Raúl Álvarez: «Considero el agua como un elemento sanador y purificador»

María von Touceda Por María von Touceda
19 Min lectura
El artista madrileño nos habla de su carrera y de su imaginario

Raúl Álvarez (Madrid, 1982) es un artista afincado en A Coruña que mantiene el pulso desde la periferia a través de su realismo pictórico.

Su trabajo ahonda en las emociones y sensaciones que el medio acuático aporta a la figuración. Sus refrescantes series manifiestan una ejecución muy certera de los reflejos, y las figuras sumergidas que parecen disfrutarla.

Raúl Álvarez ejemplifica al artista que busca una proyección global desde la escena local. Este reto, gracias a las redes sociales, logra que no se apaguen las propuestas interesantísimas que nos ofrece la periferia.

Su trabajo es un cuidado compendio sobre la luz y el medio acuático que va más allá de lo físico y trasciende al espectador como si fuese él mismo quien está disfrutando de los baños que nos presenta. El artista demuestra en cada una de sus obras el afán por comunicar sensaciones a través de un realismo de pincelada exacta y poesía visual.

Hablamos con él sobre su vida y obra.

 

 

 

Raúl Álvarez, Burning Ice III, 2019. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿Cuándo fuiste consciente de que tus habilidades pictóricas iban encaminadas al realismo?

R. Pues la verdad es que desde muy pequeño. Recuerdo que cada día después de terminar los deberes me ponía un par de horas a dibujar todos los días sin que nadie me tuviera que forzar a ello. Me salía de manera innata y copiaba esculturas o cuadros que me llamaban la atención de libros de arte que tenían mis padres en casa. A mi madre le encanta el arte clásico de Grecia y Roma, y recuerdo que fue lo primero que me entró por el ojo y me ha transmitido esa pasión. Me marcaba el reto personal de intentar hacerlos lo más reales posibles o parecidos a lo que veía para los conocimientos autodidactas que tenía. También recuerdo copiar personajes de cómics que leía y que son de la generación a la que pertenezco: Dragon Ball, Mortadelo y Filemón, Lobezno, Spawn, un montón. Y de ahí hasta hoy.

 

 

 

Raúl Álvarez, Be water, my friend XV, 2014. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿Qué valores estéticos y emocionales crees que aporta el agua a tu trabajo?

R. Considero el agua como un elemento sanador y purificador que transmite calma (hay muchos estudios sobre el tema). Al igual que el color azul que también es relajante, transmite sosiego, etc. Me interesa la luz mucho, la transparencia, el movimiento, los volúmenes… Pero, realmente, que mi obra gire en torno al agua o que sea el hilo conductor de todas mis series me sirve para hablar de cosas o sentimientos que no son comunes a todos.

El agua como elemento pictórico me parece muy atractivo para trabajar porque tiene un montón de posibilidades tanto de temática como de estética y puedo «jugar» con él para hablar de muchas cosas. Luego está la interpretación que cada uno haga sobre lo que ve y que es una de las partes más bonitas del arte, es algo muy subjetivo. También es un elemento muy simbólico y en ciertas ocasiones puede tener más peso en unos trabajos que en otros. Lo cierto es que siempre se me ocurre una vuelta de tuerca para que el agua siga apareciendo en mis trabajos y no me canso de trabajarla, supongo que se está convirtiendo en una especie de seña de identidad o algo así, ¡aunque haré trabajos que no tengan agua algún día! [Risas]

 

 

 

Raúl Álvarez, Pool III, 2018. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿Ya trabajabas con este medio en Madrid o tu mudanza a A Coruña tiene que ver con la elección del agua como motivo pictórico?

R. No, en Madrid no trabajaba nada que tuviese que ver con el agua. La pintura era más un hobby que algo serio. Cuando mis padres vieron que tenía aptitudes me preguntaron si quería ir a clases y me apuntaron para aprender más cosas que yo solo por mi cuenta. Pintaba para mí o para amigos a los que regalaba dibujos o cuadros, no fue hasta que me vine a vivir a A Coruña que empecé a verlo como una posibilidad real de poder vivir de lo que realmente me gusta hacer que es pintar, y como tengo cierta vena punk o kamikaze pues me tiré a la piscina.

Si es verdad que el agua siempre fue un elemento que me llamó la atención y no fui consciente hasta hace unos años que desde pequeño siempre estuve rodeado de agua: iba a natación, veraneaba en sitios de mar y acabé viniendo a una ciudad donde el mar es como una religión, todo el mundo aquí está enamorado del mar. Así que creo que todo eso, de alguna manera, me llevó de manera natural a trabajar sobre el motivo del agua en relación con el ser humano. Creo que tenemos muchas similitudes. Para alguien como yo que soy de Madrid, ver este mar todos los días, bajar la calle de mi estudio y poder ver cómo cambia, sus colores y movimiento, las distintas sensaciones que transmite, y la inspiración que me da, es un regalo la verdad.

