Alice Neel en retrospectiva en el Museo Guggenheim de Bilbao

Miriam Varela Por Miriam Varela
15 Min lectura
La primera retrospectiva de la artista americana Alice Neel en España tiene lugar del 17 de septiembre al 6 de febrero de 2022

Si hablamos de humanismo, nuestra mente viaja directamente al siglo XIV y XV. Una filosofía que nace a finales de la Edad Media y que ayuda a romper con la escolástica y la tradición medieval, con la que el hombre se coloca en el centro de todas las cosas. Con Alice Neel (Pensilvania, 1900 – Nueva York, 1984) podemos darle un pequeño giro a la palabra y traerla al presente para hablar de su obra como un legado que se centra, no exclusivamente pero sí principalmente, en mostrar a los seres humanos que habitan su entorno para dar testimonio con ellos de la época, la sociedad y la historia del momento. Una obra humanista que pone a las personas en el centro de su creación.

El Museo Guggenheim presenta desde el 17 de septiembre y hasta el 6 de febrero, por primera vez en nuestro país, una retrospectiva de la artista estadounidense Alice Neel.

Con casi un centenar de obras entre cuadros, acuarelas y dibujos, la muestra hace un recorrido por la trayectoria de la artista: desde sus primeras obras en los años veinte hasta sus obras cumbre de los años setenta. Alice Neel: las personas primero está organizada por el Metropolitan Museum of Art, en el cual ya ha sido expuesta, en colaboración con el Museo Guggenheim Bilbao y The Fine Arts Museums of San Francisco, a donde viajará posteriormente.

 

 

 

Alice Neel, Geoffrey Hendricks y Brian (Geoffrey Hendricks and Brian), 1978. Óleo sobre lienzo. 118,7 x 93,3 cm. San Francisco Museum of Modern Art, Adquisición por intercambio, a través de una donación anónima. © The Estate of Alice Neel, Bilbao, 2021 

 

 

 

Las personas primero

 

Alice Neel no solo pintó personas, sino que invirtió los estereotipos que la historia del arte tenía hasta ese momento. Solo el realismo se había fijado en la gente de a pie para dignificarla en grandes lienzos. El proletariado y la dignidad del trabajo. Alice Neel no buscaba la dignidad de una clase social, sino mostrar la validez de todas las personas tal y como son. Aunque al final de su carrera, cuando alcanzó el éxito, retrató a personajes famosos relevantes para la sociedad, lo cierto es que a lo largo de toda su trayectoria sus modelos han sido sus vecinos, gente pobre del Spanish Harlem, barrio en el que vive. Y los retrata dignificándolos. Esta es mi gente, así es como viven, esto es mi vida y así la pinto.

Niños de barrio, como Georgie Arce No. 2 (1955), mujeres embarazadas, madres, vecinos. Todos nos cuentan las historias de su vida y la de la propia autora ya que vemos a estos personajes a través de su mirada. “Para mí las personas son lo primero. He tratado de afirmar la dignidad y la importancia eterna del ser humano”, dijo Alice Neel en 1950.

 

 

 

Alice Neel, Georgie Arce No. 2, 1955. Óleo sobre lienzo. 76,2 x 55,9 cm. Colección de Lonti Ebers © The Estate of Alice Neel, Bilbao, 2021 

 

 

 

La mujer y la maternidad

 

Es especialmente relevante la forma en que la pintora retrató a las mujeres. Una mujer desnuda en un cuadro es un motivo recurrente para el arte. Pero sus modelos no están retratadas de forma que busquen agradas al voyeur masculino. Los desnudos de su obra retan todos los convencionalismos y se adelantan (más de cincuenta años) a la actual corriente body positive.

Las mujeres en las pinturas de Alice Neel son mujeres, no un canon de la perfección para el deleite. Cada una tiene su cuerpo perfectamente imperfecto y lo muestra como es. Y esto fue una revolución. Pechos que cuelgan, culos grandes, gente delgada. Sus poses no son sensuales, sus actitudes no invitan al espectador a recrearse. Son mujeres desnudas que “simplemente” se muestran tal y como son. El culmen de esta representación del desnudo femenino exento de la tradicional sexualización lo encontramos en su Autorretrato (1980), una de sus últimas obras en las que se dibuja desnuda, anciana, sentada en un sillón con un pincel en la mano. Una pintura que nos dice: “He aquí la artista”.

