Cristina Daura: «El surrealismo aportó confianza a mi trayectoria»

María von Touceda María von Touceda
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La ilustradora nos habla de su carrera, su imaginario y de la escena artística de su generación

Liberarse de las ataduras de lo mundano y recrear su universo en el plano surreal es uno de los aciertos de Cristina Daura (Barcelona, 1988) que la ha llevado a convertirse en una de las ilustradoras más importantes de este país.

Esta artista catalana estudió Ilustración en La Massana completando su formación en la Maryland Institute Collage of Art (Baltimore).

Actualmente trabaja para medios internacionales tan importantes como The New York Times, The New Yorker, Die Zenit, Süddeutsche Magazine, El País, entre muchos otros.

Daura tiene un estilo muy reconocible, en el que los colores primarios, el aire infantil y cierta perversidad se convierten en su sello personal.

En 2018, publicó el libro ilustrado Herstory con la editorial Lumen. En 2019, los carteles de Cristina Daura invadieron Madrid, con creación de la identidad visual de los Veranos de la Villa. Y, este año, la pudimos ver en la edición digital del festival de arte y animación Pictoplasma.

 

 

 

Cristina Daura, Dan Deacon, 2019. Cortesía de la artista

 

 

 

P. Tus trabajos tienen una inequívoca aura surreal, ¿qué te ha aportado el surrealismo durante tu trayectoria?

R. Cuando supe que existía una corriente artística llamada Surrealismo fue cómo encontrar la solución a un problema o a una incomprensión en la que me había encontrado a lo largo de mi vida. A cuándo dices «este es uno de mis sitios». Un lugar en el que sentirte entendida y en lo que todas las ideas que te pasaron por la cabeza tienen razón de ser. Así que el surrealismo aportó a mi trayectoria confianza, a no pensar que lo que estaba plasmando no iba a ningún lado, a no sentirme sola.

 

 

 

Cristina Daura, Página 1, 2020. Cortesía de la artista

 

 

 

P. Has ilustrado libros, portadas de discos, carteles y también has colaborado con medios tan importantes como The New York Times o The New Yorker, entre muchos otros. ¿En qué registro te encuentras más cómoda?

R. Creo que cómoda no me siento nunca, sino más bien estimulada o feliz por meterme en un proyecto que me va hacer darle vueltas a ideas, etc. Eso, generalmente, me ocurre con las portadas de discos o haciendo carteles, pero en ambos casos me siento algo corta de tiempo cuando quiero hacer yo sola la parte tipográfica. Tengo ideas y un concepto para las portadas, pero no me da tiempo a probar y hacerlo yo sola, así que siempre tiro de la ayuda de mi tercera mano que es mi amigo Jabi. Disfruto haciendo ilustraciones para el The New York Times Book Review porque suelen dejarme bastante libre para ilustrar los textos. Pero definitivamente la música es donde me siento más feliz.

 

 

 

Cristina Daura, Verano 2020, 2020. Cortesía de la artista

 

 

 

P. ¿Qué significa para ti esa perversidad de la que se dice que haces gala en tus dibujos?

R. Creo que todos tenemos algo podrido o jodido dentro de nosotros. Jodido en términos de maldad. El típico pensamiento de que si te dan un bebé lo quieres tirar al suelo, pero no lo haces porque… Pues porque no eres un demonio [risas], pero hay algo en ti que te gustaría verlo y ver qué ocurre. Bueno, pues esa perversidad o maldad me gusta que aparezca de alguna forma en mis ilustraciones por qué o la saco por allí o la sacaré por otro lado y no acabará bien para nadie. Detesto que solo exista lo bello como algo socialmente aceptado como bello, pero lo bello también existe en la maldad o en la mugre, y eso es lo que a mí me gusta o intento ilustrar. A veces se ve más, a veces menos.

 

 

 

Cristina Daura, Todos Juntos, 2020. Cortesía de la artista

 

 

 

P. Sueles utilizar colores primarios, ¿hay alguna búsqueda emocional o simbólica en la elección de esta gama cromática?

R. Sí, creo que la elección de la paleta puede transmitir una emoción u otra en las personas que ven esa imagen. Una búsqueda simbólica lo he usado más en libros como Herstory donde el rojo, por ejemplo, tenía un peso importante usándolo como símbolo de opresión o violencia.

