.

La obra equipa a una tortuga con un caparazón mecánico que presenta dos tomas de vacío para aspirar los desechos plásticos antes de que lleguen a la boca del animal. Esta es una solución compleja y esencialmente imposible a un problema, que traslada la responsabilidad de la solución de las personas que crean el problema a las criaturas que son su víctima. Sin embargo, este tipo de soluciones son seductoras, como el brillante acabado automotivo de la carcasa de la obra, y son igualmente superficiales. La pieza reconoce la buena intención en el deseo de utilizar la tecnología para solucionar los problemas de la tecnología, pero también destaca su contradicción.

 

Hicham Berrada, Wentrup

 

Hicham Berrada, Présage (09.05.2019,10-03), 2019. Wentrup

 

Las obras de Hicham Berrada (Marruecos, 1986) tejen un elaborado entramado entre ciencia y poesía. Utilizan parámetros científicos para revelar la magia universal de nuestra vida cotidiana, coreografiando intrincadamente una danza compleja entre partículas químicas y reacciones físicas. No se trata de una representación de naturaleza, sino más bien sobre la naturaleza presente y activa en la mayoría de sus obras. Hicham emplea una variedad de medios desde la fotografía, el video y la escultura hasta las instalaciones y performance (que denomina «activaciones químicas»). Con ello, ha reinterpretado los fundamentos de la pintura: el lienzo desnudo es la realidad, mientras que la pintura y el pincel son los elementos físicos.

Filmado en tiempo real, su serie Présage muestra un contenedor con una circunferencia de 10 centímetros en el que interactúan los componentes químicos. Las proporciones, al igual que las líneas entre lo orgánico y lo mineral, quedan en entredicho. Tenemos la tendencia a ver el mundo de los minerales como petrificado, y a plantearlo en oposición a lo que está vivo. No somos capaces de percibir los movimientos de los minerales porque su temporalidad excede la nuestra. Esta materia activada químicamente genera múltiples mundos que pueden representar simultáneamente formas de vida vegetal, arquitectura, y paisajes surrealistas y familiares.

 

Anna Uddenberg, Kraupa-Tuskany Zeidler

 

Anna Uddenberg, Mont Blanc, 2020. Kraupa-Tuskany Zeidler (K-T-Z)

 

A través del ciclo de retroalimentación de la cultura consumista, Anna Uddenberg (Estocolmo, 1982) investiga cómo la cultura corporal, la espiritualidad y la puesta en escena de uno mismo se entrelazan con la mediación y la producción de subjetividad por las nuevas tecnologías y formas de difusión.

Su práctica es un espacio para reflexionar sobre el gusto/clase, la apropiación y la sexualidad, que integra enfoques anteriores de la teoría de género mientras empuja estas preguntas a territorios nuevos e intensamente materiales. La obra explora la performatividad como un acto que se ha ensayado, al igual que un guión que las personas, como actores que hacen realidad tal guión a través de la repetición, llegan a ejecutar, a modo de creencia.

 

 

Tabor Robak, Northstar, 2019. Upstream Gallery

 

Northstar, cuyo título es es una alusión optimista al deseo humano de explorar y avanzar, es una simulación de un walk-through infinito, en un paisaje virtual en constante cambio. Trae a tona el género del «simulador de caminata» en los videojuegos, que se ha tenido como el «género más detestado» porque parece no atender a la premisa de los videojuegos. Se supone que los videojuegos tienen que ver con correr y disparar cosas. La forma moderna del medio se ha derivado desde el complejo militar-industrial. Sin embargo, el género del simulador de caminata está más enfocado en la paz y la narrativa.

A Tabor Robak (EEUU, 1986), que siempre le ha encantado pasear por el bosque, comenta: «el mundo natural es la panacea perfecta para la burbujeante ansiedad de la vida moderna». Irónicamente, el artista decidió tratar de capturar este sentimiento en un entorno virtual infinito. El paisaje en constante cambio se adapta a la hora del día, así como a la latitud y la longitud del lugar donde se muestra. Mediante el software de interfaz de usuario (IU), Robak intenta hacer coincidir la iluminación virtual y la posición del sol con las de la vida real.

 

Damián Ortega, White Cube

 

Damián Ortega, Warp Cloud, 2018. White Cube

 

La obra Damián Ortega (México, 1967), conocido por sus esculturas colgantes, se compone de una serie de pequeñas esferas de yeso blanco suspensas en «cortinas» paralelas de hilo. Cada filamento contiene varias bolas que, cuando se ven desde cierto ángulo, crean formaciones hexagonales, que reflejan la estructura molecular del agua congelada.

Warp Cloud (2018) también hace referencia a la mitología indígena mexicana originaria de Oaxaca, México, donde el tejido representa la unión del cielo y la tierra: las líneas verticales, el aire y las líneas horizontales, la tierra. En este sentido, el espacio se convierte en un telar expandido, con capas y capas de delicados tejidos y nudos que mantienen las bolas en su lugar, y la cuadrícula general se convierte en un paisaje a través del cual el público puede navegar.

 

Puedes ver otras obras de esta edición de Art Basel en la Online Viewing Rooms hasta el día 26 de junio.

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Es editora de elemmental. Doctoranda en Comunicación. Estudió Edición y Filosofía. Amante del arte y los nuevos medios. Estuvo antes en el Cultura/s del diario La Vanguardia.