La cuarta edición del festival, con una implicación ciudadana cada vez mayor, se consolida como referencia cultural en Oviedo
El Festival de Intervención Mural de Oviedo 2020 ha concluido con la aportación de cuatro nuevos murales a los más de 20 que el evento ha realizado en distintos puntos del municipio desde su inicio en el año 2017.
A pesar de los muchos inconvenientes derivados de la pandemia mundial provocada por la Covid-19, Parees ha logrado mantenerse como una de las principales citas culturales de la ciudad, desarrollándose sin incidencias y cumpliendo los estrictos protocolos sanitarios.
Cuatro artistas han participado en esta edición, todos ellos españoles, con otros tantos murales inspirados todos en temas asturianos. De igual forma, la realización de los cuatro se ha producido bajo los denominados «procesos participativos», una de las características que diferencian el festival ovetense del resto de citas de este tipo que se organizan por todo el mundo.
Los procesos participativos, coordinados por el colectivo Raposu Roxu, implican en los murales a vecinos y vecinas del concejo. En algunos casos son los propios residentes del entorno que deciden donde se ubica cada obra, y en otros, especialistas en el tema que se va a plasmar.
El artista gaditano Manolo Mesa ha realizado un mural dedicado a la desaparecida Fábrica de Loza de San Claudio en la calle Martínez Vigil, a la altura de la sala La Salvaje. La organización de Parees abrió una convocatoria a través de redes sociales, con piezas o colecciones significativas de las vajillas que elaboraba la fábrica, para que los y las ovetenses las mostrasen y comentasen sus recuerdos asociados a ellas. Mesa visitó a varias de esas personas para conocer de primera mano e inspirarse en una obra que muestra un conjunto de piezas de café y té en una pared de grandes dimensiones, ubicada en una de las calles más animadas de Oviedo por su hostelería.
La zaragozana Harsa Pati, nombre artístico de Arantxa Recio, ha plasmado un cuento tradicional asturiano que le descubrió el escritor y cuentacuentos Milio’l del Nido («El corderín muertu fríu») en el Colegio Público Germán Fernández Ramos, en Pando. El escritor asesoró a la artista sobre la tradición de los relatos de nuestra región y Harsa eligió una fábula sobre las falsas apariencias que ahora decora la entrada en pendiente al centro escolar.
La gallega Lidia Cao ha dedicado su mural del número 51 de Tenderina Alta a la escritora ovetense Dolores Medio, con una obra que combina su condición literaria con su faceta de mujer adelantada a su tiempo, que reivindicó la igualdad de género y que sufrió la censura de la época. Dolores Medio aparece sentada frente a una máquina de escribir con dos buitres acechándola por la espalda. Cosme Marina, presidente de la Fundación Dolores Medio, ilustró a Cao sobre la vida y bibliografía de la escritora.
Por último, el ovetense Manu García ha realizado su primer mural en El Milán, en el número 4 de la calle Melquiades Cabal, junto a la cafetería de las facultades. Dividido en dos tramos por una escalera, está dedicado a las fiestas de prao, para lo cual García se documentó con archivos fotográficos del Principado, plasmando también sus propias vivencias en una de las tradiciones festivas más identitarias de Asturias.
La respuesta ciudadana a esta cuarta edición ha sido la más entusiasta de las cuatro ediciones. Durante la semana que las artistas han estado realizando sus murales, el tránsito de vecinas y vecinos acercándose a felicitarles por su trabajo ha sido constante. Los nuevos cuatro murales se suman a una colección que ya ofrece un recorrido por el concejo y que constituye un atractivo turístico en sí mismo, pues reúne arte e historia en sus paredes. En su web se puede consultar la localización de todas las obras.