El artista nos habla de su cómo concibe su imaginario, su visión del arte y del coleccionismo en España
Vivimos en un tiempo donde la identidad es la batalla que se fragua en la vanguardia. En el mundo del arte, lo identitario es el valor que el artista le da a su trabajo para que este se diferencie de los demás. No es fácil que esta identidad, además de ser reconocida, tenga un valor estético a la altura de los grandes maestros.
Miguel Scheroff (Navas de Tolosa, Jaén, 1988) trabaja sobre sus propias experiencias aportando un cariz autobiográfico a obras donde utiliza temáticas propias de la Historia del Arte que él traslada a su tiempo. Sus trabajos recientes al óleo se conciben con empastes exagerados y colores saturados. Juntos alcanzan una estética kitsch a través de la que narra historias mitológicas y retrata a iconos de su época. En ocasiones, los animales son los protagonistas absolutos de la obra y adquieren una fuerza arrolladora que los diviniza.
El artista plantea mediante el lenguaje pictórico una reflexión en torno a los conflictos y preocupaciones de una generación sumergida en el desencanto y la inestabilidad emocional. La originalidad de su trabajo queda patente en sus lienzos y esculturas, no solo por esa personalísima estética y los temas autobiográficos, sino también por la autenticidad de sus modos de proceder y la innegable calidad de sus resultados finales.
Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Granada, Scheroff completó sus estudios con un máster de Arte, Idea y Producción por la Universidad de Sevilla. Actualmente, su exposición Después del tiempo, comisariada por Ivan de La Torre y Juan Ramón Rodriguez Mateo, puede verse hasta el 15 de septiembre en 2021 en la Sala de Exposiciones en La Antigua Escuela de Magisterio de la Universidad de Jaén.
Scheroff ha expuesto en lugares como Estados Unidos, Suiza, Alemania, China, Italia, Marruecos y México. También ha participado en ferias nacionales como JustMad, Marte, Hybrid Art Fair, Art Madrid, Estampa, Ikas Art, Art Jaén, etc. Además, ha sido galardonado en numerosas ocasiones, las más recientes el Premio Adquisición Naranjas con Arte de la feria Marte en 2020 y La Térmica Creadores en 2019.
P. En muchos de tus trabajos representas animales, ¿a qué se debe la elección de esta temática?
R. Vivo en un pequeño pueblo dentro del entorno de Sierra Morena donde desde niño me cruzaba con ciervos, jabalíes, cabras montesas, conejos, caballos y otros animales casi a diario. También mis abuelos cuidaban ovejas, gallinas y cerdos, y yo era en muchos casos responsable de su cuidado. Tengo la suerte de poder perderme por estos parajes silvestres y contemplar a estas criaturas en su hábitat natural.
Además, posiblemente es mi conciencia animalista la que hace inseparable mi pintura de los animales. Así que sus formas, movimientos y colores, me ayudan a generar composiciones donde puedo narrar historias sobre la actitud del individuo. Igualmente, reflexionar acerca de la relación que mantiene con ellos el mundo contemporáneo. Ocurre, igualmente, en la obra del pintor Walton Ford, en la que los animales y la naturaleza se muestran en una suerte de escenografía teatralizada sobre el ciclo de la vida y las acciones que unas especies ejercen sobre otras.
P. Por otra parte, también realizas retratos con tintes mitológicos y figuras de la más rabiosa actualidad, ¿qué tienen que tener estos personajes para que fijes tu atención en ellos?
R. Mi trabajo es absolutamente autobiográfico. Además, cualquier personaje que aparece en mis pinturas guarda una relación directa con mis emociones, gustos, personalidad o manera de entender o enfrentarme a la realidad. Los temas mitológicos me apasionan, hablan del comportamiento humano expuesto a situaciones extraordinarias. De hecho, lo que quiero hacer con mi obra es apropiarme de esos temas desde una perspectiva generacional.
No me imagino una Leda sin el pelo teñido de rosa o algún tatuaje en sus brazos, como tampoco concibo una batalla épica sin que en ella participen unos pokemones utilizando sus ataques. No puedo hacer una lectura de los conflictos actuales si no es pasándolos por el filtro de la iconografía o estética de mi generación, es lo que mejor conozco y por tanto lo más honesto para mi obra.
P. ¿Con qué técnicas pictóricas y escultóricas sueles trabajar?
R. Lo que más utilizo es el óleo pero siempre lo mezclo con otros materiales para hacerlo más rico y darle más cuerpo, me gusta que el cuadro pese. Por ejemplo, la escultura me fascina y cada vez se refleja más en mi pintura a través de los relieves. Trabajo poco la escultura porque no es fácil llevarla a cabo, necesitas mucho espacio para trabajarla y almacenarla, por no mencionar lo difícil que resulta encontrarle mercado.
P. Utilizas un empastado grueso y una gama cromática muy saturada que has convertido en un rasgo muy identitario de tu obra, ¿qué emociones crees que despiertan estas cualidades en el espectador?
R. Soy muy anárquico a la hora de trabajar, conozco bien qué materiales son incompatibles entre sí, pero si aplicas un poco de sinvergonzonería con ellos pueden salir cosas muy potentes. No me importa, realmente, armarme de una manga pastelera y plantar unas flores de tarta al óleo sobre el soporte pictórico, como tampoco me tiembla el pulso si tengo que mezclar resinas, escayolas, carbonato cálcico, polvo de mármol o lo que sea, con acrílico, óleo o esmalte para conseguir texturas y empastes casi escultóricos sobre el lienzo.
