Josep y Pere Santilari: “El bodegón, en la pintura realista, ha de tener una función notarial”

María von Touceda Por María von Touceda
10 Min lectura
Los hermanos y pintores catalanes nos hablan de su imaginario y proceso creativo

El destino es, a veces, muy generoso. A los hermanos Josep y Pere Santilari (Badalona, 1959), ha dotado de gran talento artístico y sensibilidad a los dos gemelos. Una gracia que han aprovechado para crear una pintura realista, cada uno en su campo, y que, en ocasiones, comparten en algunas obras.

Se suele hablar de un tipo de conexión especial que comparten los hermanos gemelos y el trabajo de los Santilari es prueba de ello.

El hecho de haber compartido desde siempre el mismo espacio como estudio, les ha permitido desarrollar un concepto pictórico similar. Sin embargo, su obra se diferencia en que Josep aborda con preferencia la figura, y Pere el paisaje, quedando como temática común el bodegón. Suelen trabajar el óleo sobre lienzo o realizar dibujos a lápiz. Utilicen la técnica que utilicen en todas logran una calidad artística impresionante.

Tanto Josep como Pere son licenciados en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona y los dos han expuesto tanto individual como colectivamente en gran parte del territorio nacional y en ciudades como Nueva York y Ámsterdam, entre otras.

En estos momentos exponen: FICCIONS. Josep i Pere Santilari i la Natura Morta del Segle d’Or en la Galería Artur Ramon Art de Barcelona hasta el 14 de mayo.

En esta muestra, los hermanos presentan una serie de dibujos y pinturas de naturalezas muertas, combinadas con seis obras pictóricas del Siglo de Oro. Hablamos con ellos sobre su imaginario, referentes y nuevos proyectos.

 

 

 

Josep Santilari, Bodegón de uva, chocolate, pan y zumo de kiwi, 2013. Óleo sobre lienzo. 38 x 38 cm. Cortesía del artista

 

 

 

P. Vuestra pintura es de corte clásico y muestra una elegante minuciosidad. ¿Creéis que esto ya no se valora lo suficiente en el arte contemporáneo?

R. Nosotros nos consideramos artistas plenamente contemporáneos. Nuestras obras son de corte clásico, pero tanto formal como conceptualmente no se confunden con obras del pasado. Participamos en dos ferias internacionales (Maastricht y Salon du Dessin de Paris) desde hace diez años y hemos notado que nuestro trabajo se aprecia allí y también entre el público y los coleccionistas cuando exponemos individualmente.

 

 

 

Josep Santilari, Fantin-Latour, natura morta amb azalees, 2020. Lápiz sobre papel Schoeller. 35,5 x 29,5 cm. Cortesía del artista

 

 

 

P. Sois hermanos gemelos y, en ocasiones, habéis pintado algunas obras juntos ¿cómo planteáis estas colaboraciones?

R. De una manera natural, podemos repartirnos la zona a pintar, pero si cabe retocar algo del otro se hace y no pasa nada. Hemos trabajado en una misma obra cuando ha sido un encargo (retrato, paisaje) Desde el principio hemos perseguido un mismo concepto pictórico y eso ha facilitado las cosas. Lo comparamos a subir una escalera: he llegado hasta aquí, sube de esta manera.

 

 

 

Josep Santilari, Eros i Tànatos II, 2019. Óleo sobre lienzo. 32 x 31 cm. Cortesía del artista

 

 

 

P. Una de vuestras temáticas son las vanitas. ¿Por qué es tan necesario tener tan presente la muerte?

R. Es cierto que al mirar un bodegón con un cráneo el espectador tiene un impacto, no estamos acostumbrados y nos incomoda la muerte. Pero el cráneo somos nosotros, todos llevamos uno. Creemos que es “El gran tema”. Después de hacer unas cincuenta piezas nuestra mirada ha cambiado y, en cierto modo, al menos hasta el momento nuestra obra continúa teniendo un perfume de vanitas, aunque uno pinte unas flores o una figura. No obstante, no lo queremos “teñir” de malos augurios. La vanitas también es la mirada positiva: ¡aprovecha la vida que vale realmente la pena!

 

 

 

Josep Santilari, Vanitas de l’avaricia, 2016. Óleo sobre lienzo. 27 x 27 cm. Cortesía del artista

 

 

 

P. Josep aborda la figura y Pere el paisaje, quedando como temática común el bodegón ¿qué hay detrás de este tema aparentemente superficial?

