Gairah Praskovia: “Suelo escenificar la parte más primitiva del ser humano”

Javi Camino Por Javi Camino
15 Min lectura
La ilustradora y ‘performer’ nos habla de sus múltiples facetas artísticas

Gairah Praskovia (Ferrol, 1995) parece escapada de una de sus grotescas ilustraciones monocromáticas e inspiradas en la estética anime más surrealista.

Es una de esas artistas en las que vida y obra parecen fundirse de forma indisoluble. Performer, ilustradora, camgirl y ex-trabajadora sexual, todas sus facetas se retroalimentan entre sí formando un turbulento universo personal.

Sin embargo, tras todo ese caos aparente se adivina un trabajo minucioso y perfeccionista, igual que tras su capa de exhibicionismo y provocación se puede entrever una eremita amante de la reclusión y la paz. Hemos conocido mejor su trabajo.

 

 

Gairah Praskovia, After en el campo, 2018. Cortesía de la artista

 

 

P. De Gairah Love a Gairah Praskovia. ¿Hay alguna razón para el cambio de de nombre artístico?

R. Sí, Praskovia era mi alterego como camgirl hasta que llegó un punto en el que creí necesario fusionar ambas partes de mí. Una, la que se exponía de forma gráfica en ilustraciones junto con la otra cuando era trabajadora sexual. Ambas partes tenían un punto que las conectaba, el sexo. ¿Así que por qué no unir mis dos mundos de una vez?

 

 

Gairah Praskovia, Mi cabeza me ata hacia ninguna parte, 2019. Cortesía de la artista

 

 

P. Te titulaste como técnica superior de artes plásticas en 2015 en la EASD Pablo Picasso. ¿Qué tal el paso por las aulas de arte? ¿Te ayudó recibir formación académica?

R. Así es. Aprendí lo básico y más tarde llevaba a cabo e investigaba sobre técnicas en casa, pero lo primordial fue de gran ayuda el tener personal docente cercano para aplicarlo a la hora de dibujar.

 

 

Gairah Praskovia, Ilustración. Cortesía de la artista

 

 

P. ¿Siempre tuviste clara tu vocación artística? ¿Nunca tuviste un plan B?

R. Al principio no porque tenía la infantil idea de que para poder vivir de obra propia el autor debía fallecer (risas). Con el pasar del tiempo me di cuenta de que no era así así que no lo dudé ni un instante. Y nunca tuve plan B, lo que consideraba planes secundarios terminaban siendo ramificaciones del arte que al final podía aplicar a los conocimientos que ya tenía.

 

 

Gairah Praskovia, Otorgándonos placer en el bosque de los decapitados, 2019. Cortesía de la artista

 

 

P. ¿Cómo te diste cuenta de que era posible vivir del arte sin morirse? ¿Hubo algún detalle en concreto que te hiciera cambiar de idea?

R. El conocer e indagar obras de artistas vivos, ver que muchos de ellos eran jóvenes. Acudir a exposiciones de colectivos artísticos, ver cómo en redes sociales la gente es capaz de mover su trabajo por todo el mundo a golpe de un solo clic, etc.

 

 

Gairah Praskovia, Naturaleza muerta, 2018. Cortesía de la artista

 

 

P. Ahora mismo tienes un estilo claramente definido. Monocromo y muy a la japonesa pero imagino que no siempre ha sido así. ¿Has tenido alguna fase anterior de la que puedas hablarnos?

R. En gran parte de mi trabajo recurro a la monocromía, pero no siempre es así. Me gusta jugar con los contrastes que a la vez son un reflejo de cómo es mi mente. Cuando era trabajadora sexual solía retratar mi vida cotidiana, experiencias y dejando a un lado mi parte más surrealista. Era algo que no podía aplicarlo en ese momento porque estaba viviendo la surrealidad en persona.

 

 

Gairah Praskovia, Dos por uno, 2018. Cortesía de la artista

 

 

P. Shintaro Kago y Suehiro Maruo son dos de tus influencias evidentes, como tu misma has confirmado en otras entrevistas. Háblanos de otros artistas que te hayan influenciado y que tal vez la gente viendo tu obra jamás se habría imaginado.