 

 

 

Raúl Álvarez, La llamada de Neptuno VI, 2014. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿Cómo ves el panorama artístico en Galicia? ¿Es difícil posicionarse a nivel nacional desde allí?

R. Aquí en Galicia hay un panorama artístico muy interesante, ya solo en una ciudad como A Coruña existen un montón de artistas haciendo cosas muy buenas, y cada vez aparecen más. Es difícil hacerse un hueco, pero con trabajo y tesón vas consiguiendo que vayan conociendo lo que haces. Creo sinceramente que posicionarse a nivel nacional ya no es sólo complicado desde aquí sino que creo que es complicado en general, puede que en ciudades más grandes como Madrid o Barcelona tengas más salas, galerías o puertas a las que llamar pero también hay muchos más artistas buscando esas oportunidades, y no es nada fácil.

 

 

«Es fundamental salir de la zona de confort tanto artísticamente como de zona geográfica»

 

 

Veo fundamental el no acomodarse a quedarte en tu «parcela», hay que buscar y salir de tu zona de confort tanto artísticamente como de zona geográfica. Es la única manera de llegar a más gente o que se puedan interesar por tu trabajo. Hoy en día para nosotros las redes sociales son una gran herramienta para intentar tener ese golpe de suerte y que te vean en otros países y se interesen por tu trabajo. Hay que pensar en global, el mundo es muy grande y nunca sabes lo que va a pasar. Lo más importante es no bajar los brazos y seguir trabajando y creyendo en lo que haces.

 

 

 

Raúl Álvarez, Flor de Invierno, 2019. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿Qué exposición, de todas las que has visitado, crees que ha sido la que te ha impactado más?

R. Decir solo una es muy difícil, creo que todas las expos a las que vas porque te interesan te dejan un poso. Me impactó mucho la primera vez que fui al Museo del Prado, recuerdo que me tiré como media hora mirando el papel que aparece en una esquina derecha del cuadro de Las lanzas de Velázquez, ¡qué genio! El Prado entero es para pasarse días dentro. De las últimas que he visto, las exposiciones de Roberto González Fernández, además de por amistad y haber tenido la oportunidad de exponer con él, ya admiraba su trabajo antes de conocerlo y siempre me sorprende con sus montajes y sus temas. Es un gran amigo y un referente. La exposición de Antonio López en el Museo Thyssen de hace años también me gustó mucho. Y también me sorprendió mucho una exposición que vi en Madrid, si no recuerdo mal hará unos 4 años, de Golucho en la Fundación Pons, una expo maravillosa, de una fuerza, una técnica, una crudeza y un sentimiento que me puso los pelos de punta.

 

 

 

Raúl Álvarez, Filium aqua mater, 2017. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿Cuáles dirías que son tus referentes?

R. En la Historia del Arte el arte clásico fue una gran escuela para mí, el cuerpo humano me interesaba y me interesa mucho. Miguel Ángel es una obsesión para mí, el Renacimiento en general, pero Miguel Ángel me parece el gran genio de la Historia del Arte, aunque es una opinión muy personal, claro. Velázquez es para mí el gran pintor español sin lugar a dudas, te pierdes en sus cuadros y te das cuenta que fue un gran avanzado para su época viendo sus trazos en sus obras. Rembrandt, Caravaggio, Rubens, Sorolla… hay infinidad. Más contemporáneos Antonio López, Golucho, Eloy Morales, Jeremy Geddes, Lee Price, Isabel Quintanilla…

Hay un montón de artistas que me gustan y me atraen por sus formas de trabajar y ver el mundo. Pero es cierto que al final los artistas que más te influyen son los que tienes más cerca, puedes hablar con ellos, nos apoyamos, aprendemos los unos de los otros. Roberto González Fernández ha sido un gran apoyo desde que lo conocí, fue una catarsis y como un sueño porque ya seguía su trabajo mucho antes de conocerlo. Como persona es increíble y como artista lo admiro mucho porque es muy valiente su obra y me apasiona, siempre me da un pellizquito. Le tengo mucho cariño. También Jano Muñoz es un artista que tengo muy cerca y con él que también puedo contar siempre que necesito algo. Hablamos mucho de pintura y nos apoyamos mutuamente. Este es un mundillo complicado, y aprendo mucho de él y de cómo hacer ciertas cosas. Que me perdonen los demás, pero tenía que decirlo y ser sincero [risas]. Y, por supuesto, mi familia. Siempre están ahí apoyando lo que hago y son una gran fuente de inspiración para algunos de mis cuadros.