En cuanto al color ácido, es también una manera de alimentar la pintura, darle un matiz fresco y actual, quizá a veces abuso de ellos pero no me importa, nunca he pretendido ser agradable con lo que hago sino trabajar en mis descubrimientos personales para alcanzar un lenguaje plástico propio, me preocupa sobre todo disfrutar el proceso al máximo. Así que no me pongo barreras técnicas a la hora de trabajar, quiero hacer lo que más me gusta sacando al gamberro guasón de dentro, y dejando a un lado al chico triste y aburrido que muchas veces he sido.
P. ¿Cuánto dirías que hay de barroco en tu trabajo y cuánto de pop?
R. ¡Todo! Soy la cosa más kitsch del mundo. Es terrible porque a veces se me va de las manos y no sé cuándo parar. Mi filosofía siempre ha sido esa de que «más es poco». De hecho, me flipa un bicho raruno de colorines, los monstruos voluptuosos y los animales fantásticos. Una batalla sanguinolenta con personajes desparramados, escenarios clásicos desbordados de bodegones, frutas y flores. Todas esas movidas son pura inspiración para mí.
P. ¿Qué artistas de tu generación admiras?
R. Muchísimos/as, si es que yo soy muy groupie y me parece que son todos/as buenísimos/as. Te podría hacer una lista infinita pero me voy a quedar con unos cuantos que forman mi top millennial/zentennial favorito: Bel Fullana, Ira Torres, Silvia Lermo, Vanessa Morata, Francesc Rosselló, Pablo Sola, Paloma de La Cruz, Marco Prieto, Javier Aldarias, Murfin, Julio Anaya, Imon Boy, Gala Knörr, Alejandro González, Julia Santa Olalla, Sebas Velasco, Sofía González, Rafa Jiménez, Manuel M. Romero, Federico Miró, Irene Molina, Gil Gijón, Almaro, Armando Rabadán, Dela Delos, Fenxi, Ana Pavón, Juan de Morenilla.
Igualmente, Daniel Dobarco, David Salido, Xochitl Espinoza, Yo Romero, Emilio Maldomado, Anto Pulp, Fran Baena, Agus Diaz Vázquez, Javito Ruiz, Ignacio Estudillo, Víctor Alba, Oshier Luther, Lola Zoido, Back, Ana Barriga, Marta Galindo, Rafaél Blanco, Marcos Álvarez, Valle Galera, Diego Balazs, Juana González…Y un largo etcétera que me he dejado olvidado.
Y, bueno, mis grandes referentes de siempre a nivel profesional: Juan Francisco Casas, Santiago Ydañez, Marina Vargas, Ángeles Agrela, Marina Núñez, Enrique Marty, Belin, Santiago Giralda. Además, a nivel internacional la lista es inabarcable pero si tengo que decir alguno me quedaría con Super Future Kid, Ben Sledsens, Allison Schulnick, Rinus Van de Velde y Van Minnen.
P. ¿Qué figuras de la Historia del Arte tienes como referentes más importantes?
R. Suelo revisar mucho a Rosa Bonheuer, Rubens, Frans Snyder, Clara Peeters, Rosseau, Paul de Vos, Melchior d’Hondecoeter, Rivera, el Greco y Goya.
P. ¿Cómo valoras tu relación con los coleccionistas?
R. Muy buena, afortunadamente. En un país con tan poca tradición de coleccionismo y sin una ley de mecenazgo que respalde a los artistas, es importante generar una red donde podamos compartir contactos, si ayudas a tus compañeros esa ayuda también te será devuelta.
P. ¿Cuál crees que es la mejor estrategia para combatir el machismo en el ámbito artístico?
R. Si la supiésemos todo sería más fácil, pienso que se están poniendo en práctica muchas ideas con el objetivo de aportar soluciones, pero es difícil porque vivimos anquilosados en una sociedad patriarcal y machista desde su inicio. Queda todo por hacer pero sin duda diría que la base está en educar desde la infancia en valores feministas, y sobre todo dar voz a las mujeres artistas que son las que seguro saben lo que hay que hacer ya que son las que padecen este mal. Si esta entrevista puede servir para dar visibilidad a otras artistas sería muy satisfactorio.
P. ¿En qué estás trabajando ahora?
R. Llevo unos años de actividad frenética y el cuerpo me pide parar un poco, pero no puedo permitírmelo. Este trabajo es muy exigente y hay que estar siempre activo. De hecho, lo peor es cuando sufres un bajón y por delante está el compromiso de varias exposiciones y ferias, sabes la fortuna que es tener esa oportunidad y no puedes perderla porque te ha costado mucho alcanzarla, así que sigues adelante hasta que colapsas, pero tampoco te lo puedes permitir y continuas a pesar de tu salud.
En los últimos meses he realizado varias exposiciones individuales en Renace Art Gallery, Di Gallery, y la actual en la Universidad de Jaén. Para la próxima temporada tengo varias residencias y proyectos con galerías y salas de arte que espero disfrutar como se merece.
Puedes ver otras obras de Miguel Scheroff en su perfil de Instagram.
