María Soledad Delgado: «La accesibilidad cultural debe ser entendida como innovación»

Danielle Cruz Por Danielle Cruz
10 Min lectura
La productora argentina y experta en accesibilidad nos habla sobre la creación de proyectos accesibles

«Apto para todo público» no siempre significa lo que dice. Referida casi siempre a las franjas de edad, la expresión pasa inevitablemente por una resignificación cuando el tema es la accesibilidad.

Y es que garantizar que todas las personas puedan disfrutar de los productos, eventos culturales y participar de estos espacios sin barreras, es una obligación de los Estados desde la resolución de la ONU del 13 de diciembre de 2006.

En la Convención Internacional por los derechos de las personas con discapacidad de aquél año, los Estados miembros acordaron poner en macha el pleno cumplimiento de los derechos de las personas con discapacidad.

La ley ha sido ratificada tanto en España como en Argentina en el año 2008. En ambos países cada vez más entidades adaptan sus contenidos culturales para que sean accesibles a un público lo más amplio posible. Y aún queda un largo camino por recurrir.

En España, la legislación a respeto existe desde 1982, pero no es hasta 2003 que se empieza a hablar en «accesibilidad universal».

En Argentina, desde el año 2008 tienen una política consolidada en su Ministerio de Cultura, en lo que se refiere a la accesibilidad cultural a servicio de la sociedad y la economía.

Uno de los pasos para que las industrias culturales se adapten a los nuevos retos es entender que la accesibilidad cultural toca de lleno el ámbito de la innovación y, por eso, genera valor.

Involucrar a los creadores, empresarios y políticos a poner en marcha iniciativas y proyectos que logren satisfacer la etiqueta de «Apto para todo público» implica más inclusión y más desarrollo.

María Soledad Delgado, docente y productora cultural, ha presentado recientemente una Guía Práctica de Accesibilidad Cultural, editada por el Ministerio de Cultura de Argentina, con el objetivo de facilitar el diseño de proyectos accesibles, promover la colaboración entre los agentes y garantizar la accesibilidad en las ofertas culturales. Aquí conocemos más detalles y los grandes desafíos de los gestores en estos momentos.

 

 

 

Productora Topo.s, piezas táctiles en el Museo Cárcova, Buenos Aires, 2018

 

 

P. ¿Por qué la accesibilidad debe ser entendida como innovación?

R. La accesibilidad debe ser entendida como innovación porque es un espacio dentro de la cultura para crear, para aprender y para experimentar. Porque convoca revisar elementos presentes en la cultura y mejorarlos, pues el concepto se dispone a crecer y a modificarse según las características de cada lugar y permite la combinación de la tecnología, la naturaleza y los seres humanos. Involucra la innovación técnica, educativa, social, disruptiva y empresarial para pensarnos como una sociedad inclusiva en la diversidad que disfruta de las diferencias.

 

P. Las políticas de accesibilidad cultural implican una resignificación de la expresión «Apto para todos los públicos». ¿Cómo esto se puede llevar a cabo?

R. Llevar a cabo la expresión «Apto para todo público» como concepto dentro accesibilidad cultural, tiene que ver con involucrar en el proceso de creación de los productos de las industrias creativas (artes escénicas, artes visuales, diseño, editoriales, videojuegos), los lenguajes de las personas con discapacidad ya sea la lengua de señas, escritura Braille, procesos multisensoriales, sonidos, texturas, aromas todos juntos o en sus diferentes combinaciones  usados siempre para enriquecer la identidad de los productos. Esto provoca que los contenidos estén listos para la conquista de nuevos públicos, que puedan ser disfrutado por la mayor cantidad posibles de personas, provocando un proceso de inclusión enriquecedor.

 

 

 

Cada vez que tenemos la oportunidad de hacer laboratorio con artistas visuales, les preguntamos: ¿pensaste alguna vez en el público de personas ciegas? Y esto los moviliza por diferentes lugares que tal vez antes no habían transitado.

 

 

P. ¿Cómo sería un buen proyecto de accesibilidad en el campo de las artes visuales? ¿Nos puedes dar algunos ejemplos?

R. Un buen proyecto de accesibilidad en el campo de las artes visuales puede desarrollarse teniendo en cuenta los cuatro ejes fundamentales que sostienen a la Accesibilidad Cultural: estructura, contenido, comunicación y recurso humano.