 

 

 

Raúl Álvarez, Ofrenda a Poseidón IV, 2017. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿Qué amas y qué odias del sistema que sostiene el arte contemporáneo español?

R. Es una pregunta complicada. Amo el oficio: crear, pintar, mancharme de pintura, la euforia creativa, las dudas, las horas en soledad del estudio, el ser capaz de hacer algo que le llegue a otras personas y que además lo puedan comprar (aún me flipa que eso pase, me parece mágico). Para mí, eso es principalmente el arte. Luego el sistema es otra cosa, influyen un montón de factores, y creo que aunque hay buenas iniciativas aún falta un plus para que hacer más visible el arte actual y que podamos vivir dignamente de ello sobre todo los que llevamos pocos años.

Creo que aún de alguna manera no nos ven como trabajadores iguales al resto, tanto en derechos como en oportunidades. Son muchos los noes y las trabas que nos encontramos a la hora de exponer nuestro trabajo. En muchas ocasiones hay que adelantar dinero y correr un riesgo que muchas veces no es asumible o puede resultar abusivo. Por eso es difícil encontrar puertas abiertas y muchos artistas tiran la toalla o no pueden vivir de lo que hacen o les gusta, y es una pena. Yo me siento un privilegiado por poder tirar para adelante dignamente aunque sea como una montaña rusa. Hay mucha gente interesada en el arte, pero debe ser más accesible desde todas las partes implicadas.

 

 

 

Raúl Álvarez, Pool V, 2018. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿Qué opinión te merece que para combatir el machismo en los circuitos artísticos se hagan exposiciones de solo mujeres?

R. Me parece una idea magnífica, básicamente porque a lo largo de la Historia del Arte siempre ha habido grandes mujeres artistas que han quedado en un segundo plano de manera injusta. Tengo la suerte de estar rodeado de grandes mujeres artistas como Lara Pintos, Yolanda Dorda, etc, que tienen un trabajo muy potente y muy personal y que se merecen ser reconocidas, y por suerte hoy en día lo son porque las cosas han cambiado aunque aún falta mucho por hacer por todos lados. Todo lo que sean iniciativas para la igualdad real de una vez por todas en todos los ámbitos y más en el arte que es el que a mí me toca son muy bien recibidas y muy necesarias.

 

 

 

Raúl Álvarez, Entre Obladas, 2019. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿Cómo valoras tu relación con el marcado del arte?

R. Yo no puedo tener queja. Hasta ahora he tenido buena respuesta por parte de galerías y de compradores por eso como he dicho antes me siento un privilegiado por poder vivir dignamente de mi pintura, con sus rachas buenas y malas, obviamente. Pero tengo claro que es muy complicado y que siempre tienes que estar haciendo cosas, y buscando sitios para llegar a gente nueva y que apueste por lo que haces. Me gustaría dar a conocer mi trabajo más a nivel nacional o internacional pero esto es una carrera de fondo y hay que tener constancia y paciencia. Hay que trabajar mucho y muy duro y esperar a tener ese golpe de suerte que también hace falta.

 

 

 

Raúl Álvarez, Dark water, 2019. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿En qué estás trabajando ahora?

R. Ahora mismo estoy trabajando en una serie que se titula Burning Ice. Me apetecía hacer algo de paisaje y pensé en hielo y fuego. Me parecía una imagen muy potente visualmente, me apetecía probar cosas nuevas, experimentar, que mi pintura evolucione y hablar de problemas que están ahí para todos. Es una imagen exagerada y un oxímoron en toda regla pero creo que es interesante, que va a sorprender y a producir distintas sensaciones. Lo que tengo hecho de momento está gustando mucho y eso siempre anima. Ya veremos dónde los puedo exponer porque aún me queda mucho trabajo. Lo más cercano que tengo en mi participación en la KeyHole Art Fair en Málaga de la mano de la Galería Leucáde, donde se podrán ver varios cuadros de pequeño formato junto a otros grandes artistas. Va a ser muy interesante. Y por el momento es lo que tengo a corto plazo, siempre surge algún encargo e ideas tengo para seguir trabajando así que ojalá me salgan más proyectos pronto.

Puedes ver más obras del pintor en su página web y su perfil de Instagram.

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Crítica de arte contemporáneo y escritora. Es autora de las novelas 'Crítica del vicio' (2016) y 'Coito Ergo Sum' (2019), ambas publicadas por La Marca Negra Ediciones.