Guido Iafigliola: «La evolución se da gracias a los fallos»

Danielle Cruz Por Danielle Cruz
16 Min lectura
El artista uruguayo nos habla de ‘Glitchdo’, su proyecto de arte generativo

Paisajes naturales se solapan con formas abstractas y componentes puramente digitales, los mismos que logran extraer el caos de algunos edificios emblemáticos de América Latina. El arte de Guido Iafigliola (Montevideo, 1985), también conocido como Glitchdo, transita por las transformaciones tecnológicas de nuestro tiempo y la necesidad de expresarlas estéticamente, mientras se pregunta por el futuro.

No hay marcha atrás en la revolución digital.

La consecución de sus obras le invita a cuestionamientos que van desde el poder de las imágenes y su estatuto como creadoras de realidad, hasta el papel de las máquinas, del azar y sobre todo del error. Aquí los fallos, los glitches, producen belleza.

El arte generativo, terminología que empieza a utilizarse a finales de los años noventa, está basado en sistemas autónomos que reproducen estructuras algorítmicas y cuyos resultados son siempre novedosos.

Con la ayuda de diferentes softwares y alguna que otra máquina, Guido Iafigliola convive a diario con el caos y la aleatoriedad. La pérdida de control sobre parte del proceso creativo es, por eso mismo, uno de los puntos cruciales de su práctica. De todas estas ideas hablamos a continuación.

 

Guido Iafigliola, Edificio Copan, São Paulo

 

P. ¿Cómo empieza tu andadura por el arte? ¿Siempre te has dedicado a la fotografía?

R. Siempre tuve inquietud por la fotografía, desde pequeño. Y desde el comienzo de mi carrera como diseñador gráfico comencé a incorporarla a mis diseños. Son dos disciplinas bastante complementarias. Fuera de lo que es Glitchdo he trabajado algún tiempo en producción para moda y publicidad como fotógrafo. Eso me permitió experimentar bastante y desarrollar la parte técnica de la fotografía. Pero paralelo a todo esto y desde chico siempre fotografíe por simple inquietud. Paisajes, animales, personas, texturas, movimiento de luces, de todo un poco.

Con el tiempo aprendí que la fotografía ha estado luchando con la carga de decir la verdad, algo en lo que no creo que alguna vez haya sido particularmente buena. Como decía Joan Fontcuberta, “Toda fotografía es una ficción que se presenta como verdadera. Contra lo que nos han inculcado, contra lo que solemos pensar, la fotografía miente siempre, miente por instinto, miente porque su naturaleza no le permite hacer otra cosa1.

Se trata de una sola perspectiva, de un momento en concreto, de algo muy personal. Y la verdad nunca tiene una sola perspectiva ni se basa en un momento en concreto. Lo realmente relevante es qué intenciones tienen el fotógrafo cuando va a fotografiar y en qué dirección ética lleva su mensaje.

 

Guido Iafigliola, Las nuevas y viejas estructuras, Santa Isabel, Uruguay

 

P. Construyes tus obras en base a los glitches, los fallos, y logras producir imágenes bellísimas. Es como si afirmaras que los errores también pueden tener consecuencias maravillosas y que el azar también juega un papel importante. ¿Cómo comprendes los fallos?

R. La evolución se da gracias a los fallos. En un universo perfecto nada evolucionaría, porque lo perfecto ya sería perfecto y no habría nada que mejorar. A prueba y error es que avanza el universo. Toda casualidad, todo milagro de alguna manera es un fallo, algo inesperado. Hay algunas leyes básicas de física que lo explican, como por ejemplo la segunda ley de termodinámica, también conocida como ley de entropía, que explica que el universo tiende a ir de lo más simple a lo más complejo. Para crear complejidad algo tienen que cambiar, algo inesperado y nunca antes visto en el universo tienen que suceder, y generalmente eso llega en formato de error. El error puede ser descartado o aceptado como algo nuevo. Estudiando el glitch art me puse a pensar en todo esto y fue bastante revelador.

Luego tenemos al azar. Al elemento random. Que en el caso de lo que yo hago está en manos de programas informáticos y máquinas analógicas. Ellos juegan una buena parte de lo que vemos en mi obra; digamos que yo les doy una imagen y una orden, ellos crean y yo armo el collage. No tengo un cien por ciento de control en lo que hago. Dependo de algo externo a mí. A este proceso se le llama arte generativo, algo que también aprendí sobre la marcha.

