Una exposición olfativa en el Museo del Prado

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‘La esencia de un cuadro. Una exposición olfativa’ plantea un acercamiento distinto a las obras del museo

El olfato (1617-18), de Jan Brueghel el Viejo y Rubens, es la obra protagonista de la exposición que presenta este mes el Museo del Prado.

En La esencia de un cuadro. Una exposición olfativa hasta diez fragancias ayudaran a los visitantes a percibir el cuadro de una manera diferente.

Los olores sido creados por Gregorio Sola, Perfumista Senior de Puig y Académico de Número en la Academia de Perfume con el Sillón Sándalo. La muestra ocurre en una colaboración del Museo del Prado con Puig, la Academia del Perfume y Samsung.

La muestra podrá verse hasta principios de julio en la sala 83 del edificio Villanueva.

 

 

 

Pedro Pablo Rubens y Jan Brueghel el Viejo, El olfato, 1617-18. Óleo sobre tabla, 66,5 x 110 cm. Madrid, Museo Nacional del Prado

 

 

 

Unos de los pintores más apreciados de su tiempo

 

Jan Brueghel el Viejo, hijo de Pieter Bruegel, se formó con su abuela, la miniaturista Mayken Verhulst. En su juventud, de 1589 a 1596, vivió en Roma, Nápoles y Milán, y trabajó para Ascanio Colonna, quien también ha sido patrono de Cervantes, Federico Borromeo, entre otros.

La mayor parte de su carrera se desarrolló en Bruselas y Amberes. Ha sido uno de los primeros especialistas en pintar flores. Llegó a afirmar que tardaba en acabar sus cuadros porque incluía especies de diferentes épocas del año.

El olfato es una de estas obras que aúna una variedad de elementos florales y que el Museo del Prado ha elegido para darle una nueva dimensión.

 

 

 

Imagen de los difusores disponibles en la sala de la exposición olfativa ‘La esencia de un cuadro’. Foto: Museo Nacional del Prado

 

 

 

La tecnología “AirParfum”

 

Las fragancias asignadas al cuadro de Jan Brueghel y Rubens podrán olerse gracias a la tecnología AirParfum desarrollada por Puig.

Exclusiva en el mundo de la perfumería, AirParfum permite oler hasta cien fragancias distintas sin saturar el olfato. Compuesta por cuatro difusores, junto a monitores táctiles de Samsung permitirán a los visitantes entrar en contacto con los olores de los diez del siglo XVII en el cuadro.

Flor de naranjo, jazmín, rosa y lirio, son algunos. Otros más curiosos, como los guantes, que las élites del tiempo perfumaban para enmascarar un olor de curtido y hacerlo más agradable. Rubens, autor de las figuras de este cuadro, dejó el país tras un viaje en 1629 llevando guantes perfumados de ámbar para la infanta Isabel Clara Eugenia, gobernadora de los Países Bajos españoles.

 

 

 

 

 

 

La higuera también tiene su particularidad en esta exposición olfativa. El perfume desarrollado por Gregorio Sola recuerda el olor vegetal, húmedo, verde y refrescante de una higuera en un día de verano.

Igualmente entran en la composición olores curiosos como el de la civeta, animal que tiene una bolsa entre las patas traseras y del cual se extraía la algalia, sustancia muy usada en perfumería. Es un ingrediente empleado como fijador dada su baja volatilidad, y se vinculaba a otras fragancias para prolongar su duración. En la exposición, este producto animal se reproduce en una versión sintética.

Otro producto importante es el nardo, de origen indio y muy caro. En la actualidad puede superar los 10 mil euros el quilo. Su fuerza e intensidad realzan el carácter de los perfumes florales.

 

‘La esencia de un cuadro. Una exposición olfativa’ podrá verse en Museo del Prado, en Madrid, hasta el 3 de julio de 2022.

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