R. Sonará muy mainstream, pero Jean-Michel Basquiat. Cuando era niña, mi padre una noche hizo una reinterpretación de una de sus obras en el techo del salón, en concreto Cráneo, de 1981. Cuando me desperté y fui a buscarlo quedé obnubilada por el miedo y la ira que me transmitía, pero a la vez no podía dejar de admirarlo. De él saqué el gusto por el caos en las composiciones.

Suelo escenificar la parte más primitiva del ser humano, esa parte animal que en muchas ocasiones sale a la luz. Lo que más me aporta en este sentido no es un artista per se porque no existe evidencia de quién exactamente hacía esas pinturas, pero me quedo con las originadas por el homo sapiens en sus inicios nómadas y entre cuevas. Me fascina estudiar los inicios del desarrollo cognitivo del ser humano y cómo comenzaron a llevar a cabo la utilización de símbolos en pinturas rupestres y arte prehistórico en general. Me gusta utilizar muchas metáforas visuales en las ilustraciones, y muchas de ellas están relacionadas con una cueva en concreto, pero prefiero guardarme el nombre de esta para mí.

 

 

Gairah Praskovia, Merienda, 2017. Cortesía de la artista

 

 

P. En alguna otra entrevista también señalas la influencia de tu padre. ¿Es un artista conocido?

R. Tiene diferentes nombres, como cuantos nombres tiene el viento. Pero mi nombre favorito para hablar de él y es con que solía firmar frecuentemente cuando era niña es Musgo.

 

 

Gairah Praskovia, Hedoné 2, 2018. Cortesía de la artista

 

 

P. ¿Háblanos de Hedoné? ¿Qué es? ¿En que fase se encuentra?

R. Hedoné fue en realidad un pequeño diario gráfico. Cuando trabajaba como camgirl, sobre todo en mis inicios empezaba a explorar una parte de la sexualidad que nunca antes me había planteado. Comencé a entender otros tipos de bellezas y erotismo, pero actualmente está en pausa. No descarto la posibilidad de rematarlo, pero tras el abandono del trabajo sexual me volqué en otro tipo de proyectos que no me permitían invertir el tiempo necesario para completarlo.

 

 

Gairah Praskovia, Hedoné 1, 2018. Cortesía de la artista

 

 

P. Por desgracia todavía existe un fuerte estigma social con las trabajadoras sexuales e incluso es una profesión mal vista en ciertos sectores feministas. ¿Has tenido algún problema por experimentar con esta faceta?

R. Algunas marcas interesadas en trabajar conmigo terminaron por descartarme por estar relacionado mi trabajo e imagen con este sector. Más allá de eso, recibía bastantes comentarios de mujeres atacándome por el mero hecho de en ese momento tener esa ocupación y promocionar mis servicios en Internet. En algunas ocasiones llegaron a afectarme seriamente, por eso admiro a los y las trabajadores sexuales que día a día siguen aguantando el peso del estigma, las amenazas, ataques y censura. Es muy triste que a día de hoy exista tantísima gente que no sea capaz de separar y entender que el ejercer libremente el trabajo sexual no es sinónimo de trata. Una cosa se hace por decisión propia y la otra, abuso.

 

 

Gairah Praskovia, Hedoné 3, 2018. Cortesía de la artista

 

 

P. ¿Abandonaste esta ocupación por este tipo de motivos?

R. Lo dejé por amor, para dedicar plenamente mi tiempo a la ilustración. Continúo trabajando con una temática violenta y sexual, pero no quiero que pase más allá de ser ideas transformadas en algo tangente. Al final sigo retratando parte de mi vida personal con referencias a prácticas y trabajos que realizaba antes.

 

 

Gairah Praskovia, Majo, 2019. Cortesía de la artista

 

 

P. ¿Por otro lado no crees que si el sexo se naturalizara totalmente y dejara de ser tabú perdería gran parte de su morbo y capacidad de provocación?

