La artista nos habla de ‘Indignadas’ y ‘Seremos olvidadas si nos olvidamos de pensar en nosotras mismas’, dos muestras que se inauguran en septiembre en España
La imagen histórica de la mujer como personaje secundario no es real. Ha sido el patriarcado el que se ha ocupado de que así pareciese a través de los historiadores y documentalistas que siempre han señalado las hazañas de los hombres, relegando las de las mujeres a un segundo y tercer plano para no quitarles el protagonismo a ellos.
María María Acha-Kutscher (Lima, 1968) es plenamente consciente de esta situación y realiza una labor importantísima a través de su trabajo en el cual devuelve a la mujer el protagonismo robado. Además de la dimensión plástica de sus obras hay también de una dimensión política.
En sus proyectos construye un nuevo imaginario en el que las mujeres sí importan. Tanto posproduciendo fotografías como representándolas como las luchadoras que han sido, su obra propone recuperar la historia de la figura femenina tal como debiese haber sido tratada. Para ello, utiliza medios digitales, diseño gráfico, video y pintura.
En Indignadas, exposición que inaugura ADN Galería (Barcelona) partir del 15 de septiembre, la artista elabora una crónica visual de las luchas feministas y protagonizada por mujeres. La serie lleva casi diez años de trabajo continuo.
«Seremos olvidadas si nos olvidamos de pensar en nosotras mismas», Womankind, muestra que podrá verse en la Sala Robayera de Miengo, Cantabria, del 11 de septiembre al 17 de octubre de 2021, es una obra intertextual en la que las referencias a obras de arte, la fotografía y el cine construyen un imaginario ficticio de lo que la memoria histórica podría haber dejado patente.
Otro de sus proyectos clave es Herstorymuseum, un museo imaginario de mujeres creadoras. Iniciado en 2017, el proyecto ha ocupado el espacio público y el digital, a través de su web.
Esta artista visual feminista también es co-directora, junto con Tomás Ruiz-Rivas del proyecto experimental Antimuseo. Vive en Madrid y trabaja globalmente. Acha-Kutscher colaborado con El País, New Internationalist, PRI’s The World y Global Fund for Women. Sus proyectos han sido expuestos en gran parte del territorio nacional y en países como España, México y Israel.

María María Acha-Kutscher, Indignadas 15-M, 2012/2017. Impresión en lona PVC. 300 x 395,5 cm. Colección CA2M, Centro de Arte Dos de Mayo. Cortesía de la artista
P. En tu proyecto Womankind resignificas a través de la postproducción de fotografías la imagen de la mujer que ha sido relegada históricamente. ¿Por qué crees que es necesario construir este nuevo imaginario?
R. Porque la historia se ha escrito sin contar con nosotras. Esta invisibilidad nos ubica en una posición subordinada con respecto al hombre. Por eso existe la necesidad urgente de transformar la historia. Una memoria que albergue las contribuciones que las mujeres han hecho a la humanidad y que se narre desde nuestra visión, nuestra experiencia, y desde diferentes paradigmas.
Womankind es una obra intertextual, llena de citas de obras de arte, fotografía, cine, literatura y memoria de lucha política. En todos los collages fotográficos de este proyecto la mujer ocupa un lugar central, no como objetos de contemplación, sino como protagonistas de su propia historia. Por eso es crucial que las imágenes sean verosímiles, para construir un gran archivo de documentos ficticios. Es curioso observar cómo algunos de estos collages han circulado en las redes sociales como fotografías auténticas y no como composiciones fotográficas, convirtiéndose así, en registros que conservan una memoria que puede ser real.

