Marjan Moghaddam: hackeando el mundo del arte

Danielle Cruz Por Danielle Cruz
6 Min lectura
Su trabajo en realidad mixta genera largas conversaciones sobre el cuerpo, el arte y la representación

Desde sus inicios, el arte digital ha tratado de cambiar nuestra manera de concebir el arte y apreciarlo. Tal como el net.art, que se inicia en los años noventa, el arte digital explora sus límites y virtudes: extrapolar el espacio de las galerías y darnos nuevas formas de representaciones a ideas claramente asentadas son algunos ejemplos.

En una mezcla entre animaciones y esculturas, las obras de Marjan Moghaddam (Teherán, 1961) inciden de manera disruptiva en mundo del arte llevando tanto a la red como a las galerías potentes trabajos en realidad aumentada.

La idea de fondo es fomentar el debate no solo en torno a la importancia de las nuevas tecnologías, sino sobre qué pueden aportar a la expresión de cuestiones caras para la sociedad y que tanto pierden con el discurso público en las redes sociales.

 

 

 

 

Desde los años ochenta, Moghaddam desarrolla su trabajo en animación y computación gráfica. Sus obras ya han sido expuestas por todo el mundo, sobre todo en los circuitos de arte digital. Recientemente, sus series #arthack y #digitalbodies han alcanzado a miles de personas en Instagram y Facebook.

Por una razón muy sencilla: sus intervenciones en exposiciones y ferias de arte hacen un uso inteligente de las apropiaciones y comentarios acerca de temas relacionados con la desigualdad y el cuerpo femenino.

La artista es consciente de que el arte digital tiene mucho que decir y puede dar un paso más allá de lo visualmente impresionante. A través de sus esculturas digitales, ella trata de corregir la representación del cuerpo femenino con personajes que se transforman, bailan, crecen, engordan, adelgazan, se quedan embarazadas, envejecen y en ocasiones son completamente abstractos.

El más conocido de ellos es Glitched Goddess, que tuvo su primera aparición en su #arthack de Frieze London de 2018, con la voz de fondo de Brett Kavanaugh, juez de la Corte Suprema de los Estados Unidos. No hace mucho, además de las ferias, también la pudimos ver en un desfile de Jennifer López.

 

 

 

 

Darle movimiento a una idea, a su representación, es algo que la propia gramática del arte digital hace posible.

Glitched Goddess trata de demostrar el fallo (glitch) de las ideas existentes de que el cuerpo femenino puede ser expresado tan solo de una manera.

Moghaddam apela a la obviedad: las limitaciones físicas de ciertos medios artísticos llevan a una representación singular de la forma femenina.

La representación estática es, sin embargo, muy poco precisa: una mujer puede tener experimentar muchos tipos de cuerpo en un mismo mes. Por la plasticidad de las esculturas digitales, la artista pone de manifiesto la elasticidad del cuerpo femenino. «Lo digital, en este caso, se convierte históricamente en una intervención artística correctiva», comenta a Coeval Magazine.

 

 

 

 

En una de sus intervenciones, la artista manda un mensaje del futuro a Walter Benjamin: es el dinero lo que mata el aura de las imágenes, no su reproducción. Las propuestas de Moghaddam tienen un importante trasfondo filosófico y no quedan en la transgresión que ya de por sí constituye sus hackeos. Lo verdaderamente transformador, para ella, es el discurso crítico que los complementa.

Como en sus esculturas digitales, la artista consigue en las voces de fondo una estética orgánica, en sintonía con los comentarios que recibe por la red y que funcionan de manera no linear. ¿Qué mejor manera de expresar la fragmentariedad de las conversaciones que el mismo en entorno digital alimenta?

 

 

 

 

Moghaddam busca los ejes de la imaginación, que expresa su historia –según ella– en la historia del arte, y que nos permite pensar.

En sus palabras, ella explora lo que llama «imaginación colectiva, agregada y mejorada tecnológicamente».

Las nuevas tecnologías como la realidad virtual y la realidad aumentada, «son tecnologías emergentes de nuestra imaginación». Hay que lidiar con ello. Qué nos pueden enseñar del mundo y de nosotros mismos es lo que ella se pregunta.

Más allá de las criticas sociales y hacia el mundo del arte, la artista trata de «alcanzar cierta profundad para explorar la psique de nuestro mundo» pues cree que «el arte es capaz de crear un espacio cultural para que examinemos el mundo de manera más matizada y compleja, muy diferente del discurso público en redes sociales, donde todo va de quién es más agresivo y cuál es el mejor clickbait».

Quizás tenga razón y el arte sea uno de los refugios más importantes contra el inmediatismo y la intransigencia de nuestros días.

 

 

 

 

Marjan Moghaddam es profesora de Computación gráfica y Animación en la Long Island University, Brooklyn.

Puedes ver más videos suyos en su página web, perfil de Instagram y leer más sobre ella aquí.

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Es editora de elemmental. Doctoranda en Comunicación. Estudió Edición y Filosofía. Amante del arte y los nuevos medios. Estuvo antes en el Cultura/s del diario La Vanguardia.