Ángeles Agrela: “Nos identificamos con la visión de otro ser humano y nos proyectamos en esa imagen”

María von Touceda Por María von Touceda
18 Min lectura
La artista andaluza Ángeles Agrela nos habla en profundidad de su carrera y su imaginario

Ángeles Agrela (Úbeda, Jaén, 1966) es una artista multidisciplinar que, a través de técnicas como la pintura, el dibujo, el videoarte, el tejido o la fotografía realiza series temáticas que juntas forjan su propia mitología.

En sus series, la artista trabaja conceptos como el cuerpo, revisita obras de la Historia del Arte y también indaga en el hecho de ser artista.

El conjunto de la obra de Ángeles Agrela es un relato sus inquietudes. La artista jienense entreteje sus series hasta lograr una continuidad que es hermosa en sí misma. Se trata de un obra figurativa con fuerte carácter simbólico que corre en paralelo a las cuestiones vitales que le fascinan.

Ángeles se licenció en Bellas Artes en la Universidad Alonso Cano de Granada y completó sus estudios con estancias en Nápoles, La Habana y Berlín.

En 2012 ha sido galardonada con el Premio del Público de las Artes Plásticas del Canal Sur y, también, en 2010 se llevó el Premio de Artes Plásticas del Gobierno de Cantabria. Hablamos con ella sobre los porqués de su obra.

 

 

 

Ángeles Agrela, El peso del adorno, 2018. Cortesía de la artista

 

 

 

P. Uno de los temas que tocas en varias de tus series es el ejercicio físico, tanto a través del gimnasio como de la lucha mexicana. En el arte griego ya se fijaba la mirada en el deporte pero ¿qué te llama la atención a ti de estas prácticas?

R. Siempre ha habido varios temas que se han ido mezclando en mi trabajo a lo largo de los años y que puedo distinguir cuando miro hacia atrás. Es verdad que uno muy importante es el cuerpo, lo físico, lo carnal, el esfuerzo. Todo esto no me es ajeno porque soy bastante deportista (bueno, cada vez menos) y cuando era muy joven hice estudios de baile, lo que me permite comprender eso del límite del cuerpo y el esfuerzo. Por otro lado, hay un polo también muy fuerte que remite a mi interés por personas que hacen con sus cuerpos cosas no muy normales, que les sitúan al margen, como los culturistas, luchadores, contorsionistas etc. Por eso, a veces he usado estas imágenes para hacer metáforas sobre mi visión de la propia figura del artista; por qué hacemos las cosas que hacemos y cómo es juzgado o interpretado nuestro trabajo.

 

 

 

Ángeles Agrela, Contorsionista, 2009. Cortesía de la artista

 

 

 

P. El retrato es también uno de los géneros que trabajas. En muchos de ellos escondes los rostros bajo el pelo. ¿Levanta más interés lo oculto que lo explícito?

R. Si, el tema del retrato es algo que siempre me ha interesado mucho sobre todo por la capacidad que éste tiene para atraer la mirada hacia un trozo de pintura, que es sólo pintura (y lo es más cuanto más te acercas a ella). Pero a pesar de todo la ilusión es tan grande que nos identificamos inmediatamente con la visión de otro ser humano y, como tales, nos proyectamos en esa imagen. Tiene que ver con nuestros esquemas mentales más básicos.

Y respecto a tu pregunta de si levanta más interés lo oculto que lo explícito, creo que a veces distraer la atención de los rasgos particulares del rostro tiene el efecto de generar una atención extra hacia las otras cosas que definen a esa imagen como persona, a las cosas que hemos elegido como nuestra imagen. El tema del simbolismo de la máscara es importante, y lo que el pelo ha significado y significa a nivel simbólico en muchas culturas, o también el carácter camaleónico que la moda y la indumentaria añaden a la imagen de una persona, incluso si se oculta el rostro.

 

 

 

Ángeles Agrela, nº 71, Serie Fanzine, 2015. Cortesía de la artista

 

 

 

P. El “tacto” de ese pelo del que hablábamos funciona como uno de los emblemas de tu trabajo. ¿Cómo lo afrontas técnicamente?

R. Para pintar el pelo suelo hacer un boceto previo con el Photoshop con postizos que corto y pego por aquí y por allá y que saco de peinados que encuentro o que yo misma he fotografiado a mis modelos hasta conseguir los volúmenes que busco en boceto digital. En la siguiente fase y ya con el boceto aproximado pinto los volúmenes con acrílico, pero sin apenas dibujar pelo, sólo manchando, y después utilizo lápices normalmente acuarelables para pintar con más detalle. Hay zonas que fundo con el pincel y otras las dejo tal cual. Pintar pelo requiere mucha paciencia, así que yo lo suelo hacer por etapas.

