Brenda Navarro: «Apelo a la ficción por sobre cualquier otro género»

Bego R. Orbezua Por Bego R. Orbezua
10 Min lectura
Hablamos con la escritora Brenda Navarro sobre ‘Ceniza en la boca’, su nueva novela publicada recientemente en España

Tras el éxito cosechado con Casas vacías (2019), con el que ganó el Premio Tigre Juan 2020, la mexicana Brenda Navarro (Ciudad de México, 1982) vuelve a las librerías. Su segunda novela lleva el título de Ceniza en la boca y la publica la editorial independiente Sexto Piso, que ya apostó por la autora en su debut.

Ceniza en la boca es un libro muy trabajado y que aborda una gran cantidad de temas complejos y candentes de plena actualidad. La construcción de la voz narradora es francamente magistral. Una voz que nos narra su historia de aprendizaje y formación en un mundo feroz que le hace replantearse la vida tras el suicidio de su hermano.

La protagonista, sin nombre, nace y crece en México. Ella y su hermano Diego viven con sus abuelos, puesto que su madre ha migrado a España en pos de una vida mejor para su familia. Cuando son adolescentes, los hermanos viajan a España a reunirse definitivamente con su madre. Dejan atrás un país en el que la violencia asfixia. Pero en el país de acogida encontrarán otros tipos de violencia a los que hacer frente. Algo que no siempre se consigue.

La escritura de Brenda Navarro es potente y precisa. Un torrente aparentemente desestructurado y contradictorio, un perfecto artilugio que funciona de principio a fin, que nos desgarra, que nos empuja a la autocrítica y a la revisión.

 

 

Brenda Navarro - Ceniza en la boca - cubierta - Sexto Piso
Cubierta del libro de Brenda Navarro. Editorial Sexto Piso

 

 

P. En esta novela tratas muchos temas, desarraigo, identidad, migración, racismo, suicidio, relaciones familiares, relaciones sentimentales… ¿Cuál fue el germen de Ceniza en la boca?

R. Inició por una noticia que leí en Madrid respecto a un adolescente que se lanzó del quinto piso de un edificio en un barrio del sur de Madrid. Pensé que ahí había una historia que justo trataba de todos los temas que enumeras y que valía la pena escudriñar en esto.

No solo porque se habla de estos temas, sino porque me interesaba mucho entender lo que a mí misma me estaba costando trabajo entender sobre la vulnerabilidad de la adolescencia y de los adultos mayores al tener tutelados sus derechos. Por eso es tan importante el personaje de Laura en la segunda parte de la novela. Es la vulnerabilidad de las personas sin derechos lo que me interesaba en esta historia.

 

 

En México también ha sido buena la acogida, pero allá no se ve como una crítica al país sino como el reflejo de una realidad de ambos países.

 

 

P. ¿Cómo está siendo la acogida de la obra en México y en España? ¿Cómo están llevando ambos países la crítica?

R. Pues lo están llevando muy bien. En España la acogida ha sido bastante buena y diría que con su parte de autocrítica, pero, claro, hablamos de un sector de personas que se involucran con la literatura de forma directa. Lo interesante sería con el resto de la población. En México también ha sido buena la acogida, pero allá no se ve como una crítica al país sino como el reflejo de una realidad de ambos países.

 

 

Emigrar me hizo ver la vida con más matices, más compleja, más interesante.

 

 

P. Tú misma te fuiste de México hace años y resides en Madrid, ¿por qué tomaste esa decisión? ¿En qué medida afectó a tu literatura?

R. Mi decisión de migrar de mi país de origen no tiene nada qué ver con la historia de esta novela. Ahora bien, ¿cómo afectó a mi literatura vivir en otro lugar? Pues me hace ver la vida con más matices, más compleja, más interesante. Ojalá no sea este el último país en el que viva, me gustaría aprender más de otros lugares del mundo.

