‘Hiperreal. El arte del trampantojo’: la pintura de la ilusión en Madrid

elemmental, Por elemmental,
9 Min lectura
El Museo Thyssen revisa el género con más de un centenar de obras en ‘Hiperreal. El arte del trampantojo’

Llegar a la imagen más perfecta, casi real, es una ambición antigua. La búsqueda de la imagen realista, capaz para engañar al público, ha florecido en el Renacimiento y Barroco, y persiste hoy día con el avance de los gráficos digitales. Hiperreal. El arte del trampantojo, muestra que se inauguró el 16 de marzo en el Museo Thyssen, cuenta la historia de esta ambición a lo largo de los siglos.

Comisariada por Mar Borobia y Guillermo Solana, la exposición reúne ciento cinco obras de colecciones y museos de todo el mundo. Del siglo XV hasta el siglo XXI, estas pinturas abarcan los diferentes escenarios y materiales más frecuentes del género.

 

 

 

Christoffel Pierson, Aparejos de cetrería en un nicho, hacia 1660-1670. Óleo sobre lienzo, 80,5 x 64,5 cm. Cortesía de la National Gallery of Art, Washington. Patrons’ Permanent Fund.

 

 

 

El trampantojo, una trampa o ilusión, apareció en un diccionario de Bellas Artes por primera vez en 1806. En Holanda llegó a ser un género independiente en el siglo XVII. Los primeros ejemplos se encuentran en Grecia y Roma, en los murales y mosaicos. Desde aquella época se consideró una gran habilidad conseguir el realismo en la pintura, como cuenta el relato de Zeuxis y Parrasio.

Zeuxis y Parrasio vivieron durante el siglo V a.C. pero aparecen mencionados en e libro Historia natural del año 77, de Plinio el Viejo. El episodio narrado por Plinio es la historia de un concurso que buscaba el mejor pintor de Grecia. Zeuxis enseñó su pintura de uvas, tan realista que engañó a los pájaros. Parrasio enseñó una cortina y Zeuxis le pidió que la corriera para poder ver su pintura, por lo que Parrasio le reveló que la cortina era su pintura.

Este relato se ha recuperado en el Renacimiento y se puso de moda como toda la cultura antigua en aquella época. Los artistas empezaron a buscar el efecto realista capaz de engañar al público.

 

 

 

Hiperreal. El arte del trampantojo - Museo Thyssen - Clara von Silvers
Clara von Sivers, Flores, 1877. Óleo sobre lienzo, 81 x 60 cm. Kunstsammlungen, Chemnitz. Foto: bpk / Kunstsammlungen Chemnitz / May Voigt

 

 

 

Bodegones y retratos

 

El estilo del trampantojo se desarrolló serie de efectos visuales como el volumen, las sombras y las perspectivas. Objetos que parecen salir del cuadro y materiales perfectamente emulados son algunos de los recursos más frecuentes.

El recorrido de Hiperreal. El arte del trampantojo está organizado en diversos apartados. En Puesta en escena, dedicado al bodegón, los artistas han buscado retratar flores, frutas y otros alimentos. De manera sorprendente, el recorrido empieza con un mosaico romano de tres perdices hasta llegar a obras destacadas de los siglos XVI al XX.

Una de ellas, Bodegón con uvas y un pájaro (h. 1525) de Antonio Leonelli, que busca representar el relato griego de Zeuxis y Parrasio. Igualmente, Bodegón con cuatro racimos de uva (h. 1636) de Juan Fernández “el Labrador” y Bodegón de Membrillo (1989) de Isabel Quintanilla.

 

 

 

Hiperreal. El arte del trampantojo - Museo Thyssen - Juan Sánchez Cotán
Juan Sánchez Cotán, Bodegón con frutas y verduras, hacia 1602. Óleo sobre lienzo, 67 x 97,4 cm © Colección Abelló. Imagen: Joaquín Cortés

 

 

 

En Figuras encuadres y límites se trata el engaño a través del marco pintado. De este modo, se pintaba la figura a escala real, con los encuadres arquitectónicos bien detallados para llegar a tal efecto.