 

 

 

Ángeles Agrela, El peso de Sara, 2018. Cortesía de la artista

 

 

 

P. Revisitar la Historia del Arte es el propio hilo conductor de la misma. ¿Cómo afrontas las versiones de obras famosas que haces tuyas?

R. En realidad, esta serie no hubiese nacido si la anterior de Lección de Anatomía donde lo que hacía era copiar láminas de anatomía a gran tamaño y después añadir como un collage de imágenes de muy distinta procedencia que se relacionaban con ellas de una manera un poco surreal, produciendo asociaciones de ideas. Me sorprendía a veces cuando me decían a propósito de esos dibujos que “eran fuertes”. Pero yo trataba de hacer un discurso con un poco de humor, seleccionaba las imágenes que superponía con criterios a veces sólo visuales y otras intentaba añadir algo de confusión, como en un dibujo automático. Sin embargo, parece que para mucha gente siempre es incómodo ver un dibujo de un torso abierto o un cráneo seccionado, aunque sean dibujos asépticos como los de un libro didáctico de bachillerato, o aunque estén realizados “artísticamente”.

 

 

 

Ángeles Agrela, Serie Lección de anatomía, 2008. Cortesía de la artista

 

 

 

Así que, con la serie de La Profundidad de la piel, que es la de versiones de cuadros clásicos que tú mencionas, mi intención era forzar esta visión de las anatomías integrándolas en retratos clásicos, haciéndolas aún más pintura. El hecho de ser cuadros conocidos, el haber sido pintados con un trabajo lento de copia y reinterpretación es la clave para entender toda esta serie. La pintura es, por definición, una manipulación, pero es curioso que al ser ésta una convención cultural con una tradición tan grande, reaccionamos ante ella con una intensidad particular. Esa es la clave que me hizo usar la pintura y ponerme a copiar todas estas obras.

Para mí hubo un antes y un después de esta serie. Supuso un gran reto aprender de los grandes maestros. Nunca pude trabajar con un original in situ, claro, así que copié de láminas o pantallazos del ordenador, lo que ya introducía un filtro. Algunas de esas obras las he visto posteriormente y fue muy fuerte la impresión.

 

 

 

Ángeles Agrela, Trepanación frontal al retrato de una dama de Lucas Cranach El Viejo, 2011. Cortesía de la artista

 

 

 

P. Trabajas pintura, dibujo, tejido, fotografía y videoarte, ¿qué valores estéticos te aportan cada una de las diferentes técnicas?

R. Mi trabajo es el resultado de meter en una coctelera muchas cosas e intereses distintos junto a otras que se cuelan inconscientemente, supongo. Encauzar cada serie nueva y darle forma conceptual y técnicamente no es fácil. Cada una de ellas pertenece a un momento vital distinto y darles continuidad y ver el trabajo con una visión global a lo largo del tiempo es complicado. Es verdad que mis proyectos siempre suelen abordar el asunto desde distintos medios; a veces ha habido un vídeo que ha funcionado como el eje central y ha dado origen a las ideas, o series de fotografías que me acercaban al mundo de lo publicitario o la ficción.

Los dibujos y las pinturas son mucho más preparados, con bocetos, y te remiten a una tradición mucho mayor y de más peso. Lo que te puedo decir sobre esto es que el estilo o la técnica los afronto solamente desde un punto de vista de la idoneidad; nunca son el fin, solo el medio y a veces me guío por la pura intuición.

 

 

 

Ángeles Agrela, Desaparecida en combate, Fotografía, 2000-2001. Cortesía de la artista

 

 

 

P. ¿Cuáles dirías que son tus principales referentes?

R. Me gustan muchísimos artistas por un motivo u otro. De los clásicos: Velázquez, Rafael, Holbein, Giotto, Durero, Bottichelli, Vermeer, Ghirlandaio, Lucas Cranach, Fouquet, Caravaggio, etc; la edad de oro de la pintura clásica. Los grandes maestros no lo son por casualidad, en su obra se encuentran siempre inspiración y soluciones. Y mis influencias o referentes más contemporáneos son muchísimos, y más hoy en día que se puede acceder a una multitud de fuentes de información visual y conceptual de manera inmediata. Me interesa también mucho la relación de la moda con el arte. Los diseñadores de moda belgas y japoneses me gustan especialmente. Me entusiasma el cómic: Charles Burns o Robert Crumb, y también ilustradores. De entre los pintores, el último Philip Guston, Raymond Pettibon o Borremans. Y mil cosas más que no siempre son tan conscientes ni se plasman en nombres concretos.