Estructura se refiere al espacio físico por donde las personas van a transitar, tener en cuenta rampas, escaleras, ascensores, espacios de descanso, todo esto en la circulación, el ingreso, la estadía en el lugar y la salida. Pensado también que ante la imposibilidad física de los espacios podemos usar recursos tecnológicos para acercar el contenido al público.

Sobre el contenido, existen dos maneras de trabajar: adaptarlos o crearlos desde el origen accesibles. Esto es un nuevo desafío, involucrar a artistas, curadores y productores a crear una propuesta mucho más sensorial.

Desde Topo.s cada vez que tenemos la oportunidad de hacer laboratorio con artistas visuales, les preguntamos: ¿pensaste alguna vez en el público de personas ciegas? Y esto los moviliza por diferentes lugares que tal vez antes no habían transitado.

En cuanto a la comunicación, aquí la tarea es saber hablar del tema antes, durante y a posterior de la propuesta, para lograr convocar a personas que no fueron antes invitadas. Y un ejemplo sencillo de recurso humano es que las personas encargadas de hacer las visitas guiadas sepan también lengua de señas como un lenguaje más.

 

 

Creo que el mayor desafío de los gestores culturales en este momento no es solo accesibilizar los contenidos sino también investigar qué piensan, cuáles son las elecciones de las personas ciegas, las personas sordas, entre otras.

 

P. Has estado a cargo de la oficina de accesibilidad del Centro Cultural Kirchner, en el Ministerio de Cultura de Mendoza y diriges Topo.s, una productora independiente. ¿Cuáles son los mayores desafíos de los gestores culturales a la hora de implementar un programa de accesibilidad?

R. Creo que el mayor desafío de los gestores culturales en este momento no es solo accesibilizar los contenidos que la comunidad convencional produce e invitarlos a crear juntos desde una mirada inclusiva, sino también investigar qué piensan, qué pretenden  y cuáles son las elecciones de las personas ciegas, las personas sordas entre otras, pudiendo provocar ejercicios para el encuentro de la diversidad funcional, ejercicios de debate y de crítica.

También creo que sería muy interesante llevar adelante un proyecto pensado por personas con discapacidad, pienso en un enriquecimiento bidireccional como un proceso que debemos abordar. Llevar adelante grupos profesionales integrados de trabajo.

Desde Topo.s tuvimos la oportunidad de trabajar en la accesibilidad del Museo de Cárcova en Buenos Aires. Creamos una audioguía descriptiva estética y conceptual, y agregamos una instalación táctil de las 10 cabezas de los personajes más destacados de la historia de arte. Para este proyecto pudimos armar un equipo con cada una de las áreas del museo y con la participación de la orquesta filarmónica de personas ciegas, lo que dio un resultado excelente.

 

 

Hace poco tiempo estamos incorporando el término de accesibilidad cultural en su sentido más amplio, que no es asistencialismo, tiene que ver con enriquecernos unos con otros.

 

P. Recientemente has presentado en el Parque Explora de Medellín una Guía Práctica de Accesibilidad Cultural. ¿Cómo ves el panorama de la accesibilidad cultural en América Latina?

R. Con respecto al panorama actual de accesibilidad cultural en América Latina, creo es un proceso que se encuentra heterogéneo. Hay muchos productores, hacedores culturales, artistas, gestores que ya realizan productos o contenidos accesibles pero no se conocen entre sí, lo que hace más difícil pensar en una línea dentro del mercado de las industrias culturales. Por otro lado, considero  que sí estamos viendo la escena y comenzando a trabajar en eso ya sea en el ámbito privado, desde responsabilidad social empresaria como un nuevo paradigma, y en lo público, desde una política de estado, se pueden detectar avances. Pienso que hace poco tiempo estamos incorporando el término de accesibilidad cultural en su sentido más amplio, que no es asistencialismo, tiene que ver con enriquecernos unos con otros y eso lo transforma en un proceso sociocultural en el cual vamos encaminados.

 

Puedes leer más sobre accesibilidad cultural en este enlace.

Descárgate la Guía Práctica de Accesibilidad Cultural aquí.

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Es editora de elemmental. Doctoranda en Comunicación. Estudió Edición y Filosofía. Amante del arte y los nuevos medios. Estuvo antes en el Cultura/s del diario La Vanguardia.