Alejandro Pasquale: «Entendernos como parte del reino animal es la base para curar a esta sociedad»

María von Touceda Por María von Touceda
10 Min lectura
El artista argentino nos habla de su proceso creativo

La naturaleza no solo es fuente de vida, también lo es de inspiración desde los comienzos de la Historia del Arte. Imbuirse en ella y observarla minuciosamente dota de un saber mucho más clarividente que el enciclopédico. Así se ha forjado no solo el arte, también la medicina y otras ciencias.

Alejandro Pasquale (Buenos Aires, 1984) traslada la convivencia horizontal con la naturaleza, la admiración y el respeto hacia ella, a sus lienzos y dibujos, construyendo una serie de imágenes impactantes tanto por el virtuosismo con el que las ha realizado como por la belleza que reverbera tras el resultado final.

Sus personajes se funden con la naturaleza en un estado en el que la armonía y un vivo cromatismo hacen de sus obras un placer para los sentidos.

Este artista argentino comienza sus estudios de arte en el año 2002 en la Universidad Nacional de las Artes (IUNA), los que decide abandonar a los pocos meses para continuar de forma autodidacta.

Ha expuesto tanto individual y colectivamente en por gran parte del territorio argentino y en ciudades como Londres o Nueva York.

También ha resultado galardonado con varios de premios, entre los que destacan el Premio UADE a las Artes Visuales en 2018 y el Premio Nacional de pintura Banco Central de la República Argentina en 2020.

 

 

 

Alejandro Pasquale, La magia entre nosotros, 2020. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿Qué peso dirías que tiene la naturaleza en tu trabajo?

R. Un peso total y absoluto, desde la idea hasta su creación, todo está basado en mi amor, exploración y respeto por la naturaleza.

 

 

 

Alejandro Pasquale, La hora dorada, 2020. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿A qué se debe la ocultación de los rostros en la mayoría de tus obras?

R. No en todos mis trabajos hay una veladura del rostro. Cuando lo hago es simplemente metafórico. Es la representación pictórica de la fusión del ser humano con su entorno y el resto de la naturaleza.

 

 

 

Alejandro Pasquale, Ícaro, 2020. Cortesía del artista

 

 

 

P. En muchas de tus pinturas aparecen setas y cactus alucinógenos, ¿a qué remiten?

R. Hay una palabra que creo es válido aclarar y es el termino «alucinógeno». Es importante tener en cuenta que la experiencia que nos permite tener la utilización de estas herramientas no es una alucinación (al menos no las que yo utilizo), sino más bien una simbiosis hermosa y mágica entre las plantas y quien las emplea, nos permiten ver con claridad el lugar y momento que tenemos cada uno en este planeta. Inclusive para entenderse mejor lo que hemos mal aprendido en esta sociedad y buscar una verdad más sana. Una armonía clara y horizontal con la naturaleza. Las plantas u hongos maestros aparecen en mi pintura ya que están presentes también en las ceremonias y meditaciones que realizo, y es allí de donde surgió el mensaje que intento transmitir en mi obra.

 

 

 

Alejandro Pasquale, Las leyes naturales, 2019. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿Hay alguna búsqueda emocional o simbólica en la elección de tu gama cromática?

R. Es simplemente una paleta con la que me siento cómodo trabajando. No me identifico mucho con los colores muy vibrantes dentro de mi trabajo. Creo que la mayor parte de la carga simbólica esta generada en la imagen y elementos que componen la pintura.

 

 

 

Alejandro Pasquale, La porción áurea, 2018. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿Qué es para ti la belleza y dónde crees que reside?

R. La naturaleza es belleza y la comunión con ella. La encuentro en los animales, en el mundo fúngico, en las plantas, en los minerales, en la música y en el arte.

 

 

 

Alejandro Pasquale, Viento de alas y colores eternos, 2019. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿Sigues alguna rutina para trabajar?

