Daniel Núñez: “El arte es una forma universal de expresión”

El artista nos habla de su imaginario y su visión del arte. ‘Palace’ de Daniel Núñez podrá verse hasta mediados de enero en Marbella

El ensimismamiento es uno de los estados mentales que lleva a que los artistas hagan de su imaginario un conjunto de ideas estéticas de fuerte personalidad. Sin esa faceta dentro de la propia creación pocos artistas han conseguido tener relevancia. Esta obsesión por aquello donde fijan la mirada se convierte en el verdadero objeto de disfrute por parte del público.

Daniel Nuñez (Madrid, 1988) añade a ese ensimismamiento una frescura marcada por la inmediatez de técnica del acrílico a la que, a veces, añade otras como el grafito, ceras o el espray.

Los objetos que, en principio parecen banales y que nos acompañan a diario, como zapatillas de deportivas o automóviles, se convierten casi en seres mitológicos, de un panteón minimalista, capaces de emocionar.

 

 

Daniel Núñez desarrolla sus obras con un lenguaje mínimo y retrata sus objetos personales a partir de un proceso espontáneo

 

 

Formado como diseñador e ilustrador en las Escuelas ESDIP y CES de Madrid, Daniel Núñez ha estudiado artes plásticas y visuales con artistas como Antonio Lancho, Jorge Pedraza, Marta Maldonado e Isabel Álvarez.

Su obra bebe de corrientes como el Art Brut o el neoexpresionismo abstracto dentro del arte urbano. La intuición, los procesos oníricos y espontáneos junto con la experimentación en cuanto a técnicas inciden en una subjetividad de largo alcance. El lenguaje minimalista refleja lo íntimo de su mirada y subraya el potencial de los objetos representados.

Del 13 de noviembre al 14 de enero, Daniel Núñez expone en la galería Yusto/Giner de Marbella. ‘Palace’ es muestra en la que el artista hace alarde de esa sencillez que convierte en una reflexión audaz sobre el mundo lo rodea. Un paseo que pone de manifiesto la belleza a través de lo banal y destila esa frescura que engancha la mirada de aquel que ve más allá de los propios objetos representados.

Hablamos con él sobre sus obsesiones, influencias, técnicas y otras cuestiones referentes al ámbito artístico.

 

 

 

 

 

 

P. ¿Cuál es la razón de que tu búsqueda de la belleza dirija la mirada hacia lo banal?

P. Creo que siempre he tenido predisposición a ello, sensibilidad o curiosidad al observar la vida, intentar observarla a mi modo y con los años he ido profundizando en ello. Vivimos bombardeados de información, consumo, y mucho ruido, pienso que es importante pararse a valorar las pequeñas cosas, centrarse en el momento presente, al final es lo único que tenemos. Todos esos objetos y elementos nos acompañan en nuestro día a día, son parte de nosotros, de nuestra identidad. Los objetos nos identifican, es cuestión de escuchar y entender su lenguaje y, en lo personal, aprovechar el poder que nos conceden.

 

 

 

 

 

 

P. ¿Cómo describirías el ensimismamiento que te lleva a trabajar sobre estos motivos?

R. Mi pintura antes era mucho más experimental y tenía un gran interés por descubrir nuevos materiales y técnicas. Desde hace un año y medio empecé a descubrir patrones en mi trabajo que se repetían de forma inconsciente y espontánea, y que me hicieron preguntarme por qué mis imágenes estaban llenas de esos símbolos. Empecé a poner el foco en ello y trabajar dentro de esa narrativa. No sé si cambiará, pero de momento me siento a gusto ahí, es una constante fuente de ideas e inspiración.

 

 

 

 

 

 

P. ¿Qué significados albergan para ti las zapatillas deportivas?

R. Partiendo de que pinto desde el subconsciente y que no ejerzo control sobre mi obra, pinto, y después hago una lectura sobre ello. En el caso de las zapatillas, veo velocidad, una actitud deportiva, enérgica, creer en una meta e ir a por ella. Una señal de identidad de cultura urbana. La escala de la zapatilla también tiene su significado, esas zapatillas grandes muestran seguridad y esa actitud de pisar fuerte. A la vez genera cierto misterio dejar fuera de campo al personaje, me gusta hablar de esa persona solo mostrando su calzado. Siempre tuve esa cosa de observar los zapatos de la gente, e intentar descubrir matices de tus personalidad.

