María von Touceda y la retranca gallega

Begoña R. Orbezua Por Begoña R. Orbezua
8 Min lectura
‘Coito ergo sum’ es una crítica mordaz a la sociedad y la industria de los psicofármacos

María von Touceda lleva la retranca en la sangre, le viene de fábrica. La escritora, nacida en Santiago de Compostela en 1979, reside desde hace años en la bella aldea cántabra de Liérganes entre stendhalazo y stendhalazo, desbrozadoras, nutrias, verdes prados y el hombre pez. Allí madruga, escribe, cuida de sus gatos y se dedica a la contemplación, eso dice ella, aunque le barruntamos una agitada vida interior. Es innegable que es poseedora de una mirada aguda y una lengua afilada como una navaja.

Von Touceda es licenciada en Historia del Arte (además de haber cursado un Máster en Crítica del Arte Contemporáneo y Museología y un Postgrado en Escritura Creativa), escribe para varios medios (habitual de la Revista Cáñamo y elemmental,), ejerce de guía artística y es muy popular en Facebook, desde donde ha universalizado de forma maravillosa el término “cona”.

 

 

Terriblemente auténtica y sin doblez, María no se calla una. Tiene muy claro que no hay motivo para hacerlo y así nos lo demuestra también en sus dos novelas cortas, con sus protagonistas femeninas dispuestas a enfrentarse a lo que venga

 

 

Es precisamente en su muro donde se puede apreciar a la von Touceda más ácida, más mordaz y divertida, ágil de pensamiento y dedos. Una María muy activa en redes, muy crítica con la sociedad que la rodea: vemos en esta novela una crítica a todo un sistema basado en medicar con psicofármacos a la sociedad, adormecerla con soma para obviar los problemas reales.

Terriblemente auténtica y sin doblez, María no se calla una. Tiene muy claro que no hay motivo para hacerlo y así nos lo demuestra también en sus dos novelas cortas, con sus protagonistas femeninas dispuestas a enfrentarse a lo que venga.

Ya en 2015, en su primera novela, Crítica del Vicio (Aloha! Editorial), nos presentaba a Eva, una jovencita que ingresa en un centro de desintoxicación en el barrio de Caranza, en Ferrol, para tratar su adicción a la heroína. Más joven y perdida que la protagonista de Coito ergo sum, Eva ama por igual el sexo y el arte (claro alter ego de la autora) y acaba por encontrar las estrategias que la ayuden a continuar adelante.

La segunda de sus novelas, Coito ergo sum (La Marca Negra Ediciones), que vendría a ser en la traducción “Follo luego existo”, es más madura y trabajada que la anterior, aunque todavía presenta algunos fallos, como, por ejemplo, la rápida resolución de la historia, la simplicidad de la única trama y de la línea temporal.

Se trata de una obra que es catalogada como novela erótica, aunque quedarse sólo con esa etiqueta sería cometer el error de no profundizar más y conformarse con lo más superficial, perdiendo lo fundamental que es la crítica que subyace a la sociedad y la reivindicación del discurso feminista que defiende la autora cada día en las redes.

Está protagonizada por Sara, una joven farmacéutica pija y porrera (rompiendo estereotipos desde el comienzo) que nos dejará acompañarla en su viaje entre drogas, sexo, arte (para salvarnos de nosotros mismos y de nuestra ignorancia, en palabras de la propia Sara) y muchos gilipollas (los gilipollas son en la vida de Sara, como en la de todos, un auténtico problema) hasta encontrar el amor, porque en el fondo María von Touceda es una romántica, una capaz de contarnos esta historia en la que su farmacéutica va a hallar el amor a ritmo de Yung Beef: “las bitches no son bitches, sólo quieren ser felices”.

 

 

Drogas, arte y sexo: toda una declaración de intenciones, la Santísima Trinidad, la Trimurti von toucediana.

 

 

Drogas, arte y sexo: toda una declaración de intenciones, la Santísima Trinidad, la Trimurti von toucediana. Y es que Sara nos demuestra, entre otras cosas, que una puede ser fumeta, una puede querer follar y follarse de hecho a quien le salga de la mismísima cona, y ser una persona funcional, con su trabajo, su independencia económica (para porros o para bolsos, Sara decide) y la cabeza bien puesta.

Esto que puede parecer absolutamente frívolo y baladí no lo es en absoluto si nos paramos a analizarlo un momento, estamos ante una historia protagonizada por una mujer joven, formada, con cultura, que es un sujeto deseante en cuanto a lo sexual, que toma decisiones libremente (como la de consumir a sabiendas de lo que hace), independiente económicamente.

Ojalá más personajes femeninos así, alejados de los estereotipos, de los marcados roles de género que han encorsetado la literatura hasta hace dos días y que aún siguen haciéndolo. Ojalá mayor abanico en cuanto a personajes femeninos, más variedad, más referentes en los que descubrirnos las mujeres, cuestionarnos, comprendernos. Y si acaso María von Touceda no es aún la cima de las letras galegas, le auguramos y deseamos un largo camino explorando y reivindicando todas estas cuestiones de género en su literatura. Porque sobre todo y ante todo, Sara es una mujer libre, y dice la autora en una de sus entrevistas: “La felicidad para mí reside en la libertad absoluta”. Mujeres libres capaces de cuestionarse sus límites y su propia idea de libertad.

De forma especial hay que señalar que Santiago de Compostela, el hermosísimo espacio en el que transcurre la historia, tendrá también una importancia fundamental en la novela, nos debería quedar claro desde el principio con la elección de esa portada, que lleva tatuada María von Touceda en su propia piel: La mujer adúltera, escultura de una sensual mujer semidesnuda con una calavera en la mano, que se encuentra en la portada de Platerías de la catedral de Santiago. Von Touceda nos guía, de paso, por su ciudad (rincones claramente reconocibles), nos descubre el arte, la arquitectura, la belleza que impregna su querida Compostela, suponemos que de la mano de la morriña, perfectamente compatible con la retranca. Porque María von Touceda es una escritora dura y fuerte pero con un corazón tierno como un buen pulpo galego a la que queremos seguir leyendo.

 

María von Touceda, Coito ergo sum, La Marca Negra Ediciones, 2019. 160 páginas. 15€

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Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Deusto y licenciada en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la Universidad de Granada. Es profesora de Literatura, dinamiza clubes de lectura y talleres de escritura.