León Tolstói: el hombre de los mil caminos

David Lorenzo Cardiel Por David Lorenzo Cardiel
12 Min lectura
Un recorrido por la vida y obras del escritor y pensador León Tolstói, autor de ‘Guerra y paz’

Nombrar a León Tolstói (Yásnaia Poliana, Rusia, 1828–Astápovo, Rusia, 1910) evoca pasiones encontradas. Para la mayoría quizá su figura se limite a un par de títulos, con suerte.

Sin embargo, el escritor ruso fue mucho más que un literato al uso. Su pensamiento filosófico todavía agita los cimientos de una sociedad, la ahora global, que propone otra manera de hacer las cosas.

¿Quién fue León Tolstói? ¿Quizás el hombre, el escritor, el humanista inexpugnable? ¿O una mezcla claroscura de todas ellas, como todo ser humano es en realidad?

 

 

 

León Tolstói
León Tolstói a la edad de 20 años, 1848. Wikimedia Commons

 

 

 

Los primeros escritos

 

León Tolstói nació en Yásnaia Poliana, a poco menos de doscientos kilómetros de Moscú, en 1828, en el seno de una familia noble.

Fue el cuarto de cinco hermanos. Pronto quedó huérfano y su atención pasó a manos de sus tías. Allí no sólo obtuvo un hogar, sino una educación masculina, de la mano de preceptores privados.

El joven aristócrata se inscribió en 1844 en Estudios Orientales en la Universidad de Kazán. Al poco tiempo cambió a los de Derecho, en la misma institución, sin obtener un buen rendimiento académico. El resultado fue su regreso a la finca familiar.

A partir de ese momento comenzó una etapa crucial para el desarrollo personal e intelectual del genio ruso. Como escribió en sus libros Adolescencia y Confesión, su estilo de vida durante aquellos años fue desenfrenado.

Vivió en ciudades como Moscú y San Petersburgo entregado a la vida bohemia, al alcohol, al juego y al sexo. Contrajo peligrosas deudas de juego, se retó a duelo, era asiduo a las fiestas que alimentaban la vida nocturna de ambas capitales.

Fue su hermano mayor Nikolái quien aprovechó la ocasión del estallido de la Guerra de Crimea en 1853 para llevárselo al conflicto donde estaba destinado. Como reconoció el propio escritor, aquel gesto de su hermano le salvó de un posible amargo final.

Ya en el ejército sirvió destinado junto con su hermano en el cuerpo de artillería. Mientras tomaba unos baños termales a causa del reúma comenzó su carrera de escritor al encontrar la calma y haber reunido el suficiente acervo narrativo. Fruto de este periodo son sus libros Infancia, Los cosacos y La guerra de Crimea, entre otros.

 

 

 

León Tolstói
León Tolstói en Yásnaia Poliana, 1908. La primera fotografía retrato en color en Rusia, realizada por Serguéi Prokudin-Gorski. Wikimedia Commons

 

 

 

Matrimonio y éxito

 

Poco después de su experiencia bélica decidió dedicarse a viajar por Europa y conocer algo de mundo. Vivió en Francia, en Suiza y en Alemania, se embebió en las revolucionarias ideas filosóficas de la época.

Tras el periplo, dedicó sus esfuerzos a intentar llevar adelante políticas educativas y de progreso social hacia sus campesinos. La mañana de un terrateniente refleja, novelada, su experiencia al frente de Yásnaia Poliana, sus iniciales ilusiones y sus primeros desengaños.

En 1862 conoció a la joven escritora Sofía Behrs, que apenas contaba dieciocho años. Enseguida quedó deslumbrada por las vivencias y la fuerte personalidad del filósofo ruso.

Según describió la propia Sofía, tras la boda, Tolstói le dejó leer sus diarios, provocándole un disgusto al conocer con mayor detalle su juventud.

La relación del matrimonio tuvo un periodo inicial de apoyo enamorado de la joven para evolucionar a un estadio de cierta indiferencia. Sofía Tolstáia ayudó a su marido con la redacción de las obras que le catapultaron a la fama mundial: Guerra y paz y Anna Karénina.

Guerra y paz, como reflejo de la invasión de la Grande Armée de Napoleón en 1812, despliega una impecable profundidad humana, literaria y filosófica. Desde el principio cautivó a los lectores en sus continuas entregas publicadas en la revista El mensajero ruso en 1864.

 

 

 

Retrato de León Tolstói por Ilya Repin, 1887. Wikimedia Commons

 

 

 

Despegue literario

 

Con el apoyo de su esposa, León Tolstói escribió el grueso de su obra literaria. Cuentos y fábulas, relatos, novelas, incluso algo de poesía.

También se dedicó con profusión a la lectura, además de a la explotación del patrimonio familiar. En el ámbito personal, sin embargo, la conducta del autor provocó graves conflictos en el matrimonio.

Por ejemplo, el enfrentamiento iniciado por Tolstói en Sonata a Kreutzer, escrito en 1890, contestado por su mujer con ¿De quién es la culpa?

