La abstracción a debate en el Guggenheim Bilbao

Miriam Varela Por Miriam Varela
12 Min lectura
‘Mujeres en la abstracción’ reúne cuatrocientas obras de más de cien artistas que reescribieron la Historia del Arte

El Centre Pompidou de París en colaboración con el Museo Guggenheim Bilbao organizan Mujeres en la Abstracción una muestra que analiza y completa la Historia del Arte con las aportaciones que diferentes artistas han realizado en este campo a lo largo de más de 100 años.

La exposición que se podrá ver en el museo bilbaíno desde el 22 de octubre hasta el 27 de febrero de 2022 cuenta con más de cuatrocientas obras abstractas entre pintura, escultura, danza, fotografía, videoarte, performance, arte textil o artes decorativas; realizadas a partir de 1860, punto en el que sitúan el inicio de la abstracción.

 

 

La muestra cuenta con más de cuatrocientas obras abstractas entre pintura, escultura, danza, fotografía, videoarte, performance, arte textil o artes decorativas

 

 

Mujeres en la abstracción cuenta con obra de más de cien artistas entre las que destacan consagrados nombres del arte abstracto como Hilma af Klint, Louise Bourgeois, Vanessa Bell, Judy Chicago, Barbara Hepworth, Natalia Goncharova, Lee Krasner, Elaine de Kooning, Liubov Popova.

En conjunto con otros nombres quizá menos conocidos pero de gran relevancia para la construcción del discurso de la abstracción como Georgiana Houghton, Anni Albers, Laure Albin-Guillot, Gertrud Arndt, Jagoda Buić Split, Huguette Caland, Irene Chou, Esther Ferrer, Carmen Herrera, Aurèlia Muñoz y Nasreen Mohamedi Karachi.

La exposición, que aboga por un carácter interdisciplinar, se plantea no solo dar a conocer a muchas grandes artistas de este género sino también plantearnos preguntas fundamentales en torno al arte abstracto. ¿Qué es realmente abstracción? Hasta la pregunta clave que los estudios de Historia del Arte con perspectiva de género se están planteando hoy en día. ¿Podemos seguir aislando a “las artistas” dentro de una historia independiente cuando en realidad querríamos que esta historia fuera coral y no marcada por el género?

 

 

 

Barbara Kasten, METAFASE 3 (METAPHASE 3), 1986. Cibachrome. 101,6 x 76,2 cm. Cortesía de la artista y Bortolami Gallery, Nueva York. Imagen cortesía de Barbara Kasten y Bortolami Gallery, Nueva York; Thomas Dane Gallery, Londres; Kadel Willborn Gallery, Düsseldorf © Barbara Kasten

 

 

 

La abstracción se olvidó de las mujeres

 

La abstracción es un estilo masculino, o eso nos han hecho creer. Desde el reconocimiento del artista y teórico Vasili Kandinsky (Moscú, 1866–Neuilly-sur-Seine, 1944) como padre de la abstracción y su perpetuación en el trono del genio fundador, el estilo ha estado ligado a sus creadores y desligado de sus creadoras.

Escasa es la importancia que se le otorgó al papel que las artistas tuvieron en la construcción del arte contemporáneo y, durante muchos años, sus nombres permanecieron en un segundo plano muy por detrás de sus compañeros.

Este olvido no es casual sino que está ligado contexto social que el siglo XIX dejó en el rol que jugaban las mujeres y la invisibilización que ellas tuvieron en la creación de la Historia del Arte. Borradas de un plumazo sus antepasadas. ¿Por qué las artistas del siglo XX, en el nacimiento de la modernidad, iban a ser tomadas en serio? Musas, amigas, parejas; el papel de ellas en las vanguardias fue ninguneado por los “verdaderos” protagonistas de las mismas.

 

 

El Centro Pompidou junto con el Museo Guggenheim de Bilbao se plantean ahora poner en el lugar que les corresponde a ellas, cocreadoras de un modo nuevo de entender la pintura.

 

 

El Centro Pompidou junto con el Museo Guggenheim de Bilbao se plantean ahora poner en el lugar que les corresponde a ellas, cocreadoras de un modo nuevo de entender la pintura.

Pero la reivindicación no se queda en el sexo del artífice. Esta exposición propone, además, quitar el foco de la pintura occidental como adalid del género. La pintura abstracta africana o en oriente medio, la danza o la fotografía están representadas en la muestra para hablarnos de la pluralidad de un estilo que no entiende de fronteras ni de disciplinas. Para hablarnos de la abstracción como el lenguaje intercultural que es.

 

 

 

Huguette Caland, Fragmentos de cuerpos (Bribes de corps), 1973. Óleo sobre lienzo de lino 149,9 x 149,9 cm. Cortesía Familia Caland Foto: Elon Schoenhol

 

 

 

El espiritualismo como inicio de la abstracción

 

Cuando hablamos del nacimiento de la pintura abstracta, aquella que elimina toda figuración, nuestra cabeza se va a los inicios del siglo XX. Si nos gusta el arte, nuestro cerebro quizá pueda afinar un poco más y nos lleve a 1935 momento en el que Vasili Kandinsky afirmó en una carta a su galerista Jerome Neuman: “De hecho, es el primer cuadro abstracto del mundo, porque en ese entonces ni un solo pintor pintaba en un estilo abstracto. Una “pintura histórica”, en otras palabras”.

