María Maquieira: «Un solo trazo puede contener un sinfín de emociones»

María von Touceda Por María von Touceda
15 Min lectura
La artista nos habla de su imaginario y su práctica pictórica

Frente a lo que muchos puedan pensar, la sensibilidad no está reñida con la fortaleza y así lo demuestra María Maquieira (A Coruña, 1985) en toda su obra.

Esta artista gallega está licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Santiago de Compostela, carrera que completó con una beca Erasmus en la Facoltá di Lettere e Filosofia de Perugia. Además, comenzó sus estudios de Bellas Artes en Pontevedra y fue nuevamente becada, esta vez por la Diputación de A Coruña, para estudiar en la Libera Accademia di Belle Arti de Roma durante tres años consecutivos en los que se renovó la beca.

Se añaden a su currículo cursos en Strzeminski Academy of Fine Arts de Łódz (Polonia) y en el Centro Internacional de la Estampa Contemporánea (Fundación CIEC, Galicia), entre otros lugares como Atenas, Isla de Creta y París donde, paralelamente, se formaba y producía obras.

Ha expuesto tanto individual como colectivamente por gran parte del territorio nacional y europeo.

 

María Maquieira, Dualidad, 2019

 

P. Tus dibujos tienen una sensibilidad especial que los hace perfectamente identificables. ¿Qué poso pretendes dejar en el espectador a través de tus trazos?

R. Un solo trazo puede contener un sinfín de emociones, palabras. Esa es la maravillosa poética del dibujo. Trabajo con la figura, pero cada entramado de líneas, también en su forma abstracta, contiene significados y registros emocionales. La aparente delicadeza, mi preferencia por el formato pequeño, me ayudan a invitar al espectador a que acceda al mismo espacio íntimo desde el que mis dibujos han sido generados, y que una vez dentro, pueda seguir descubriéndolos: dónde reside la fuerza, donde el descanso, la respiración de la historia contada o la energía allí contenida.

Me gusta la idea del silencio, de suspensión atemporal, espacial; los códigos evocativos y no explícitos, lo sutil; el éter como elemento no de vacío sino de unión tanto entre las formas, como entre ellas y la mirada del observador, quien, desde lo sugerido, puede completar usando su propio imaginario y dentro de sí mismo, el sentido de aquello que está presenciando.

 

María Maquieira, La guardiana, 2018

 

P. Has trabajado mucho con tu imagen, casi se podría decir que es sobre lo que más has incidido, ¿qué te aportan estos giros sobre el «yo»?

R. La autorreferencialidad y la introspección me permitieron aprender a ahondar en las emociones desde la honestidad; la experiencia vital unida a la experimentación artística son parte de mis fuentes de creación, pero aunque parta de lo individual busco analizar y representar aspectos de la identidad colectiva y de la naturaleza humana; a través del arte me gusta acceder a aquello que nos define y une.

 

María Maquieira, Serie Historias de mi cabeza, 2018

 

P. Has realizado tanto pequeños formatos como murales, escenografías, colaboraciones con músicos, escritores, fotógrafos, cineastas… ¿en qué ámbito te encuentras más cómoda?

R. En todos y cada uno de esos diálogos con diferentes lenguajes creativos encuentro muy enriquecedores estímulos. El pequeño formato le permite a uno conectar con su mundo interno y visceral; el mural supone para mí el reto de trasladar esa delicadeza del trazo que antes mencionabas y que tanto me interesa, a un formato que a priori exige una pincelada más matérica; y el colaborar con músicos, con escritores, fotógrafos, me permite multiplicar la potencialidad que ya de por sí contiene el dibujo. Con el cine la relación se ha vuelto sólida, y desde 2017 formo parte de la productora Annanià Films.

 

María Maquieira, Mural Meninas de canido, 2018. Fragmento

 

P. Tu padre era un famoso poeta gallego, ¿en qué medida crees que pesa su figura y su literatura en tu obra? 

R. La poesía de mi padre es esencial, desnuda, cruda, sin adornos y, al mismo tiempo, plena de belleza y elegancia. Conectaba con la esencia y el corazón de la vida y de la muerte, de las emociones, preguntas y anhelos del ser humano; me transmitió ese interés por lo puro y lo universal. Será siempre uno de mis grandes maestros.

