Szymborska: la poeta de la existencia

David Lorenzo Cardiel Por David Lorenzo Cardiel
9 Min lectura
La escritora polaca, premio Nobel de Literatura, Wisława Szymborska falleció el 1 de febrero de 2012. Hacemos un repaso por su biografía

Una joven asciende las escaleras de la facultad. Es consciente de la medida de sus pasos, de la leve inclinación que produce la repentina pérdida de equilibrio que experimenta al avanzar. Desfilando sobre el invisible cordel del devenir, se entrega al sueño del estudio, del amor por la palabra.

Un deseo que no podría concluir por una de las mayores vicisitudes humanas, la económica, pese a que la propaganda política aseguraba justamente lo contrario. Pese a todo, aquella mujer cultivaría las letras, viviría en su merced y conseguiría trascender su mirada de las fronteras de su país.

Wisława Szymborska (Kórnik, 1923–Cracovia, 2012) falleció hace una década, a los ochenta y ocho años de edad, azotada por el cáncer. No por ello dejó de sembrar vida mediante su singular pulso poético y su capacidad para perfilar el lenguaje con ironía y humor. Una obra poética que ha conseguido alcanzar un carácter atemporal reservado únicamente a los grandes maestros y maestras de las letras universales de la humanidad.

 

 

 

Retrato de Wisława Szymborska. Cortesía de la Fundacja Wisławy Szymborskiej

 

 

 

El comienzo, una espera que no cesa

 

Szymborska nació en 1923 en la actual localidad de Kórnik, en Polonia occidental. En aquel momento, el país era una república joven y orgullosa recién liberada de Alemania tras la Gran Guerra. Bajo aquel clima de irredenta rebeldía y caótico devenir, la poeta y su familia se mudaron a Cracovia cuando apenas tenía ocho años.

Allí, en una de las capitales culturales de Europa, tuvo la oportunidad de enfrentarse a la cara y a la cruz de la vida. Estudió en un colegio religioso, sufrió la crudeza de la invasión nazi y pudo palpar la violencia del gueto y del exterminio.

Ella misma se vio obligada a terminar sus estudios de bachillerato de manera clandestina y a tener que desempeñar distintos empleos para mantenerse. Gracias a ese ímpetu pudo matricularse en los estudios de Lengua y Literatura polaca y en Sociología en la prestigiosa Universidad Jaguelónica. Sin embargo, el peso del dinero frustraría sus planes académicos, obligándole a abandonar la universidad, unos estudios que nunca llegaría a concluir.

No obstante, Szymborska no se dio por vencida. Aprovechó sus primeras experiencias en el mundo de la literatura durante su estancia en el campus para comenzar a trabajar en diversas revistas.

Los comienzos no fueron idílicos: en esas publicaciones, ocupó cargos desde redactora a ilustradora, donde prevaleció sobrevivir de su pasión, las letras. Pero pronto comenzó a ganar prestigio dentro del mundo de la crítica literaria, donde se convirtió en una voz reputada en el contexto polaco.

 

 

 

Postal de Wislawa Szymborska.
Postal de Wisława Szymborska. Collage. Cortesía de la Fundacja Wisławy Szymborskiej.

 

 

 

Dificultad y oportunidad

 

El comienzo de los años 50 supuso para la escritora un momento de desarrollo crucial tanto para su carrera como también a nivel personal. Atrás quedaría un primer y fallido matrimonio con Adam Włodek que daría paso a su estable relación con su segundo marido, el escritor Kornel Filipowicz.

También se esbozó la publicación de su primer libro, al que la censura de la época echó para atrás. Esta hostilidad no amedrentó a la autora polaca, llegando a afiliarse en el Partido Obrero Unificado Polaco y a simpatizar con la ideología imperante. Incluso en este ámbito, con convencimiento juvenil, destacaría en un motín contra unos clérigos señalados como contrarrevolucionarios.

Tuvo que esperar hasta 1952 para poder ver publicado su primer poemario, Por eso vivimos, de marcado cariz socialista. En él, llegó a dedicar poemas a Lenin o a Stalin, detalles que eran cotidianos dentro del contexto cultural de aquellos años. Por ese motivo, Szymborska llegó a renegar de ese libro de juventud con el que no se sentía ni reflejada ni identificada.

 

 

 

Postal de Wislawa Szymborska.
Postal de Wisława Szymborska. Collage. Cortesía de la Fundacja Wisławy Szymborskiej.

 

 

 

De Polonia al mundo

 

Fue a finales de esa década, precisamente, cuando la autora aceleró su pulso literario al publicar para la revista Kultura, con sede en París. Su trabajo comenzó a internacionalizarse, ya impregnado de un revisionismo ácido hacia el pálpito político de su nación. De esta manera, la poeta comenzó a tejer una fértil mirada como escritora incidiendo en la intimidad, focalizando el detalle de lo cotidiano.

Su poesía, clara y versátil, alejada además de tonos crípticos y de las vanguardias, converge entre el asombro, siempre novedoso, y la tradición. Según se fue desarrollando su obra, sus poemas se nutrieron de una creciente profundidad filosófica, mezcla de refinado humor y una muy afilada ironía.

 

 

 

Postal de Wislawa Szymborska.
Postal de Wisława Szymborska. Collage. Cortesía de la Fundacja Wisławy Szymborskiej.

 

 

 

Desde la llegada a las librerías de su libro Llamando al Yeti (1957), Szymborska comenzó a hacerse famosa en su patria. Ese apoyo en auge de los lectores crecería exponencialmente con sus dos libros más avalados y traducidos, Si acaso (1972) y El gran número (1976). La poeta de Kórnik se convirtió así en una de las escritoras más leídas, admiradas y queridas de la Polonia moderna.

Aquellas fueron las décadas más dulces de su trayectoria. Alejada del sufrimiento y del idealismo propios de la juventud, y con una madurez reposada, Szymborska pudo crear con estabilidad económica y personal. El trabajo de esta etapa de su biografía muestra su lado más esplendoroso y desenvuelto, donde la autora zigzaguea en las vicisitudes de la vida.

Los años 90 del pasado siglo fueron los que propiciaron que la poeta polaca se convirtiese en un referente universal. Primero, al recibir los prestigiosos premios Goethe y Herder, y en 1996, mediante el Premio Nobel de Literatura. Este último galardón fue el que despertó la gula lectora, consiguiendo que su obra haya sido traducida a múltiples idiomas desde entonces.

 

 

 

Retrato de Wisława Szymborska. Wikimedia Commons

 

 

 

El final de una Nobel

 

Los últimos años de vida de Szymboska estuvieron marcados por la enfermedad. Tras su muerte, el 1 de febrero de 2012, se publicó póstumamente Y hasta aquí, presentado en el marco de la Feria del Libro de Guadalajara de ese año.

Querida y admirada, criticada e idolatrada, pero, ante todo, referente atemporal, resulta ya imposible pensar en poesía y no hacerlo en Wisława Szymborska. Una lírica que, en la cadencia de sus versos, invocando la palabra exacta, urde los sibilinos lazos que sostienen el delicado tapiz de una vida. La de cada cual. La que habitamos cada uno de nosotros.

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Filósofo y escritor. Columnista y crítico literario. A través de sus libros y artículos compagina reflexión y pensamiento desde una mirada filosófica y crítica.