Cane: «Veo mi mundo como un lugar primitivo, muy alejado del momento en el que vivimos»

Danielle Cruz Por Danielle Cruz
14 Min lectura
El artista italiano nos habla de su trayectoria y de su imaginario

Tribus se encuentran y seres de otros mundos invaden la Tierra en un tiempo no siempre definido. Manejan lanzas, libros y juegan con plátanos voladores. Todo en los cuadros de Riccardo Nannini, también conocido como Cane (Grosseto, 1980), es agradable: los colores, los elementos, el humor.

Las narrativas, en estilo lowbrow e influenciada por los cómics, exploran, sin embargo, historias de ahora. Las identidades y encuentros con el otro se muestran en escenas en las que sus personajes no atienden obsesivamente a ordenadores y móviles, sino que hablan entre sí.

Aquí, en este mundo primitivo, los conflictos sociológicos aparentemente acaban en fiesta. Y es que través de su simbología, Cane construye ambientes donde la violencia se realiza de manera sutil y aleatoria. Esta contraposición entre los elementos particulares y el contexto general es posiblemente lo que nos da las claves de sus obras. Que nos lo cuente él.

 

 

 

Cane, It’s a wonderful life, 2019. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿Cómo empieza tu trayectoria en el arte y cómo desembarcas en Barcelona?

R. Empieza bien pero tarde. De los 20 a los 29 años viví en Milán, donde me dedicaba al diseño de moda. En 2009 me mudé a Barcelona inconsciente de la crisis económica que estaba por venir. Al no encontrar trabajos que me dieran satisfacción me inventé una pequeña marca de camisetas impresas con mis ilustraciones. Con el tiempo he cambiado de soporte y he empezado a pintar sobre lienzo. Tuve la suerte de conocer al director de una galería que me propuso una exposición individual. Eso pasaba en 2014, poco meses después de que naciera este proyecto, el de Cane.

 

 

 

Cane, Nobody knows who started the fight, 2019. Cortesía del artista

 

 

 

P. Y, ¿qué vino primero, el street art o los lienzos?

R. Lo del street art llegó hace un par de años, en el verano de 2017. En realidad hacía tiempo que me apetecía, pero he tardado en encontrar la forma de trasladar lo que pintaba en los cuadro hacia la calle. En esto ha sido muy importante la ayuda y el empuje de dos artistas amigos, Art Is Trash y Konair, ambos con mucha experiencia callejera.

 

 

 

Cane, Street Art, Barcelona. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿Ha valido la pena? ¿Cómo ves el ambiente artístico por aquí?

R. Me lo pregunto todos los días. Por un lado eso de pintar es lo único que de verdad me apetece hacer. Por otro lado conlleva andar por un camino poco trazado y se traduce en una lucha constante, sobre todo económica. Pero cada uno elige sus batallas y tiene que ser consecuente. Así que hoy la respuesta es, a pesar de todo, sí.

El ambiente artístico de Barcelona está muy vivo. Es un buen laboratorio y también hay muchos artistas que destacan a nivel internacional. El hecho de que la ciudad sea bastante pequeña hace que no haya mucho elitismo. Lo malo es que no hay un verdadero mercado y para conseguir beneficios hay que hacer un gran esfuerzo, ya que te obliga a buscar un público internacional.

 

 

 

Cane, The party of the dumb ones, 2018-19. Cortesía del artista

 

 

 

P. Tu trabajo tiene un aire a los cómics, sobre en todo las pinturas, que las hace súper apetecibles. ¿Qué cómics y artistas más te inspiran?

R. Si tengo que ser sincero, los cómics me gustan pero no tengo una especial afición a ellos. No conozco muchos dibujantes y no retengo sus nombres. De todas formas hay un autor que desde siempre he apreciado mucho y que ha influido en mi estética. Se llama Benito Jacovitti, un italiano activo en el siglo pasado y con poca repercusión en el extranjero. ¡Os invito a buscarlo en Google que vale la pena!

 

 

 

Cane, Hey there’s a guy exploding himself, 2019. Cortesía del artista

 

 

 

P. En un estilo surrealista pop, has creado personajes de diferentes tribus que viven en mundos alternativos y están rodeados de elementos de la cultura popular. Televisores antiguos, mucha bebidas, hasta libros pero ningún teléfono móvil. ¿En qué época se encuentran?

R. Me gustaría que mi obra se percibiese como algo sin tiempo e indiferente hacia las tendencias. No obstante, hay elementos escénicos que sitúan mi universo en un momento preciso: diría alrededor de los años cincuenta, al principio de la era mediática. Considerando la velocidad con la que todo cambia veo mi mundo como un lugar primitivo, muy alejado del momento en el que vivimos.

 

 

 

Cane, Aliens on humans, 2017. Cortesía del artista

 

 

 

P. Tus cuadros parecen una reflexión interesante sobre las ideologías, los invasores (que parecen pasárselo genial) y las guerras. ¿Crees que todos estos conflictos al final acabarán en fiesta, o es que desde el punto de vista del pop esa la mezcla cultural y de ideas es simplemente inevitable?

