Virginia Woolf: el legado de una mujer vanguardista

Begoña R. Orbezua Por Begoña R. Orbezua
11 Min lectura
Un recorrido por la vida de la escritora británica Virginia Woolf a través de sus obras más significativas

Este 25 de enero se cumplen 140 años del nacimiento de Adeline Virginia Stephen, quien pasaría a la historia con el nombre de Virginia Woolf (Londres, 1882–Lewes, 1941).

La escritora londinense, fallecida en Sussex en 1941, tomó el apellido Woolf en 1912 al contraer matrimonio con Leonard Woolf. Leonard era escritor, economista y miembro también del grupo de Bloomsbury, al que Virginia y su hermana, la pintora Vanessa Bell, pertenecían.

Muchos de los miembros del grupo publicarían después en la Hogarth Press, la editorial que Leonard y Virginia fundaron para que sus textos pudieran ver la luz. De esa imprenta manual saldría, entre otros libros, El cuarto de Jacob, de cuya publicación se conmemora el centenario este año.

La escritora universal dio muestras de su vocación literaria e intelectual desde muy temprana edad. A pesar de no tener estudios, su formación autodidacta le permitió convertirse en una de las mejores escritoras del siglo XX y transformarse en referente feminista.

 

 

Virginia Woolf era muy consciente de que su condición de mujer escritora la obligaba a luchar contra el prejuicio social, pero afrontó la batalla con valentía.

 

 

Con un estilo vanguardista y muy arriesgado, en sus textos reflexionó sobre los tabúes, los problemas y los derechos de las mujeres. Virginia Woolf era muy consciente de que su condición de mujer escritora la obligaba a luchar contra el prejuicio social, pero afrontó la batalla con valentía.

A menudo sobre la figura de Woolf sobrevuela el nubarrón de la enfermedad mental, su extraña relación de pareja, las posibles relaciones lésbicas y, por supuesto, su suicidio. Quién no conoce la historia de la escritora que, incapaz de soportar otra crisis, decide llenarse los bolsillos del abrigo de piedras y tirarse al río.

A menudo también, dicho nubarrón hace sombra y resta brillo a su obra. Virginia Woolf es poco leída, mal entendida y demasiado temida. Su figura sigue siendo una de las más controvertidas de la literatura universal debido a su personalidad y sus vivencias, su estilo y mensaje feminista, adelantados a su época, y su inusitado intelecto.

Aquí os dejamos cuatro formas sencillas de introducirnos poco a poco en el universo de Virginia Woolf. Un universo en expansión constante que nos abre las puertas a un listado infinito de obras literarias.

 

 

 

Virginia Woolf y Vanessa Bell jugando al críquet en Talland House, 1894. Wikimedia Commons

 

 

 

Fiestas y flores

 

Publicada en 1925, La señora Dalloway es la cuarta novela de Virginia Woolf. Relata un día en la vida de Clarissa Dalloway. Una mujer madura de la alta sociedad inglesa que, tras la Primera Guerra Mundial, reside en uno de los más aristocráticos barrios de Londres, Westminster.

Dalloway está inmersa en los preparativos de la fiesta que ofrecerá esa misma noche y a la que acudirán antiguos amigos. Estas viejas amistades harán tambalear la imagen de mujer feliz en su papel de esposa ideal. A través de los monólogos interiores de los diversos personajes, un caudal de pensamiento que los conecta, su máscara va cayendo y el lector va atisbando lo que de verdad se oculta dentro de Clarissa.

Es una de las novelas más conocidas de Virginia Woolf, si no la más, en la que la autora reflexionó sobre el amor, la vejez, la depresión y la sensación de oportunidad perdida.

La señora Dalloway es ideal para acercarse al estilo experimental de Virginia Woolf. Además, para quien guste de la intertextualidad, nos abre la puerta a otra fantástica novela, Las horas (Tusquets) de Michael Cunningham. Cunningham rescata la idea de oportunidad pérdida para crear una obra de ficción sobre tres mujeres en tres tiempos diferentes unidas por la señora Dalloway y la nombra con el título descartado por Woolf para su novela.

 

 

 

Virginia Woof por George Charles Beresford, 1902. Wikimedia Commons

 

 

 

El problema de la identidad

 

Orlando, una biografía es la sexta novela de la escritora inglesa y fue publicada en 1928. Es probablemente la más fácil para comenzar con la obra de Virginia Woolf.

Cuenta la historia de un joven aristócrata con aspiraciones literarias nacido en el período dorado de las letras inglesas, el isabelino. Este joven tiene una particularidad, no envejece y vive trescientos años.