Este dato tan arraigado en el conocimiento popular se tambalea –y se desploma– con el discurso expositivo que nos trae Mujeres en la abstracción que sitúa el nacimiento de la pintura abstracta a mediados del siglo XIX, alrededor de 1860, ligado a la artista Georgiana Houghton (Las Palmas de Gran Canaria, 1814–Londres, 1884).

 

 

La exposición aboga por la importancia que las mujeres y el espiritualismo tuvieron en los inicios de esta disciplina, a vez que es un homenaje a grandes coleccionistas del siglo XX

 

 

La exposición aboga por la importancia que las mujeres y el espiritualismo tuvieron en los inicios de esta disciplina, a vez que es un homenaje a grandes coleccionistas del siglo XX como Peggy Guggenheim y Hilla von Rebay.

La Teosofía, corriente espiritual de finales del siglo XIX capitaneada por Helena Blavatsky, fue explorada como un simbolismo sagrado con anhelos de pintar lo trascendente. El movimiento ha sido fuente de inspiración de artistas como Hilma af Klint y el propio Kandinsky.

Pero no solo se hace hincapié en mostrar a las artistas invisibilizadas. El catálogo que acompaña la exposición nos proporciona un completo análisis del contexto cultural, educacional e institucional que nos permite conocer el porqué de esta invisibilización y el cómo.

Estos son estudios fundamentales para conocer el alcance de la problemática de la sustracción de protagonismo de estas mujeres, y como ellas mismas no buscaron este reconocimiento por puro desconocimiento de la importancia de los pasos que estaban dando.

 

 

 

Judy Chicago, Cuerpos de humo (Smoke Bodies), de Mujeres en humo, California (Women in Smoke, California), 1971–72.

 

 

 

La complejidad de los límites

 

Como ya anticipamos, la muestra no solo nos habla de la pintura abstracta. La inclusión de las mujeres en el discurso narrativo abre la puerta a otras disciplinas artísticas. Históricamente infravaloradas, ahora se pone el foco para reivindicar la aparición del género abstracto en otros campos creativos. Ejemplos de ello son las obras de la artista la libanesa Saloua Raouda Choucair (Beirut, 1916–2017), la cubano-estadounidense Carmen Herrera (Cuba, 1915) y la artista turca Fahrelnissa Zeid (Büyükada, 1901–Ammán, 1991).

La abstracción ha tenido con componente ornamental y espiritualista que ahora se pone de relieve con la inclusión de las artes decorativas en el discurso expositivo.

 

 

 

Barbara Hepworth Escultura ovalada (n.º 2) [(Oval Sculpture (No. 2)], 1943, vaciado de 1956 Yeso sobre base de madera. 29,3 x 40 x 25,5 cm. Tate, donación.

 

 

El arte desligado del lienzo

 

También el papel de los textiles jugará un papel fundamental en la historia del estilo. Más ligada a la escultura en cuanto al dominio del espacio que a la pintura por la conquista del muro, el arte textil se empieza a reivindicar en los años 60.

En Estados Unidos, la técnica artística aparece cuando se deja atrás el término “nueva tapicería”, la que aproximaba a la artesanía y se substituye por el de “arte textil”.

Encontraremos en este contexto el trabajo de la artista catalana Aurèlia Muñoz (Barcelona, 1926–2011) como muestra de esta disciplina. Instalaciones como Metaphase 3 (1986) de Barbara Kasten (Chicago, 1936), y Smoke Bodies, Woman in Smoke (1971–1972) de Judy Chicago (Chicago, 1939) son otros ejemplos más actuales de como la abstracción se ha desligado del lienzo para conquistar el espacio, esta vez en forma de instalación y performance.

 

 

 

Fahrelnissa Zeid, La arena del sol (The Arena of the Sun), 1954. Óleo sobre lienzo. 196 x 296,5 cm

 

 

 

Entre la diversidad por la que aboga la exposición, hay espacio también para las críticas de arte que jugaron un papel fundamental sobre todo a partir de los años 60. Con el nacimiento del arte (y lucha) feminista, documentales y publicaciones destacaron este modo el enfoque multidisciplinar que se le ha querido dar a la muestra.

Mujeres en la abstracción es sin duda una exposición que ha querido ir más allá de los límites establecidos que acotaban este género artístico y se ha planteado una revisión desde los cimientos.

La apertura a las artistas y a nuevas técnicas nos aporta un panorama completamente novedoso. De los inicios hasta el desarrollo, este estilo revolucionario cambia el discurso establecido hasta la fecha. Sin duda una exposición sin precedentes.

Mujeres en la abstracción ha sido comisariada por Christine Macel, comisaria del Centre Pompidou; Karolina Lewandowska, comsaria de Fotografía y Directora del Museo de Varsovia; en colaboración con Lekha Hileman Waitoller, comisaria del Museo Guggenheim Bilbao.

La muestra podrá verse hasta el 27 de febrero de 2022, en conjunto con la retrospectiva de Alice Neel.

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Divulgadora cultural. Licenciada en Historia del Arte por la USC, máster en Escritura Creativa en Hotel Kafka. Cofundadora y coordinadora en La Roldana Plataforma.