María María Acha-Kutscher, Womankind. 365 Días. Día 3, 2014. Edición especial. Fotocollage digital. 30 x 45 cm. Cortesía de la artista
P. ¿Qué criterio sigues para trabajar estas fotografías hasta convertirlas en tus obras?
R. El proceso de trabajo de Womankind es digital e implica previamente la recolección de miles de imágenes, fruto de muchas horas de investigación. He construido a lo largo de los años una gran biblioteca de material diverso (incluyendo fotografías tomadas por mí), ordenado por categorías: fotografías de mujeres, fondos y elementos varios. A partir de allí, como si de una paleta cromática se tratase, el proceso de componer un collage es intuitivo: voy seleccionando cuidadosamente los elementos tomando en cuenta cualidades formales, como la perspectiva, la luz, la textura y gama para que una vez superpuestos, el montaje no pueda ser percibido.
P. En tu serie Indignadas realizas un registro visual de la participación de las mujeres en las protestas públicas a nivel global, ¿qué cambio de paradigma sucede cuando estas imágenes se convierten en atemporales?
R. Después de casi diez años de trabajo de registro continuo, Indignadas se ha convertido en una crónica no sólo de la lucha feminista, sino también en un testimonio de las luchas sociales con la mujer como protagonista. La serie tiene un doble función, por un parte opera fuera del sistema de arte, se expone en espacios públicos, como una forma de devolver la protesta a las calles, forma parte de campañas feministas, y sus imágenes se distribuyen gratuitamente por Internet para que puedan usarse para fines activistas, potenciando así su sentido político.
Y por otro lado, las imágenes de Indignadas operan dentro de la institución arte, se exponen en museos y galerías y han pasado a formar parte de colecciones públicas, como una manera de inmortalizar estas acciones, difundir la protesta y preservar esta memoria de lucha.

María María Acha-Kutscher, Indignadas, 2017. Dangerous Art. Haifa Museum of Art, Israel. Cortesía de la artista
P. ¿De qué trata tu proyecto Herstorymuseum?
R. Herstorymuseum es un proyecto de apropiación institucional. Un museo imaginario que desarrolla una narrativa rizomática y desejerarquizada de las mujeres creadoras, a través de un lenguaje visual similar al pictograma. Estos pictogramas, que no dejan de crecer, forman la colección permanente del museo.
Las exposiciones de Herstorymuseum se desarrollan en espacios públicos, centros de arte y galerías de arte, partiendo siempre de una imagen, una palabra o un elemento iconográfico, con el fin de establecer relaciones intuitivas entre diferentes creadoras y obras, desarrollando así una historia del arte alternativa. Desde el 2018, Herstorymuseum es miembro de la IAWM, International Association of Women’s Museums.
La exposición más reciente ha sido Permission de Travestissement (2020) presentada dentro de la exposición Ella, el ojo, el dedo, la mano, comisariada por Alexandra Laudo en ADN Galeria y en la que participaron también Margaret Harrison y Nuria Güell. El título hace referencia a una ordenanza del siglo XIX que permitía a las mujeres parisinas vestirse como hombres en determinadas ocasiones. La instalación reúne retratos, citas y obras de artistas que se han apropiado de los símbolos de poder tradicionalmente asociados a la masculinidad en un gesto de emancipación y de reivindicación del derecho a la propia imagen.

María María Acha-Kutscher, Herstorymuseum. Sherman/Halberstam. Dibujo digital. 40 x 56 cm. Cortesía de la artista
P. ¿Qué te ha llevado a que tu trabajo gire en torno a la figura de la mujer?
R. La búsqueda del conocimiento de mí misma. El conocimiento de nuestra propia historia es necesario para entendernos a nosotras mismas. Y no sólo desde el pasado, sino también desde el presente. Hace poco descubrí una frase del activista afroamericano, James Baldwin y la citaré en femenino: «La historia no es el pasado, es el presente. Llevamos la historia con nosotras. Nosotras somos la historia».

María María Acha-Kutscher, Lonas de Indignadas en edificio de vecinos. MAS, Museo de Arte Moderno y Contemporáneo de Santander y Cantabria, 2013. Cortesía de la artista
P. ¿Con qué técnicas abordas tus obras?
R. Dibujo y pintura digital, fotocollage digital, diseño gráfico y ocasionalmente video. A partir de ahí y según el proyecto, creo un lenguaje visual específico. Llevo mucho años investigando obsesivamente sobre la síntesis del dibujo.