 

 

 

Alice Neel, Autoretrato (Self-Portrait), 1980. Óleo sobre lienzo. 135,3 x 101 x 2,5 cm. National Portrait Gallery, Smithsonian Institution © The Estate of Alice Neel, Bilbao, 2021 

 

 

 

La maternidad, en todas sus fases, también es un tema principal en la obra de Alice Neel. Ella misma fue madre de cuatro hijos de los que solo pudo criar a dos. En sus pinturas podemos ver mujeres embarazadas desnudas, un tema prácticamente inexistente hasta el momento. Mujeres que enseñan sus cambios físicos con orgullo y tranquilidad: pechos hinchados, caderas anchas, cansancio, como podemos ver en su obra María Embarazada (1964), en la que retrata a su nuera en su primer embarazo.

Después del embrazo llega el parto, un tema muy poco representado en la historia del arte que ella pinta en una obra titulada precisamente Parto (1936), en la que muestra la agonía de su compañera de habitación cuando dio a luz a su tercer hijo Richard.
Cuando retrataba la maternidad la autora no dejaba de lado esa mirada tan personal, esa forma que tiene de indagar en sus personajes. La maternidad tiene muchas caras, tantas como madres y así lo representa.

 

 

 

Alice Neel, María embarazada (Pregnant Maria), 1964. Óleo sobre lienzo. 81,3 x 119,4 cm. Colección particular © The Estate of Alice Neel, Bilbao, 2021 

 

 

 

En Carmen y Judy (1972) vemos a una madre cansada, podríamos decir exhausta, con una mirada resignada que sostiene a su pequeña en brazos. Una niña enfermiza que no agarra el pecho que la madre le ofrece. Una imagen durísima que nos anuncia el trágico desenlace de esta relación madre-hija que terminó con la muerte de la pequeña Carmen pasados unos meses.

Solamente un año después pintó el gran lienzo Linda Nochlin y Daisy (1973), en el que nos muestra a una mujer fuerte, empoderada, que es madre pero que a la vez se ha labrado una carrera profesional. Esto que ahora nos empieza a parecer normal, en los setenta no lo era tanto.

 

 

 

Alice Neel, Carmen y Judy (Carmen and Judy), 1972. Óleo sobre lienzo. 108,6 x 83,5 x 4,4 cm. Oklahoma City Museum of Art, Westheimer Family Collection © The Estate of Alice Neel, Bilbao, 2021 

 

 

Nueva York y la cotidianidad

 

No solo las personas tienen el protagonismo en los cuadros de Alice Neel. Su hábitat, la ciudad de Nueva York, fue también un motivo recurrente en sus cuadros. El lugar donde vivimos forma parte también de nuestra propia historia. Ya fuera como telón de fondo de escenas cotidianas o como paisajes urbanos, los barrios, los parques y los edificios de la ciudad forman parte del imaginario de esta artista.

Curiosamente, no le interesó solo lo que podemos ver fuera de los edificios. Sino que lo que hay dentro, la cotidianidad, le resultaba interesante. En los bodegones encontró la oportunidad de experimentar, sería un género en el que se encontraría de pronto jugando con la abstracción, estilo que criticó durante parte de su vida y sobre el que años más tarde recapacitó para admitir que “todas las obras tienen algo de abstracto”.

En estas pinturas no faltaron tampoco un toque fresco, en el que se nos deja ver parte de la personalidad afable de la artistas. Acción de Gracias (1965) es uno de estos cuadros desenfadados en el que la artista no nos enseña la reunión familiar que podría corresponder a ese título, sino que se centra en el pavo crudo que reposa en el fregadero rodeado de los cacharros sin fregar, listo para ser empezado a cocinar.