 

Guido Iafigliola, Entropía

 

P. Muchos músicos se identifican con tu trabajo. Sueles trabajar con ellos ilustrando sus portadas pero también haces videos musicales con tus obras. ¿Entre las imágenes digitales y la música subyace una lógica en común?

R. Sí, hay una lógica en común. Un día un amigo músico me lo hizo notar; tanto en la música como en lo que yo hago hay una gran cantidad de patrones matemáticos que son aplicados de maneras similares. La composición musical es un tipo de programación, lo que yo hago es programación aplicada a la composición de una imagen. Quizás no lo apreciamos a primera vista pero seguro está ahí jugando en el subconsciente cuando vemos como los píxeles forman diferentes frecuencias y patrones.

 

Guido Iafigliola, Pox & Pol, Argenis Brito & Ricardo Villalobos

 

P. Vivimos un mundo dominado por las máquinas, qué duda cabe, y cada vez más vivimos en lo digital. Tus imágenes nos hacen reflexionar sobre estas realidades superpuestas. ¿Crees que las transformaciones digitales nos llevan a ver algunos conceptos básicos, como por ejemplo el tiempo y el espacio, de otra manera?

R. Esa es un tipo de reflexión que yo me hago todo el tiempo y, de alguna manera, es lo que planteo en toda esta psicodelia de trabajos. Estamos al borde de una era. Toda esta revolución tecnológica que de pronto cubre nuestras conciencias trae sus consecuencias. Nuestra especie tal como la conocemos ha dado un salto hacia una nueva dimensión, el mundo digital. Y allá vamos todos. Estamos a principio de siglo y ya son muy pocos los humanos que viven fuera y no dependen de alguna manera de este nuevo orden digital. Todo indica que cuando esté por terminar el actual siglo seguramente viviremos en una sociedad mucho más digitalizada todavía.

Si a esto se le suman los avances en biotecnología y en bioinformática, me lleva a pensar que no se trata de que vayamos a estar dominados por máquinas, sino que nosotros nos estamos transformando en esas máquinas. Aun sin quererlo o aceptarlo, la tecnología nos está tomando. Muy pronto tendremos nuevos seres entre nosotros, medio homo sapiens medio bio-robots. Será interesante saber cómo estas nuevas entidades van a percibir los conceptos básicos como el tiempo y el espacio por ejemplo, o el arte. ¡Es una locura! Suena todo como una peli de ciencia ficción, pero son las posibilidades reales que nos plantea el mundo en el que estamos viviendo. Como punto de partida para la creación artística me parece un tema interesante y actual para plantear y reflexionar.

 

Guido Iafigliola, Wimbledon, Londres

 

P. Apuestas por la convivencia entre los espacios urbanos y naturales, y lo digital. En algunos casos, como en las fotos de los edificios Ciudadela, Copan y Panamericano, el componente digital llega a acentuar esta representación del caos de las ciudades. ¿Cómo lo entiendes?

R. Creo que ver como hardwares analógicos y algoritmos digitales actúan sobre fotografías de paisajes cotidianos de alguna manera nos invita a reflexionar sobre esta distópica realidad digitalizada en que nos estamos sumergiendo como especie.

 

Guido Iafigliola, Edificio Ciudadela, Montevideo, Uruguay

 

P. Es innegable que las imágenes cambian en función del aparato o hardware que las produce (y las muestra) pero también nosotros cambiamos respecto a cómo vemos las imágenes a lo largo del tiempo. ¿Te pasa a menudo de, de repente, decidir que te encanta una imagen que habías descartado o al revés? ¿Qué se aprende de ello?

R. Como fotógrafo y con el tiempo he aprendido que una imagen que no valoramos hoy, dentro de unos años puede ser un diamante. Cuando me inicié en el mundo del arte generativo y el glitch art redescubrí muchas imágenes que tenía en mi archivo y que antes había descartado. Les pude hacer un remix, por decirlo en términos musicales. La imagen del Palacio Salvo de Montevideo, por ejemplo, la tomé en 2009 y nunca la había editado ni mostrado. La versión digitalizada y distorsionada a la que le llamé A Salvo la hice recién en el 2015.