R. Tengo mucho interés en la antropología y he aprendido que lo seres humanos no tienen un comportamiento preestablecido. La gran fuerza de nuestra especie es la capacidad de adaptación al entorno. Por ejemplo, por naturaleza podemos ser tan belicosos cuanto pacíficos. Todo depende de las características del ambiente en el que se va definiendo una cultura. Al final lo que pinto en mis cuadros son unos cuentos de fantasía: me imagino unos personajes cada uno con su propio perfil psicológico y cultural y les hago interactuar de una forma que me resulten en provocadoras, absurdas y divertidas a partes iguales. No sé como acabará, hay demasiadas variables. En los cuadros acaba casi siempre en fiesta pero no tengo claro lo que pasará en la realidad.

 

 

 

Cane, Fight for your rights, 2018. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿Cuál es la historia de The Hunt? ¿Se trata de alguna referencia especial?

R. Hasta la fecha ese lienzo es el único que incorpora un mensaje político definido. Todos los alienígenas de mis cuadros representan a los individuos que se diferencian de la masa. Según el contexto puede tratarse de una identidad sexual, cultural, étnica u otros aspectos que no pertenecen a la cultura dominante, en nuestro caso la heteronormativa blanca. Normalmente estos personajes están mezclados con los demás y es una fiesta, no busco el lado problemático del asunto. Pero cuando pinté esta obra sentía mucha preocupación por lo que sigue pasando en varios lados del mundo con el tema de las migraciones: el alienígena de esta obra es una referencia explícita a este problema. Hay dos tíos blancos cazando y abatiendo la nave de un alienígena y nadie parece ser muy consciente de lo que va a pasar. Me parece el estímulo para una reflexión muy necesaria.

 

 

 

Cane, The Hunt, 2019. Cortesía del artista

 

 

 

P. La espada, la serpiente coral y los plátanos son frecuentes en tu vocabulario visual. Pese a que son símbolos fálicos, se comportan de manera muy distintas. ¿Qué sentido les das?

R. El plátano es el símbolo fálico por excelencia y suelo usarlo en este sentido, sin más. Las espadas en cambio se refieren a la violencia emocional. Si prestáis atención casi siempre es una violencia aleatoria: no hay motivos reales que la justifiquen. Esto me parece lo más interesante, lo que puede dar lugar a reflexiones más articuladas sobre el bien y el mal, sobre la psicología de los individuos. Y por último la serpiente coral: es una reminiscencia de mi educación católica, de la serpiente de Adán y Eva. En este sentido es el demonio que nos induce al pecado.

 

 

 

Cane, Confusion is sexy, 2019. Cortesía del artista

 

 

 

P. El juego de colores también es importante. ¿Qué pasa con el rosa que lo hace todo más atractivo? ¿Hay alguna teoría especial?

R. El rosa y los otros colores pastel son un recurso que utilizo para crear un escenario idílico y apaciguador. Un ambiente así suaviza las acciones de mis personajes y me da más libertad y facilidad para llegar a un público más amplio.

 

 

 

Cane, Street Art, Roma. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿Qué peso tiene o ha tenido el punk en tu vida?

R. Con el punk me pasa como con los cómics. No siento que pertenezco a esta subcultura aunque aprecio enormemente la crudeza de su estética. También considero el nihilismo una reacción más que justificada a la decadencia de nuestra sociedad.

 

 

 

Cane, Sunday is when people doesn’t work, 2019. Cortesía del artista

 

 

 

P. Pones tus escenas y personajes en tres dimensiones. ¿Con qué materiales sueles trabajar en tus esculturas?

R. Como el street art también las esculturas son un proyecto que llevaba tiempo “en gestación”. Al final he encontrado una arcilla polimérica, el Sculpey: es fácil de modelar, se cocina en un horno doméstico y tiene muchas posibilidades de acabado!

 

 

 

Cane, Escultura. Cortesía del artista

 

 

 

P. El New Contemporary hoy por hoy despunta. ¿Cómo ves el mercado del arte en este sentido y las ferias de arte emergente?

R. Estoy feliz que por fin haya salido un término que acomune varias de las corrientes artísticas contemporáneas. No tengo mucho conocimiento del mercado, lo que puedo decir es que percibo que las propuestas más interesantes de la actualidad no son las que más éxito comercial tienen. Pero sí que le veo mucha fuerza a esta nueva macro corriente y tengo esperanza de que en un futuro próximo se le dé más importancia.

 

 

 

Cane, Street Art, Bruselas, 2018. Cortesía del artista

 

 

 

P. Has pintado murales en diferentes países y también trabajas mucho con stickers. ¿Cuál ha sido el mural más especial para ti y por qué?

R. Es un mural llamado Canewood. Lo pinté en Mutuo, un centro de arte de Barcelona, en 2015 y sigue siendo la pared más grande a la que me he enfrentado hasta la fecha. Lo que lo hace especial es que no tuve ninguna censura por parte de la dirección cuando normalmente por este tipo de obra se prefiere un trabajo mucho más decorativo.

 

 

 

Cane, Stop Wars, 2019. Cortesía del artista

 

 

 

P. Por último, ¿cuáles son tus próximos proyectos?

R. Estoy terminando tres obras para una exposición colectiva en Australia, el próximo Noviembre. Cuando acabe con eso empezaré a trabajar en la reinterpretación de una obra que adoro: Big Fish de Bruegel el Viejo.

Puedes ver más obras de Cane en su página web y en su perfil de Instagram.

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Es editora de elemmental. Doctoranda en Comunicación. Estudió Edición y Filosofía. Amante del arte y los nuevos medios. Estuvo antes en el Cultura/s del diario La Vanguardia.