 

 

 

Alice Neel - Guggenheim
Alice Neel, Acción de Gracias (Thanksgiving), 1965. Óleo sobre lienzo 76.2 x 86,4 cm. The Brand Family Collection © The Estate of Alice Neel, Bilbao, 2021 

 

 

 

La trayectoria de Alice Neel

 

Hoy que vivimos en la era de lo inmediato, la vida de esta mujer debe servirnos de inspiración. Es la historia de la perseverancia, del creer en un mismo y de agarrar con firmeza nuestros valores, nuestras convicciones y andar el camino pasito a pasito. Alice Neel obtuvo el reconocimiento a su obra con más de sesenta años tras haber estado trabajando en un estilo que no era en absoluto la moda del momento.

Tras graduarse en la Escuela de Diseño para Mujeres de Philadelphia en 1920, la artista adoptó un estilo realista, como vemos en el retrato de su primer marido, Carlos Enríquez (1926). No lo abandonará este estilo a lo largo de toda su carrera. Los retratos, los paisajes y los bodegones eran temas que se veían anticuados en los años cuarenta y cincuenta, años en los que se produjo la explosión de la abstracción en Estados Unidos con el Expresionismo abstracto de Pollock y Lee Krasner. Neel se aferró a esta representación de la realidad con un estilo un tanto expresionista para contarnos las historias de las personas y de la ciudad en la que vive, Nueva York y los neoyorkinos.

 

 

 

Alice Neel - Guggenheim
Alice Neel, Carlos Enríquez, 1926. Óleo sobre lienzo. 76,8 x 61 cm. The Estate of Alice Neel Cortesía de The Estate of Alice Neel © The Estate of Alice Neel, Bilbao, 2021 

 

 

En los años treinta, debido o gracias a las políticas de la New Deal, Alice Neel es propuesta para formar parte un grupo de artistas que trabaja para la Works Progress Administrations, gracias al cual recibió un pequeño salario por su producción artística que le ayudó a mantenerse activa durante estos años. Son años en los que realiza cuadros de protesta social como Los nazis asesinan a los judíos (1936).

Ha sido partir de 1960, con sus hijos más independientes, que ella pudo volcarse de nuevo en pintar. Su obra ha sido reconocida, su nombre ganó notoriedad. Ann Sutherland Harris y Linda Nochlin la incluirán en la famosa exposición de 1974, Women Artists 1550-1950, la primera muestra que reunió a las mujeres artistas más relevantes y reivindicó su papel en la Historia del Arte.

 

 

 

Alice Neel - Guggenheim
Alice Neel, Nancy y Olivia (Nancy and Olivia), 1967. Óleo sobre lienzo. 99,1 x 91,4 cm. Colección de Diane y David Goldsmith © The Estate of Alice Neel, Bilbao, 2021 

 

 

 

Estos serían años en los que, a la vez que siguió pintando a sus vecinos y a la gente de la calle, empezaron a pasar por su taller grandes artistas de la talla de Robert Smithson, icono del Land Art, el gran historiador del arte Meyer Shapiro, el artista del grupo Fluxus, Geoffrey Hendricks, e incluso el genio excéntrico de Andy Warhol quiso ser por esa señora que te desnudaba la esencia para pintarla en un cuadro y así hizo con él, desbancando al genio y mostrándolo en toda su vulnerabilidad.

Porque así es el arte de Alice Neel, una artista que desnudo literal o indirectamente a sus modelos. Y a través de contornos gruesos y colores fluidos nos dejó llegar a la parte más personal de la gente que posaba para ella, dejando un testimonio inigualable de la vida en ese suburbio de Nueva York que era el Spanish Harlem, y poniendo el acento en la dignidad del ser humano.

 

Alice Neel: las personas primero podrá verse del día 17 de septiembre hasta el 6 de febrero de 2022 en el Museo Guggenheim Bilbao.

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Divulgadora cultural. Licenciada en Historia del Arte por la USC, máster en Escritura Creativa en Hotel Kafka. Cofundadora y coordinadora en La Roldana Plataforma.