A pesar de las diferencias, el matrimonio se mantuvo estable y fiel durante casi cincuenta años, hasta el fallecimiento del autor, el 20 de noviembre de 1910. El maestro ruso nunca dejó de escribir hasta su vejez.

En este proceso, su literatura fue evolucionado desde una más estética a otra donde prima el contenido moral. También, la inclinación hacia obras más pequeñas, es decir, novelas cortas y relatos, fábulas y cuentos que contaba a sus hijos y nietos.

Sumergirse en el centenar de libros que escribió León Tolstói es explorar la más alta literatura. Trabajos como El cupón falso, La felicidad conyugal o la excelente Hadjí Murat, publicada póstumamente, son buenos embajadores de refinamiento y cuasi perfección.

 

 

 

Retrato de León Tolstói en la colección de Yásnaia Poliana. 1910. Wikimedia Commons

 

 

 

El tropiezo que le hizo ver la luz

 

Pero, como he anticipado al comienzo, las inclinaciones de Tolstói fueron más allá del oficio de escritor. Como relató él mismo, alrededor de sus cincuenta años de edad sufrió una profunda crisis existencial.

En aquella búsqueda del sentido de la vida leyó trabajos científicos al respecto, estudió las obras de los principales filósofos. También se interesó por las obras y doctrinas de los cuatro puntos cardinales.

Aquel momento fue clave en la vida del escritor, y también en su carrera. Su búsqueda trascendió la dimensión íntima y se convirtió en investigación filosófica. Ensayos, manifiestos, cartas y réplicas.

En ellos y hasta su muerte, León Tolstói impulsó una doctrina que tenía por pilares la no violencia y el compromiso por el bien común.

Pero este posicionamiento, aderezado por sus dotes literarias, no fue siempre bien recibido. Su crítica a la religión, que consideró degenerada al alejarse de sus principios éticos, le supuso la excomunión de la Iglesia Ortodoxa Rusa.

Tampoco dejó libres a la ciencia y a la corriente positivista que comenzaba a abrirse un fuerte camino a finales del siglo XIX. Por supuesto, a la política le tocó la peor parte.

Libros como El reino de Dios está en vosotros y Contra aquellos que nos gobiernan atizan tanto al marxismo como al conservadurismo capitalista.

Y más aún, hizo predicciones que se acabarían por cumplir, como que la vida privada sería cada vez más invadida mediante publicidad y mercadeo desenfrenado.

La postura de Tolstói inspiró dentro y fuera de Rusia. Fue odiado en igual medida por ello. Entre los opositores se encontró a Theodore Roosevelt, quien antes de ser presidente de los Estados Unidos tildó de misógino al filósofo ruso. Dentro de la nación eslava fue censurado y sus libros acabaron siendo leídos como traducciones antes que en su lengua original.

 

 

 

León Tolstói posa para el escultor Paolo Troubetzkoy. Sentado junto a Tolstoi está el escritor Ivan I. Gorbunov-Posadov, 1899. Wikimedia Commons

 

 

 

Un legado vigente

 

León Tolstói mantiene un potente atractivo que, casi siempre, se limita al literario, pero que trasciende con creces su obra de ficción. Es decir, su obra no se caracteriza por una práctica del ars gratia artis, más bien todo lo contrario.

En 1901 fue propuesto para recibir el Premio Nobel de Literatura en su primera edición. Su no elección, como se repitió año tras año hasta su muerte, creó controversia entre los intelectuales del viejo continente.

Una decisión, nunca reparada póstumamente, que supone una mancha política irreparable en el historial del célebre galardón.

No obstante, su legado tuvo seguidores: desde grupos libertarios hasta antibelicistas, o más cercano a nuestros tiempos, los objetores de conciencia del servicio militar obligatorio.

Mahatma Gandhi mantuvo correspondencia con Tolstói durante su estancia en Sudáfrica. Aquel intercambio epistolar le empujó a su resistencia pacífica en la India.

 

 

 

León Tolstói
León Tolstói en sus últimos días, 1900. Wikimedia Commons

 

 

 

Amor, odio y final

 

En el combate intelectual, las ideas son la artillería. Tolstói mantuvo un intenso fuego cruzado desde la puesta en práctica de sus planteamientos.

Dedicó sus últimas décadas de vida a defender los derechos de los campesinos y continuar su propio legado en beneficio de las clases bajas.

Recopiló pensamientos suyos y de otros autores que consideró adecuados en El camino de la vida, publicado en 1911. Llegó a gastar ingentes cantidades de su patrimonio en esta dedicación.

Su mujer, Sofía, le enfrentó. Sus hijos merecían una posición y un respeto, no podía arrastrarlos por imperativo a un modo de vida que no habían elegido con libertad.

Los últimos días del maestro ruso invitan a imaginarlo como a un seguidor de la escuela cínica. Se despojó de los bienes superfluos, vivía con la máxima sencillez.

Acabó falleciendo, de hecho, en la casa del guarda de la estación de tren de Astapovo. Era 1910 y la brutalidad estaba a punto de asolar Europa, aunque casi nadie fue capaz de preverlo.

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Filósofo y escritor. Columnista y crítico literario. A través de sus libros y artículos compagina reflexión y pensamiento desde una mirada filosófica y crítica.