El Barroquista: «El arte es algo que está pasando ahora mismo, tiene importancia real en el presente»

María von Touceda
11 Min Lectura
El historiador Miguel Ángel Cajigal, también conocido como El Barroquista, nos habla de su carrera, sus planes de futuro y nos comenta algunas obras

Miguel Ángel Cajigal (A Coruña, 1981), también conocido como El Barroquista, es historiador y músico y trabaja como divulgador en redes sociales. También forma parte de tres asociaciones internacionales de defensa del patrimonio cultural.

Vive en Santiago de Compostela desde 1999, cuando se fue a estudiar Historia del Arte en la USC y decidió instalar allí su centro de operaciones. En redes sociales, El Barroquista contagia a sus seguidores con su pasión por el arte.

Tanto para entendidos como para amateurs, sus hilos del Twitter, ‘stories’ de Instagram y vídeos de Youtube llevan el arte a miles de personas. Además de profesor, él colabora con medios como la Radio Gallega y e instituciones como el Museo del Prado.

Quizá Miguel Ángel Cajigal, a pesar de su fama, no sea consciente de la tremenda relevancia de su trabajo. Tener la capacidad de hacer amar el arte a otros es casi un designio divino.

Hablamos con él sobre su trabajo y la pasión por las artes que refleja en cada una de sus entradas en redes sociales.

 

 

 

El Barroquista - entrevista - Rembrandt
Rembrandt van Rijn, Autorretrato, c. 1628

 

 

 

P. ¿Cuál dirías que es la clave para que, a la hora de divulgar, la gente sin formación artística se interese por el arte?

R. Que puedan entender las cosas. No tiene que ser la esencia más profunda, pero tenemos que darle a la gente un asidero del que se puedan agarrar. Hasta ahora, la poca divulgación artística que se hacía en ámbito hispano era difícil de comprender incluso para personas que ya sabían algo del tema. Otro elemento que para mí es clave es la actualidad: que la ciudadanía vea que esto del arte es algo que está pasando ahora mismo y que tiene importancia real en el presente.

 

 

 

El Barroquista - entrevista - Caravaggio
Caravaggio, Crucifixión de San Pedro, 1601; La conversión de San Pablo, 1600-1601

 

 

 

P. ¿Por qué has elegido el Barroco para tu nombre de «guerra» («El Barroquista»)?

R. De todos los períodos de la creación, es el que mejor conozco a todos los niveles, desde su música hasta su literatura. Una vez en una conferencia dije que yo no era «medievalista», sino «barroquista» y al público le hizo mucha gracia. Y se me quedó.

 

 

 

 

 

 

P. ¿Qué han significado las redes sociales para tu carrera?

R. Sobre todo aprendizaje. No es falsa modestia si digo que he aprendido un montón, tanto a nivel profesional y académico como personal gracias a mi interacción en redes. Luego, es evidente que me han dado una visibilidad que hasta ahora era inusual para alguien de historia del arte. Afortunadamente, estamos cambiando eso y el #TwitterCultural, por ejemplo, está lleno de historiadoras e historiadores del arte.

 

 

 

Captura de El Barroquista en Twitter

 

 

 

P. Como historiador, ¿has sufrido la cara de terror de tus padres cuando les has anunciado que querías estudiar Historia del Arte?

R. «Como si quieres ser barrendero, pero sé un barrendero feliz». Esa frase de mi madre es de ésas que te marcan. Y ella fue consecuente y siempre la mantuvo, incluso en los años difíciles, que hubo muchos. Claro que le preocupaba mi futuro, pero siempre me dejó un gran margen de elección. Estudié Historia del Arte como primera opción. Realmente no me planteaba ser otra cosa.

 

 

 

Guido Reni, Matanza de los inocentes, 1611

 

 

 

P. ¿Qué les responderías a los que se atreven a decir que Historia del Arte no tiene salida?

R. Que las salidas te las tienes que hacer y luchar mucho por ellas. Sabiendo que puedes fracasar, desde luego. Pero vengo de una familia que ha tenido que trabajar por todo lo que tiene, así que cuando tuve que vender periódicos en un quiosco todos los fines de semana para poder pagarme el doctorado, pues me puse a ello. Fue un año sin un solo día de descanso. Entiendo que haya gente que piense en estudiar algo «con salidas», aunque siempre les aconsejaría tener un plan de vida fuera de su profesión. Pero por mi parte, como te decía, la elección era clara. Me decanté por lo que mejor se me da. Y parece que funciona.