Siempre me preguntan por mi padre, pero también mi madre ha sido una figura fundamental, quien aun no perteneciendo al ámbito artístico, desde muy temprano comprendió mi vocación y no dudó en potenciarla y en darme alas y apoyo incondicional. Eso es muy importante a la hora de saber vivir un oficio tan lleno de retos como el nuestro.

 

María Maquieira, Bucle infinito. Ilustración para Artabe y Juanlu Mora, 2020

 

P. ¿Hay algún tipo de búsqueda emocional en la elección de los colores que utilizas?

R. Tiendo a los blancos, los negros, los tierras, rojos, porque siento que me conducen hacia la mayor expresividad y al mismo tiempo esencialidad del dibujo. Busco ir al núcleo de las cosas, y siento que ese «esqueleto cromático» me lo permite. Al mismo tiempo el color tiene un componente muy lúdico por el que me divierte mucho dejarme llevar en ciertos trabajos.

 

María Maquieira, Serie Acuarela sobre postales, 2011

 

P. Has estado viviendo y trabajando en Italia, Grecia, Polonia, ¿en qué lugar crees que valoran más a los artistas?

R. En Polonia valoran mucho a la hora de mostrar a un artista la fuerza e identidad de su trabajo, se mueve arte con carácter. En Grecia existe un creciente movimiento artístico internacional como está ocurriendo en otros países hasta ahora más periféricos. Pero en Italia es donde más presencia de mecenazgo y coleccionismo he encontrado.

 

María Maquieira, Guardo tu calor. Ilustración para Artabe y Juanlu Mora, 2020

 

P. ¿Haber estudiado Historia del Arte antes de empezar tu carrera como artista ha sido definitorio para ello?

R. Completamente. En la Historia del Arte hallo infinitas respuestas, no solo a la hora de comprender el proceso creativo sino también sobre cómo afrontar desafíos vitales. De ella también he aprendido que nada viene de la nada, sino que entre artistas existe la transmisión de un gigantesco legado consciente e inconsciente, y el profundo respeto por mi oficio.

 

María Maquieira, Serie Ménades. Eros, 2018

 

P. ¿Qué es para ti la belleza y dónde crees que reside? 

R. Una necesidad y una búsqueda. La belleza es sanadora. Identificarla en los momentos de mayor dificultad y sombra, en los que también está presente (en un duelo, en una crisis, en el dolor) es uno de nuestros mayores retos, pero también bálsamos para trascender cualquier circunstancia y transformarla; y el arte es un poderosísimo vehículo para ello. La belleza nos ayuda a existir.

 

María Maquieira, Tríptico, 2018

 

P. ¿En qué medida crees que te ayuda Instagram en dar a conocer tu trabajo?

R. Instagram es una herramienta que nos permite expandir la difusión de nuestro trabajo hasta lugares que antes serían difícilmente alcanzables; pero la uso con mucha prudencia porque también soy muy consciente de sus aspectos más negativos.

 

María Maquieira, Caja fuerte. Ilustración para Artabe y Juanlu Mora, 2020

 

P. ¿Cuáles dirías que son tus principales referentes?

R. Me fascina el ser humano y nuestra historia como especie. Ahí encuentro todo. Buceo a través de la antropología, la historia, la psiquiatría, la filosofía y cualquiera de nuestras manifestaciones artísticas (poesía, danza, teatro, ópera). Un ejemplo concreto: Carolina Meloni es una de las filósofas que hacía más reflexiones creativas me mueve actualmente.

 

María Maquieira, Serie Historias de mí, 2018

 

P. ¿Recuerdas qué exposición, de todas las que has visitado, te impactó más? 

R. Me impactó mucho ver la sala dedicada a Camille Claudel en el Museo Rodin de París. Si conoces su historia, es muy conmovedor encontrarla allí. Y la exposición Vía Mística de Bill Viola en Cuenca, sacra experiencia.

