La artista, ganadora del premio de adquisición del Abierto Valencia 2021, nos habla de su simbología y sus influencias
A veces, recorrer la obra de algunos artistas se convierte en una aventura. Tanto en cuanto el cromatismo y las texturas, el mapa emocional que constituye su trabajo te envuelve de manera que experimentas un viaje a lugares que solo ha conquistado el autor. Esto ocurre con las pinturas y esculturas de Victoria Iranzo (Cuenca, 1989), en las que el exotismo se trabaja con una elegante pericia.
Esta artista construye una serie de trabajos sugerentes, en los cuales la organicidad, junto con el uso del color, exudan un fuerte magnetismo.
Iranzo estudió Bellas Artes en la Universidad Politécnica de Valencia, desde la que hizo un intercambio en l’École nationale supérieure des arts visuels (ENSAV) de La Cambre, Bruselas, gracias a una beca Sócrates-Erasmus. Hizo un máster en Producción Artística por la Universidad Politécnica de Valencia y otro en pintura en la Royale Academy de Amberes. Actualmente reside y trabaja en Bruselas, Bélgica.
Podremos ver sus trabajos en su nueva muestra ‘Dressing Islands’ hasta el 13 de noviembre en la galería Punto de Valencia
En 2014, Victoria Iranzo obtuvo la beca Mario Antolín de ayuda a la investigación pictórica del premio de pintura BMW, y ha sido ganadora del 35º premio de pintura BMW en la pasada edición del 2020.
Su obra se encuentra en las colecciones Juan José Catellano Comenge, BMW Ibérica, y Colección DKV, al ser ganadora del premio de Adquisición del Abierto València 2021.
Podremos ver sus trabajos en su nueva muestra ‘Dressing Islands’ del 23 del septiembre al 13 de noviembre en la galería Punto de Valencia.
Esta exposición funciona con un nexo donde se mezclan la experiencia y la ilusión a través de la óptica de la incertidumbre. La artista se muestra como una creadora en constante evolución, con un lenguaje propio en el que la razón y el orden dialogan bajo sus reglas.
Hablamos con ella sobre cómo aborda su trabajo, influencias, simbología y otras cuestiones que atañen al ámbito artístico.

P. Trabajas tanto la pintura como la escultura, ¿qué te aporta cada disciplina?
R. Describiría la escultura como un proceso lúdico y la pintura uno meditativo. Me he formado como pintora así que controlo mejor este medio. Eso me permite evadirme cuando trabajo, dejarme llevar. La escultura me da una libertad diferente en la búsqueda de materiales o soluciones. En mi proceso de trabajo, las maquetas son bocetos en 3D, la imagen es todavía abstracta antes del objeto, es en este momento donde adquiere forma. En cualquier caso, dependiendo de la obra o proyecto, se pueden invertir los procesos.

P. ¿Qué sensaciones buscas que incidan en la mirada del espectador?
R. En principio las ideas surgen de un diálogo conmigo misma. Son el resultado de un proceso de reflexión motivado por experiencias personales, lecturas, intereses, imágenes… Hay obras en las que la motivación inicial es expresar una sensación de angustia o perdida, otras superación y fuerza, otras las he pintado para recordar lecciones o un momento concreto.

P. ¿Se puede hablar de una influencia orientalista en tus obras?
R. Sí, claro. La influencias son muchas. Recopilo imágenes de estampados o trajes típicos o ceremoniales de diferentes culturas. Un libro que me gusta mucho es Wilder Mann del fotógrafo Charles Fréger, con trajes tradiciones de diecinueve países europeos. He confeccionado mis primeras prendas con patrones de kimono. Me interesa el atractivo visual de los pliegues que genera y la deformación de los motivos, pero lo he elegido también como respuesta a una necesidad. La mayoría de mis prendas están hechas con papel pintado, por la libertad que me da a la hora de trabajar los motivos. Pero el material me permite poco margen de manipulación y los kimonos se adaptan fácilmente.

P. ¿Hay algún tipo de simbología en la preponderancia del azul y el rosa en tu trabajo?
R. Relaciono el rosa con el cuerpo desnudo, desprotegido o vulnerable. Muchos animales al nacer, antes de desarrollar los elementos de su armadura o vestido, tienen esos matices de color. Bourgeois utilizó mucho el color rosa. Es el color del sexo. A veces cuando pinto un motivo con un paisaje la tierra o las montañas también son rosas. Son también las raíces, lo que nos une, la familia. El azul es el color del agua, que fluye y se adapta, y el color del cielo donde crecí.

P. ¿Cuánto hay de poético en la manera de fluir que tienen tanto tus pinturas como tus esculturas?
R. Confieso que soy una romántica de mi profesión, y la poética es un elemento importante en mi obra. Creo en la importancia del proceso creativo como fin en sí mismo. Si ese proceso se lleva a cabo con implicación, la obra, el sedimento, cumplirá también una función comunicativa.

P. ¿Qué ha significado en tu carrera el premio BMW de pintura?
R. Dada la importancia del premio, supuso un gran reconocimiento, un impulso. Dio visibilidad a mi trabajo. Además de permitirme invertir económicamente en mi práctica, dándome un margen dentro de la precariedad a la que estamos acostumbrados.

P. ¿Qué diferencias institucionales encuentras en apoyo a los artistas entre Bélgica y España?
R. En España existen muchos premios y concursos, becas de proyectos y residencias. Bélgica tiene menos concursos, pero sí muchas ayudas para desarrollo de proyectos. Aunque remarcaría lo que allí llaman el estatus de artista, una ayuda mensual en el caso de no recibir una remuneración de tu práctica.

P. ¿Al lado de qué artistas te gustaría exponer tus trabajos y que exista un diálogo entre vuestras obras?
R. Me gusta mucho Issy Wood, quizás no hay una fuerte conexión visual con mi trabajo pero es una artista que me transmite mucho coraje, me atrae ella como artista, como músico, como mujer. Me vienen a la cabeza artistas que como Wood me inspiran, por su perseverancia y esfuerzo, con un reconocimiento tardío, haciendo de su práctica un modo de vida. Eva Hesse, Louise Bourgeois, Paula Rego, Rose Wylie…

P.¿Cuál crees que es la mejor estrategia para combatir el machismo en el ámbito artístico?
R. Apoyando a mujeres dentro de los puestos de toma de decisión y selección. Que haya más ejemplos de mujeres artistas, más reconocimiento. Creo que es un problema de base, de educación. De no ver, desde niñas, que esta es una profesión a la que podemos aspirar. Educar desde la igualdad, desde luego, enseñar también los valores de superación, constancia y la competitividad del mundo real. Desde mi lugar, hacer un buen trabajo. Ser también ejemplo como lo son muchas mujeres artistas para mí.

P. ¿En qué estás trabajando ahora?
R. En unas esculturas/escudos protectores, que a su vez tienen poderes o te dan cualidades según sus características y materiales. Expuse los dos primeros recientemente en la exposición Dressing Islands, pero forman parte de una serie mas extensa. Por otro lado preparo una serie de cuadros de pequeño y gran formato para proyectos colectivos.
Puedes ver otras obra de Victoria Iranzo en su página web y en su perfil de Instagram.