 

 

 

El Barroquista - entrevista - Vermeer
Johannes Vermeer van Delft, Joven pesando perlas, c. 1665

 

 

 

P. Hago mías las palabras de William Somerset Maugham cuando afirma que: «Sólo el amor y el arte hacen tolerable la existencia». ¿Qué opinas sobre esta sentencia?

R. Tengo la suerte de que mi vida se puede resumir en esa frase. No puedo decir más.

 

 

 

Pedro Pablo Rubens, Sileno borracho, c. 1618

 

 

 

P. A los dos, el profesor Taín (USC), nos ha impartido «la clase más erótica de la toda la carrera» sobre pintura renacentista. He elegido 3 obras barrocas para que tú nos hables sobre el erotismo que rezuman:

 

 

Beata Ludovica de Bernini

 

 

 

El Barroquista - entrevista - Bernini
Gian Lorenzo Bernini, Éxtasis de la beata Ludovica Albertoni, 1671-74

 

 

 

R. Si con Santa Teresa el bueno de Gianlorenzo se tuvo que contener un poco, con Ludovica Albertoni ya no hay mucho disimulo. ¿Es posible que sea el primer orgasmo femenino representado en la historia? Desde luego, aprovechó bien la excusa de no saber exactamente cómo era un éxtasis místico.

 

 

Gabrielle d’Estrées y su hermana

 

 

 

Anónimo, Gabrielle d’Estrées y su hermana, 1595

 

 

 

R. Es un cuadro muy extraño. Tiene el erotismo de David Lynch y está a medio camino entre la cosificación y el empoderamiento, lo cual no deja de ser una paradoja bastante potente. Siempre que lo veo pienso que, si esto era lo que entendían como sugerente, no me quiero ver en el ceremonial que debían de tener luego…

 

 

Venus sorprendida por los sátiros de Nicolas Poussin

 

 

 

Nicolas Poussin, Venus dormida, sorprendida por Sátiro, 1626

 

 

 

R. En la época de Poussin no tenían lo que entendemos por pornografía, así que a los artistas les tocaba abastecer de imágenes privadas a reyes y nobles. En este cuadro, desde luego, queda muy poco a la imaginación. No deja de ser la versión «fina» del cine de destape español de la Transición.

 

 

 

Fauno Barberini, III a.C., descubierta durante el pontificado de Urbano VIII, 1623-1643. Copia romana

 

 

 

P. ¿Qué dos obras añadirías para comentar este erotismo exacerbante?

R. Quizás la obra más exageradamente erótica hasta el siglo XIX es el Fauno Barberini. Aunque es un original romano descubierto a principios del XVII en el Castel Sant’Angelo, se ve perfectamente la mano de los escultores barrocos que la reconstruyeron. Se dice que Bernini, a quien ya sabemos que el erotismo le tiraba mucho, fue el que la restauró. Fuese él o no, está claro que la conocía si vemos su escultura de San Sebastián que se expone actualmente en el Museo Thyssen.

Para la otra obra me voy a salir de época. Porque para mí, si hay alguien que ha pintado el erotismo de manera interesante es Zinaída Serebriakova. Una mujer que pinta mujeres. Totalmente autoconscientes. Tanto en su Autorretrato en el tocador como en sus Bailarinas en el vestuario me encanta ver los matices mucho más ricos que una mujer artista aporta cuando representa su propio erotismo.

 

 

 

Zinaída Serebriakova, Autorretrato en el tocador, 1909; Bailarinas en el vestuario, 1923

 

 

 

P. ¿En qué proyectos estás trabajando ahora?

R. Ahora mismo estoy acabando varias líneas de acción en el entorno digital. Este otoño empezamos con la primera edición de un máster online en educación en museos y espacios culturales, con un equipazo de profesoras espectacular. También lanzaré un curso online de introducción a la cultura del barroco con Psique Academy, un proyecto muy bonito de academia virtual de humanidades lanzado por un grupo de historiadoras de Málaga.

Y de la mano de Espido Freire estoy envuelto en el proyecto Espacio 17 Musas, una especie de ágora virtual formativa donde estamos preparando algo muy chulo que mezcla literatura y cultura visual. Todos estos proyectos tienen formato virtual y algo que para mí es muy especial: son ante todo iniciativas mayoritariamente formadas o impulsadas por mujeres. Para 2020 estoy tramando cosas bastante grandes, pero pasa como en las películas: no puedo confirmar ni desmentir nada todavía.

 

 

Puedes seguir a El Barroquista en Twitter, Instagram, Youtube y Facebook.

Comparte este artículo
Crítica de arte contemporáneo y escritora. Es autora de las novelas 'Crítica del vicio' (2016) y 'Coito Ergo Sum' (2019), ambas publicadas por La Marca Negra Ediciones.