Autorretrato en trampantojo (h. 1868) de Jean-Marie Faverjon y Huyendo de la crítica (1874) de Pere Borrell del Caso, en la que el personaje trata de salir del cuadro, son algunos ejemplos.

Otras obras relevantes tienen que ver con la cortina ilusionista. Recurso muy frecuente en Holanda del siglo XVII, edad de oro del trampantojo, detrás de la cortina hay un retrato, bodegón o una escena religiosa, al que centrar la atención mientras se oculta otra parte, creando un efecto inquietante. Las obras Hombre fumando una pipa (h. 1650) de Gerrit Dou y El descanso de la huida a Egipto (1647) de Adriaen van Gaesbeeck siguen esta línea.

Ya en Huecos para curiosos, podremos ver las representaciones de alimentos y objetos a traves de hornacinas, armarios y ventanas. Una obra clave: Bodegón con frutas y verduras (h. 1602) de Juan Sánchez Cotán.

 

 

 

Hiperreal. El arte del trampantojo - Museo Thyssen - Jan van Eyck
Jan van Eyck, Díptico de la Anunciación, hacia 1433 – 1435. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza

 

 

 

Objetos, esculturas y relieves

 

El recorrido sigue por Muros fingidos: tablones y paredes por los que el papel es emulado en diferentes formados: cartas, dibujos, mapas, etc. También los fondos impresionan, con representaciones perfectas de la madera y el muro en el que los documentos aparecen sujetados.

Así, son ejemplos las obras Documentos de la tesorería del Ayuntamiento de Ámsterdam (1656) de Cornelis Brisé, y Trampantojo (1667-1673) de Vicente Victoria.

Hiperreal. El arte del trampantojo sigue por el apartado Desorden perfecto y el rincón del artista. Esta sección trata una variante dentro del género, también conocida como «guardacartas».

 

 

 

Samuel van Hoogstraten, Bodegón en trampantojo, 1666-1678. Óleo sobre lienzo. 63 x 79 cm. Karlsruhe, Staatliche Kunsthalle. Foto: © Staatliche Kunsthalle, Karlsruhe

 

 

 

Se trata de la representación de una serie de objetos personales y cotidianos, del artista o de la persona que encargó el cuadro, dispuestos aparentemente al azar en una superficie plana y sujetos por cintas.

La variante aparece en Holanda en el siglo XVII con los pintores Cornelius Norbertus Gijsbrechts y Samuel van Hoogstraten como grandes exponentes.

En la sección Llamada a los sentidos veremos como los artistas han conseguido reproducir de manera idéntica materiales como el mármol de diferentes esculturas. Encontraremos obras como Las vestales (1749) de Jacob de Witt, o el Trampantojo (1771) de Jean-Étienne Liotard, entre otras.

 

 

 

Hiperreal. El arte del trampantojo - Museo Thyssen - Kenneth Davies
Kenneth Davies, La librería, 1951. Óleo sobre lienzo, 55,9 x 114,3 cm. Wadsworth Atheneum Museum of Art, Hartford. The Schnakenberg Fund. Foto: ©Allen Phillips/Wadsworth Atheneum

 

 

 

La muestra sigue por Renovación americana y su estela con obras del siglo XIX y XX de los Estados Unidos. Piezas como Paquete postal (1986) de Tom de Laat han hecho referencia a objetos cotidianos y temas actuales como el consumo y la economía.

La exposición se termina en el apartado Trampantojo moderno con un conjunto de obras del siglo XVI, pero también XX y XXI. Allí podrá verse La tierra (h. 1570) de Giuseppe Arcimboldo, junto a Máxima velocidad de la Madonna de Rafael (1954) de Salvador Dalí. Además, Tren elevado en Brooklyn (2022) de Isidro Blasco, creada especialmente para el evento y que cerrará la exposición.

 

‘Hiperreal. El arte del trampantojo’ puede verse del 16 de marzo al 22 de mayo de 2022 en Madrid en el Museo Thyssen.

Compartir este artículo