 

 

Apelo a la ficción por sobre cualquier otro género.

 

 

P. ¿Te preguntan a menudo si tu literatura es autobiográfica?

R. Sí y no entiendo por qué. Es como si la literatura ya no fuera ficción y siento que me perdí de algo. Apelo a la ficción por sobre cualquier otro género.

 

 

Yo no creo que lo que escribo sea incómodo. Conozco demasiados libros que problematizan las mismas cosas que yo y no les llaman incómodos.

 

 

P. ¿Qué es lo que te lleva a escribir «literatura incómoda»?

R. Yo no creo que lo que escribo sea incómodo. Conozco demasiados libros que problematizan las mismas cosas que yo y no les llaman incómodos. Yo aspiro a escribir historias de ficción que sean interesantes a las lectoras, todo lo demás son adjetivos que la gente le va poniendo.

 

 

¿Qué me une al boom o a este nuevo boom?

 

 

P. ¿Te sientes identificada con la etiqueta del «nuevo boom latinoamericano femenino»?

R. No solo no me siento identificada, sino que me parece erróneo porque contrario al boom latinoamericano de los años setenta, mi cuenta bancaria es demasiado precaria. ¿Qué me une al boom o a este nuevo boom?

La etiqueta impuesta porque tal parece que todavía cuesta trabajo creer que en el continente americano se escriben buenas historias sin necesidad de meterlas en cajoncitos. No veo que se diga lo mismo de escritoras inglesas, francesas o alemanas. Ellas solo son escritoras, qué lujo, ojalá un día pueda ser llamada así, sin que me den el sello de calidad y de origen.

Además, yo escribí estas dos novelas viviendo en Barcelona y Madrid. ¿No sería entonces, –siguiendo la lógica de las etiquetas– literatura española? Ojo, no quiero que digan que es literatura española, solo digo que es igual de innecesario. Escribo libros y ya.

 

 

Entendí que valía la pena dialogar con su música porque podría darle un elemento interesante a la narradora y a su hermano.

 

 

P. La novela tiene banda sonora, ¿por qué Vampire Weekend?

R. Cuando estaba rumiando la historia el cuarto álbum de Vampire Weekend apareció y cuando lo estaba escuchando, la canción de Sympathy me pareció interesante. Sentí que había ahí una conexión, de pronto, me hizo todo el sentido: una isla llamada Diego García, un conflicto político, otredad, simpatía, ganas de ser comunidad, etc.

Me pareció lógico entrar por ahí. Luego, ya entendí que valía la pena dialogar con su música porque podría darle un elemento interesante a la narradora y a su hermano. Finalmente, esta música proviene de Estados Unidos, en donde aprendimos que existe un sueño americano (y europeo) que no le pertenece a todo mundo.

 

 

Yo estaba muy familiarizada con el nombre que tenía el proyecto literario y me costó quitármelo de la cabeza.

 

 

P. La elección del título suele ser una tarea ardua, ¿lo fue en este caso?

R. Fue muy ardua porque yo estaba muy familiarizada con el nombre que tenía el proyecto literario y me costó quitármelo de la cabeza. Afortunadamente la editorial me acompañó en este proceso y llegamos a este con el paso de los meses.

 

 

Soy quien soy como escritora.

 

 

P. ¿Cuáles dirías que han sido tus referentes/influencias literarias?

R. Siempre menciono que Agota Kristof es fundamental para mí. Regreso a ella una y otra vez para recordarme que ya está todo escrito y que ella lo hizo de forma magistral. Eso me libera porque haga lo que haga nunca voy a escribir como ella, y está bien, soy quien soy como escritora.

 

P. ¿Estás trabajando en algo ahora mismo?

R. Tengo la idea de la tercera novela, pero va lenta, no tengo prisa por escribirla.

 

 

Brenda Navarro, Ceniza en la boca, 2022. Sexto Piso. 196 páginas. 18,90 €

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