R. Podría decir que soy bastante ordenado en mi día de trabajo. Me siento cómodo con la luz del día para trabajar, así que suelo despertar bien temprano y alrededor de las 8 o 9 de la mañana ya estoy en mi estudio trabajando. Tengo mis hábitos y rituales previos al día laborar. Meditación, ducha para despertar, calentar agua para los ricos y necesarios mates (una infusión que se toma en Argentina) prendo varios inciensos durante el día en el altarcito que he armado en mi casa. No sigo una doctrina religiosa, pero sí está ese espacio de intención al que llamo altar. Y lo que nunca falta además del mate, es la música, siempre el taller esta acompañado por ella. Aproximadamente por día pinto hasta las 4 o 5 de la tarde, hay días que inclusive más.

 

 

 

Alejandro Pasquale, Vuelta por el universo, 2018. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿A quiénes señalarías como tus principales referentes?

R. Infinidad de artistas me han interesado y me interesan, últimamente muchos más escritores, etnobotánicos, exploradores de la psique, antropólogos, ambientalistas, animalistas, inclusive mi propio Ser original donde me voy encontrando día a día. Como referente indiscutible, la naturaleza, siempre.

 

 

 

Alejandro Pasquale, El refugio, 2020. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿Recuerdas qué exposición, de todas las que has visitado, te han impactado más?

R. Una retrospectiva de Remedios Varo que vi en el 2019 en el Museo de Arte Contemporáneo de México.

 

 

 

Alejandro Pasquale, Φ, 2019. Cortesía del artista

 

 

 

P. Si sólo pudieses comprar una obra de un artista contemporáneo, ¿de quién sería?

R. Betty de Gerhard Richter.

 

 

 

Alejandro Pasquale, Debí olvidar todo para comenzar a entender, 2018. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿Cuál crees que es la mejor estrategia para combatir el machismo en el mundo del arte?

R. Es imposible combatir el machismo en un solo aspecto. El machismo hay que combatirlo desde la cuna. Las mujeres y gran parte de la sociedad (lamentablemente no todos ni todas) nos hemos revelado en contra del arcaico e insano patriarcado, una ruptura y revolución absolutamente necesaria. Suena increíble que aún en el año 2021 debamos estar hablando discriminación por género, que existan diferencias en las leyes y derechos sociales simplemente por el sistema reproductor con el que nacemos. Pero lamentablemente es una realidad y es vital cambiarla de forma urgente. En paralelo, debemos luchar por los derechos del resto de los animales, ellos también están siendo masacrados, abusados y maltratados por la misma cultura machista con la cual convivimos. Entendernos como parte de un mismo reino animal es la base para que podamos curar a esta sociedad enferma por religiones, por una cultura bestial y abusiva.

 

 

 

Alejandro Pasquale, Géminis, 2017. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿Cómo valoras tu relación con el mercado artístico?

R. No tengo problemas con el círculo de compradores, pero tampoco pinto para y por el mercado artístico. Tengo la suerte de haber abierto en muchas personas su primera compra de arte, y la han comprado desde la emoción y el corazón. A ellos es a quienes agradezco enormemente por haberse interesado en mi obra durante todos estos años, por interpretar mi mensaje y sentir la necesidad de que los acompañe en su día a día.

 

 

 

Alejandro Pasquale, El despertar, 2020. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿En qué estás trabajando ahora?

R. En este momento estoy comenzando un nuevo boceto para una futura pintura que me han encargado. Hace una semana termine un trabajo que me llevó unos tres meses, decidí tomarme unas pequeñas vacaciones e irme a descansar a la montaña. Ya volviendo renovado y feliz a mi taller.

 

 

Puedes ver más obras de Alejandro Pasquale en su página web y perfil de Instagram.

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Crítica de arte contemporáneo y escritora. Es autora de las novelas 'Crítica del vicio' (2016) y 'Coito Ergo Sum' (2019), ambas publicadas por La Marca Negra Ediciones.