 

María Maquieira, Caballito inerte, 2018

 

P. Si solo pudieses comprar una obra de un/una artista coetáneo/a, ¿de quién sería? 

R. Una gran platinotipia de Fernando de France. Su trabajo irradia vida, poesía, belleza y amor.

 

María Maquieira, Serie Acuarelas postales, 2011

 

P. ¿Sigues alguna rutina para trabajar? 

R. En todos estos años de trabajo he aprendido que no me beneficia ser rutinaria porque no me pertenece, y que el desarrollar varios proyectos a la vez me permite ser mucho más creativa porque se van alimentando los unos a los otros; así que trabajo todos los días y mucho, pero cada uno es diferente.

 

María Maquieira, Serie Acuarelas postales, 2011

 

P. ¿Cuáles crees que es la mejor estrategia para combatir el machismo en los ámbitos artísticos por los que te desenvuelves? 

R. Primero la responsabilidad: concienciarse, cuestionarse, formarse, investigar en profundidad para comprender dónde residen las problemáticas tanto sociales como psicológicas que estamos aceptando y que a día de hoy mantienen la desigualdad, para desde ahí poder construir un discurso y acción que de verdad sean una herramienta de reflexión y revulsiva; segundo, seguir trabajando duro: calidad, calidad y calidad, para que nuestras obras estén por indudable e incontestable derecho en los circuitos artísticos.

 

María Maquieira, Serie Historias de mí. La hija, 2018

 

P. ¿Cómo valoras tu relación con el mercado del arte?

R. Intermitente, pero hacia delante; siempre emocionante. Me gusta tener un pie dentro, pero al mismo tiempo me interesa mucho buscar mis propios espacios fronterizos de movimiento y trabajo.

 

María Maquieira, Obra negra. Díptico, 2018

 

P. ¿Cómo te ha afectado la covid-19 a la hora de desenvolver tu trabajo?

R. Estoy acostumbrada al aislamiento por mi trabajo, así que eso me ayudó gestionar el no poder socializar. Por suerte toda mi gente está bien, así que sabiendo eso, me mentalicé pensando en que era una cuestión de paciencia y de prudencia, e intenté –aunque como todo el mundo tuve momentos de crisis y tristeza– seguir sacando proyectos adelante.

 

María Maquieira, Serie Ménades. Tánatos, 2018

 

P. ¿En qué estás trabajando ahora?

R. Finalizando un cortometraje en donde el dibujo es protagonista con Annanià Films, en dos de mis próximas exposiciones individuales para Madrid y Barcelona, en varios proyectos de ilustración como el que estoy desarrollando para el próximo libro creado mano a mano entre el músico Artabe y el poeta Juanlu Mora, preparando próximas fechas de dibujo y música en directo con la banda Two Faces y como historiadora del arte, escribiendo un artículo para la revista Vértigo Magazine sobre el concepto de la libertad en el arte.

 

María Maquieira, El abrazo, 2018

 

P. El mundo sin arte sería…

R. ¡Uf! Como las arenas movedizas de la historia interminable: ¡Una ciénaga! Inconcebible.

 

María Maquieira tiene un gran bagaje vital, a pesar de su juventud, que la ha hecho conocer muchos lugares y aprehender diferentes culturas y maneras de trabajar.

Su visión del mundo es muy amplia y eso se refleja en su obra de corte intimista a la par que universal, en la que los sentimientos afloran y son reconocidos por cualquier tipo de público.

Con una base dibujística de corte clásico, su obra se manifiesta absolutamente contemporánea gracias a todo el pensamiento actual que llevan implícitas las imágenes que crea.

Aunque suele trabajar el pequeño formato, a razón de todos sus viajes, sus temas también funcionan tanto en murales como en los proyectos colaborativos que realiza.

Ahora, desde su estudio en Sada (A Coruña), continúa tejiendo su personal universo lleno de referencias y autorreferencias que evocan esa sensibilidad exquisita que la convierte en una de las artistas gallegas con más proyección internacional.

 

Puedes ver más obras de María Maquieira en su página web y su perfil de Instagram.

Compartir este artículo
Seguir:
Crítica de arte contemporáneo y escritora. Es autora de las novelas 'Crítica del vicio' (2016) y 'Coito Ergo Sum' (2019), ambas publicadas por La Marca Negra Ediciones.