Diane di Prima: memorias del ‘underground’

Begoña R. Orbezua Por Begoña R. Orbezua
11 Min lectura
‘Memorias de una beatnik’ de Diane di Prima ha vuelto a librerías en el inicio de 2022 de mano de Las Afueras

Memorias de una beatnik de Diane di Prima (Nueva York, 1934–San Francisco, 2020) es un clásico de la literatura underground. La novela fue publicada en 1969 y nació como un relato pulp que el editor francés Maurice Girodias encargó a la estadounidense. Así lo explica la propia di Prima en el epílogo, firmado en San Francisco en el equinoccio de otoño de 1987.

En 1968, Girodias es conocido por haber publicado en la Olympia Press Lolita de Nabokov y a Henry Miller. Di Prima ya es una activista política y literaria.

Además, ha sido investigada por el FBI y censurada por obscenidad, por simpatizar con el movimiento pacifista con tendencias izquierdistas y por consumo de drogas. Es toda una figura en el panorama contracultural.

El editor le había comprado un par de escenas de sexo previamente. Girodias quería que escribiera un libro erótico basado en sus vivencias en el Nueva York de mediados de los años cincuenta. Ella necesitaba dinero y aceptó. Pero no se limitó a eso.

 

 

 

Fotografía de Diane di Prima en la cubierta de la Memorias de una beatnik de Veneta (2013)

 

 

 

Di Prima escribió un relato transgresor que reivindica el placer, la libertad y la experimentación a través de las drogas, el jazz, el sexo y la literatura. Girodias exigió más escenas eróticas que eleven las ventas. Ella necesitaba pagar las facturas y accedió.

Con frecuencia, esas escenas resultan meros parches en el texto, repitiendo incluso expresiones y calcando estructuras. No obstante, no podemos leerlas como gratuitas, en tanto en cuanto presentan el tema de la libertad sexual, fundamental en el libro.

Memorias de una beatnik, recuperado por Las Afueras, es la historia una mujer muy joven, independiente y atrevida que explora el mundo, rodeada de bohemios como ella, antes de que la palabra beatnik fuera inventada. Es una novela de formación sentimental y artística individual, por un lado, y de la generación beat, por otro.

 

 

 

Diane di Prima en un recital en Nueva York en 1959

 

 

 

Teórica y activista

 

Di Prima, además de escritora, fue teórica, profesora y activista. La figura de su abuelo, un inmigrante italiano anarquista cercano a Emma Goldman, y las calles de Brooklyn donde creció son clave para comprender su concepción de la libertad.

Aunque su paso por la universidad fue breve, allí conoció a la poeta Audre Lorde. Aquel fue el comienzo de una amistad en la que ambas poetas compartirían literatura y vida. Pero Manhattan, epicentro de la contracultura y del movimiento Beat, atraía a la joven di Prima como un imán.

En el Manhattan de los años cincuenta, tal y como narra en Memorias de una beatnik, participaría en el incipiente movimiento beat. En la novela, la poeta recuerda la primera vez que leyó Aullido, de Ginsberg, sintiendo la conexión total con su escritura. El grupo de bohemios aún no tenía nombre, pero compartían la actitud, la forma de vestir, la predisposición a la vagancia, la pasión por el arte, en especial por la música y la literatura, y la libertad sexual.

 

 

 

Diane di Prima

 

 

 

La novela comienza con su protagonista despertándose tras su primera noche con un desconocido, con quien ha perdido la virginidad. Durante año y medio la acompañaremos en su experimentación de la vida y búsqueda espiritual.

Que nadie espere leer aquí batallitas sobre Allen Ginsberg y Jack Kerouac, porque lo importante es di Prima y el retrato que hace de los beatíficos de su ciudad. Aunque es cierto que al final del libro, en una suerte de metáfora de encuentro, comunión y nacimiento de la generación, conocerá a ambos y se unirá a ellos en una orgía.

Diane Di Prima fue ante todo y sobre todo una mujer y artista valiente, dispuesta a romper los tabúes de la sociedad de su momento a través de su arte y de su propia vida.

