Una reflexión sobre la palabra y la historia de la humanidad con el mar y la civilización griega de fondo
El helenista Pedro Olalla (Asturias, 1966) atiende con asombro al sutil desliz de la palabra. Sí, son los rasguños en el aire que brotan de la garganta y que ordenados cobran un sentido, quizás único. Ante el descubrimiento del fonema, del trazo que desparramado sobre el papel desliza el sendero de la imaginación.
Recorrer el camino que conduce hasta el origen de nuestra voz occidental es probablemente el gran legado de Olalla. Mediante libros que ya se han convertido en delicias contemporáneas de la literatura, como Grecia en el aire y De senectute politica, traza su propósito.
En esta ocasión, el profesor asturiano presenta Palabras del Egeo, su nuevo ensayo editado en castellano por Acantilado. No es el primero de los libros de Olalla que publica el sello barcelonés y confío en que no sea el último. Porque, tras su lectura, una multitud de impresiones han invadido por completo cada rincón de mi mente.
Ante el descubrimiento del fonema, del trazo que desparramado sobre el papel desliza el sendero de la imaginación.
Un ensayo bien editado
En el cortejo entre un libro y un lector, la portada, la cubierta y la manejabilidad del volumen deciden el signo de la relación. Nos enamoramos de los libros como se enamoran casi siempre las personas, con poca información el uno del otro. Por eso, manejar esos factores a la hora de editar implica destacar entre las montañas de ejemplares que se agolpan en las librerías.
Acantilado sigue en su línea de exquisitez editorial. En este caso, se trata de un libro publicado en tapa blanda, plastificada, en papel de buena calidad. El tipo y el tamaño de la letra son agradables a la hora de leer. Se trata, en resumen, de ejemplares que se acomodan muy bien en las manos y animan a su lectura.
Sólo hay un aspecto que, quizá, deba destacar como negativo, que de hecho me ha sorprendido encontrarme. El título del libro destaca en negro sobre la imagen de portada, y recae sobre el cielo en un azul bastante intenso. En consecuencia, el contraste se percibe escaso, obligando al lector a un esfuerzo extra para leer el título.
Palabras, olas y eternidad
Pero me centro en lo importante, el contenido del libro. Palabras del Egeo tiene un subtítulo muy particular y explicativo: El mar, la lengua griega y los albores de la civilización.
El mar y la lengua inauguran un libro dividido en once capítulos que descienden del diez al cero. No es casual ni una extravagancia, a mi juicio, este orden, sino que cobra todo su sentido.
Pedro Olalla explora una selección de palabras griegas que alimentan las lenguas descendientes del latín, como es el caso del castellano. Los números, que a menudo han estado amalgamados con los signos y fonemas lingüísticos, deambulan también en el libro con un papel privilegiado.
Como avisa el subtítulo, palabra y civilización son inseparables. También el mar. El fondo de Palabras del Egeo narra una historia con ecos clásicos.
Un hombre espera a su hijo Silvano y mientras tanto cuenta en un cuaderno el secreto de la cultura griega que hemos heredado. Palabras, conceptos, ideas, sucesos históricos. Pasado, presente y futuro interconectados. Su hijo llega en barco, en el aval de las olas. Un oleaje que inspira la primera de las palabras, [hals], étimo de descendientes comunes en nuestros días como «sal».
El Egeo, fracción del Nostrum Mare que sigue conectando los países limítrofes, representaba la epidermis del mundo conocido. La posibilidad de fortuna, la esperanza en el futuro, el temor a la destrucción: todas estas opciones las propiciaba el horizonte de agua y cielo.
En torno al Egeo nacieron los primeros silabarios, el alfabeto, el mundo tal cual lo conocemos en occidente. Una promesa de vida de la que brotaron, además, la filosofía, la ciencia y la esplendorosa historia helénica.
El Egeo, fracción del Nostrum Mare que sigue conectando los países limítrofes, representaba la epidermis del mundo conocido.
Un libro fascinante
Una vez ubicados en el mapa de la historia, la sucesión de palabras comienza a tomar cuerpo. Con un tono dialogante, recuperando la tradición oral, Pedro Olalla consigue contarnos numerosos aspectos de la cultura griega. Y como hablar de Grecia es hacerlo de nosotros mismos, el escritor español nos relata nuestra propia historia.
Desde curiosidades hasta las campañas de Alejandro Magno. Desde la manera en que miraban el mundo nuestros antepasados hace milenios hasta recientes descubrimientos arqueológicos. Cada página de Palabras del Egeo es un bellísimo canto de amor hacia el lenguaje, la cultura, nuestras raíces. Unos cimientos que Olalla no expone con mezcolanzas referenciales y sinsentidos desplegados como un pavo real exhibe su plumaje.
No: Pedro Olalla posee una genuina mirada serena, sabe escribir. Ama la palabra y la acaricia sin necesidad de recurrir al embeleso fútil de la ñoñería, que últimamente tanto abunda. Poetiza, dibuja escenarios, nos describe situaciones, expone saberes, y lo hace desde la sinceridad, con humildad absoluta.
Que Palabras del Egeo esté escrito con soltura y elegancia me parece una gran noticia para los lectores. También para el género del ensayo. Pedro Olalla demuestra su maestría en contenido y en forma al elegir este sistema, el hombre que anota y espera, para ofrecernos erudición helenística.
Las páginas del libro no pesan, no cansan, se deslizan entre los dedos invitando a ser leídas y releídas. Las notas y la bibliografía, relegadas al final del libro, permiten leer el ensayo sin detenciones innecesarias. Huelga decir que la calidad del texto es más que exquisita. Y su ejecución, puro deleite.
Cada página de ‘Palabras del Egeo’ es un bellísimo canto de amor hacia el lenguaje, la cultura, nuestras raíces.
El veredicto
Leer Palabras del Egeo ha sido una experiencia emocionante. Su escritura, ágil y clara, iluminan el recorrido lector a través de sus páginas. Escrito con una pasión que palpita con fuerza en cada frase, tras cada palabra propuesta está ofrecida una aventura. Y nosotros, los lectores, estamos invitados a convertirnos en los espeleólogos de nuestros propios orígenes culturales.
Pedro Olalla ha escrito este libro como acostumbra a hacerlo en su obra, sin estridencia, dotando de cierto aire de serenidad al texto. Palabras del Egeo el título de mejor y más hermoso libro dedicado al mundo helénico, a la cultura clásica, escrito en estos últimos años.
Quien escoja embarcarse en los once capítulos que abarca el libro lo hará en un texto formidable. Acaudalará un particular tesoro de saberes, o recordará aquellos que ya posee. Disfrutará sin medida de sus páginas, repletas de sensibilidad sin sensiblería. Recorrerá, escuchando al autor, el relato de un pasado que es presente y, salvo hecatombe, será también futuro.
Palabras del Egeo es, en resumen, una delicia que merece ser leída y atesorada tanto por toda clase de lectores. Más aún en la edición, tan manejable y accesible como lo es el contenido, que ha preparado Acantilado.
Ante Palabras del Egeo, ¿quién podría afanarse en renunciar al placer desmedido de la lectura? Les invito a descubrir el murmullo de las olas, el crepitar de las llamas, el eco de la historia.
Pedro Olalla, Palabras del Egeo, 2022. Acantilado. 400 páginas. 24 €