 

 

 

 

 

 

P. ¿Qué aporta la grafomanía a tus pinturas y dibujos?

R. Las palabras al revés y escritos de mi obra vienen de las correcciones de mis maestros cuando era pequeño. Al plasmarlo en la obra intento enviar la mirada del espectador hacia una dirección, componer marcando un recorrido visual. A través del texto puedo expresar otras cosas que no puedo hacerlo con la pintura, jugar al despiste o a dar pistas e información. También juego con la ironía, intento dar cierto misterio, es importante que el espectador se haga preguntas al enfrentarse a la pieza.

 

 

 

 

 

 

P. ¿Existe una relación entre la espiritualidad que destilan tus obras y la elección de la gama cromática?

R. Desde luego, el color es un aspecto muy emocional, sale de dentro de mí de forma muy directa, ese conocimiento de las emociones y cómo gestionarlas se expresa a través del color. Pienso que transmite mucha frescura y paz. El color tiene el poder de comunicar vivencias propias del artista, por lo que ese sentimiento se traslada desde el artista al espectador a través de la obra.

 

 

 

 

 

 

P. ¿Con qué técnicas abordas tu imaginario?

R. Lo que más utilizo es acrílico, siempre mezclándolo con ceras, grafitos y alguna tinta o espray. Me gusta el acrílico por su rapidez de secado, soy bastante impaciente y eso me permite ser espontáneo en la ejecución. ¡A veces siento que hasta el acrílico se me queda lento!

 

 

 

 

 

 

P. ¿Crees en la utilidad del arte?

R. El arte es una forma de comunicación y expresión universal, capaz de trascender barreras. El rastro que ha dejado el ser humano desde el principio de los tiempos. Es un arma potente que no solo permite romper moldes, sino que educa y emociona a quien lo aprecia y valora. Es un lenguaje en sí mismo que nos conecta y une.

 

 

 

 

 

 

P. ¿Con las obras de qué artista te gustaría que estableciesen un diálogo tus piezas en una misma exposición?

R. Hace poco descubrí a Pablo Linsambarth después de una feria y tuvimos una conexión muy buena, entendí su arte y su imaginario al momento, me sentí identificado con los símbolos y la ironía que utiliza. Tenemos unos gustos muy parecidos. Estoy abierto a propuestas interesantes y sé que él también.

 

 

 

 

 

 

P. ¿Cuál crees que es la mejor estrategia para combatir el machismo en el mundo del arte?

R. El arte es una herramienta para comunicar, como ya he dicho, y desde el arte se pueden romper patrones. Hay muchas maneras de luchar por la igualdad, es fundamental valorar el papel de las mujeres que están rompiendo ahora en el arte y hay que darles la misma voz. Sigo de cerca el trabajo de artistas como Ana Barriga, Cristina de Miguel, Marría Pratts y Jenny Brosinski que están abriendo una brecha fuerte en el mercado del arte, son buenísimas. Pero hay que ser consciente de que las instituciones tienen un papel muy importante en este tema. Ellos son muy responsables del alcance que puede llegar a tener un artista, por lo que han de potenciar el papel de la mujer.

 

 

 

 

 

 

P. ¿En qué estás trabajando ahora?

R. Lo último ha sido mi exposición Palace en la galería Yusto/Giner de Marbella, la cuál podéis disfrutar hasta el 14 de enero. También expongo con Yusto/Giner en Art Miami del 30 de noviembre al 6 de diciembre. A raíz de la última feria y esta exposición vuelvo a Madrid con la intención de seguir investigando sobre esta etapa en la que me encuentro y sobre todo con mucha motivación después de tan buen feedback que he recibido del público. Quiero seguir sorprendiendo.

 

‘Palace’ puede verse hasta el 14 de enero en la galería Yusto/Giner de Marbella. Puedes ver otras obras de Daniel Núñez en su página web y en su perfil de Instagram.