 

 

“Me alegro de verdad de haber escrito el libro y de haberlo hecho en ese momento, antes de que el mundo del Oeste se apoderara totalmente de mí”. (Memorias de una beatnik)

 

 

Las memorias terminan con el anuncio de su embarazo que anunciaba el inicio de una nueva aventura. La época del piso llegó a su fin. Ese piso en Nueva York es todo un símbolo de la vida compartida en él. “La magia de la amistad, el sentimiento de aventura” (pág. 219). Una gran época que, sin embargo, hay que dejar atrás. Y así lo hace la beatnik, sin pesar, con el carácter nómada que la caracteriza.

Diane Di Prima se convirtió en madre soltera, a pesar del rechazo social, y tuvo cinco hijos de diferentes parejas. A finales de los 60 se mudó a San Francisco.

Los beatniks se estaban diluyendo en otros movimientos contraculturales, como los hippies, con los que entró en contacto. También vivió un tiempo en la comuna psicodélica de Timothy Leary y tuvo relación con la comunidad contracultural de los Diggers.

 

 

 

Diane di Prima en Italia, en 1979. Foto: Marcello Mencarini. Leemage (vía Liberation).

 

 

 

Desde la costa Oeste, esperando una beca que no acaba de llegar, en una casa atestada de gente a la que tiene que mantener, la poeta hace este ejercicio de memoria.

Rescata los días en Nueva York antes de que el mundo del Oeste se apoderara totalmente de ella. Recupera pequeños detalles que hacen única la narración, llena de vitalidad.  Para el lector resulta un regalo las referencias a las lecturas de la protagonista. Lo mismo sucede con las referencias a la música.

La prosa de di Prima es desnuda de artificios y directa, descarnada, y absolutamente bella, como lo es su poesía. Su escritura nos transporta a su juventud, a los clubes de jazz del West Village para escuchar a Charlie Parker, a las páginas de Lorca y de Radclyffe Hall, a las imposibles coreografías sexuales.

Di Prima comparte con el lector el descubrimiento y el estreno de una nueva vida bohemia derribando convenciones y tabúes y alejándose del sueño americano.

 

 

 

Diane di Prima en su juramento como Poeta Laureada de San Francisco en la Biblioteca Pública de San Francisco. Di Prima ocupó el cargo de 2009 a 2011. © Steve Wilson 2010 (vía KQED)

 

 

 

Recuperando a las escritoras beatniks

 

Pese a su potente y reivindicativa vida y obra, sus compañeros de generación la relegarían al plano secundario. Algo objetivamente injusto, pero nada sorprendente.

Diane Di Prima llegó a ser una de las poetas más activas de su época. Su obra abarca más de cinco décadas y fue puente entre las dos costas, así como entre los beatniks y los hippies.

No fue la única mujer beatnik, la única poeta. Hubo más: Elise Cowen, Anne Waldman, ruth weiss, Janine Pommy Vega, Denise Levertov, Lenore Kandel, Joanne Kyger, entre otras. Diane Di Prima siempre luchó por visibilizar la literatura de sus compañeras, por conquistar el lugar que todas ellas merecían en el canon.

 

 

 

 

Cubierta de Memorias de una beatnik. Las Afueras, 2022

 

 

 

En 1994, en una conferencia, el poeta beatnik Gregory Corso recordó a la audiencia que también hubo mujeres en el movimiento. Que no todo perteneció a los hombres cuyos nombres y obra son de sobra conocidos.

En los años 50, continuó Corso, si eras hombre podías ser un rebelde; si eras mujer, la cuestión era bien diferente. Muchas de ellas, incomprendidas y reprimidas por sus familias, fueron internadas en manicomios. La presión social y familiar era tremenda.

La voz de Diane di Prima es osada y poderosa. Una voz que celebramos que se recuperara en Beat Attitude. Antología de mujeres poetas de la generación beat (Bartleby editores) en 2015, y que de nuevo lo haga ahora Las Afueras con Memorias de una beatnik.

 

Diane di Prima, Memorias de una beatnik, 2022. Las Afueras. 232 páginas. 18 €

 

 

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Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Deusto y licenciada en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la Universidad de Granada. Es profesora de Literatura, dinamiza clubes de lectura y talleres de escritura.