 

 

 

Cristina Daura, Amistad, 2018. Cortesía de la artista

 

 

 

P. ¿En qué medida crees que han ayudado las redes sociales a dar a conocer tu trabajo?

R. No sé en cuanto ha ayudado, imagino que un tanto, pero a mí me ayudó sobre todo la plataforma Behance que es una «red social» de creativos para colgar proyectos, etc. A raíz de esa plataforma y la confianza de un amigo para un proyecto que hice hace 5 años, es cuando creo que empezó mi vida laboral de tiempo completo en la ilustración. Que con el tiempo las redes sociales han ayudado, supongo, pero tampoco me veo como alguien que cuide demasiado las redes sociales para que me pueda ayudar tanto.

 

 

 

Cristina Daura, Rosácea Ocular, 2018. Cortesía de la artista

 

 

 

P. ¿Qué es para ti la belleza y dónde crees que reside?

R. Como he dicho antes creo que la belleza se encuentra en todos lados. Para mí algo bello es algo que también tenga una gran imperfección. Por ejemplo: uno de mis barrios favoritos de Barcelona es el Raval. Ahí conjugan fachadas preciosas, la luz se proyecta de una forma preciosa, pero a la vez hay rincones horribles, que huelen mal, es feo, pero a la vez es enormemente bello. O cuando lo cutre, la purpurina mal puesta, las luces led azules, la tipografía con peor gusto, el pixel, etc. todo esto a la vez desprende un aura perfecta, con los colores, con la luz… No sé, todo lo que nadie quiere me parece a la vez enormemente bello. Digamos que lo que más detesto en términos de bello, es lo que me causa aburrimiento.

 

 

 

Cristina Daura, El Raval, 2016. Cortesía de la artista

 

 

 

P. ¿Sigues alguna rutina para trabajar?

R. Suelo trabajar más feliz durante la mañana, viendo como se hace de día. Me gusta romper en algún momento el día y desayunar tostadas con mucho aceite. También tengo la gran manía de tragarme, mientras pinto (o hago alguna parte de mi trabajo más mecánica), programas de televisión de los canales de derechas (el Torotv o lo que antes era Intereconomía). Me encanta escuchar a los fachas sacar fuego [risas]. Y cuando estoy algo bloqueada tiro de la masturbación como hábito de desatasco, para darme ese empujón creativo final. Es como cuando Mario agarra una estrella en el videojuego y le da esa híper energía.

 

 

 

Cristina Daura, San Valentín, 2019. Cortesía de la artista

 

 

 

P. ¿A quiénes señalarías como tus principales referentes?

R. Ostras… Siempre cambian un poco, pero Daniel Clowes, Suehiro Maruo, Chris Ware, Phoebe Gloeckner, Magritte, Topor, Matisse, Dorothea Tanning, Olivier Schrauwen, y muchos y muchas más que ahora mismo no sé ni cómo se escriben.

 

 

 

Cristina Daura, Nervios, 2020. Cortesía de la artista

 

 

 

P. ¿Cómo ves el panorama artístico de tu generación?

R. El panorama en general lo veo algo «depresivo» o sin mucha luz al final del túnel. Quiero decir: mi generación es una generación a la que se le ha vendido que íbamos a «triunfar» si trabajabas duro. Pero a la vez fuimos una generación que crecimos en una burbuja de bonanza, dentro de un algodón. Hemos sido los primeros en darnos de morros con la realidad ya que cuando nos graduamos nos encontramos de cara con la crisis económica. Nos la comimos, tragamos y tiramos como pudimos dentro de nuestra realidad. Ahora con la crisis de la covid-19, ya directamente vivimos con tal incertidumbre que entramos en este estado depresivo pero que a la vez tiramos para adelante. Todo esto si lo pienso en el panorama artístico, o en el mundo de la ilustración/cómic, creo que somos una generación que espabila, que trabaja pero que a la vez va como pollo sin cabeza por que no sabe si podrá realmente vivir de nada de lo que genera. No sé si va por ahí la pregunta… Si la pregunta iba más en un tema de calidad, creo que mi generación es que, encima de estar dentro de esta incertidumbre, han salido personas enormemente creativas e innovadoras. Quizá a veces pecan solo estéticas y no de plasmar un contenido. Creo que es una generación que tira más de gustar estéticamente de lo que quiere explicar con algo más personal. Pero aquí estoy generalizando porque creo que hay grandes creadores/as.

