Ida Applebroog tiene su primera retrospectiva en el Museo Reina Sofía

Miriam Varela Por Miriam Varela
11 Min lectura
‘Marginalias’ es la recopilación más completa de la obra de la artista americana que se ha hecho hasta la fecha en el mundo

Ida Applebroog (Nueva York, 1929) se cambió su apellido de casada a los 40 años. Pero no por el de soltera, no por el de su padre. Ella amalgamó este apellido paterno y lo modificó para tener uno propio. Uno enteramente suyo. Esa es una de las razones por las cuales su transformación personal a pasará a la Historia del Arte.

Con este dato curioso no podríamos pasar de largo la oportunidad y hacer un pequeño recorrido por su obra de Ida Applebroog, pionera en el arte feminista que trabajó codo a codo con figuras como Mimi Shapiro y Judy Chicago.

El Museo Reina Sofía nos hace el regalo de traer a Madrid la más grande recopilación de la obra de Ida Applebroog jamás montada. En ella se pueden ver más de doscientas piezas y ocho instalaciones, incluyendo Monalisa (Vagina House), sus dibujos vaginales de 1969. Estas obras recorren toda su producción artística, desde los años sesenta hasta la actualidad, pues sigue en activo.

 

 

«Es la primera gran representación de su trabajo no solo en España sino en el mundo entero. Ida ha estado presente en citas internacionales fundamentales como Documenta de Kassel, en 1987 y 2021; ha estado en la mítica Bienal del Whitney de 1993, le han dedicado exposiciones, más recientemente en el ICA de Miami, pero siempre se han ceñido a series concretas o a periodos creativos acotados. Esta es la primera gran retrospectiva, desde sus inicios en 1969 hasta la actualidad, porque a pesar de sus 93 años la artista sigue trabajando a diario en su estudio«, dice Soledad Liaño, comisaria de la muestra.

 

 

Marginalias ha sido pensada como apuntes de una revisitación del legado de Applebroog. Irónicas y bienhumoradas, las obras hacen una crítica intensa las disfuncionalidades de la sociedad como el heteropatriarcado, el indivialismo, la alienación y también el mundo medicalizado.

 

El inicio

 

 

Ida Applebroog, Mercy Hospital, 1969. Tinta, lápiz y acuarela sobre papel. Varias dimensiones. Colección particular. Cortesía Hauser & Wirth

 

 

El despegue de Ida como artista se produjo con 44 años, momento en el que formo parte de su primera exposición colectiva, en 1972. Antes trabajó de diseñadora gráfica en una agencia de publicidad de Nueva York, tuvo 4 hijos, se mudó varias veces siguiendo la carrera de su marido y fabricó pequeñas joyas para mantener a su familia. Todo ello mezclado con clases de arte.

Cuando su familia se mudó a Chicago se matriculó en la escuela del Art Institut de la ciudad. Fue a raíz de la siguiente mudanza familiar, en California, donde comenzó a crear parte de las obras que forman esta retrospectiva.

La serie Mercy Hospital fue realizada en 1969 en el Hospital del mismo nombre en la ciudad de San Diego, tras sufrir una crisis nerviosa. En ellas la artista representa figuras biomorfas mezcladas con otras amebiformes, con líneas gruesas y manchas de color.

 

 

Exposición Ida Applebroog. Marginalias. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Mayo, 2021. Vista de sala. Archivo fotográfico del Museo Reina Sofía

 

 

Estas obras, realizadas a tinta, acuarela y lápiz serán un detonante para seguir una forma de sobrellevar la estancia en el hospital a la vez que un detonante para iniciar un camino de autoconocimiento, pero también una intención de penetrar en el conocimiento de la sociedad, de la identidad sexual, de lo relativo al género, la violencia en la información o la política. Estas serán las obras que sirven de punto de partida a la exposición que podemos visitar en el Reina Sofía.

De este primer momento de creación, todavía como Ida Horowitz (apellido de casada) es la serie Monalisa (Vaginas House), de más de 160 dibujos de su vagina que realizó a lo largo de varios meses en 1969.

Estas piezas fueron descubiertas por un asistente en 2009. Hoy en día componen una instalación formada por tres paredes de listones de pino que sirven de bastidor para estas decenas de vulvas, generando un espacio interior en el que encontramos un gran tríptico de un desnudo deforme.

