La deliciosa acidez de Mary McCarthy

Begoña R. Orbezua Por Begoña R. Orbezua
9 Min lectura
‘El grupo’ es un retrato realista y apabullante de los años 30

Cuenta Vivian Gornick, la aguda autora de Apegos feroces o La mujer singular y la ciudad, entre otros magníficos títulos, que cuando ella y sus amigas tenían veintitantos años, en la década de los cincuenta, leían a Colette y a Mary McCarthy por lo mismo que otras leían la Biblia: «para entender mejor quiénes éramos y cómo íbamos a vivir».

 

“Cuando parecía que el único porvenir posible para una joven ambiciosa era el matrimonio, sumergirse en las novelas y relatos de McCarthy ayudaba a descubrir cómo sortear las convenciones”, escribió Gornik en el prólogo de El oasis (Impedimenta, 2019).

 

En 2021, más de medio siglo después, seguimos disfrutando de ambas escritoras y leyéndolas por los mismos motivos. A pesar de los muchos años que nos separan de la publicación de El grupo, genial novela de McCarthy escrita en 1963, la sensación sigue siendo de absoluta modernidad en cuanto a temas y estilo, de plena actualidad, de total frescura y mordacidad.

El grupo es la obra más conocida de Mary McCarthy debido a, por un lado, la carga añadida de morbo por lo autobiográfico, algo habitual en sus escritos; y por otro, a la polémica, el escándalo y hasta la censura que rodearon su publicación debido a los temas, abordados siempre desde una postura muy crítica, tales como el amor libre, la anticoncepción, el aborto, el socialismo y la división de clases sociales.

Estamos ante una de las primeras novelas que toca algunas de estas temáticas desde un punto de vista ciertamente femenino y feminista. Lo hace a través de las vivencias de nueve amigas recién licenciadas en el exclusivo Vassar College, en el cambiante Nueva York de entreguerras, una vez producido ya el crac del 29.

 

«La riqueza era un obstáculo tremendo; te aislaba de la vida. La Depresión, pese a todo, había tenido un efecto maravilloso entre las clases privilegiadas: había hecho ver a cantidad de gente las cosas que verdaderamente cuentan en la vida. Priss no conocía una sola familia que no fuera más feliz y más sana después de verse obligada a reducir sus gastos; los sacrificios los habían unido». (El grupo, pág. 45)

 

Atravesamos la década de los treinta acompañados de las amigas, Kay, Dottie, «Pokey», Helena, Libby, Priss, «Lakey», Polly y Norine, sus sueños, expectativas de futuro y frustraciones.

Comienza la novela con la boda de Kay Strong, en 1933, para terminarla con su funeral y el estallido de la II Guerra Mundial, hechos que ponen fin a su entrada en el mundo adulto y consumen las migajas de inocencia que pudieran restarles.

Todas ellas son idealistas, jóvenes entusiastas, deseosas de lanzarse al mundo y a la vida, esperando y proyectando grandes planes de futuro, acordes a su clase social. Son niñas bien, acomodadas y de origen burgués, aunque con claras diferencias también entre ellas. Tienen en común, no obstante, como todos los jóvenes, su intención manifiesta de no seguir los mismos pasos que sus padres, aunque lo que se espere de ellas sea el matrimonio y la maternidad.

Con todos estos ingredientes no es de extrañar que la obra se convirtiera en un éxito automático y fuera devorada por todas aquellas mujeres de mediana edad que habían sido jóvenes en los años 30 y que se veían fácilmente reflejadas en las muchachas protagonistas. La propia autora había sido una de esas muchachas del Vassar College y sabía bien lo que se decía acerca de ese ideal de mujer, esposa y madre perfecta.

Rápidamente la novela se situó en el primer puesto de los más vendidos en la lista del New York Times, donde permaneció varios meses, y en la lista de best sellers estuvo hasta casi dos años después de su publicación.

El éxito rotundo de El grupo habla por sí mismo, sin embargo, fue injustamente recibido en algunos ámbitos; incluso países como Australia, Italia e Irlanda lo prohibieron, al considerarlo impúdico y pornográfico. No toda la crítica tampoco supo comprenderlo y la muestra está en la escandalizada y misógina opinión de Norman Mailer que fue incapaz de ver la grandeza y genialidad del libro porque sus prejuicios le cegaban.

La novela de Mary McCarthy es un retrato realista de la década de los treinta. Es un momento de cambios socioeconómicos, políticos y culturales, y McCarthy los entrelaza con los hilos de las chicas. Cada una de ellas brilla de forma especial, es portentoso el talento necesario para moldear estos personajes de semejante hondura psicológica.

Norine es la intelectual y pragmática. Kay trabaja en Macy’s, aunque su vocación es el teatro, y se acaba de casar. «Lakey», la más rica de todas, soberbia, distante. Libby siente verdadera pasión por la literatura y quiere ser editora. La entrañable Dottie, mucho más dura y arriesgada de lo que su entorno cree.

 

“Dottie se había sentido un poco extraña al principio, cuando, tan solo dos noches después de la boda, atravesó el oscuro portal y subió de puntillas las escaleras hasta la habitación enfrente de la que había ocupado Harald, donde seguramente Kay habría pasado por el mismo trance. Era una sensación de verdad sobrecogedora, parecida a cuando todo el grupo tenía la regla al mismo tiempo; le hacía pensar a una en lo extraño que era ser mujer y verse sujeta al influjo de la luna, como las mareas. Toda suerte de ideas extrañas, irrelevantes a la ocasión, se le pasaron a Dottie por la cabeza cuando la llave giró en la cerradura y se encontró por primera vez en su vida en la casa de un hombre y a solas con él. Era la noche de San Juan, el solsticio de verano, cuando las doncellas entregaban su tesoro para que fructificaran las cosechas: lo había aprendido en las lecturas que había tenido que hacer cuando estudiaron Sueño de una noche de verano”. (El grupo, pág. 41)

 

Cada una de ellas nos muestra una faceta de las jóvenes del momento, con elegancia y humor, como Mary McCarthy, lejos de la sensiblería, una mirada inteligente y sarcástica. Es una mirada dura, como corresponde a la experiencia de la autora, nacida en Seattle en 1912, quien tuvo que hacer frente a una infancia un tanto dickensiana a raíz de la muerte de sus padres en 1918, víctimas de la gripe española.

Mary McCarthy es una escritora de tono confesional, recordemos títulos como Memorias de una joven católica o El oasis, que se inspiraba sin pretender disimularlo en su familia, amigos, conocidos y amantes, para representar en sus textos las esferas públicas y privadas de su momento, a menudo de forma ácida y provocadora.

El grupo sigue siendo a día de hoy una novela imprescindible, hilarante y apabullante. Es una novela aguda, ferozmente inteligente y todavía necesaria para calibrar el (no) cambio. Celebramos por todo lo alto la decisión de Impedimenta de rescatar y reeditar estas magníficas páginas de la brillante Mary McCarthy.

 

Mary McCarthy, El grupo, 2021. Impedimenta. 464 páginas. 22,75 €

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Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Deusto y licenciada en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la Universidad de Granada. Es profesora de Literatura, dinamiza clubes de lectura y talleres de escritura.