María María Acha-Kutscher, Indignadas. Anti-Kavanaugh protest, 2014/2021. Impresión en lona PVC. Cortesía de la artista
P. ¿Qué artistas de tu generación admiras?
R. Me gustaría nombrar proyectos de creadores de diferentes orígenes y épocas que han sido una fuente de inspiración para mi trabajo como: Une semaine de bonté de Max Ernst, de 1934; las ilustraciones de Emory Douglas para el periódico y los carteles de propaganda del partido Black Panther en los años 60 y 70; los carteles de la reforma agraria del peruano Jesús Ruiz Durand; los iconos para la interfaz de Apple Macinstosh de Susan Kare, en los años 80; el diseño de los pictogramas del metro de la Ciudad de México de Lance Wyman en la década de 70 y 80; los tapices sobre la clase media inglesa de Greyson Perry; el mural hecho de mosaicos sobre Wannsee del artista alemán Christoph Niemann en el metro de Berlin.
Y también me gustaría destacar algunos proyectos feministas, algunos realizados por artistas de mi generación: como El Esqueleto Tatuado de Suzanne Lacy; Archiva: obras maestras del arte feminista en México de Monica Mayer; Expuestas: registros públicos de Lorena Wollfer, Marvelous Sugar Baby de Kara Walker, Queridas Viejas de María Gimeno, y la lista continúa…

María María Acha-Kutscher, Indignadas. Kiss the police, 2015. Premio Arte en Valla. Festival en la calle, Rivas Vaciamadrid. Cortesía de la artista
P. ¿Cómo definirías tu relación con el coleccionismo?
R. Tengo una idea bastante desmitificada de los coleccionistas. Supongo que se debe a mi herencia familiar. Mi abuelo fue teórico de arte y mi padre es cineasta y artista, mi madre productora, ambos con formación en arquitectura. Ellos han coleccionado arte desde siempre, sobre todo pintura latinoamericana de los años 80 y 90, y no lo han hecho por estatus económico sino porque eligieron gastar en ello y no en otras cosas. Yo misma con mi pareja, aunque en una escala más modesta, hemos comprado obra de artistas, algunos de ellos amigos, cuando hemos tenido un extra económico o una buena oportunidad.
Y desde que ADN Galería me representa, he podido conocer a algunos coleccionistas privados que han adquirido obra de mi autoría. Y me ha alegrado constatar que mi trabajo está en manos de personas amantes del arte, cuya elección ha sido resultado de un «flechazo». Esto me recuerda a Herbert y Dorothy Vogel, los mayores coleccionistas de arte minimalista y conceptual de Estados Unidos en los años 60 y 70. Compraban lo que les gustaba, sin preocuparse por el renombre del artista o alguna especulación en la obra.
Visitaban artistas del área, veían sus obras y adquirían aquello que capturaba su atención, aunque bajo tres condiciones: que fuera asequible, que pudieran cargarlo en un taxi o en el metro y que cupiera en su pequeño departamento. Albergaron casi cinco mil obras de artistas tales como Christo, Joseph Beuys, o, Lynda Benglis, entre otros. Hoy en día su colección esta repartida entre varios museos públicos de Estados Unidos.

María María Acha-Kutscher, Womankind. Serie 2.1, 2012. Fotocollage digital. 30 x 41 cm. Cortesía de la artista
P. ¿Qué significa para ti el éxito?
R. Un efecto colateral.

María María Acha-Kutscher, Womankind. Saudade. Ella, el ojo, el dedo, la mano, 2020. ADN Galería, Barcelona. Cortesía de la artista
P. ¿Cuál crees que es la mejor estrategia para combatir el machismo en el ámbito artístico?
R. Introducir el feminismo en todo el sistema del arte.

María María Acha-Kutscher, Indignadas. Tarana Burke. Me Too. Impresión en lona PVC. 176 x 150 cm. Cortesía de la artista
P. ¿En qué estás trabajando ahora?
R. Estoy trabajando por primera vez en un proyecto que tiene que ver directamente conmigo. Se llama Irmgard y es un diccionario basado en la memoria de mi familia que vivió en Múnich en los años 20 y 30 del siglo XX. Recoge, a partir de 26 imágenes y 26 términos de la A a la Z, personajes y sucesos durante el ascenso y final del régimen Nacional Socialista, que tuvieron algún punto de contacto con Irmgard Kutscher Pachtner, mi abuela. Lo estoy realizando con la colaboración con Tomas Ruiz-Rivas que esta haciendo los textos y con el apoyo de las Ayudas a la creación del Ayuntamiento de Madrid.
Seremos olvidadas si nos olvidamos de pensar en nosotras mismas, Womankind, podrá verse en la Sala Robayera de Miengo, Cantabria, del 11 de septiembre al 17 de octubre.
Indignadas se inaugura en ADN Galería (Barcelona) partir del 15 de septiembre hasta el 20 de noviembre de 2021.
Puedes ver más obras de María María Acha-Kutscher en su página web y en su perfil de Instagram.