R. Todo depende de la visión y concepción que tenga cada individuo del morbo. En mi vida y mi círculo de amistades el sexo, erotismo, desnudez de cuerpos, es algo que está totalmente normalizado. ¿Dejarías de disfrutar de un buen plato de comida tan solo porque este acto esté naturalizado?

 

 

Gairah Praskovia, Monte de los decapitados, 2019. Cortesía de la artista

 

 

P. En tu página web te describes a ti misma como amante de la filosofía y la historia. Dime un personaje histórico que te inspire.

R. Diógenes de Sínope, el primer punk de la historia (risas).

 

P. ¿Hay algún filósofo que te haya cambiado la vida?

R. Ninguno, nadie ha calado tan hondo en mi vida como para afirmar eso, pero si tuviera que quedarme con uno de ellos por la huella que dejó en mi vida es Michel Houellebecq.

 

 

Gairah Praskovia, Ilustración. Cortesía de la artista

 

 

P. Yo te descubrí gracias a tu trabajo gráfico en el FKM, el Festival de Cine Fantástico de Coruña. ¿Eres especialmente fanática el cine de terror? ¿Cuáles son tus pelis favoritas?

R. No es mi categoría cinematográfica favorita, pero sí me atrae mucho sobre todo cuando el director sabe jugar a la perfección con las emociones del espectador sin tener que recurrir a los ya tan vistos clichés propios de esta categoría. De aquí destacaría August Underground de Fred Vogel y Goodnight Mommy de Severin Fiala y Veronika Franz.

 

 

Gairah Praskovia, Cartel FKM Cine de Terror de Coruña, 2018. Cortesía de la artista

 

 

P. Dime algo que tú creas que es verdad pero que la mayoría de la gente piense que es una locura.

R. Casi todo lo que pasa por mi cabeza.

 

 

P. ¿Qué tres libros le regalarías a tu mejor amigo?

R. Jotaro el masoquista de Tanizaki, Justine, o los infortunios de la virtud de Donatien Alphonse François de Sade y El príncipe de Nicolás Maquiavelo.

 

 

Gairah Praskovia, Ilustración. Cortesía de la artista

 

 

P. Muchos artistas provocadores son en realidad, en su vida privada muy tímidos. Un ejemplo clásico es Dalí. ¿Crees que podrías ser uno de esos casos?

R. Rotundamente, sí.

 

P. En tu blog hablas abiertamente sobre el Transtorno Límite de Personalidad. ¿Hasta que punto crees que ese diagnóstico pudo condicionar tu arte?

R. El diagnostico en sí no deja de ser una simple etiqueta más para la ayuda del proceso de terapia del paciente, pero los síntomas del mismo sí son usados como un claro espejo hacia el exterior de qué es lo que vivo cada día. La violencia entre personajes, lo que comúnmente se asocia como experiencias dolorosas pero para mí son un alivio para mi ser, el pensamiento polarizado mostrado como imágenes en las que abundan únicamente blancos y negros; la disociación, fobia social, etc.

 

 

Gairah Praskovia, Ilustración. Cortesía de la artista

 

 

P. ¿Cómo es un día normal en la vida de Gairah? ¿Tienes unas rutinas de trabajo fijas?

R. Tengo dos tipos de rutinas, la diaria que no se diferencia demasiado de una rutina laboral normal y otra un poco más extrema, en la que ajusto los horarios de sueño para dormir 10 horas cada 48 horas, sin descanso para dormir entre este intervalo de tiempo.

 

P. ¿Aceptas encargos profesionales que no tengan nada que ver con tu estilo?

R. Sí. No es algo que me apasione, pero en muchas ocasiones hago trabajo de diseño gráfico o ilustración. No suelo aceptar encargos de este tipo, digamos que es mi otro trabajo.

 

Puedes ver más obras de Gairah Praskovia en su página web y en su perfil de Instagram.

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Director de cine y periodista. Colaboró con Vice, Tentaciones, entre otras publicaciones. "Jacinto" es su nuevo largometraje.