 

 

 

Ángeles Agrela - nº 81 - Serie Fanzine - 2015
Ángeles Agrela, nº 81, Serie Fanzine, 2015. Cortesía de la artista

 

 

 

P. ¿Sigues alguna rutina para trabajar?

R. Mi estudio es muy luminoso y alegre. Está a 5 minutos de la ciudad de Granada y es un espacio compartido con otro artista, así que hay una disciplina de orden en los espacios comunes. El sitio realmente es muy grande, beneficio de vivir en la periferia, así que dispongo de muchos metros de pared para poder desplegar las cosas. Las paredes tan amplias me dan esa posibilidad de tener más de 10 dibujos grandes de 2 metros colgados a la vez.

Yo no trabajo en obras aisladas, así que a medida que se acumulan en el estudio se complementan unas a otras, o ves algo en una de ellas que hace que no alcance el nivel de las otras, así que vuelves a ella. Es complejo. Tengo una cocina y una zona con sofá y libros. Para mí es el sitio perfecto. Vengo al estudio a diario incluso sábados y domingos porque luego siempre hay interrupciones entre semana por inauguraciones o viajes de trabajo. Oímos mucho Radio 3 y ese tipo de música. Suelo llegar sobre las 11,30 y me quedo hasta las 8,30 o 9 depende.

 

 

 

Ángeles Agrela, Daniela como bella durmiente, 2019. Cortesía de la artista

 

 

 

P. ¿Cómo valoras tu relación con el mercado del arte?

R. La verdad es que es la parte que menos me gusta de mi profesión, pero está claro hay que ocuparse de ella y no puedo quejarme porque puedo vivir de esto. Los artistas de media carrera hemos sufrido mucho los años de crisis en los que solo aguantaron los valores consolidados como refugio. Ahora las cosas no son muy distintas y es un hecho que el mercado español es débil e insuficiente. En cuanto al mercado internacional, la visibilidad del arte español en el extranjero es casi nula y como el mercado y el panorama cultural español es pequeño y cada vez se ahoga más, pues estamos abocados a ser parte de un círculo muy pequeño sin repercusión fuera de nuestras fronteras.

 

 

 

Ángeles Agrela, Afrodita en procesión, 2017. Cortesía de la artista

 

 

 

P. ¿Cuál crees que es la mejor estrategia para combatir el machismo en el mundo del arte?

R. En este tema hemos avanzado mucho, pero no lo suficiente. A mí no me parece que estemos ni siquiera cerca haber ganado el territorio justo. Ten en cuenta que son siglos de absoluta ausencia. Las cifras están ahí, me parecen muy preocupantes y no se puede mirar hacia otro lado. El mundo del arte es un campo muy complicado que no es ajeno a los movimientos sociales contemporáneos y sufre, desgraciadamente, de los mismos prejuicios y lastres que otros ámbitos laborales o sociales. Hay muchos prejuicios sobre la mujer artista; su nivel de implicación a largo plazo o su capacidad para defender una posición en un mundo muy competitivo diseñado a la medida de las capacidades masculinas. O sea, nada distinto de lo que sufre una mujer en cualquier otro sector.

Harán falta décadas para conseguir una igualdad efectiva y que no se planteen estos temas, y las estrategias deben ir cambiando para no perder efectividad. Creo que hemos visto ya demasiadas exposiciones “de mujeres” y tenemos que ver más exposiciones “a secas” donde las mujeres estén adecuadamente representadas. Por otro lado, creo que el dinero público debe servir para crear colecciones paritarias en las instituciones que lo manejan. Esto parece de cajón, pero no se cumple.

 

 

 

Ángeles Agrela, nº 80, Serie Fanzine, 2015. Cortesía de la artista

 

 

 

P. ¿En qué estás trabajando ahora?

R. Justo estoy exponiendo todo el trabajo que he hecho en este año pasado en relación a la serie del Favor de la Bellas. Se me han juntado en 6 meses 4 exposiciones individuales: en mi galería, Yusto Giner, en el Centro de Arte de Alcobendas, en una Feria de dibujo en Bruselas y en el Museo Memoria de Andalucía de CajaGranada en febrero de 2020, así que acabo de darlo todo, como quien dice, y me estoy tomando un pequeño respiro mientras ultimo un catálogo Pero vamos, sigo viniendo al estudio a diario.

 

 

 

Ángeles Agrela - Rosa - 2019
Ángeles Agrela, Rosa, 2019. Cortesía de la artista

 

 

 

P. Y, para finalizar, la vida sin arte sería…

R. Un aburrimiento.

 

 

Puedes ver más obras de Ángeles Agrela en su página web y en su perfil de Instagram.

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Crítica de arte contemporáneo y escritora. Es autora de las novelas 'Crítica del vicio' (2016) y 'Coito Ergo Sum' (2019), ambas publicadas por La Marca Negra Ediciones.