A lo largo de esa longeva existencia el joven experimentará un cambio de sexo, pero no de identidad. Pone sobre la mesa un tema candente en nuestros días: en qué consiste ser hombre y ser mujer.

Es fácil comprender por qué Orlando ha tenido tanto peso en los estudios de género. Pero el personaje de Orlando aún esconde otra sorpresa tras de sí. Está basado en Vita Sackville-West, aristócrata, escritora y amiga íntima de Virginia Woolf, a quien conoció en 1925.

Vita fue una celebridad por su apellido y por su matrimonio con Harold Nicolson. Formaron un matrimonio abierto, nada convencional en su momento, pero unido por una gran amistad y por su amor a la literatura.

Nos lo cuenta su hijo, Nigel Nicolson, en Retrato de un matrimonio (Lumen, 2011). Nicolson dibuja de forma honesta y fascinante la historia de sus padres. Además, rescata un diario inédito de su madre, en el que cuenta su historia de amor con la escritora Violet Trefusis.

 

 

 

Virginia Woolf con la mano en la cara con una estola de piel, 1927. Wikimedia Commons

 

 

 

La independencia

 

En 1928, Virginia Woolf es invitada a dar unas conferencias en las universidades femeninas de Cambridge. Las charlas versaban sobre lo necesario para que una mujer pudiera dedicarse a la literatura, aplicable, claro, a cualquier disciplina artística. La respuesta estaba clara: independencia personal y económica. En 1929, estas conferencias fueron recogidas en un ensayo con ese título ya icónico.

Una habitación propia es un clásico en la literatura feminista. Gracias a él, casi un siglo después, Woolf sigue siendo una de las grandes despertadoras, por usar el término acuñado por Kate Bolick en Solterona.La construcción de una vida propia (Malpaso).

Este ensayo es seguramente la obra más conocida y universal de Virginia Woolf y muchas de sus frases se han convertido en auténticas consignas. Es uno de esos libros de obligada lectura para todo el mundo. En él Woolf expone de forma inteligente los matices históricos, sociales y psicológicos relacionados con el tema de la condición femenina y la enajenación de la mujer en la sociedad.

 

 

 

Virginia Woolf
Virginia Woolf sentada en un sillón en Monk’s House, antes de 1942. Wikimedia Commons

 

 

 

Virginia en la intimidad

 

Los manuscritos completos de los diarios de Virginia Woolf están guardados en la biblioteca pública de Nueva York desde 1979. Son en total treinta cuadernos que la escritora salvó en 1940 del bombardeo de su casa de Londres.

Sus herederos ya han editado este material en alguna ocasión. Lo hizo su marido, Leonard Woolf, que publicó Diario de una escritora. También Anne Olivier Bell, mujer de su sobrino Quentin Bell, publicó los diarios en cinco volúmenes que vieron la luz entre 1976 y 1985. Actualmente editados por la editorial Tres Hermanas, los cuatro primeros ya están en las librerías.

Los diarios son una forma excepcional de acercarse a su pensamiento y a sus sentimientos de primera mano. A medida que transcurre el tiempo, se vuelven cada vez más ricos e interesantes en datos, reflexiones sobre la literatura, la vida y sus contemporáneos.

 

 

Los diarios muestran el retrato de una mujer que, lejos del tópico de fragilidad y locura, resulta de una fortaleza excepcional.

 

 

Además, rompen con la imagen de Virginia Woolf como una mujer algo enajenada, obsesiva, rara y extravagante. Presentan a una mujer con una capacidad de trabajo extraordinaria, que publica innumerables artículos y reseñas en los periódicos más importantes de Inglaterra y Estados Unidos. Trabaja en sus libros, lee manuscritos, aprende el oficio de editora y decide qué se publica en la Hogarth Press.

Una mujer con una vida social muy intensa, pero que se preocupa por el dinero y por el servicio doméstico. Muestran el retrato de una mujer que, lejos del tópico de fragilidad y locura, resulta de una fortaleza excepcional.

La lectura de los diarios siempre gana cuando se conoce de antemano la biografía de la autora. Hoy en día, las novelas gráficas son una forma sencilla y amena de acercarse a las biografías. Impedimenta publicó su magnífico cómic Virginia Woolf, guionizado por Gazier y dibujado por Ciccolini, entretenido y desmitificador. Dibuja una Virginia Woolf llena de vitalidad y con una actitud sumamente positiva que coincide con la Virginia de sus diarios.

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Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Deusto y licenciada en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la Universidad de Granada. Es profesora de Literatura, dinamiza clubes de lectura y talleres de escritura.