Un espacio personal, íntimo, en el que la artista reflexiona acerca de su propia existencia, del autoconocimiento, su «pequeño santuario». Es después de crear estas obras cuando la artista vuelve a su ciudad natal, muta de apellido, se reconstruye y comienza a trabajar con grupos de artistas feministas.

 

 

El proyecto expositivo

 

 

Exposición Ida Applebroog. Marginalias. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Mayo, 2021. Vista de sala con la obra ‘Variations on Emetic Fields’. Archivo fotográfico del Museo Reina Sofía

 

 

El estilo de Ida bebe mucho de su formación como diseñadora gráfica. Trabaja la imagen creando una fusión entre las tiras cómicas, los storyboards del cine, y los fotogramas para crear un concepto.

Muchas de sus obras están colocadas en las salas expositivas creando instalaciones. En ellas organiza y apila los lienzos explorando la lógica del cómic y la de narrativa cinematográfica en espacio un espacio en tres dimensiones. Como si los fotogramas de una película fueran diseminados por un espacio en vez de estar colocados en fila para crear la secuencia. El fin es el mismo, el mensaje es el mismo, pero usa la sala para exhibir las ideas en torno a las que gira su obra.

 

 

Ida Applebroog, Variations on Emetic Fields, 1990. Acuarela sobre papel Arches y óleo sobre lienzo. Medidas variables. Colección particular. Cortesía Hauser & Wirth

 

 

A mayores, la idea de la instalación, con lienzos exentos, despegados de la pared sin ocultar parte de los mismos le permite crear perspectivas que hablan con el espectador de diferente forma. Entres desde el lado que entres a la sala tendrás una visión diferente, y te contará e interpretarás una historia diferente.

Al igual que Goya, pintor muy admirado por la artista, Ida es fiel reflejo de la época que le ha tocado vivir. Por ello, los temas que trata en sus obras siguientes están relacionados con la actualidad del momento.

Con Nueva York de los años 80 y 90. El sida, la ansiedad, la sobreinformación a la que nos exponen los medios de comunicación que nos adormece ante noticias de asesinato, muertes, violaciones. Esa sobreinformación que nos acaba insensibilizando ante la violencia. Estas son las tormentas a las que se enfrenta la autora y a la que enfrenta a los espectadores.

 

La retrospectiva

 

 

Ida Applebroog, Monalisa, 2006-2009. Técnica mixta. 279,4 x 365,7 x 372,11 cm. Vista de la obra en la exposición del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Archivo fotográfico del Museo Reina Sofía

 

 

Marginalia, título que lleva esta retrospectiva, es también una parte de su trabajo. Los marginalia son pequeñas piezas de papel o de lienzo que coloca alrededor de las obras, que las completan o nos aportan nuevos matices intentando mostrar lo que puede haber más allá de los lienzos. Muchas veces estas imágenes nos muestran zonas realmente vulnerables de la realidad. Intenta no solo mostrarnos a la víctima sino también al manipulador.

 

 

Ida Applebroog, Portraits (Canary), 2019. 127 x 121,9 cm. Colección particular. Fotografía: Emily Poole

 

 

Muchas de las imágenes a lo largo de toda obra de Ida Applebroog están acompañadas de textos que, como ella misma dice, no quieren decir nada. No son nada más que pistas falsas para desconcertar y burlarse del espectador. Una vuelta de tuerca para provocar una ansiedad interna, la misma que critica en muchas de sus obras.

 

«Cuando comencé a publicar estas imágenes, especialmente las que incluían texto, algunas personas se sentían incómodas: me acercaba demasiado a sus sentimientos. Los dibujos trataban de situaciones de las que la gente no habla», reconoció Ida Applebloog en entrevista a Bomb Magazine del 1 de junio de 1999.

 

La retrospectiva de Ida Applebroog se inauguró el 2 de junio en Museo Reina Sofía de Madrid y se podrá visitarse hasta el 27 de septiembre, en conjunto con la exposición de la artista sueca Charlotte Johannesson, artista textil y pionera de la gráfica digital, en la planta 3 del Museo hasta el 16 de agosto de 2021.

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Divulgadora cultural. Licenciada en Historia del Arte por la USC, máster en Escritura Creativa en Hotel Kafka. Cofundadora y coordinadora en La Roldana Plataforma.