 

 

 

Cristina Daura, Frontal, 2020. Cortesía de la artista

 

 

 

P. ¿Recuerdas qué exposición, de todas las que has visitado, te han impactado más? ¿Y el cómic que has leído que más te marcó?

R. Ostras… Me impactó mucho una vez que mis padres me llevaron a ver una expo de Andy Warhol en el museo Miró en Barcelona. En un cuadro ponía que se había meado o parecido, y yo no entendí por qué eso estaba allí o que tuviera un valor. Pero a la vez pensé «hay lugar para todos» [risas]. También me causó conmoción cuando estuve en El Prado en la sala de las pinturas del Bosco. También añado mi impacto (y probablemente influencia) cuando fui al Museo de la Tortura. A este museo fui porque mi padre quiso ir y me dejó del revés. Tenía 9 años. Como siempre no hay un solo cómic, pero quizá cuando empecé a poder leer El Víbora me sentí que hacía un cambio en mi vida. Todo gracias a mi hermano al que se los robaba porque creo que no le gustaba demasiado que se los cogiera.

 

 

 

Cristina Daura, Helsinki Lambda Club, 2020. Cortesía de la artista

 

 

 

P. Si sólo pudieses comprar una obra de un artista coetáneo, ¿de quién sería?

R. [Risas] Joder… Por suerte ya he podido comprar obras de gente que admiro coetáneos. Mi última adquisición es de Roberta Vázquez. Pero me encantaría comprarle una obra a Aleksandra Waliszewska.

 

 

 

Cristina Daura, Hot and Spicy, 2016. Cortesía de la artista

 

 

 

P. ¿Cuál crees que es la mejor estrategia para combatir el machismo en el mundo del arte?

R. No dudar que lo que haces tiene menos poder por hablar de tu visión como mujer, de tu vida como mujer.

 

 

 

Cristina Daura, Matemáticas num7, 2018. Cortesía de la artista

 

 

 

P. ¿Cómo valoras tu relación con el mercado artístico y editorial?

R. Creo tener una buena relación. Poco estresante y tranquila.

 

 

 

Cristina Daura, Polo Fight, 2017. Cortesía de la artista

 

 

 

P. ¿En qué medida ha afectado la covid-19 a tus proyectos?

R. Me afectó con la cancelación de proyectos sobre todo en el extranjero, en exposiciones o charlas, etc. Y todo esto afectó también en mi actitud y en plasmar esa frustración y tristeza en mis ilustraciones. Pude plasmar como me sentía con lo que iba dibujando, y creo que eso me «salvó» de caer en un pozo de ansiedad.

 

 

 

Cristina Daura, To really know someone. Cortesía de la artista

 

 

 

P. ¿En qué estás trabajando ahora?

R. Ahora mismo estoy haciendo algunas portadas de discos, pero sobre todo intentando buscar la manera de invertir todavía más tiempo en mis ideas y proyectos personales.

 

 

 

Cristina Daura, Una ventana. Cortesía de la artista

 

 

 

P. El mundo sin arte sería…

R. Aburrido, y no hay nada más triste en el mundo que vivir en el aburrimiento.

 

El éxito de Cristina Daura radica, además de en su innegable talento y constancia, en una libertad de creación que la ha ayudado a construir su propio estilo.

Gracias a la utilización de los colores primarios, sus ilustraciones albergan una potencia visual que las convierte en el reclamo perfecto para acompañar textos o señalar mensajes y marcas en el ámbito publicitario.

Cristina Daura, a pesar de su juventud, es ya una famosa ilustradora respaldada por un trabajo en el que la identidad del mismo se forja a golpe de una imaginación portentosa con un background lleno de referencias que enriquecen su personal universo.

 

Puedes ver más obras de Cristina Daura en su perfil de Instagram y en su perfil de Behance.

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Crítica de arte contemporáneo y escritora. Es autora de las novelas 'Crítica del vicio' (2016) y 'Coito Ergo Sum' (2019), ambas publicadas por La Marca Negra Ediciones.