 

Guido Iafigliola, A Salvo, Palacio Salvo, Montevideo, Uruguay

 

P. ¿Qué consideras una buena imagen?

R. Es una pregunta difícil de responder. Supongo que es algo muy subjetivo y no creo que haya una fórmula para considerar una imagen buena o mala. Todo es relativo y tiene su contexto. Pero para mí hoy en día, en un mundo inundado de imágenes, una buena imagen tiene que ser algo disruptiva. Que no sea una copia trendy de algo que ya existe. Hay muchas cosas buenas, pero que son más de lo mismo. A mí me parece interesante cuando veo algo que me resulta nuevo. Eso generalmente a mí me impacta y me gusta.

 

Guido Iafigliola, Ruta 12, Uruguay

 

P. Cuéntanos sobre tu proceso creativo. ¿Cuál es tu rutina de trabajo?

R. No tengo. Trabajo de manera freelance, así que mezclo mi trabajo con mis momentos creativos como quiero. Hay momentos donde no dejo de producir cosas, y momentos donde no hago nada. Los momentos de creatividad vienen y van.

 

Guido Iafigliola, Villa Serrana, Uruguay

 

P. He leído que sueles utilizar decenas de programas para realizar una foto. ¿Cuáles son tus favoritos?

R. No utilizo decenas de programas. Pero si voy variando entre tres o cuatro, y con el tiempo van cambiando. Sin dudas el que más uso es Processing, que además de un un software es un lenguaje enfocado a las artes visuales. Fue creado por artistas, así que también diría que es todo una filosofía de trabajo que sin duda ha sido una gran influencia en este último tiempo. Les recomiendo investigar sobre sus autores, creo que han llevado el arte visual a un nuevo nivel.

Pero hay más softwares que también uso, como el Cycling ’74, Resolume, Audacity, Glitché, Photoshop y alguna máquina como el Tachyons Plus. Mi experimentación se basa en la mezcla y continua exploración de todos estos nuevos recursos. Por eso me resulta difícil hablar de un programa o un método de trabajo.

 

Guido Iafigliola, Generative Landscape

 

P. ¿Qué peso tiene la fotografía analógica en tu trabajo?

R. No soy una persona que piense que una foto analógica tiene más peso que una digital. Entiendo que hay todo un tema más tangible y noble en la fotografía clásica analógica que está bien que resista a las nuevas tecnologías, pero la fotografía digital ha democratizado y revolucionado el mundo de la fotografía. Pero como dije al principio la fotografía es solo una ficción que se presenta como real. Y si sale de en un rollo 35mm o en un archivo .raw para el propósito final yo creo que es lo mismo.

El mundo no descubrió a Vivian Maier solo porque John Maloof encontró su trabajo, también fue posible gracias a que alguien digitalizó las fotos y las subió a la red. Yo nunca tuve en mis manos una foto suya, pero igual puedo decir que era una fotógrafa increíble. Ni analógica ni digital, la fotografía es fotografía y es toda una sola.

 

Guido Iafigliola, Edificio Panamericano, Montevideo, Uruguay

 

P. Por último, ¿cuáles son tus próximos proyectos?

R. La Galeria Contrast acaba de inaugurar una muestra individual de mi trabajo bajo el marco del Art Nou Barcelona 2019. Y en los próximos meses una editorial china va a publicar un libro sobre arte digital con algunos de mis trabajos. Hace poco empecé a seguir de cerca a una gente que está realizando trabajos en algo que le llaman pseudofigurative art y que implica Inteligencia Artificial. Es muy interesante ya que los algoritmos empiezan a mezclar y crear imágenes por sí mismos. Las posibilidades para crear nuevas imágenes están evolucionando. Cada vez es todo más complejo, me gusta estar atento a estas nuevas movidas, para algún día poder darle un nuevo nuevo impulso a mi trabajo.

 

Guido Iafigliola, How to disappear

 

Glitchdo está en la Galería Contrast en Barcelona hasta el 28 de septiembre de 2019. Tienes más información aquí.

Puedes ver más trabajos de Guido Iafigliola en su página web y en su perfil de Instagram.

 

  1. Fontcuberta, J. (1997): El beso de Judas. Fotografía y verdad, GG, p. 17
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Es editora de elemmental. Doctoranda en Comunicación. Estudió Edición y Filosofía. Amante del arte y los nuevos medios. Estuvo antes en el Cultura/s del diario La Vanguardia.