Sharna Osborne: la estética de los noventa invade la pasarela

Danielle Cruz Por Danielle Cruz
4 Min lectura
Los videos de la directora neozelandesa son un punto de inflexión en el imaginario de la moda

Sus videos están hechos con antiguas cámaras de VHS y Super 8. Su estética per se reivindica los márgenes. Sin embargo y para la sorpresa de muchos, los videos de Sharna Osborne (Nueva Zelanda, 1984) son el pasaporte visual de algunos grandes nombres de la moda hacia las subculturas urbanas y lo alternativo, en su perpetua dinámica de afirmarse y reinventarse.

Sharna Osborne vive y trabaja en Londres. Entre sus ídolos se encuentran figuras tan dispares como Jan Švankmajer, Mariah Carey y Dolly Parton. Una mezcla de pop con mucho atrevimiento, surrealismo y nostalgia hace que su trabajo hoy por hoy sea un punto de inflexión en el imaginario de la moda.

 

Sharna Osborne

 

Este aparente anacronismo no puede ser más actual. La moda sigue tendencias mientras el arte subvierte la teoría. Las imágenes de Sharna Osborne cumplen con los dos. Subvierte aquello que Hito Steyerl ha llamado “imágenes pobres”, de baja resolución, altamente modificables y compartibles que circulan por Internet, y que por eso mismo son tendencia. Aquí ellas pasan a representar lo ridículamente caro.

En una de sus definiciones, Steyerl dice que “las imágenes pobres son pobres porque no se les asigna ningún valor en la sociedad de clases de imágenes: su estatuto como ilícitas o degradadas las exime de seguir los criterios normativos. Su falta de resolución atestigua su reapropiación y desplazamiento” (STEYERL, 2018, 40). Las imágenes pobres circulan por los montajes mediáticos más capitalistas como por los círculos alternativos. Y así lo hacen porque tienen un importante componente afectivo.

 

 

De modo que si lo vintage ha surgido como un indicativo de autenticidad e identidad, la reapropiación de la estética de los noventa, con imágenes de baja resolución, juega además con la fragmentalidad del tiempo y la hipercirculación de imágenes de plena actualidad: lo de ahora hecho como ayer siempre vuelve a la vanguardia. Tiene sentido que firmas de nicho como Martine Rose y MSGM compartan el apelo estético de Osborne tanto como Schiaparelli y Vogue Italia.

Osborne ha colaborado también con Longchamp, Miu Miu, Les Girls Les Boys, W. Magazine fotografiando a Cate Blanchett, entre muchas otras. En general, en sus montajes el apelo emocional prima sobre lo narrativo. La fragmentalidad, los collages y el erotismo hacen que sus videos se vendan más allá de lo publicitario y sean efectivamente vistos como pequeñas obras de arte que reivindican modos de vida asociados a la juventud, la cultura queer, y allá donde haya ebullición de hormonas y narcisismo. Abajo les dejamos una muestra.

 

 

 

Encontrarás más obras de Sharna Osborne en su website, Instagram y Vimeo. Puedes leer el texto de Hito Steyerl aquí en inglés, y en castellano en Los condenados de la pantalla (2018) publicado por Caja Negra.




Compartir este artículo
Seguir:
Es editora de elemmental. Doctoranda en Comunicación. Estudió Edición y Filosofía. Amante del arte y los nuevos medios. Estuvo antes en el Cultura/s del diario La Vanguardia.