R. Lo cotidiano. El bodegón permite hablar de los hábitos alimenticios y de los enseres cotidianos entre otras cosas. Nosotros hemos pintado envasados al vacío, quesos envueltos en papel film, bandejas de aluminio y también móviles, pendrives, cargadores de móvil, llaves de coches, llaves de casa, lápices, tubos de pintura… El bodegón dentro de la pintura realista ha de tener, para nosotros, una función de documento notarial. Ha de poner memoria al tiempo y así no se confunde nunca con una obra del pasado.

 

 

 

Pere Santilari, Bodegó XLIX, 2015. Lápiz. 22 x 22 cm. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿Abordáis las obras con un estudio del natural o a partir de fotografías?

R. En nuestros inicios trabajamos mucho del natural, pero hace ya bastantes años decidimos utilizar la fotografía como un vehículo para nuestros trabajos; componemos los temas que después fotografiamos. Elegir trabajar a partir de la foto fue una apuesta hecha a conciencia sabiendo que nuestro trabajo seguiría otro camino (la fotografía, aunque es realidad, es otro tipo de realidad de la que percibimos del natural). La foto es, para nosotros y a diferencia de los hiperrealistas, como un apunte del que acabamos alejándonos porque la obra pedirá no ser una foto hecha a mano sino ser una pintura o un dibujo y ahí está nuestro trabajo.

 

 

 

Pere Santilari, La ciutat dibuixada III, 2012. Óleo sobre lienzo. 109 x 195 cm. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿Qué artistas contemporáneos admiráis cada uno?

R. Nos quedamos con Balthus.

 

 

 

Josep Santilari, Vanitas de l’avaricia, 2016. Óleo sobre lienzo. 27 x 27 cm. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿Qué figura de la Historia de Arte creéis que no está suficientemente valorada?

R. Diremos dos y nos inclinamos a pensar que quizá no son excesivamente conocidos entre el gran público y deberían serlo por su calidad indiscutible: Artemisia Gentileschi y Henri Fantin-Latour.

 

 

 

Pere Santilari, Bodegó XLI, 2013. Lápiz. 36,5 x 40 cm. Cortesía del artista

 

 

 

P. Y, por el contrario, ¿cuál creéis que está sobrevalorada?

R. Jackson Pollock, Damien Hirst.

 

 

 

Josep Santilari, Vanitas “El diner II”, 2016. Lápiz sobre cartón. 27 x 28 cm. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿Cuál pensáis que es la estrategia para combatir el machismo en el ámbito artístico?

R. Lamentablemente el machismo tiene que ver con la inseguridad de los hombres, con sus miedos, por eso utiliza la fuerza. Mientras en las creaciones artísticas de gran audiencia la mujer no sea tratada de igual a igual y con el respeto que se merecen no vemos solución. Pienso por ejemplo en esos bailes de estilo latino, “el perreo” y esas historias que son de gran consumo en que la mujer es un objeto, vamos mal. A nuestro entender todo se resume en la educación y en la igualdad sin discriminaciones.

 

 

 

Josep Santilari, Like like like, 2016. Lápiz sobre cartón. 27 x 28 cm. Cortesía del artista

 

 

 

P. ¿En qué estáis trabajando ahora?

Pere: Mis trabajos están centrados en el estudio de la naturaleza muerta.

Josep: Estoy trabajando en unos temas con figura en la que la idea es el paso del tiempo. Me explico, a mis sesenta y un años me interesa pintar la juventud que ya me queda un poco lejos. La juventud que es, en definitiva, la belleza, es decir: El Paraíso. Por esto estos trabajos están representados por una mujer joven, segura, empoderada.

 

 

FICCIONS. Josep i Pere Santilari i la Natura Morta del Segle d’Or podrá visitarse hasta el 14 de mayo de 2021 en la Galería Artur Ramon Art de Barcelona.

Puedes ver otras obras de los hermanos Santilari en su página web y su perfil de Instagram.

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Crítica de arte contemporáneo y escritora. Es autora de las novelas 'Crítica del vicio' (2016) y 'Coito Ergo Sum' (2019), ambas publicadas por La Marca Negra Ediciones.