Belkis Ayón en retrospectiva en el Museo Reina Sofía

Danielle Cruz Por Danielle Cruz
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‘Belkis Ayón. Colografías’ es la primera gran muestra de la artista cubana en Europa. La retrospectiva reúne alrededor de 80 obras producidas entre 1986 y 1999

El Museo Reina Sofía inauguró ayer la exposición Belkis Ayón. Colografías. Con alrededor de 80 obras, realizadas entre 1986 y 1999, la muestra comisariada por Cristina Vives profundiza en la obra de la artista cubana, desde sus primeras experiencias con el mito Abakuá y cómo ha desarrollado este imaginario.

Belkis Ayón (La Habana, 1967-1999) creó una iconografía inédita basada en la religión Abakuá. Poco conocida fuera de Cuba, constituyó una sociedad secreta, exclusiva de hombres negros.

Con antecedentes que remontan las sociedades secretas nigerianas en la región de Calabar, la religión Abakuá, también conocida como Ñañiguismo, apareció en Cuba hacía el año 1820. La religión de hombres recién llegados de Nigeria ayudó a organizar una población en pleno régimen de esclavitud, abolido en 1886.

 

 

Descubrí que no había en esos momentos artistas que trabajaran ese tema sino otros como el de la santería, el vodú, el espiritismo y el palo monte. Igualmente in fluyó la lectura de diferentes historias del mito. Aquello me pareció tan plástico, como si estuviera pasando delante de mí, donde aparecían y desaparecían rostros, dijo en entrevista a la revista Revolución y Cultura, el 4 de febrero de 1999.

 

 

Se trataba de una iconografía poco explorada, de leyendas que habían sobrevivido por la transmisión oral, y que la artista dota de elementos femeninos.

«Además, no hay una iconografía figurativa, a no ser, por supuesto, las firmas. Entonces vi que había una posibilidad, había todo un mundo que perfectamente yo podía crear, a partir de que uno ya sabe como son las historias», señaló.

En los ritos Abakuá se utilizan grafías conocidas como anaforuanas, o “firmas”, realizadas con yeso amarillo y blanco. Este sistema ideográfico cumple una función consagratoria en el ritual. Belkis Ayón utilizó abundantemente las “firmas” en los fondos de sus obras.

En su corta trayectoria, el universo Abakuá se ha convertido en una manera de expresar cuestiones espirituales y existenciales. «Es la vía, la manera, ha sido la solución que encontré para decir lo que quería. Y le digo: es como dejarse llevar, y yo me he dejado llevar», confesó.

 

 

 

Vista de la exposición Belkis Ayón. Colografías en el Museo Nacional Reina Sofía. Noviembre, 2021. Archivo fotográfico del Museo Reina Sofía

 

 

 

El color, una cuestión formal

 

Las primeras colografías de Belkis Ayón en gran formato, ensamblando secciones impresas, han sido realizadas en 1988. La técnica consiste en pegar, como un collage, diferentes materiales en una plancha de cartón entintada, generando un sinfín de texturas.

En sus obras el negro va ganando primacía sobre lo blanco. Un lenguaje pictórico elegido por la artista sus calidades formales, pero de múltiples interpretaciones para el público.

 

 

El blanco es un valor. Como el negro. Como los grises. El valor no es el color, el valor es el punto de atención en la obra. Una figura porque es blanca, no es blanco. Una figura es blanca porque es un punto de atención y porque trabajo con blanco, negro y valores. Esa persona pudiera ser negra, pero el valor es blanco, dijo en entrevista.

 

 

Piezas como La cena (1988-1991) fusionan personajes del mito Abakuá con sistemas simbólicos del cristianismo. En el fondo, ya aparecen los anaforuanas o «firmas», los símbolos sagrados. Una cena, en su mayoría de mujeres, y cuyo proceso ha sido decisivo en la elección de su gama cromática.

«La Cena fue vista por primera vez en público en 1988 en la galería Servando Cabrera de Playa. La concebí para imprimir a color pero ya impresa y exhibida no estuve satisfecha con los resultados. Me dediqué entonces a prepararla para mi tesis de grado y en 1991 la modifiqué y la llevé a blanco y negro», afirmó en Revolución y Cultura.

En Nlloro (1991), Ayón representa un funeral y los espíritus que rodean al fallecido en un ritual en el que Mpegó (sacerdote de los símbolos), dibuja las «firmas». Esta obra compleja en su simbolismo y de grandes proporciones que se expone fuera de Cuba por primera vez.

El sincretismo siguió en exposiciones como Sostenme en el dolor de 1995, en una iglesia de Breinig, Alemania. En ella, la artista sustituyó las imágenes del vía crucis católico con catorce obras sobre los Abakuá. Jesus Cristo, por su alter ego, Sikán. Sikán es una mujer de la mitología Abakuá que descubre un secreto, una voz sagrada, y es por ello sacrificada.

 

 

 

 

Belkis Ayón, Nlloro, 1991. Colografía sobre papel. 215 x 300 cm. Estate de Belkis Ayón, La Habana, Cuba

 

 

 

Desasosiego

 

La obra de Belkis Ayón ha sido marcada por una profunda carga existencial. La artista y profesora se quitó la vida el 11 de septiembre de 1999. Las obras de Desasosiego, su última exposición individual, en 1998, en galería Couturier de Los Ángeles, muestran una serie de relatos autobiográficos y emocionales.

Más que religiosos, la muestra era compuesta colografías en forma de tondos, retratos que reflejaban sus angustias más íntimas. Aunque aludía en todas las obras la temática Abakuá, sus últimas obras hacían referencia directa a su vida y experiencias personales.

 

 

 

Belkis Ayón, My vernicle o tu amor me condena, 1998. Colografía sobre papel. 100 x 75,4 cm. Estate de Belkis Ayón, La Habana, Cuba

 

 

 

Historias de amor, soledad, agonía, traición, pérdida de afectos, miedos profundos han sido algunas de las emociones que ha tocado Belkis Ayón. Es, por ejemplo, el tema de fondo de la serie My Vernicle o tu amor me condena, que hace referencia al paño de Verónica, relíquia que acompañó a Cristo en su vía crucis. El testimonio de una tragedia.

 

‘Belkis Ayón. Colografías’ podrá verse del 16 de noviembre al 18 de abril de 2022 en el Museo Reina Sofía, en Madrid.

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Es editora de elemmental. Doctoranda en Comunicación. Estudió Edición y Filosofía. Amante del arte y los nuevos medios. Estuvo antes en el Cultura/s del diario La Vanguardia.